Conocí a una Sirena #3

Conocí a una Sirena #3
Muy buenas comunidad, continuamos con la tercera parte de este relato.

Segunda parte:
https://m.poringa.net/posts/relatos/3647371/Conoci-a-una-Sirena-2.html

Miércoles

Esta vez desperté bastante más tarde, el rayo del sol había caminado bastante desde la ventana comparado con la mañana anterior, serían más de la 1 de la tarde.

Katherine estaba de espaldas a mí, abrazando una almohada, me senté en la cama y mire a "la nada" mi cuerpo se sentía bien, descansado, y diría que hasta un poco más ligero, pero, mi mente tenía mucho que procesar, por una parte, no podía creer que la chica al lado mío, midiendo casi 20 cm y 22 kilos menos, me había violado, había hecho de mí lo que ella deseó y yo no pude hacer nada para detenerla, mi orgullo estaba por los suelos y me sentí muy confundido, sin embargo, no podía negar que había sido el mejor sexo que había tenido en toda mi vida, ella con elegancia y suavidad había saciado mi instinto como nunca antes alguien lo había hecho, mi cabeza me daba vueltas y decidí dejar el tema de lado.
Me levante y con cuidado fui a tomar una ducha, tratando de hacer el menor ruido posible.
Me adentre al baño y me posé debajo de la regadera, abrí la llave y deje que el agua limpiará mis pensamientos y me pusiera la mente en blanco como lo necesitaba. Sin embargo, mi intento de conseguir paz, fue detenido al momento que escuché la voz de Katherine.
(Y: Yo, K: Ella)

K: ¡Arthur! ¿Por qué me dejaste sola en la cama? [Dijo mientras entraba al baño, su desnudez no me sorprendía, ya la había visto antes, pero me hacía sentir un hormigueo extraño en el estómago verla de nuevo, ella con una sonrisa maliciosa se metió en la regadera frente a mí y me miró a los ojos] ¿No vas a darme un beso de buenos días?

Y: B-buenos días Katherine… [con mucho valor, me acerqué a ella y le di un corto y sin gracia, beso en los labios]

K: ¡Ay Arthur! ¡No está bien que a estas alturas ese sea tu mejor beso! [Me tomo de la cabeza y me volvió a besar, de la misma jodida forma en la que lo hizo anoche, su beso de conquista, su beso de verdadero amor.
Me volvió a dominar con su beso y poco a poco, ella me jalo a si misma, hasta hacerme poner de rodillas, mi cabeza estaba un poco más arriba que la altura de sus pechos, así ella no tenía que estirarse para besarme]

K:Hasta que no aprendas a besar, tendrás que ser besado, así que tu me dirás, si quieres seguir siendo presa, o un día ser cazador.

Ella se dio la vuelta y me dejo de rodillas a su espalda mientras ella tomaba con total tranquilidad la ducha.
Aunque sus besos me torturaban mentalmente, al no saber qué hacer, traté de reponerme rápido y volver a mi cometido de ducharme.

K: ¿Me tallas la espalda cariño? [Me pidió ella mientras me daba el sacate]

Con cuidado de no ser agresivo, talle la espalda de Katherine, mientras yo lo hacía ella cantaba, no era muy buena cantante, pero en su voz, se escuchaba todo el entusiasmo de hacerlo bien, y eso, hacía lindo su canto.

Al final, la tortura acabó y salimos del baño, compartimos toalla, y como si de niños se tratara, los dos pegaditos nos tapamos con la toalla hasta llegar a la cama, allí, ella se apoderó de la toalla y se secó rápidamente, mientras caminaba a un ropero, cuando dejó la toalla, me la aventó para que yo la usará, no estaba tan mojada afortunadamente.
Me seque rápido y fui a mi maleta por ropa, mientras recogía del suelo la que ayer Katherine me había despojado.

K: Arthur, ¿qué opinas de este conjunto?

Voltee a verla y tenia puesta una lencería negra de encaje y corte perfecto, no era una lencería que dejara mucho a la vista, sino al contrario, su gracia era la elegancia del encaje.

Y: Se ve muy bonito, me parece encantadora la prenda en ti.

K: Gracias, veo que ya estas de vuelta en ti.

Guarde silencio y termine de arreglarme, había acomodado mi maleta y estaba listo como para tomarla y largarme de allí, haciendo como si nunca hubiera vivido esa experiencia y mi integridad como persona hubiera seguido intacta, pero ella habló antes de que pudiera escapar.

K: El Amor se puede sentir también con otras cosas, no solo en el sexo, no solo en los besos. Quiero que vayamos a bailar, acomoda tu maleta en mi ropero si gustas.

Ella se puso un vestido azul rey liso con mangas, luego tomó un estuche y fue al baño a arreglarse el cabello.
Su ausencia me hacía pensar, podía huir y olvidarme de cómo una mujer me hizo arrodillarme, a sus pies como una marioneta, o seguirla, los minutos se hicieron horas en mi cabeza, solo estaba sumido en mis pensamientos qué me apanicaban, hasta que ella volvió y me regreso a la realidad.

K: ¿Ya estas listo? Tienes una cara de muerto, mejor vamos a desayunar primero y después a bailar.

Abrazo mi brazo y me hizo caminar a su lado hasta el comedor/restaurante de Eduardo. Allí él estaba en la entrada y nos recibió (E: Eduardo)

E: Bienvenidos, ¡Arthur! No esperaba realmente volverte a ver por aquí nunca, y menos…. Bueno, como sea, ¿qué les voy a dar?

K: Más vergüenzas familiares no primito, mejor un Café, y un desayuno.

Y: Bueno, yo tampoco esperaba seguir aquí, pero bueno, ¿qué te puedo decir?

E: Qué graciosa saliste prima, en seguida les traigo lo que haya quedado de desayunos… Ya es tarde para desayunar, ¿no sabían?

Él se fue a la cocina y nos sentamos, ella al lado mio.
Ella siguió platicando conmigo tal y como en el primer día que la conocí, casi como si nada hubiera pasado, con la misma confianza, la misma sonrisa y la misma inocencia que seguro fingía, yo trataba de contestarle de manera normal, pero realmente me era casi imposible pensar en tratarla como antes, sabiendo que ella me había conseguido destruir mentalmente la noche anterior con una facilidad que ningún militar por día hacer en 10 meses.

Poco a poco mi mente se tranquilizó y pasó lo inimaginable; me olvide de lo que había ocurrido, ella conversaba tan bien, y me incitaba a contarle mis teorías de vida, mis ideas conspirativas hacia él universo y la existencia, ella sacaba todas las ideas de mi cabeza al grado que solo yo hablaba en la conversación, sin embargo, ella me miraba con una atención e ilusión a mis palabras, que yo no quería callarme con tal de seguir viendo sus ojos abiertos y brillantes, ella me explotaba a sacar de cierta forma lo mejor de mi.

Y una vez más, el sol se ocultó y la noche reclamo nuestras vidas.

K: Creí que eras un chico tonto que no conocía el amor, ahora veo que eres capaz de amar.

Y: ¿A qué te refieres? ¿Cómo que se amar? .

K: Yo inicie la conversación para saber más de ti, pero… Vaya que me sorprendiste, tienes una mente llena de ideas, locas, geniales, asombrosas, de verdad que eres especial Arthur, amas hablar de verdad.

No pude evitar sonreir un poco embobado, me sentía halagado, me sentía feliz de escucharla.
Ella me sonrió también pero luego se levantó y se estiró.

K: Como sea, es hora de irnos, en serio que quiero que me lleves a bailar.

Y: Pero… Realmente no soy muy bueno bailando, apenas y sé mover los pies.

K: Tu no entiendes, ¿verdad? La vida no es un examen, no tienes que saber todo, solo tienes que amar lo que haces, ¡amar de verdad! ¡Vamos! [Tomo mi mano y me jalo levantándome de la mesa y haciéndome seguirla]

Y: ¡Pero no he pagado lo que comimos!

K: ¡Dejalo, Eduardo nos cobrará después, solo vámonos!

Ella me llevó corriendo por las calles hasta un club de baile, era un lugar del tipo al que nunca había ido antes.
Al entrar, nos hallamos un algo similar a un bar, pero en lugar de mesas de centro, un espacio abierto para bailar, la música era salsa, cumbia y bachata, un ambiente genial y que te hacía disfrutar.

Apenas entramos ella me jalo hasta estar en en el centro de baile y empezó a bailar, al principio ella me llevaba completamente, pero hice un esfuerzo por tratar de llevarla, acto que hizo que ella me detuviera y hablara de nuevo.

K: Si no sabes amar, déjate llevar, y no arruines el momento.

Y: ¿Y cómo se supone que amé para que pueda llevar?

K: Haz lo mismo que cuando platicas, que nada importe más que tú, y a quien quieres enamorar con tu amor al arte, si planeas llévarme en el baile, ¡Ama el baile! Demuestra que no hay nada mejor, nadie mejor, nada en este mundo, más que la música, tu y yo, si vas a cogeme, demuéstrame que eres el único hombre que mi vida necesita, si vas a enamorarme, haz que me enamore de tu forma de amar, si vas a hacer algo, de verdad, haz que se vea el amor en ello, ¡ese es el amor! El valor de hacer todo y que nada importe en ese momento, nada de verdad… solo el amor.

En ese momento sentí sus palabras como órdenes, pero, me hacía falta un poco de ese valor para alcanzar el dichoso amor, aún con eso, trate de llevarla, pero sin ese valor, no hubo ningún avance a como había empezado, intenté seguir el baile, pero ella con una cara de decepción me detuvo y me dio de vuelta uno de sus besos, como una maldición, su beso me controlo y me hizo detenerme, me quede quieto y ella volvió a llevarme en el baile, me sentía tonto y bajo de ánimos, aunque lo había intentado, había fallado y ella no le importo controlarme de nuevo, si no despertaba ese valor, solo sería su marioneta hasta que ella se cansara de mi ser.
Pasarón mucha canciones, y mi cuerpo se sentía bastante cansado, ella era deslumbrante al bailar, yo solo le servía para hacerla brillar aún más, sus movimientos eran casi perfectos, y su sonrisa la hacía verse como una reina, pero eso despertaba un coraje dentro de mí, un poco de odio al verla tan perfecta, tan inalcanzable, solo porque brillaba en mi sombra, tal vez eran celos de verla magnífica, y yo, más fracasado desde que la conocí, al final ella decidió sentarse en la barra, y llevarme con ella como si de un llavero se tratará.

K: Vaya, ya me canse un poco jajaja… Pero ha estado genial, llevaba semanas sin venir, ya extrañaba esto… [Yo la miraba y tal vez dejaba escapar mi recelo en mi vista, pues ella me miró y rodó los ojos] si vas a poner esa cara, menos te dejaré en paz, no porque tu no sepas hacer nada, significa que tienes derecho de amargar mi momento… ¿quieres algo de tomar? Igual y eso te cambia la jeta…

Ella llamó al barman, le pidió un brandy y un ron, ella dedujo que me gustaba el ron por la piña colada que bebí el primer día con ella, el barman sirvió frente a nosotros los tragos y luego se retiró, ella bebió con calma su brandy, y yo con un poco más de seguridad bebí mi ron, me sentía molesto, pero los hielos del ron enfriaban no solo mi bebida, sino también mis pensamientos.

Y: Enséñame a amar como tu.

K: ¿Perdón? No te escuche querido.

La mire a los ojos y hable con firmeza.

Y: Quiero que me enseñes a amar como tu lo haces, con tu exceso de seguridad, tu vanidad perfecta, y tu forma de hacer ceder hasta la voluntad.

K: Mnh… No, no quiero hacerlo, mejor vamos a bailar.

Y: No, no vamos a bailar, ni nada, tu me vas a enseñar.

K: No voy a perder mi tiempo, no he visto que tengas el valor para amar, es verdad, amas el hablar, y narrar tus ideas, pero nada más querido, y eso no basta, demuéstrame que harías por amor, demuéstrame tu obsesivo ser, tu desesperación, demuéstrame que por amor dominaras el mundo y tal vez te enseñe.

Pensé un segundo sus palabras y me levante, la tome de la mano, y la lleve de nuevo a bailar, los nervios por dentro me deboraban con fuerza, tenia un poco de nervios que acababan en miedo, pero no importaba, nada importaba, solo ese momento y debía de comprenderlo, con torpeza la lleve, pero esta vez, ella no me miró con decepción, sino con una sonrisa, poco a poco fui intentando llevarla mejor, hasta que deje de pensar que tan bien o mal lo hacía y de verdad que disfrute, ella sonreía y me hacía feliz con su hermosa sonrisa, sus ojos de nuevo brillaban como en la tarde, y sabía que sólo con amor a mis actos conseguía esa reacción.

Bebimos y bailamos, seguimos bebiendo y bailando por horas hasta que fuimos los únicos en el la sala de baile, y luego, los únicos en el bar completo, hacia un rato que había dejado de sentir el dolor de los pies, junto con mi percepción de la razón, tal vez mi ron llevaba algo, pues era la primera vez que me había emborrachado, y eso que de beber, había bebido mucho más en otras ocasiones.
Cuando nos rendimos el barman, llamó a un auto y nos acompañó a la salida, la verdad ni siquiera podría decir si era un taxi, o algún particular, pero nos llevó hasta la casa de Katherine, al llegar, ambos buscamos la cama y al acostarnos nos rendimos sobre el colchón, sin embargo yo, a diferencia de ella, buscaba descansar, cosa que ella aún no quería, y demostró cuando se quitó el vestido y demostró su lencería, se montó sobre mi y sin decir palabra alguna, volvió a besarme, sus besos se volvierón una adicción, pues ya no quería dejar de sentir sus labios.

Esa noche volvió a usar mi cuerpo para satisfacerte, y mientras el placer inundaba mi cuerpo, el sentimiento de odio seguía creciendo en mi alma, me encantaba el sexo, pero sentía celos de su forma de gozar, ella disfrutaba cada segundo de placer, de una manera que yo no conseguía comprender, y aún con tal gozo, ella no deja de verse perfecta, como una diosa, como una Sirena, una perfección inhumana, irreal, yo no quería sentir ese nivel de placer, lo deseaba, lo necesitaba, y aunque hubo momentos donde yo trate de intervenir en el acto ella me volvía a detener y decirme su frase;

K: Si no sabes tocar, no debes de intervenir, solo gozalo, cuando alguien te ama, debes de dejarte ser amado, y esperar hasta saber amar.

Aún con eso, la noche terminó, ella de nuevo estaba sobre mi, con su corazón latiendo, su piel caliente y su respiración poco a poco más regulada, yo seguía obedeciendole de manera casi involuntaria, la abrazaba si ella lo quería y la satisfacía a su gusto, pero una pequeña duda me dirigió, ¿por qué ella solo hacía sexo anal? Sería el mayor placer, ¿o había algo más? No lo sabía, pero era algo más que deseaba descubrir…


Continuará…
https://m.poringa.net/posts/relatos/3651113/Conoci-a-una-Sirena-4.html

1 comentario - Conocí a una Sirena #3

omar698
Sigue asi.
Excelente