Mi mujer, el masajista y mi asombro

Ya hacía varios días que venía contracturado. Mi trabajo es una m*****,  de esos en que estás a full todo el día.
Un martes me levanto y le digo a mi señora: " negra no doy más, me está matando la cervical! Ella me respondió: "deberías ir a un masajista" Entonces le recordé que no tenía tiempo, que últimamente vivía a las corridas.


Al otro día cuando me levanto me dice: "cielo a las 9 viene un masajista que encontré en el face, así te ahorras tiempo en ir"  Le agradecí con un beso y nos pusimos a desayunar. Un rato antes de las 9 ella se va a duchar.


9 de la manaña suena el timbre y veo por la ventana que había llegado el masajista, y que estaba bajando de un utilitario una camilla que esas que se pliegan.
Decidí que el mejor lugar para colocar la camilla era el living, ya que mi señora se estaba duchando y seguro iba a ir a cambiarse a nuestra habitación.


El masajista tenía un tono venezolano, era un flaco alto, simple, común.
Mientras el masajista me estaba explicado algunas cosas con mucho tecnicismo, miró con asombro como mi sra envuelta en una toalla, se nos acerca y saluda al masajista, al mismo tiempo que me dice que se va a cambiar.


Al rato mientras me está haciendo los masajes, ella vuelve y se sienta en el sillón.
Se habia puesto una musculosa negra, con una calza blanca, de esas cortitas que transparentan todo y que ella siempre usa de entrecasa.
Me dice que iba a aprovechar a que le hagan masajes a ella también. Pensé que era justo que se tome un relax.


Cuando llegó su turno fui a pegarme un duchazo rápido para sacarme esos aceites molestos que usan para los masajes. Al volver todo normal, mi sra boca abajo, con el corpiño desabrochado y el venezolano haciendo su trabajo. Me siento en el sillón y pongo una serie de Netflix, obvio que con el volumen bajo para no molestar.


Pero no podía concentrarme en la tele, se me desviaba la mirada a aquella escena: mi sra acostada boca abajo con el sostén desabrochado, sus cachas moviéndose al ritmo de las manos del masajista, su calza blanca que debaja translucidar un tanga negra bien colada en el orto. Por un momento pensé en bajarle todos los dientes al venezolano si se le iba medio centimetro la mano.
En eso la escucho a la bruja decirle que quería masajes completos, que tenía las piernas canzadas, obvio que el masajista le aclaró que ese era otro precio y continuó.


Le pide a mi sra que se tape la cola con la toalla y que baje un poco la calza, que tenía que masajear donde nace no se que nervio. Ella accede naturalmente y el sigue trabajando.


Yo se que los masajes en la cola la enloquecen, en mi mente estaba la imagen de como se le iba humedeciendo la conchita cuando le masajeaba la cola en esos juegos que hacíamos de previa.


Pensé que era una gran oportunidad para jugar un poco con ella y dejarla a punto caramelo para cuando se vaya el venezolano. Entonces me acerco y le pido que me enseñe como es el movimiento de las manos y si había un secreto.
Me explicó que era recorrer los músculos de punta a punta, tratando de correr no se que cosa en su interior (jajaj). Empecé mis prácticas en ese preciso momento, masajeando las piernas de mi sra mientras el venezolano seguía masajeando su cintura.
Poco a poco fui subiendo mis manos, hasta sentir su calza por debajo del toallon.
Entonces le pedí que se saque la calza y que quede tapada solo con el toallon. Medio que no le gustó, pero como siempre fue muy complaciente conmigo, lo hizo.
Seguía masajeando sus piernas, cada vez mas cerca del su cola, se notaba que el masajista estaba medio incómodo, pero nunca dejó de hacer su trabajo.
Agarré más aceite y hunté mis manos, el toallon ya estaba al borde de la cola, tapando muy poco de su cuerpo. 
Mis manos se deslizaban suavemente, con la presión justa, ni muy suave ni muy fuerte. Se la notaba relajada, disfrutando de las 4 manos que la masajeaban.


Sentí ese diablito pecador que me hablaba al oido, me pedía que le masajee la cola.
Ya fue! pensé. Es mi sra y yo si puedo.
Mis manos empezaron a subir lentamente, rozando con la punta de mis dedos su sexo, las palmas de mi manos recorrian toda la superficie de sus glúteos.
No se si era el aceite o su éxtasis, pero se sentí el calor húmedo emanar de entre sus piernas con cada roce de mis dedos en su intimidad.
Noto que el masajista ya no se paraba tan derecho, al igual que yo, y entendí que el tambien se estaba extasiando.
Ese no era el plan, el plan era dejarla a punto caramelo para cuando él se fuera. Pero entendí que lo del masajista era un pequeño efecto colateral.


No se que me pasó, pero mi ereccion ya era incontenible.
En ese momento el venezolano le pide a mi sra que se abroche el sostén y que gire, quedando ella boca arriba.
El continuó trabajando sobre los brazos de mi sra y yo en sus piernas. Ella me miró y creo que notó mi erección, porque sonrió picarente. Eso me extasió aún más, y sin importarme nada, comenzé a masajear su sexo.
Ella simplemente tomó el toallon y se tapó la cara. Como que no quería que vieramos sus gestos de placer.


El venezonalo ya estaba al palo. Se le notaba mucho. Entonces me dijo que el debía continuar con los pies, como era su trabajo no dije nada y yo me dirigí al torso de mi mujer.
Tomé nuevamente el aceite, lo desparramé en sus hombros y lentamente comence a dirigir mis manos hacia sus senos.
Se los sentía hinchados, con los pezones en punta. Subo sus sosten dejando sus pechos al aire. Ella inmovil, sumisa, complaciente, pero con su rostro tapado.
En ese momento lo miro al masajista y le hago un gesto para que se acerque en silencio. Tomo sus manos y los coloco sobre los senos de mi mujer. 


Como ya sabran las tetas de mi sra son encantadoras. No son gigantes, pero con sus 95 son mas que apetecibles.


El venezolano estaba rojo, morado o bordó, no se. Pero nunca dejaba deasajearle los pechos a la terrible hembra sumisa que teníamos entregada sobre la camilla.
Mis manos comenzaron a masajear los pies de mi sra, tal cual lo estaba haciendo con anterioridad el venezolano, con la diferencia que comence a subir suavemente hasta acariciar nuevamente el sexo de la entregada.


Notaba como su respiración se iba haciendo mas profunda, el movimiento suave de su abdomen, la humedad caliente entre sus labios.
En un momento nos encontrabamos parados a ambos lados de mi sra, y ella comenzó a buscar con sus manos nuestros bultos. Asentí con la cabeza, y el venezolano se dejaba masajear la verga por mi sra, mientras con la otra mano ella me pajeaba.
Quito el toallon que cubría su rostro... la cara de puta transpirada que tenía mi sra en ese momento era impresionante! y así como quité el toallon de su cara, giró su cuerpo, comenzó a mamarme la verga y dejando su culito apuntando hacia el venezolano.
El continuó acariciandola, creo que esperaba mi consentimiento para dar un paso más.


Esa situación de control me gustaba y disfrutaba que mi sra me la esté mamando delante de él, y él jugando hasta ahí, sin poder dar el siguiente paso.
Creo que enloquecí de placer y tomé con mis manos la cabeza de mi sra, comencé a cojerle la boca, cada vez con más y más fuerzas. La sentía ahogarse, me retiraba para dejarla respirar un segundo y Volvía a embestirle la boca.


Ella tiene la virtud de que cuando me chupa la pija, me hace sentir su calor en toda la verga, desde la cabeza hasta donde empieza el tronco. No aguanté, estaba muy extasiado, al mismo tiempo que el venezolano ya había separado las piernas de mi mujer y estaba masajendo su clitoris.
Estallé! estallé violentamente  dentro de su boca, y con cada chorro de leche que largaba, la embestía más adentro de su garganta.
Fue muy placentero saber que algo se había tragado, que le había cogido la boca de tal forma que en varias oportunidades le agarraron arcadas.


Para los que no saben, mi sra es una experta mamadora, pero, no se traga la chechona porque se ahoga (si alguna tiene un tips para tirarle respectona tragarse la leche, se lo agradecería)


Volviendo a ese momento..
Le había reventado la campanita a pijazos y acabado en su boca, entonces le alcanzo una servilleta para que escupa lo que le quedaba de leche, al mismo tiempo que la bajo de la camilla y la recuesto otra vez, pero está vez boca abajo, con sus piernas colgadas hacia mí y su cara apuntando justo al bulto del venezolano.


Ella me mira sobre los hombros y con asombro me pregunta si estaba seguro. Asiento con la cabeza a ambos, y ella sin dudarlo empieza a jugar con la pija del venezolano por sobre el ambo azul que traía puesto.


Fue ahí que recordé una conversación con otro poringuero sobre experiencias, él me hablaba de couchkol o algo así, que es cuando uno mira como se la cojen a su sra. Pensé que será que se siente? y me dirigí hacia el sillón, sentándome y viendo esa escena.
La verdad es raro, es una mezcla de sensaciones, de sentimientos.
Lo primero que me causó fue celos y asombro, al verla chuparle la pija a ese desconocido con tanta dulzura, eso como que estaba disfrutando cada centímetro de verga que tenía en frente suyo. Tambien me preocupó que fuese así de puta con otro, pero comprendí que fui yo quien llevó a que estemos en esa situación y que asentí a que él la manoseara y que ella se la mamara. Pero al final sentí cierto morbo, y comencé a extasiarme de vuelta, se me empazaba a parar nuevamente la pija.
Se me vino alquel recuerdo de como habíamos empezado el año en la quinta, junto a Sheila y Oscar. Pensé que era justo que así como me la cogí a Sheila, ella sintiera otra verga dentro suyo.


Me dirigí a la habitación y tomé un preservativo.
Vuelvo y ella seguí ahí, con su culo desnudo apuntandome, sus labios vaginales hinchados y húmedos, mientras se la mababa al venezolano.
Me paré frente a ella y sin ni siquiera mirarme, toma ambas pijas con sus manos y comenza a chuparlas, turnandolas, pajeando a una mientras chupaba la otra.
Pensé en tomar el celular y sacarle esa foto de la que tanto hablamos, de dos pijas metidas en su boca, pero era cortar el momento.


Lo miro al venezolano y le doy el preservativo, él entendió que había llegado el momento de cojerla!


Se dirigió hacía el culo de mi sra, se arrodilló, puso sus manos sobre los gluteos y los separó, hundiendo su rostro la cola de mi mujer, mandandole lengua!!
Se sentían los gemidos de mi sumisa, mientras no paraba de chuparmela!
El se paró y ya tenía el forro colocado, la tomó de la cintura y suavemente comenzó a abrirse paso dentro de ella, sentí como disfrutaba de ese momento porque dejó de mamarmela, consentrando todos sus sentidos en la sensación de ser penetrada por un desconocido.
El comenzó a aumentar su ritmo, con un movimiento sensual, penetrandola y meneando al mismo tiempo. En la espalda de mi sra se veía como aunmentaba su transpiración, como iba llegando a su punto de explosión. Al mismo tiempo que su lengua envolvía mi pija.
La siento apretarme la verga con fuerza y largar su fuerte gemido de placer.
La hija de mil puta había explotado con otra pija, había sido poseída por un desconocido que contactó por facebook, y había acabado con su verga adentro.
Se quedó un instante inmóvil, se reincorporó y con su voz agitada dijo: vengan, arrodillandose en el piso.
Tomó ambas pijas y comenzo a pajearlas y mamarlas frenéticamente.
Cuando notó que el venezolano estaba por explotar, juntó sus tetas y él largó un fuerte y abundante chorro de leche sobre sus senos. Mi sra estaba hecha toda una puta y esa imagen me hizo no poder controlarme, largando violentamente todo mi esperma sobre su rostro, cuando aun el venezolano no terminaba de eyacular del todo. Fue tanto lo que acabé y tan profundo, que bañé su rostro y su cabello a lechazos.


Se hizo un breve silencio.
Ella se puso de pie y sin decir nada se dirigió al baño, caminado sensualmente, lentamente, sabiendo que ambos mirabamos el movimiento de su cola al caminar.


Fue raro, fue una situación incomoda. Los dos parados ahí, con la pija muriéndose lentamente, y teniendo en frente a un desconocido que se había garchado a mi mujer y encima la muy perra lo disfrutó.
No supe que decir, entonces subiendose los pantalones me dice: te cobro solo tus masajes, cualquier cosa tienen mi pagina de internet.
En silencio le di su dinero y se fue, así como si nada.


Levanto la toalla que había quedado tirada en el suelo y voy al baño. Y allí estaba, mi sra bajo la ducha, con una de sus manos en sus senos, la mirada fija hacia la pared, estaba colorada, la vena de su frente estaba hinchada, su boca abierta, fija, y su otra mano agitándose frenéticamente sobre su clítoris.
Nota mi presencia, me mira fijo y en ese preciso momento un gran orgasmo explota en su cuerpo.
Y yo ahí, congelado, perplejo ante tal situación!

10 comentarios - Mi mujer, el masajista y mi asombro

pigui1972 +1
Excelente!!! Ya le hago la cabeza a mi mujer ...
ColifaD +1
muy bueno me encantó+10
Sapodeotropozoo +1
Terrible turra tu jermu! Hago masajes también! Jaja
btr_1990 +1
Espectacular! Muy caliente, ojalá pueda vivir alguna situación así algún día
barnum77 +1
No saben lo que han conseguido en mi verga!!!
Grandioso!!😘😍