Anal a la esposa de Carlos

Después de aquella aventura debajo de la escalera y que descubrimos los dos que nos atraíamos, ¡le llame un lunes después de ese viernes que nos reunimos los amigos!
Le comenté si podía salir a tomar un café y platicar, ella contesto que sí, que nos viéramos en un centro comercial, que está un poco solitario por las mañanas y en donde podíamos estar tranquilos.
Nos quedamos de ver a las 10:00 de la mañana en un lugar donde se podía sentar a tomar un café tranquilamente, ya que estaba acondicionado para que no se viera desde el exterior.
¡Yo estaba nervioso y un poco desesperado, ella llegó puntual y estaba vestida divina, traía una faldita corta a medio muslo con zapatillas y blusa holgada, debajo se apreciaba el sostén de licra y tenía el pelo recogido, estaba bellísima!!!!!
Yo me levante y la salude con un abrazo, sintiendo sus pechos voluminosos y su aroma dulce y agradable, nos dimos un beso entre la mejilla y los labios, volví a saborear esos labios tiernos y no me contuve, la tome de la cintura y la bese, ella me tomo del cuello y nos fundimos en un beso apasionado y tierno, nos separamos y ella como si nada se sentó y comenzamos a platicar de lo que había sucedido.
Me comento que varias veces me había cachado viéndole las piernas y sus senos, que cada vez que nos saludábamos de beso sentía el roce de mis labios con los suyos, yo apenado le dije que era verdad que con el tiempo me había atraído mucho y que más de alguna vez, logre verle sus piernas y sus pantis.
Ella se sonrojo y me dijo que estábamos a mano, ya que varias veces me veía mi verga por encima del pantalón y que algunas veces logro ver como se me marcaba en algunos tipos de pantalones, ¡que una vez que fuimos a jugar fútbol con su marido, logro ver mi verga al estar sentado!
Así se nos pasó el tiempo, entre la plática y el café, contándonos nuestras anécdotas intimas, que por cierto supe que su marido, mi amigo Carlos, le gustaba cogérsela por el culo, y que a ella le gustaba mamar la verga, que al principio no le gustaba, pero con el tiempo fue acoplándose y le comenzó a gustar.
¡Que una vez se la chupo en un cine viendo la película de la bella y la bestia!!!  pude conocer su lado íntimo.
En eso estábamos cuando nos percatamos que ya era tarde, que tenía que pasar por sus hijos a la escuela y tendría que regresar a hacer la comida, nos dirigimos al estacionamiento que está en el sótano del centro comercial, y estaba casi vació, solo había como unos diez coches, ella lo había dejado detrás de unos pilares y la acompañe hasta su coche, ella lo abrió y nos abrazamos y nos besamos, la empecé a acariciar la espalda y ella me respondió, le bese su cuello, sus orejas y le comencé a acariciar su cuerpo!
En eso sentí como ella también me acaricio mi verga encima del pantalón, ¡y yo le agarre las tetas que tenían el pezón hinchado y parado!!
¡Le levante la faldita y le acaricie las nalgas, supe que traía una tanga!  le amase las nalgas y no pude más, me saque la verga y ella la agarro con sus manos, me la acaricio y se agacho, comenzó a mamármela, sentía muy rico y ella parecía que lo disfrutaba mucho, lograba escuchar los sonidos de la saliva y la succión que le hacía a mi verga!
L: ¡Oh, ¡Luisa, uhm, que rico!
LSA: ¡Me encanta tu vergota!
En ese instante, me solté y abrí la puerta de atrás de su auto, la metí en la parte trasera y la acomodé en el sillón, me acosté a su lado y la empecé a besarla, ¡con una mano le acariciaba las tetas y con la otra comencé a sobarle su panochita!
¡Estaba muy mojada!!!! Escurrían chorros de su flujo en su panochita… no se la había conocido antes, tenía arreglado el vello púbico, de triangulo y estaba suave.
Empecé a masturbarla y no dejaba de besarla y acariciarla, ¡ella empezó gemir!
LSA: ¡Si, así Luis, méteme tus dedos, ah!
L: ¡Luisa, que rica vagina, uhm!
Le metí dos dedos en su vagina que resbalaban suavemente, y empecé el mete saca son los dedos, ella gemía más y más, ¡entonces metí un dedo por su culito y ella gimió más!!!!
¡Le estaba gustando y logre sentir como me apretó los dedos con su vagina y se le vino un orgasmo placentero!!!...
LSA: ¡Ah!! ¡Así mi amor, que rico, ah!
L: Si, ¡córrete amor!
En ese instante me levante y me baje los pantalones, ¡le apunte mi verga en su vagina y de un solo golpe se la metí hasta el fondo!!!!
LSA: ¡Ah!!!!  así que rica verga! mmm así muévete más!! Así que rico, ¡ah!
L: ¡Ah, nena, uhm, que rico aprietas!
La embestía fuerte, le besaba su boca y mordía sus ricas tetas, no me importaba ser un traidor, ¡estaba gozando de lo lindo a la esposa de mi amigo Carlos!
LSA: ¡Ah, si api, ah, me voy a venir, agh!
L: ¡Ah, que rico nena, ah!
Yo seguí cogiéndola y como aun no terminaba, ¡aproveché para hacerla mía de todas partes!
Así que se acomodó en el sillón de lado y lo aproveche para poner mi verga en la entrada de su culo, sus manos estaban apoyadas en el sillón y me dijo;
LSA: ¡No por el culo no!!!  ese está reservado para mi marido!!!!
¡Pero yo estaba poseído por la calentura y solo recargue mi cuerpo en el suyo… y mi verga se metió poco a poco!
LSA: ¡Mmm, ah, uhm!!
L: ¡Oh, Luisa!!! ¡Que rico culo, uhm!!
Empezó a pujar y pujar, mi verga entro rápidamente y comencé a cogérmela, con el vaivén del meter y saca, ¡disfrutaba su hermoso culo!
¡Ella gemía, sentía su culo apretadito y no tarde mucho en que sintiera mi espasmo de una corrida tremenda! Por unos segundos pensé si podía terminar dentro de ella, me acorde que mi amigo (su esposo) si terminaba dentro, ¡así que me vacié dentro de ella con chorros de semen!
L: ¡Ah, Luisa, ¡que rico culo!
LSA: ¡Luis, uhm!!!
Cuando termine, ella se acostó en el sillón y yo encima de ella, la bese suavemente y la acaricie, ella me miro y me dijo que era malo, que me había dicho que por ahí no, que esa noche tendría sexo con su marido y que a lo mejor puede enterarse que se la cogieron por el culo, le dije que no tuviera pendiente, que le dijera que estaba indispuesta y ya.
La ayude a arreglarse su ropa y acomodarse la tanga, la abrace y la bese mucho, en verdad me estaba apasionando con Luisa, me atraía mucho y nos despedimos, no sin antes darnos un beso entre la mejilla y los labios.
Quedamos de volver a vernos, ¡pero ahora la idea sería en un Motel!

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