Chica de ciudad: Segundo año. Capítulo 15

Chica de ciudad: Segundo año. Capítulo 15

No leiste la primera parte de "Chica de ciudad"? Son solo 10 capítulos y te van a encantar! Acá te dejo el link para que entres y te deleites:
PRIMER AÑO. CAPÍTULO 1



Esta es la historia de Celeste, una pueblerina de 19 años después de vivir un año en la gran ciudad desea seguir explorando la loca vida que ahora le toca llevar, llena de relaciones complicadas, deseos escondidos y fantasías por cumplir. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…

CAPITULO 1

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Capítulo 15: El final inesperado
   Terminadas las mesas de exámenes estaba todo listo para las vacaciones y fue entonces cuando supe que todo iba a frenar por un momento y comenzó mi etapa de reflexión. Comencé pensando en cómo había sido ese último año para mí, en todo lo que había cambiado con respecto al año anterior y de qué manera las cosas se habían dado muy distintas a lo que me había imaginado. Cuando empezó el año solo podía pensar en reencontrarme con Luciano, a pesar de que en el verano tuve mis aventuras con Ezequiel y con Manuel. Sin embargo a lo largo de ese año habían pasado muchos chicos por mi vida y todos habían impactado de distinta manera. Nicolás, Facundo, Luciano, Cristian el chico del boliche, y también Santino, Lautaro y Lucas. Sin dudas había sido un año movido y distinto.
   Pensé también en las personas alrededor mío. Maipi y Guillermina seguían con sus vidas bastante tranquilas, a diferencia de Martina que se había peleado con su chico y ahora atravesaba una etapa de victimización bastante notoria. También pensé en Mateo, el chico que de pronto se había sumado al grupo y ahora era uno de mis mejores amigos, así como también Valentín, que después de dejarse llevar por un tiempo por Vanina y sus amigas, ahora volvía a hablarse conmigo cosa que me había muy feliz. Vanina...
   En Vanina pensé mucho tiempo. Hace dos años, cuando me sentía sola en el medio de un salón de clases ella se acercó a mí y fue ella quien me hizo sentir acompañada. Lamentablemente todo se mezcló cuando ella estableció una relación con Facundo, con quien yo venía saliendo y se terminó poniendo de novia con él. Pero todo se distorsionó cuando me gravó a mí y a Luciano teniendo sexo en un salón y después divulgó el video. En ese momento empezó una guerra que terminó con su noviazgo y con las dos relaciones de sus amigas y que me llevó a mí a acostarme con Facundo, Lautaro y Lucas al mismo tiempo. Una verdadera locura que tenía que frenar de algún modo.
   Al día siguiente a mi cumpleaños y después que yo le mandara fotos y capturas de pantalla de su novio hablando conmigo, ella vino a pedirme disculpas por lo del video y a tratar de ponerle un fin a la situación. Pero para mí en ese momento no era algo razonable terminar todo eso, por el contrario yo quería seguir la pelea. Distinto fue una vez que tuve mi primera orgía con su ex novio y los ex de Laura y Florencia. Fue por eso que el 20 de Diciembre, día del cumpleaños de Vanina, le mandé un mensaje deseándole un feliz cumpleaños y pidiéndole perdón por todo lo que había pasado entre nosotras dos y ella me respondió enseguida gradeciendo mi mensaje y diciéndome que le gustaría volver a llevarnos como lo hacíamos antes de que todo empezara.
   Pero quien más había cambiado ese año y en quien más pensaba yo, era Nicolás. Su año había empezado con la idea de que él y yo podíamos estar juntos, pero ese sueño se había derrumbado enseguida cuando me empecé a relacionar con Luciano. Al cabo de unos meses salió a la luz el video y él decidió apartarse de mi vida hasta que no pude más y le terminé diciendo que lo necesitaba y en ese mismo momento él me confesó que me amaba. Para su cumpleaños decidí regalarle una noche de placer muy romántica que los dos íbamos a recordar para siempre y él me agradeció por eso. Lo que yo no sabía era que a su vez él estaba saliendo con Daniela, una chica divina y preciosa con la que se puso de novio un tiempo después y aunque no lo supe en ese momento, yo me moría de celos por esa razón. Es por esa razón que la noche del 24 de Diciembre, me sentí aliviada cuando él confirmó que Daniela no iba a estar presente.

   Como no tuvimos uno despedida correspondiente con el grupo, decidimos hacerla el 24 de Diciembre después de empezar Navidad con nuestras familias. Guillermina y Mateo iban a pasar a buscar a Martina y a Nicolás por sus respectivos pueblos y después nos íbamos a encontrar con ellas en un boliche cerca de donde estábamos Maipi y yo. El reencuentro se dio entre medio de abrazos y deseos de una feliz navidad, mezclado con tragos divertidos que Mateo iba inventando a medida que pasaba la noche.
   Una vez en el boliche las cosas empezaron a descontrolarse ya que el alcohol estaba muy barato teniendo en cuenta que era Navidad. Nicolás y Mateo no paraban de comprar tragos para ellos y para nosotras y cuando quisimos darnos cuenta los seis estábamos totalmente borrachos. Fue en ese momento cuando por alguna mística razón se me cruzó por la cabeza que podía ser una buena idea llamar a Luciano para decirle que quería volver a acostarme con él. Me contuve unos segundos y tomé el celular y empecé a escribirle un mensaje y cuando estaba a punto de enviárselo alguien intervino.
   - ¡No Celeste!- Dijo Nicolás y me sacó el celular de la mano para después borrar todo.
   Comenzamos a discutir levente sobre si debía a no escribirle y él me terminó convenciendo que no lo haga, pero en medio de la discusión pasó algo que se relució más que todo lo demás. Mientras él intentaba hacerme entrar en razón estiró el brazo en el que tenía el celular hacia atrás y yo me tiré encima de su cuerpo para poder sacárselo, quedando nuestras caras a centímetros de distancia. Fue en ese momento cuando Nicolás amagó a darme un beso, pero todo pasó tan rápido que no reaccioné hasta que él ya me había devuelto el celular.
   La noche siguió como si nada después de eso y como el boliche estaba más cerca de Rosario que de nuestro pueblo, con Maipi nos volvimos a la casa de Guillermina. Mateo también se volvía en el auto para su casa y Nicolás aprovechó y fue a dormir a la ciudad ya que al día siguiente se encontraba con Daniela. Pero cuando estábamos llegando a su casa a mí me dieron ganas de vomitar y me tuve que bajar del auto a media cuadra de donde él vivía. De golpe me empecé a sentir mal, mareada y sentí que me iba a desmayar, todo por culpa del alcohol.
   - Ustedes vayan que yo la subo a casa y veo si se siente mejor.- Le dijo Nico a los chicos que se fueron.
   Subimos a su departamento y después de vomitar en el baño él me acompañó hasta su cama y me sacó los zapatos para que pudiera dormirme tranquila. “Te voy a buscar algo de agua” me dijo y volvió a los pocos minutos con un vaso en la mano. Después me dijo que se iba a acostar en el sillón para poder dormir un rato y cuando estaba por irse le pedí que no se fuera. “Me voy a acostar en el sillón, Cele. No me voy a ir de mi casa” dijo pero yo insistí en que se quedara y le dije que se acostara al lado mío. Tras dudarlo unos segundos Nicolás aceptó y me corrí hacia un costado de la cama dándole la espalda y él se recostó del otro lado.
   - ¿Me abrazas?- Le pregunté y él volvió a dudar unos segundos pero después me abrazó.
   De golpe me sentía bien, me sentía segura y contenta. Estar acostada en la cama haciendo cucharita con Nicolás me ponía muy feliz y no pude evitar emanar una simple sonrisa que se dibujó en mi rostro. “Sos el mejor Nico” dije semi dormida y él me agradeció y me abrazó aun más fuerte. “Te amo” dije después sin darme cuenta de las palabras que emitía y él atribuyó esa confesión a mi borrachera. Entonces me di vuelta de golpe y lo miré fijo a los ojos y le dije que no estaba borracha.
   - Te amo de verdad.- Repetí y le di un beso.
   Comenzamos a besarnos de una manera muy apasionada. Nicolás aun me abrazaba y yo llevé mis manos a su rostro y no lo solté, no lo quería soltar por nada en el mundo. Ese beso que le estaba dando era el beso que quería darle hacía mucho tiempo y que nunca me había animado. Sin dudas él era la razón por la que le había dicho que no a Luciano, él era la razón por la que me había entristecido cuando no me hablaba, él era la razón por la que nunca había formalizado con nadie. Solo quería estar con él.
   Los besos fueron poniendo más calientes a medida que avanzaba el tiempo. Nicolás me recostó sobre la cama y se fue colocando sobre mi cuerpo de a poco hasta terminar encima de mí envuelto entre mis brazos y mis piernas. Los besos ya eran totalmente apasionados y las manos comenzaron a entrar en juego en un toqueteo muy intenso que de a poco se iba deshaciendo de la ropa. Cuando le saqué la remera volví a observar ese cuerpo que se había tonificado en los últimos meses y no pude evitar mojarme al pasarle la mano por sus abdominales.
   - ¡Qué bueno que estás!- Le dije mordiéndome el labio y él me siguió besando.
   Nicolás me desprendió la ropa que me quedaba encima y fue besando todo mi cuerpo hasta llegar a mi cintura. Sabía lo que estaba a punto de hacer y la sola idea de pensarlo me volvía loca. Era un experto con su boca y con su lengua y mientras me bajaba la bombachita mi mente se iba preparando para algo increíble. Fue pasando sus manos por mis piernas y a ellas le seguían sus besos suaves y algo húmedos que me hacían temblar de las cosquillitas. De a poco se iba marcando el camino y a su vez abría mis piernas mientras que el resto de mi cuerpo se relajaba.
   Pasó rápido pero a la vez suavemente su lengua por toda mi concha. Una segunda lamida aun más rápida le siguió y toda mi cintura vibró. Nicolás volvió a hacerlo pero esta vez lo hizo de forma muy lenta y terminó a la altura de mi clítoris y hundiendo su lengua. “¡Mmm sí!” gemí yo de placer y él comenzó a chuparme la conchita tan bien como sabía hacerlo. Tenía una técnica imposible de describir, en la que sus labios y su lengua se unían en un cocktail explosivo que me llenaba de placer. Sus manos se seguían moviendo por mis piernas pero a la vez llegaban hasta mi concha y la abrían para que su lengua pudiera penetrarme. Me volvía loca lo que hacía.
   - ¡Si, seguí así!- Le pedí llevando una de mis manos a su nuca y apretando con fuerza.
   Nicolás no paraba, era una máquina. Movía su lengua de lado a lado, de arriba a abajo, hacia afuera y hacia adentro, todo por mi concha y jugaba con mi clítoris y con mis labios mientras que yo disfrutaba del placer que me provocaba. Mi cintura bailaba al mismo ritmo que su boca lo hacía y todo mi cuerpo temblaba mientras que él me volvía completamente loca.
   Se levantó de golpe y yo largué un grito de placer levantándome también y encajándole un beso algo brusco en los labios babosos. Después empecé a desabrocharle el pantalón con furia hasta que por fin se lo sacó y se paró encima de la cama con una pierna de cada lado de mi cuerpo para que yo le diera placer oral a él. Tomé su pija que ya estaba bien dura con mis manos y comencé a pajearlo con ganas mientras que nuestras miradas se cruzaban por unos segundos. En sus ojos pude ver el deseo que sentía por mí en ese momento. Sin dudarlo me metí su verga en la boca.
   Empecé a chupársela como loca, moviendo mí cabeza hacia adelante y hacia atrás comiendo su pija por completo, mientras que una de mis manos acariciaba sus huevos. “¡Sí así!” decía Nicolás mientras exhalaba suspiros de placer al mismo tiempo que mi boca disfrutaba de su rica pija. Me la comía con muchas ganas, de la misma manera que él lo había hecho conmigo, escupiéndola y llenándola de saliva, pasándole la lengua por todos lados, jugando con su cabeza que se ponía cada vez más roja y saboreando también sus huevos.
   Él volvió a agacharse y a colocarse entre mis piernas, pero esta vez las levantó y yo las dejé en el aire. Sentí como su lengua volvía pasar por mi concha una y otra vez y mi cuerpo comenzó a temblar enseguida. Nicolás era un especialista en el juego previo al sexo y le encantaba pasar mucho tiempo haciéndolo. Es por eso que volvía a chuparme la concha mientras que sus manos jugaban sobre mi cola y lo hacía totalmente excitado. Yo gemía de placer y le pedía más y más y él me seguía lamiendo cada vez más. Era una sensación de placer que aumentaba a medida que su boca seguía sobre mi cuerpo.
   - ¡Ahí me vengo!- Le dije mordiéndome la lengua.
   Siguió chupándome la concha más y más y de golpe comencé a acabar. Lo hice de una manera increíble, lanzando todo mi líquido sobre la boca de Nicolás que lo escupía y seguía chupándomela sin que nada le importase. Mis piernas temblaban en parte por estar en el aire y en parte por el orgasmo que acababa de tener que me había vuelto loca. No podía creer lo mucho que disfrutaba eso.
   Nicolás se limpió rápido la boca con la sabana y fue subiendo hasta quedar encima de mi cuerpo y lo besé rápidamente mientras metía su pija adentro mío. “Me encanta como me cogés” le dije y volvimos a besarnos mientras él comenzaba a mover su cintura rápidamente. Yo pasé mis brazos por encima de sus hombros y lo abracé mientras que lo envolví con mis piernas a la altura de su cintura. Era hermosa la manera en la que estábamos cogiendo, me encantaba hacerlo con él y la forma en la que él me hacía disfrutar. Era mucho más que simple sexo.
   Él movía su cintura hacia adelante y hacia atrás mientras que su verga entraba y salía de mi cuerpo provocándome leves gemidos de placer. A su vez nuestros labios se encontraban en un beso muy profundo y apasionado que se extendía todo el tiempo que lo veníamos haciendo. Nicolás comenzó a acelerar el ritmo, se alejó unos segundos de mí y comenzó a acabar. Su cara de placer me provocó una felicidad inmensa que recorrió todo mi cuerpo y sentí un mini orgasmo al mismo tiempo que él me seguía llenando de leche. Nos miramos fijos a los ojos y noté un brilló en los suyos que nunca antes había visto.
   - Te amo.- Me dijo seriamente.
   - Yo también.- Le respondí.


TERCERA PARTE


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PLACER 2.0. CAPÍTULO 1
PRISIONERA (FANTASÍA)

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