Mis vecinas. Capítulo 1

Mis vecinas. Capítulo 1

Esta es la historia de Juan Manuel, un hombre que descubre que la vida sexual de sus vecinas es sumamente activa y disfruta viéndolas mientras ellas viven excitantes momentos junto a diferentes compañeros. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…

Capítulo 1: Noches de insomnio
   Esa noche me levanté de golpe sin entender muy bien lo que sucedía. Miré a mi izquierda y Antonella, mi novia, dormía plácidamente sobre nuestra cama sin percatarse de que yo acababa de despertarme bruscamente. Me levanté de la cama y caminé entre la oscuridad para salir de la habitación y entrar al comedor. Me senté en la silla que estaba frente a la computadora y la encendí con el objetivo de hacer lo mismo que había hecho las noches anteriores. Ni bien abrí internet entré a mi página porno favorita y comencé a buscar algún video que pudiera aliviarme la calentura de esa noche. Siempre buscaba alguno de la misma actriz porno, esa morocha preciosa de ojos verdes y labios carnosos que tanto me gustaban. En esa oportunidad encontré uno que había visto hacía unas semanas y que me encantaba. A pesar de que no tenía volumen, pues no quería que Antonella se despertase, podía escuchar sus gemidos en mi cabeza y podía oír los ruidos de sexo en mi mente. Como hacía ya varias noches, acabé minutos más tarde frente al monitor, al lado de la ventana y con la cabeza que me explotaba.
   Me llamo Juan Manuel, tengo treinta años y vivo con mi novia hace ya dos años. Con Anto nos conocimos cuando ella comenzó la facultad, pues mi novia es dos años menor que yo. La relación fue un ida y vuelta constante hasta que cuando cumplí veinticinco formalizamos y a partir de ahí la cosa avanzó más firme. Al año siguiente yo me fui a vivir solo y a los dos años ella se mudó conmigo y desde entonces nuestra relación fue en picada máxima. Las peleas no eran frecuentes, de hecho nos llevamos muy bien juntos, pero por alguna razón dejamos de tener sexo y eso hizo que a pesar de que nos amamos profundamente, nos distanciáramos mucho.
   Ese mes ella recibió la noticia de que sus padres se estaban divorciando y eso la derrumbó emocionalmente y como era de esperar, no estaba de ánimos como para mantener relaciones. Lo hablamos luego de que pasaron dos semanas y a pesar de que intentamos hacerlo, lo sentimos tan forzado que ninguno de los dos pudo llegar al orgasmo y al final desistimos. Fue esa misma noche la que me levanté de manera brusca por primera vez cerca de la una de la mañana con la necesidad de masturbarme. Fui al comedor y me senté en la silla que estaba frente a la notebook y empecé a buscar un video que pudiera saciar mi calentura. De golpe lo vi.
   La miniatura del video me llamó la atención, pues la chica me resultaba vagamente familiar. Era una mujer hermosa, joven y con unos rasgos muy característicos. Su pelo negro y lacio se extendía por su espalda y contrastaban con sus ojos verdes divinos. Su cintura bien marcada resaltaba la tanga que tenía puesta y sus tetas y su cola eran algo descomunal. Pero lo que más me gustaba eran sus labios, bien fibrosos y carnosos, de esos que uno muere por sentir sobre la verga al palo. Y de hecho la chica demostró ser una hermosa petera cuando estuvo más de cinco minutos mamándole la pija al protagonista hasta dejársela completamente dura y llena de saliva. Luego de acabar tras ver ese video pude dormir toda la noche.
   La necesidad de hacerme una paja antes de acostarme volvió a aparecer al día siguiente cuando, nuevamente me desperté agitado cerca de las dos de la mañana. Fui hasta la computadora y comencé a buscar los videos hasta que caí en uno con la misma actriz y ahí me aprendí su nombre. “Anabelle Grixx” era el nombre ficticio que la chica de unos veinticinco años había elegido para que aparezca en sus videos. Era hermosa, delicada y toda una viciosa ya que le encantaba calentar a su compañero y dejarlo prendido fuego antes de que él se la cogiera con todas las ganas. Nuevamente Anabelle consiguió sacarme toda la leche esa noche y para cuando me di cuenta, me había obsesionado con ella.
   Las siguientes tres noches fueron iguales, como si se hubiese vuelto un ciclo de mí día a día. Me despertaba entre la una y las tres de la mañana con la necesidad de hacerme una paja y acabar y obviamente, Anabelle pasaba por mi mente. No fue hasta el viernes a la tarde que me di cuenta porque esa actriz me gustaba tanto. Salí de mi casa al palier del edificio y me subí al ascensor con la idea de ir a la planta baja, pero tan solo un piso más abajo el ascensor se detuvo y se subió una de mis vecinas. La miré por unos segundos y entonces me di cuenta a quien me hacía acordar la actriz porno que provocaba mis desvelos todas las noches.
   - Disculpá… ¿Tu nombre es?- Le pregunté de cara dura total.
   - Clara.- Me respondió la chica.- Vos sos el chico de arriba. El novio de Antonella. ¿Verdad?
   - Sí, sí. Juan Manuel me llamo.- Le respondí yo y ella me devolvió la sonrisa.
   Hablamos lo que el ascensor tardó en llegar hasta la planta baja, tan solo unos pocos segundos. Clara tenía veintitrés años y era estudiante en la facultad que estaba a unas pocas cuadras del edificio. Me había cruzado con ella cientos de veces pero nunca me había percatado de lo linda y simpática que era. Sin embargo en ese momento solo pude apreciar su parecido con Anabelle. Era igual de morocha y con el pelo lacio que le caía por su espalda casi igual que a la actriz de los videos. Sus ojos eran más bien marrón claro, pero la luz del ascensor hacía que parecieran verdes. Era igual de petiza y un poco más rellenita que la mujer que había estado mirando la última noche en videos, pero tenía los mismos labios bien hermosos y carnosos que te provocaban y tentaban besarlos.
   - Nos vemos.- Me saludó con una sonrisa cuando salimos a la calle y comenzó a caminar en dirección contraria a la mía. Me quedé tildado en su cola por unos segundos y después seguí camino.
   Toda la tarde estuve pensando en ella y no pude sacarme a Clara de la cabeza ni un segundo. Salí del trabajo y fui al gimnasio y a pesar de que este estaba lleno de mujeres hermosa y con un cuerpo perfecto, yo solo podía pensar en mi vecina. Cuando volví a mi casa tenía la esperanza de cruzármela nuevamente en el palier o en el ascensor pero eso no pasó a pesar de que dejé pasar varios segundos para subirme al ascensor esperando que ella llegara de golpe. Ni bien entré a mi casa me senté frente a la computadora y cuando miré por la ventana que estaba al lado del escritorio, comprobé que si miraba hacia abajo podía ver el comedor de la casa de Clara, específicamente el sillón que estaba en paralelo a la ventana, sin embargo parecía que no había nadie en la casa.

   Me desperté de golpe a la una y media de la mañana sin entender muy bien lo que sucedía. Antonella dormía profundamente al lado mío y no notó el hecho de que yo me había despertado transpirando hacía unos segundos. Salí de la cama, fui hasta el comedor a tomar un vaso con agua y automáticamente prendí la computadora. Cuando miré por la ventana pude notar que la luz del comedor de la casa de Clara estaba prendida, aunque nadie estaba sentado en el sillón. Ni bien se inició la notebook, abrí el buscador y comencé a buscar algún video de Anabelle que no había visto hasta ese momento. Rápidamente encontré uno de ella con un pibe que debía de tener mi edad y por alguna razón decidí verlo imaginándome que yo era quien estaba con ella.
   La escena comenzaba con ella tocándose y acariciándose el cuerpo por encima de un baby doll blanco y una tanga del mismo color que le quedaba hermosa. Luego aparecía su compañero que ni bien se paraba frente a ella con un pantalón y una remera que le quedaba muy ajustada, Anabelle le bajaba el cierre y le agarraba su pija para metérsela en la boca y comenzar a chuparla. Era muy excitante ver como lo hacía y como se devoraba la verga de su compañero, quien disfrutaba cada segundo de ese momento. La escupía, lo pajeaba y le lamía la cabeza mientras lo miraba a sus ojos y le sonreía con la boca llena.
   El chico después le devolvió el favor y mientras ella permanecía recostada en la cama con las piernas abiertas, él le lamía la conchita llenándosela de saliva. Su cara de placer era algo hermoso de ver y como se agarraba con fuerza las tetas al mismo tiempo que él le colaba un dedo, hacía que se me pusiera bien dura la pija. Obviamente el sexo no tardó en llegar y Anabelle se puso en cuatro y él se arrodilló detrás de ella para cogérsela bien duro mientras la agarraba con firmeza de la cintura. El video no tenía audio, ya que no quería despertar a Antonella con el sonido, sin embargo podía oír claramente los gemidos de ella mientras que su compañero se la cogía con todas sus fuerzas. El ruido era demasiado real para estar en mi mente, podía escucharlo como si estuvieran a tan solo unos metros de distancia.
   Entonces miré por la ventana y la imagen me dejó helado. Acostada en el sillón boca arriba y con las piernas abiertas estaba Clara, mientras que un chico de su misma edad se la estaba cogiendo a toda velocidad. Me quedé totalmente inmóvil, con mi mano sujetando mi pija y sin poder creer lo que mis ojos veían. La ventana estaba abierta de par en par y mi vecina cogía al lado de ella con la luz prendida a pesar de ser casi las dos de la mañana. Rápidamente frené el video que se estaba reproduciendo en la notebook y apagué la misma para que la luz de la pantalla no me delatara en caso de que Clara mirara para mi lado.
   Sin embargo no iba a hacerlo, pues estaba muy concentrada en como el pibe rubio que estaba con ella se la cogía con ganas. Ella gemía como loca y sus gemidos se oían claramente en la silenciosa noche. El pibe movía su cintura hacia adelante y hacia atrás haciendo que su pija entrara y saliera en el cuerpo de ella que se agarraba del cuello de él. Se miraban con ganas y de vez en cuando se comían la boca de manera muy apasionada para después seguir cogiendo con toda la furia. Me acomodé de costado y continué observando la escena mientras me pajeaba a toda velocidad.
   Minutos más tarde ella se acomodó en cuatro a lo largo del sillón y él se arrodilló detrás de ella y a pesar de que ya no podía apreciar su cara desde esa perspectiva, estaba seguro de que el pibe le miraba el culo con ganas. Él la tomó de la cintura y se la empezó a coger con violencia, de la misma forma que el actor del video se cogió a Anabelle. Pero esto era mucho más apasionante, pues era Clara la que estaba siendo cogida de esa manera y la que gemía como loca mientras que su compañero disfrutaba de darle bien duro. Ella cerró los ojos y se dedicó a gozar mientras que él no paraba de cogerle la conchita que de seguro debía estar empapada.
   No tardaron en volver a cambiar de pose y ella le dijo al chico rubio que se sentara en el sillón para que ella se lo montara casi desesperada. Clara empezó a cabalgar el cuerpo del pibe que enseguida sumergió su cabeza entre las tetas de ella y las empezó a chupar sin dejar de agarrarle el culo con ambas manos. “¡Ay sí! ¡Ay sí!” empezó a gritar ella y sus palabras se escuchaban claramente en mis oídos como si estuvieran haciéndolo frente a mis ojos en la misma habitación que yo. Era una imagen súper excitante que hacía que yo me pajeara a toda velocidad mientras los observaba gozar de esa manera única.
   Clara no tardó en acabar pero ni bien lo hizo, el chico le ordenó que se parara y que se arrodillara frente a ella. Mi vecina enseguida obedeció y mientras él seguía recostado sobre el sillón, ella lo empezó a masturbar con la idea de que acabara en su cara. El pibe no tardó mucho en venirse sobre el hermoso rostro de Clara y al ver esa imagen me sentí tan excitado que no pude detener mi mano y comencé a acabar yo también. Ella no soltó la pija del chico rubio y disfrutó de como este le llenaba el rostro de leche y cuando terminó se dedicó a chupársela por unos segundos.
   Mi vecina se levantó y desapareció de la escena dejando a su compañero solo que se terminó yendo segundos más tarde. Una vez que se apagó la luz comprendí que no iban a volver y reaccioné. Acababa de ver algo hermoso e increíble a través de mi ventana y no podía dejar de pensar en ello, en la morocha petiza y rellenita disfrutando de como se la cogían en cuatro para después recibir toda la leche del chico que se la daba complacido. Volví a la habitación y me acosté con una sonrisa en el rostro al lado de mi novia, para quedarme pensando en eso por unos segundos y terminarme durmiendo profundamente.


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8 comentarios - Mis vecinas. Capítulo 1

sponjfloyd +1
Excelente como siempre 👏👏👏
HistoriasDe +1
Muchas gracias!!
RorroCerda +1
Aaaah, volvimos con todo!
HistoriasDe
Viste? Gracias por comentar!
Nando-1973 +1
Muy bueno!!! me calentó
HistoriasDe
Muchas gracias!! Ya vienen más!
daros82 +1
🔥🔥🔥🔥🔥🔥
HistoriasDe +1
Gracias por comentar!
daros82 +1
gracias por calentarme jaja 😉
juuli88 +2
muy buena idea esta saga! mucho morbo..!! jaja 😉
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Gracias genia! Espero que te guste lo que se viene!
sobralargo +1
Fabuloso relato!! ne encantó
HistoriasDe +1
Muchas gracias!!