Chica de ciudad: Segundo año. Capítulo 4

Chica de ciudad: Segundo año. Capítulo 4

No leiste la primera parte de "Chica de ciudad"? Son solo 10 capítulos y te van a encantar! Acá te dejo el link para que entres y te deleites:
PRIMER AÑO. CAPÍTULO 1



Esta es la historia de Celeste, una pueblerina de 19 años después de vivir un año en la gran ciudad desea seguir explorando la loca vida que ahora le toca llevar, llena de relaciones complicadas, deseos escondidos y fantasías por cumplir. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…

CAPITULO 1

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Capítulo 4: De vuelta en el mismo juego
   La semana siguiente pasó más rápido de lo que esperaba y cuando me di cuenta estaba de vuelta en la facultad con Maipi, Guillermina y Martina. Nicolás también volvía a ser parte de mi vida diaria y debo confesar que el verano le había sentado muy bien. Estaba mucho más bronceado, con el pelo más rubio y se notaba que estaba dedicándole mucho más tiempo al gimnasio. Al grupo se sumó Mateo, un chico con el que Nicolás se llevaba bastante bien y que Guille conocía de habérselo cruzado algunas mesas. Era un chico que al principio no me terminaba de cerrar, por momentos era tímido, por momentos extrovertido y tenía algunas maneras de actuar que me parecían raras, sin embargo Mateo iba a ser muy importante en los próximos años, pero ya va a haber tiempo para eso. Por ahora es solo un chico más del grupo.
   Por el otro lado de la frontera estaban Vanina y Laura, así como sus novios Facundo y Lautaro. Quien también formaba parte de ese grupo era Valentín, aunque con el la relación era mucho más agradable y de echo me invitó a su cumpleaños que era en esos días, pero por razones lógicas (No quería cruzarme con Vanina) decidí no ir. Florencia y Lucas, unos chicos que aparentemente estaban saliendo, se sumaron al grupo de ellos y como el odio es contagioso, ellos también empezaron a mirarnos con cara de pocos amigos. El único que me saludaba de ese grupo (aparte de Valentín) era Facundo, pero lo hacía cuando estaba solo y de manera muy disimulada.
   Cristian, el chico que había conocido en el boliche y que había sido mi distracción a última semana de vacaciones, volvió a escribirme una semana después de esa noche para preguntarme si quería hacer algo, pero como yo ya tenía programa le dije que arreglábamos para la próxima. A los dos días me preguntó si no quería ir a su casa un día por la tarde, pero había quedado en juntarme con las chicas a tomar algo y no me pareció bien cancelarles a último momento por lo que tuve que volver a decirle que no. Una tercera vez quedó trunca cuando Cristian me escribió un jueves a las 11 de la noche para ver de ir a su casa cuando yo ya estaba en pijama y a punto de irme a dormir. Parecía que las cosas no iban a llegar a ningún lado con él, sin embargo la historia no termina ahí.
   La verdadera razón por la que no quería cruzarme con Cristian era que estaba de nuevo en el juego con Luciano. La historia con él había empezado a mediados del año pasado cuando comenzamos a hablar en la clase de la que él era ayudante de cátedra y después de mucho esperar me terminó invitando a hacer algo y cerca de fin de año terminamos concretando. Obviamente después de eso no hubo mucha historia porque yo me volví al pueblo y la historia quedó en stand by, sin embargo los mensajes y las conversaciones calientes nunca dejaron de existir y cuando él volvió de su viaje, estuvimos listos para el regreso.
   Nos encontramos una tarde en el pasillo de la facultad y nos fue muy difícil contener las ganas de tirarnos encima del otro para matarnos en un beso bien apasionado. Sin embargo no nos aguantamos las ganas y esa misma noche arreglamos un reencuentro express en mi departamento que terminó con los dos completamente desnudos y transpirados después de una dosis de sexo bien apasionado y caliente. En ese momento me di cuenta todo lo que había extrañado a Luciano y lo mucho que me gustaba la manera en la que me cogía. Por fin la espera había terminado y ahora volví a estar en mi departamento lista para divertirme y pasarla bien.
   - ¡Qué lindo reencuentro!- Dijo él respirando de manera agitada mientras miraba al techo y disfrutaba de haberme acabado las tetas.
   - No te das una idea las ganas que tenía de volver a verte.- Le respondí yo mientras me esparcía despacito su lechita por todo mi pecho.
   - Parece que estamos de vuelta en el mismo juego.- Dijo él segundos más tarde.
   - ¿Qué juego?- Le pregunté yo mirándolo sin entender.
   - Este… El de estar juntos.- Aclaró él como si le hubiese parecido obvio. Pero mi cara de desconcierto siguió igual.- ¡Nada Cele! Era una forma de decir que después de un tiempo volvíamos a acostarnos… Pero dejá, no se entendió.
   - Sos un salame.- Le dije yo riéndome y me tiré encima de él para besarlo.
   Pero al hacer esto manché su pecho con su propio semen y Luciano se alejó protestando rápidamente. “¡Es tuyo!” le dije yo mientras reía y él ponía cara de asco. “Claro, en mis tetas está bien pero en tu pecho no?” insistí sin poder parar de reírme de la forma en la que él intentaba limpiarse tocándose lo menos posible. Sin embargo era mucho peor el enchastre que hacía. “¡Que hija de puta! Mirá lo que me hiciste” decía él también riéndose de la situación.
   - Me parece que te vas a tener que bañar.- Le respondí yo y él me miró fijo y enseguida entendí su mirada.

   Una vez que la ducha estaba funcionando entramos los dos a la bañera y entre besos y toqueteo nos fuimos mojando y limpiando los restos del último polvo que acabábamos de echarnos. Sin embargo sabíamos que estábamos empezando una nueva ronda y fue entonces cuando los labios y las manos se pusieron más insistentes de parte de los dos. Luciano me arrinconó contra la pared en medio de la bañera y mientras nuestros cuerpos se mojaban comenzamos a besarnos de manera bien apasionada. Él apoyó una de sus manos contra la pared y la otra la posó en mi cuello a medida que me comía la boca con ganas. Yo me dejaba llevar por sus movimientos, tanto de brazos como de cuerpo, que de a poco iban generando un clima hermoso.
   Entonces comenzó a bajar la mano que había apoyado en la pared por todo mi cuerpo y con ella un hilo de agua iba cayendo sobre mi piel hasta que llegó a mi entrepierna. Como pude me abrí para dejarle lugar y sentí como sus dedos volvían a tocarme ahí abajo y digo volvían porque hacía aproximadamente una hora Luciano me la había chupado de una manera increíble y estaba deseosa de que volviera a suceder. Pero en un principio fueron solo sus dedos los que jugaban sobre mi cuerpo y el efecto del agua cayendo por encima de ellos generaba un ambiente mucho más fogoso del que acabábamos de venir.
   - Comemela como lo hiciste antes.- Le pedí al oído al mismo momento que él me besaba el cuello.
   Luciano, sorprendido, levantó su cabeza y la coloco frente a la mía quedando cara a cara. En su rostro se notaba una expresión de sorpresa frente a tal comentario pero a la vez una sonrisa de satisfacción por un trabajo bien hecho de dibujaba en sus labios. Minutos más tarde esos labios se encontraban entre mis piernas, dándome un placer increíble.
   Se había arrodillado frente a mi cuerpo y luego de abrir mis piernas de par en par se había colocado debajo de ellas y me chupaba la concha con su cabeza metida entre mis muslos. Su lengua se movía para arriba como loca y el agua que entraba en su boca rebalsaba por los labios de mi conchita que se mojaban aun más con lo mucho que me estaban haciendo gozar. Como pude me agarré del caño de la ducha ya que mi cuerpo comenzó a moverse frenéticamente cuando Luciano aportó sus dedos a la escena y los uso para frotar mi clítoris que no daba más del placer. Con la otra mano me aferré a su hombro y le clavé levemente las uñas ya que tenía que descargar la tención por algún lado. Era increíble lo mucho que disfrutaba de su lengua por sobre mi cuerpo.
   Entonces Luciano se levantó y volvimos a besarnos de una manera muy apasionada, mientras sus manos se apoyaban sobre mi cintura ya tomaban posesión de mi cuerpo. Antes de pasar a la acción, él se dedicó a jugar un rato con mis tetitas. Le encantaba divertirse con ellas, besarlas, lamerlas, apretarlas y mordisquearlas suavemente, mientras que sus ojos se elevaban hacia los míos y nuestras miradas se cruzaban. Luciano era un amante decidido a darme placer.
   Volvió a besarme en los labios una vez más y despacito fue llevándome a darme vuelta hasta que mi pecho quedó apoyado contra la pared de la ducha. Él se colocó bien detrás de mí y sentí como su enorme y gruesa pija se colaba entre mi cola a medida que sus labios mojaban todo mi cuello. Mis manos habían quedado prisioneras a la altura de mi panza por lo que no podía moverme y él me tenía arrinconada y el poder era todo suyo. Movía lentamente su cintura sin alejarla de mi cuerpo y sentía como su verga totalmente dura se paseaba por todo mi cuerpo y las ganas de que me penetrase se hicieron inmensas.
   Levente comencé a parar mi colita y él entendió enseguida mis intenciones y tomó su pija con la mano y despacito la fue metiendo adentro de mi cuerpo una vez más. Comenzó a cogerme lentamente, sus manos seguían apoyadas en mi cintura y su cuerpo se pegaba lo más que podía al mío. Su cintura golpeaba contra mi cola de una manera muy suave pero muy intensa a la vez y con cada golpe que daba un gemido bien profundo salía de mi boca. Sentía su respiración en mi oído que se hacía cada vez más penetrante con cada golpe de su cuerpo sobre el mío. Estaba totalmente sometida a él.
   “Mmm cómo me gusta tenerte así” dijo. Fue entonces cuando sus movimientos comenzaron a acelerarse y nuestros cuerpos empezaron a moverse más violentamente. Pude liberar mis brazos que estaban prisioneros de mi propio cuerpo, pero sin pensarlo los apoyé contra la pared y seguí dejando que Luciano dominara la situación. Sus manos apretaban fuerte mi piel a la altura de mi cintura y su pelvis chocaba contra mi cola de manera mucho más brusca. El agua golpeaba contra su cuerpo y contra el mío y salpicaba en todas direcciones y caía por sobre nuestra piel. Mis gemidos se hacían cada vez más intensos y su respiración se agitaba a medida que pasaban los segundos, pero seguía siendo presente sobre mi oído. El placer era increíble.
   Luciano se movió tan rápido que no llegué a pensarlo. Se alejó unos centímetros de mí sin sacar su verga de adentro de mi cuerpo y me fue moviendo hasta ponerme en paralelo a la bañera. La pared que estaba frente a mí ahora quedó mucho más lejos y tuve que agachar todo mi cuerpo para poder apoyar mis manos contra ella. Luciano ahora tenía mucho más espacio atrás suyo y sus movimientos pasaron a ser más violentos, siempre con sus manos sobre mi cintura. El agua caía de lleno sobre la parte baja de mi cintura y sobre mi cola y se colaba entre nuestros cuerpos entrando en mi cuerpo y causándome una cálida sensación que incrementaba el placer. “¿Te gusta?” me preguntó de repente y entre gritos y gemidos le respondí que sí y él siguió cogiéndome de manera bien brusca.
   - Agachate.- Me dijo de golpe y se alejó de mi cuerpo.
   Enseguida me di vuelta quedando de frente a él y me arrodille tirando mi cabeza para atrás y apretando mis tetas con las manos, después de todo a él le encantaba acabarme en las tetas. Pero esa vez Luciano tenía otras intenciones. Se acercó bien a mi cuerpo y poniendo su mano en mi nuca, metió de prepo su pija en mis labios y comenzó a cogerme la boca con ganas hasta que fue descargando toda su lechita adentro mío. Recién ahí se alejó de mí y se apoyó contra la pared que había quedado atrás suyo, completamente satisfecho. Yo me tragué lo que pude de su semen y escupí el resto que se mezcló con el agua que caía de la ducha sobre mi cuerpo.
   Salimos, nos sacamos y nos cambiamos y cuando nos dimos cuenta eran las 10 de la noche. Comimos algo y nos recostamos sobre el sillón a ver algo de tele, pero enseguida nos envolvimos una vez más en unos besos muy apasionados que fueron llevando a algo más. Las ganas de estar juntos se habían incrementado tanto en el verano que no podíamos deshacernos de ellas tan fácilmente. Luciano era un excelente amante y yo una loba encendida. Esa iba a ser una larga noche.


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PLACER VIOLENTO (FANTASÍA)
UN GANADOR. CAPÍTULO 1
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3 comentarios - Chica de ciudad: Segundo año. Capítulo 4

Pervberto +1
Ah, cuando se van hilando los polvos como la cuenta de un collar y el fuego que se apaga ya va encendiendo el siguiente...
HistoriasDe +1
Gracias por comentar!
Hernann27 +1
magnífico como de costumbre, sos crack nena! fueron los merecidisimos puntos. Besote!
HistoriasDe
Muchas gracias!
daros82 +1
bueno, hay lectura para la noche... jeje
HistoriasDe +1
Jaja gracias!