Placer 2.0. Capítulo 4

Placer 2.0. Capítulo 4

Esta es la historia de Ailín, una chica católica de un pueblo con sueños y ambiciones de progresar para poder casarse con su novio, que va a descubrir un mundo nuevo en la ciudad, lleno de deseos y fantasías que van a poner su vida perfecta en jaque. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…

CAPITULO 1

ANTERIOR

Capítulo 4: Jugando a dos puntas
   Estaba perdida, mirando mi celular pero con la vista perdida en su nombre. La palabra “Gabriel” resonaba en mi cabeza mientras que las imágenes de su cuerpo recorrían mi mente. Su carita hermosa con su pelo negro y desordenado, su sonrisa hermosa que se remarcaba cada vez que me escribía, su pecho que resaltaba y sus abdominales bien marcadas, su pija grande y gorda…
   - ¡Ailín! ¿Estás viva?- Me preguntó de golpe Florencia.
   Volví a entrar en razón y bloqueé rápido el celular para que ella no pudiera ver lo que estaba observando. Estábamos en medio de una clase y yo me había quedado como una estúpida pensando en si debía o no escribirle. Hacía ya una semana que había agregado su número y que todos los días me levantaba pensando en si tenía o no que hablarle. El problema era que ni bien leía el mensaje que Gastón me enviaba todas las mañanas para comenzar el día, me agarraba la culpa y se me pasaba. Pero horas más tarde volvía a mirar mi celular, leyendo su nombre y pensando en su cuerpo.
   No le había contado nada a nadie de nuestra relación virtual, no me animaba a hacerlo pero tampoco quería ya que sabía que parte del placer venía de la clandestinidad de nuestras conversaciones. Era por eso que tampoco me había animado a hablarle, sabía que si lo hacía nuestra relación iba a pasar a ser mucho más real que clandestina, lo que la iba a volver más complicada. Gabriel por el momento solo estaba en mi computadora, en una cuenta de skype trucha que me había creado y en noches solitarias donde yo tenía la necesidad de tocarme. Si le hablaba todo eso se perdía, aunque me moría de ganas.
   Por su parte Gastón estaba organizando una nueva visita a mi departamento y por más que yo tenía muchas ganas de que viniera, tenía miedo de que volviera a pasar lo mismo que la otra vez. Fue por eso que el jueves antes de que él viniera a visitarme, me conecté con la intención de encontrarme a mi amante virtual para sacarme la calentura, pero tuve la mala suerte de que él no estaba. “Espero verte hoy a la noche” me había escrito unos días atrás y al día siguiente me volvió a escribir diciendo que me había esperado pero que no me había encontrado. Esa noche me quedé esperándolo, pero él no apareció.

   Salí de la facultad y caminé con Josefina unas cuadras mientras ella me decía la suerte que tenía de que mi novio iba a llegar esa tarde. Pero ella no sabía que eso significaba muchos besos y toqueteo pero sin nada de sexo, algo que a mí no me gustaba para nada. Sin embargo Gastón se comportó diferente esta vez. Ni bien llego me recibió con un beso pero enseguida me propuso salir a caminar para aprovechar el calorcito de la tarde. Esa noche comimos afuera y después de quedarnos hablando durante casi 5 horas, volvimos tan tarde y cansados que fuimos directo a la cama.
   El sábado se desarrolló de la misma manera. Nos levantamos temprano para desayunar, después decidimos dar un paseo por la costanera mientras él me contaba sobre unas nuevas adquisiciones a la fábrica y la idea de ampliar el negocio poniendo locales en distintas zonas de la provincia. Todo se dio de manera tan natural y agradable que en ningún momento pensé en otra cosa. Ese sábado a la tarde llegamos al departamento y él se fue a bañar mientras que yo aprovechaba para ordenar un poco la casa. Prendí la computadora para poner algo de música y descubrí que no había cerrado la sesión de skype y que él me había escrito: “Que ganas de encontrarte hoy a la noche para calentarnos amor” me había escrito hacía solo 10 minutos. Todavía seguía conectado.
   “Hola hermosa” me escribió y yo no supe que hacer. Gastón acababa de meterse al baño por lo que sabía que tenía entre 5 o 10 minutos de soledad, pero me moría de miedo de que me encontrara hablando con él. Corrí la computadora de lugar y me senté en la silla que está de frente al pasillo y le respondí: “Hola hermoso”. Enseguida Gabriel me preguntó que estaba haciendo y le mentí diciendo que estaba esperando a que una amiga me pasara a buscar. “Tengo poquito tiempo pero me conecté a ver si estabas. Querés que mañana a la noche hablemos?” le escribí tratando de buscar una solución, pero no la encontré. “Así me puse de solo ver que estabas conectada” me dijo él y me mandó una foto.
   Descargué la imagen y era de su cuerpo. Estaba sentado en la silla, en cuero y con un short el cual dejaba ver un bulto muy notorio que era el de su pija que resaltaba de lo dura que debía estar debajo de esa tela. “Pasa que enseguida me tengo que ir” le puse tratando de calmarlo un poco ya que me daba mucho miedo a que mi novio me descubriera. “No me importa, nos divertimos hasta que te pase a buscar” me dijo él y me llamó. Por la computadora empezó a sonar el tono de llamada y por más bajo que fuera, pensé que Gastón podría llegar a escucharlo, por lo que decidí atender. Él estaba ahí sentado como la otra vez, en cuero, observándome con su hermosa sonrisa.
   “Hola linda” escribió y después sonrió mirando fijo a la cámara y enseguida noté un cosquilleo entre mis piernas. “Hola” le respondí yo cortante y mirando hacia el pasillo y la puerta del baño pero esta no se abrió. Él enseguida me empezó a preguntar cómo estaba y a donde me iba y yo volví a mentirle diciéndole que salía con unas amigas a tomar algo. “Me pones tan duro mi amor. No tenés alguna otra fotito para mí?” me preguntó y le dije que no ya que en ese momento no podía sacarme una. “Qué lástima. Porque mirá como estoy” escribió después y bajó la cámara para mostrarme que estaba completamente desnudo y con el pito totalmente parado.
   La conversación avanzó tan rápido que no me dio tiempo a reaccionar. Gabriel me preguntó que tenía puesto y en ese momento le mentí diciendo que estaba en ropa interior y que me tenía que apurar para cambiarme porque mis amigas ya estaban viniendo. A él sin dudas no le importaba eso y tomó su pija con la mano y empezó a tocarse confesándome que en ese momento estaba viendo mis fotos y que le encantaría que las próximas fuesen un poco más sensuales. Yo crucé las piernas, ya que noté que un calor se empezaba a crear en medio de ellas.
   “Y tu novio? Sigue sin calentarse con vos?” me escribió y tratando de evitar el tema de Gastón le dije que me gustaba mucho la forma en la que se tocaba. El plan funcionó ya que se siguió tocando en silencio y sin escribir nada. Yo observaba esa imagen pero cada 5 segundos subía rápidamente la vista por encima de la notebook para observar el pasillo y comprobar que la puerta del baño seguía cerrada. “Juguemos un ratito hermosa. Mientras esperás a tus amigas” me escribió él y empecé a relatarle lo que tenía puesto, imaginándome una tanga negra y un corpiño muy sexy del mismo color.
   Pero ni bien apreté el Enter la puerta del baño se abrió. Rápidamente tomé el mouse y lo primero que se me vino a la mente fue poner en silencio la computadora. Gastón salió del baño, avanzó dos pasos y se quedó mirándome fijo mientras se tapaba con la toalla. “¿Qué hacés?” me preguntó y yo lo miré fijo con los ojos bien abiertos. Miré rápidamente el monitor y leí el texto de Gabriel diciendo que eso lo calentaba mucho mientras que volvía a tocarse de esa manera lenta y sensual. Levanté una vez más la vista y observe a Gastón que esperaba una respuesta.
   - Perdón.- Le dije tratando de ganar tiempo y la mentira salió sola.- Estaba leyendo un texto que me mandó Mariana para la facultad de un trabajo que tenemos que presentar y me colgué.- Enseguida puse la mano en la computadora con la intención de bajarla, pero él me frenó.
   - Está bien mi amor.- Dijo dándose vuelva y empezando a caminar hacia la pieza.- Yo me voy a tirar a dormir un ratito mientras vos terminás con eso.- Concluyó y después entró a la habitación cerrando la puerta.
   Enseguida me volvió el alma al cuerpo y me recosté sobre la silla respirando hondo. Observé la computadora y nuevamente veía a Gabriel tocándose lentamente esa pija bien grande y dura mientras que miraba fijo a su monitor esperando una respuesta a la pregunta que me había hecho. Me quedé unos segundos mirando fijo sus palabras y pensando que hacer. “Te gustaría comerme la poronga?” decía. Yo dudé unos segundos, me senté firme y escribí: “Mis amigas me avisaron que están retrasadas. Así que sí, me encantaría comerme tu poronga”
   “Como me gustaría tenerte acá en frente mío. Arrodillada frente a mi poronga. Que me la agarrés con las dos manos y te la lleves directo a la boca” puso él al mismo tiempo que se la agarró con ambas manos pero era tan larga que aun así quedaba pija para agarrar. Una de mis manos se fue metiendo sola adentro de mi pantalón y de mi bombacha y cuando me di cuenta me estaba dando placer a mí misma. Él hacía lo suyo por su parte, tocándose más rápido y mirando fijo a la cámara con su hermosa sonrisa de fondo. “Que ganas de chupártela toda” le escribí de golpe y él leyó e intensificó su cara de placer.
   El juego siguió mientras él me decía que le gustaría que después yo me sentara en la silla y que fuese él quien se arrodillara frente a mí para chupar toda mi conchita. “Le pasaría la lengua así” dijo y entonces acercó su boca a la cámara y sacó su lengua para moverla en todas direcciones. Primero hacia arriba y hacia abajo, lento y después rápido, pero a medida que avanzaba el tiempo la iba moviendo en otras direcciones y a pesar de ser una imagen muy rara, me imaginé que hacia eso sobre mi cuerpo y me iba tocando del mismo modo que él se movía. “Me encanta como me la chupás” le escribí yo y él siguió mostrándome su lengua. Mi dedo pasaba por encima de mi clítoris y no podía contener mi calentura.
   “Después quiero que te sientes acá” me dijo y volvió a recostarse y apoyó una de sus manos en sus muslos. “Quiero que te sientes frente a mí en mis piernas, clavándote toda mi pija en tu concha” describió y enseguida simuló mi cuerpo con una de sus manos llevándola desde la punta de su pene hasta la base. Lo hizo bien lento, despacio y avanzando suavemente, pero sin detenerse y revelando su cabeza que estaba muy roja e hinchada. “Una vez sentadita acá te vas a empezar a mover despacito para adelanta y para atrás” siguió contando la imagen y el dedo que se encontraba adentro de mi cuerpo no podía ni igualar el placer que se debía de sentir con su hermosa pija. La movía lentamente en las direcciones que había descrito, mientras yo se la observaba con ganas y me moría por sentirla adentro de mí.
   “Que ganas de sentir tu conchita mojada que tengo” escribió él en ese momento y sentí muchas ganas de mandarle una nueva foto de mi cuerpo, pero una mucho más reveladora. “Ahora vengo” le escribí y me levanté dejando la computadora prendida. Caminé sigilosamente hacia la puerta de la habitación la cual abrí despacito para comprobar que Gastón dormía debajo de las sábanas. Volví a cerrar la puerta, tomé mi celular y me senté en el sillón del comedor. Me saqué lo más rápido que pude la ropa quedándome completamente desnuda y abrí mis piernas para sacarme una foto de la concha. Volví a apretar y tomé otra foto, así cambiando el foco hasta llegar a tener más de 10 fotos de mi cuerpo.
   Me senté de nuevo en frente de la notebook, con la ropa puesta y le dije que había ido a preparar una sorpresa para él. Mientras lo seguí calentando diciéndole que me encantaría sentir su pija en mi cuerpo fui descargando las imágenes y seleccionando las que me parecían más sensuales hasta quedarme solo con 3 del total. “Mirá. Así de mojada estoy” le escribí y le mandé una de las fotos en las que se me veía completamente húmeda. “Que rica esa conchita!! Como te la comería toda!” escribió él y un calor recorrió mi cuerpo al leer eso y enseguida volví a meter mi mano adentro de mis pantalones.
   “Que ganas de sentirla toda en mi pija. Me encantaría que me cabalgaras la chota así de mojada” continuó escribiendo él y en ese momento me di cuenta que estaba tan caliente que tenía muchas ganas de verlo acabar nuevamente. “Y no sabés lo mucho que me excita verte así de duro” le puse yo para compensar. Continuamos alabándonos mutuamente mientras que nos tocábamos y yo observaba su mirada que no se movía del monitor de su pantalla. Gabriel me calentaba tanto.
   Después me dijo que tenía muchas ganas de ponerme de nuevo en cuatro para comerme un ratito la concha mientras sujetaba fuertemente mi cola con sus manos. “Sigo impresionado de la foto que me mandaste la otra vez. Tenés un orto hermoso” me puso y yo recreé la escena en mi cabeza. Pensar en sentir su lengua sobre mi cuerpo mientras yo estaba recostada sobre la cama me volvía loca. “Te lubricaría bien la conchita para cogerte muy duro en cuatro agarrándote bien fuerte de la cintura” me puso y no pude contenerme a colarme bien profundo un dedo.
   Gabriel se paró y con su mano comenzó a simular el movimiento de lo que me haría con su pija. Se movía bien rápido hacia adelante y hacia atrás mientras que con su otra mano simulaba tomarme por la cintura. “Qué lindo como me cogés” le escribí yo y él al leer eso comenzó a darme más duro. Veía como su enorme pene iba bien rápido a medida que él se pajeaba pensando en mi conchita mojada. Mi dedo seguía el ritmo. “No me podría contener los gritos de placer” le seguí escribiendo yo tratando de quemarle la cabeza. Sabía que eso le encantaba. Él iba cada vez más rápido.
   “¿Dónde querés acabarme?” le escribí después de que él siguiera moviéndose así mientras yo le decía lo mucho que me gustaba la manera en la que me estaba cogiendo. “Quiero llenarte la boquita de leche” me dijo él y nuevamente me sentí muy morbosa, muy puta. Entonces le dije que me arrodillaba frente a él y que comenzaba a pajearlo bien rápido con mi boca bien abierta. Él entonces se paró frente a la cámara y se alejó un poco hasta que su cara quedó enfocada. Pude ver su expresión de deseo a medida que yo le iba diciendo como movía mis manos por sobre su verga y como él lo hacía imitando a la perfección mi relato.
   “Te pajearía bien rápido, lamiendo tu cabecita cada vez que asoma y mirándote con mi cara que pide tu semen a gritos” le escribí y él se empezó a pajear tan fuerte que supe que en cualquier momento iba a terminar. “Quiero leche” le escribí. “Quiero tu leche” sentencié. Gabriel lanzó un primer chorro que salió disparado bien fuerte seguido de otros que acompañaban una acabada inmensa. Mientras tanto mi dedo seguía moviéndose bien rápido adentro de mi cuerpo, permitiéndome gozar de una manera increíble ante ese hermoso espectáculo de leche.
   “Que delicia como me hacés acabar” me escribió él y en su rostro pude ver la felicidad plena que sentía en ese momento. Me preguntó qué tan mojada había terminado y al sentir toda mi mano húmeda le contesté con la verdad: “Estoy terriblemente mojada”. En ese momento le dije que las chicas estaban viniendo y que tenía que irme y él me despidió con un beso y diciéndome que quería que nos veamos más seguido. Yo cerré el skype para que no me pasara lo de la otra vez, me fui hasta la pieza y me acosté en la cama junto a Gastón que dormía muy profundamente y poco a poco me fui quedando dormida con una sonrisa de placer en el rostro.


SIGUIENTE


OTRAS HISTORIAS:
UNA DIOSA. CAPÍTULO 1
LA MAMÁ DE MI MEJOR AMIGO (FANTASÍA)
CHICA DE CIUDAD. CAPÍTULO 1

3 comentarios - Placer 2.0. Capítulo 4

sponjfloyd +1
Uy cuando gabrielito la empome cómo va a quedar esta nenita
HistoriasDe
Jajajaja gracias por pasar!
juuli88 +2
con lo que me gusta el sexo virtual! y con lo que le estoy sacando provecho ahora jaja. me encanta! espero que siga la historia. 😉
HistoriasDe +1
Muchas gracias hermosa!! Va a seguir esta historia