me encanta que me hagan sentir bien puta en la cama

Como desperté temprano, salí a correr, apenas un top y unas  calzas súper ajustadas eran mis prendas para hacer ejercicio, corrí y sudé mucho, a mi paso puede notar como varias miradas se posaban en mi cuerpo al pasar, podía ver a quienes devoraban mis tetas subiendo y bajando al correr, imagino que mi trasero también fue objeto de deseo pero no podía darme cuenta.
Mientras el sudor invadía mi cuerpo y ya con mi mente relajada por el sueño y por el ejercicio, entonces comencé a recordar en su justa dimensión la cogida del día anterior, mientras notaba las miradas posarse en mi senos a medida que el sudor hacía más evidentes mis pezones, pensaba y recordaba, fantaseaba y corría al mismo tiempo, me calentaba y pensaba en estas líneas que hoy escribo; todo esto al mismo tiempo.
Pero ahora las cosas eran distintas, ya con la mente y con el cuerpo descansados, los efectos de los recuerdos empezaban a ser muy fuertes, ahora ya no estaba satisfecha comenzaba a estar caliente y a desear una buena dosis de verga como la que había tenido el día anterior.
Para cuando terminé estaba mojada de sudor y creo que un poco mojada también de la calentura, regresé a casa y era aún temprano, me bañé de inmediato, el efecto del agua templada sobre mi cuerpo empezó a tener sus efectos y al poco rato yo masajeaba suavemente mis senos mientras recordaba la sesión de ayer.
No terminé ni pensaba hacerlo, solo me relajaba un poco mientras tomaba el baño, al salir del baño mi marido ya me esperaba listo para ir a jugar el partido correspondiente a ese día, creo que estaban en finales y por eso habían jugado en días consecutivos.
Desayunamos juntos algo muy ligero, un poco de fruta y licuados, no es recomendable comer pesado antes de hacer ejercicio, y mi esposo se toma en serio sus diversos partidos.
Como podía esperarse y sobre todo tal como yo lo deseaba, en cuestión de minutos después de la salida de mi marido recibí una llamada de mi nueva conquista.
– Hola
– Hola
– Te invito a desayunar quieres?
– Claro 


Así que escogí un pantalón holgado a la cadera con una blusa de tirantes amarilla clara y escotada, me veía muy bien, sexosa, caliente, traté de no verme tan puta pero creo que no lo logré del todo.
Al llegar mi amigo por mí me preguntó si tenía alguna predilección por algún lugar y solo le pedí que me llevara al lugar más alejado posible para tratar de minimizar riesgos, así lo hizo y al final terminamos en un lugar muy apartado, pero muy rico y hasta cierto punto privado.
Desayunamos muy rico, el lugar era un pequeño restaurante, había algunos comensales, pero no estaba lleno, no había niños y esto siempre me hacía sentir más cómoda, había en su mayoría eran hombres y esto me hacía sentí aún más cómoda
Sin darme mucho cuenta empezamos a pasarla muy bien, más allá de lo bueno para coger, mi nuevo amigo era un excelente conversador, muy agradable y simpático, era atento, caballero, divertido y muy perverso 
Terminamos de comer y al poco rato mientras tomábamos el café ya estábamos muy juntos, comenzamos a besarnos primero tiernamente y luego de manera más intensa y cachonda.
En un momento dado ya nos dábamos un gustazo mientras no besábamos y empezamos a perder la dimensión de donde estábamos, fue cuestión de tiempo para que empezar a jugar con mis muslos por debajo de la mesa y rozar levemente mis senos de manera furtiva.
Poco a poco avanzaba en mis piernas, yo le facilitaba el trabajo abriendo mis piernas los más posible, al poco rato jugaba con la parte interna de mis muslos y yo empezaba a perder el control y a calentarme bastante, realmente me gustaba mucho este tipo y su actitud de macho perverso y cachondo, yo por mi parte no tenía otro rol que el que más me gusta: el de puta.
Ya muy calientes los dos, pedimos la cuenta para irnos de ahí y buscar tener más privacidad, saciar las enormes ganas que teníamos uno del otro, además quería exprimir a este cabrón, quería tomarme su leche y dejarlo sin una sola gota, quería que me bajara las ganas justo como lo había hecho el día anterior.
Me dijo que se moría de ganas por cogerme y yo le contesté que sus ganas eran por demás correspondidas, pero mi imaginación desde hace tiempo ya jugaba fuertemente con mi mente, quería jugar y explorar algunas fantasías
– Papi tengo ganas de jugar un poco, puedes complacerme?
– Claro que si  que tienes en mente?
 quiero que me lleves a un telo , quiero sentirme bien puta
– Que buena idea,
– La verdad papi es que me quiero sentir muy perversa hoy, llévame a uno barato, nada más que esté limpio, pero no me lleves a nada elegante entre más morboso mejor
– Eras una puta perversa 
– Si rey, pero tu me sacaste lo puta y ahora te aguantas
– No me quejo, me encantas
Y entonces me pegó un beso delicioso mientras me metía mano de manera más descarada, mi calentura estaba al límite.
– Espérame papi, tengo un pequeña sorpresa para ti
Y me fui al baño, llevaba en mi bolso un pequeño cambio de ropa que pensé que pudiera ser de utilidad en caso de que se dieran las condiciones necesarias, y esas condiciones se estaban dando.
En mi bolso llevaba conmigo un short muy corto y muy entallado de mezclilla, era tan corto que apenas cubría mis enormes nalgas, la combinación del short con zapatos altoss, eran de lo mejor, ahora si me veía como toda una callejera y me encantaba, para rematar me quite el bra y entonces mis pezones ya eran mas evidentes.
Al salir pude notar la cara de los comensales que me devoraban con la mirada y con la calentura que yo tenía esto me encantó, sin dudar ni perder tiempo se levantó y fue a mi encuentro.
Me tomó de la mano y buscamos la salida del lugar, caminamos un rato por la calle para subirnos a su coche, esos pasos me hacían sentir como una auténtica callejera, la zona nada elegante, a plena luz del día caminando por la calle del brazo de este hombre; los que me vieron seguramente no dudaron que estaban viendo a una puta con un cliente.
Subimos al auto y nos dirigimos al telo  quería sentirme la más puta, quería darle un experiencia diferente, 
Luego saqué mis tetas, era fácil luego de la pérdida del sostén, me ponía su verga en mi tetas y se sentía riquísimo, sin querer empecé a gemir y a masturbarme mientras se la mamaba.
No tardamos en llegar a nuestro destino, era un telol de mala muerte, cumpliendo mí pedido me llevó a algo muy falto de clase; este tipo de lugares alimentaban mi morbo y era justo lo que ese día mi concha pedía a gritos.
 al llegar mi amigo me confesó que ante mi petición pensó en se lugar para tuviera que bajarme y así exhibirme como una vulgar callejera.

La confesión me calentó en extremo, como consecuencia de ello, apenas al llegar al lugar y estacionarse en el estacionamiento común, me volví a abalanzar sobre su verga y seguir mamando, había algunos coches alrededor y creo que alguno de ellos estaba ocupado, el pensar eso me calentaba aún mas, he de confesar que después de tanta calentura lo hice terminar, me sentí bien conmigo misma, sabía que no él no quería terminar pero la calentura le ganó, con gusto me tragué toda su leche y me encantó.
Tomamos un respiro y nos arreglamos un poco, entonces me dijo
– Espérame aquí voy por la habitación
– Te acompaño papi
Se sorprendió y me sonrío pícaramente, entendió mi intención de exhibirme en todo su esplendor, al bajarme del auto, pude comprobar que efectivamente el coche de lado nuestro tenía gente adentro, eran un par de hombres que creo incluso que están tomado cervezas.






Nuestro cuarto estaba en la parte de arriba, bajamos del auto y el tipo me hizo pasar primero para subir las escaleras, con ello, a cada paso le regalaba un panorama excelente de mis nalgas, prácticamente las tenía en su cara, aprovechó para pegarme un par de nalgadas nada fuertes, yo me dejaba hacer y lo miraba pícaramente mientras subíamos.
Le di la espalda y me dirigí al cuarto, caminé los más sexy que puede, a los pocos pasos me alcanza y a empujones me mete al cuarto, yo me volteo y lo beso con pasión, le arranco la ropa y lo muerdo, busco su verga pero no me deja, luego me voltea, yo restriego mi culo contra su verga y lo muevo una y otra vez, me tira a la cama y se lo que me espera, una sesión de sexo salvaje y sin el mínimo romance, me encanta
Sentada en la cama lo tengo de frente, él sigue de pie, nuevamente tengo su verga en mis manos, tiene un olor a hombre que me encanta, la chupo con vehemencia, le aprieto lo huevos, luego la paso por mis tetas y volteo a verlo a los ojos con cara de puta
Luego me levanta y se sienta sobre la cama
– Mueve el culo
Lo hago tal y como me dijo
– Voltea a verme
Volteo y pongo cara de actriz porno, me veo deseosa de verga, muerdo mis labios y veo sus ojos
– Así te gusta cabrón, te gusta cómo muevo mi culo??
– Muévelo mas¡
– Así??? Así?? Tu pide mi rey¡¡ que rico¡¡¡ que vergota tienes 
– Ponte en cuatro patas
Así lo hago y por fin me empieza a coger, grito y me muevo, es un amante de lo mejor, me está metiendo una súper cogida justo 
– Nalguéame déjame el culo rojo¡¡ Ahyyy que rico coges¡¡, que vergota tienes papi
No tarda en hacerlo, sé que le gusta el sexo salvaje y a mi también luego le pedí cambiar de posición, lo acosté en la cama y lo cabalgué un rato, realmente lo violé, él sólo estaba sentado y yo hacía todo el trabajo


Luego le tomé las manos y lo hice que recorriera mi cuerpo desde los hombros hasta mis caderas, con toda la intención de que sintiera mis curvas.


Y me tomó de las nalgas y sentí de inmediato la descarga de electricidad que supone la llegada de mi orgasmo, inmediatamente moví lo más que pude las caderas y por fin llegó, era muy intenso
– Ahhhh, siii, siiii, que rico¡¡¡¡¡
Luego de un rato en esta posición me pide cambiar, me pone boca arriba, luego se monta encima de mi, posteriormente toma mis piernas y las coloca sobre sus hombros, en esa posición la penetración es intensa.
Entonces mi amante aceleró el ritmo y empezó a darme como me gusta, sus embestidas se convirtieron en salvajes y entonces yo ya no me movía, solo recibía su gruesa verga y me dejaba coger, al poco tiempo mis gritos eran tan sonoros que esporádicamente mordía la almohada para recuperar el aliento y descansar mi garganta.
– Ahhhh que rico¡¡¡, mas mas por favor¡¡¡ que buena cogida me estás dando 
– Te gusta?
– Me encanta¡


Durante varios segundos seguimos así, luego tomábamos un pequeño descanso y disminuíamos el ritmo, luego acelerábamos y repetíamos el proceso, esto duró varios minutos, luego de terminar yo un par de veces, sabía que era inminente que mi amante terminara, de esta forma me dispuse a cerrar lo mejor posible, por fin volteé a verlo, y fijando mi mirada en sus ojos, quise seguirle demostrando la clase de mujer que creo ser
– Te gusta mi culo papi?
– Me encanta
– Pues por favor dale duro a esta puta 

me encanta que me hagan sentir bien puta en la cama

, quiero que me hagas gritar¡¡
Y de esta forma aceleró el ritmo por última vez, cerca los dos de nuestro orgasmo sólo se escuchaban nuestros gritos
– Siiiii¡¡ que rico papiiiii¡¡¡ dame mas por favor¡¡¡
– Ahhhhh, me vengo¡¡¡
– Ahhhhhh, uffffff
Y así por fin ambos terminamos en un largo y delicioso orgasmo, durante horas nos dedicamos a darnos placer sin tegua ni descanso, en un momento dado le tuve que llamar a mi marido para decirle que iba a comer con una amiga y que llegaría tarde.
Toda la tarde estuvimos cogiendo de lo más rico, llegué a casa ya al terminar la tarde y al caer la noche, llegué toda cogida, llegué corriendo al baño para asearme un poco y que mi marido no se diera cuenta de mi estado
Volví a dormir plácidamente, con cualquier pretexto alejé a mi marido para no coger, estaba nuevamente satisfecha al máximo, había pasado una tarde gloriosa con un semental de primera que me hizo aullar de placer durante horas y horas


2 comentarios - me encanta que me hagan sentir bien puta en la cama

desencantado
Buen relato, y pensar que yo vivía en mardel...
Rolodolfo
como me ponen la chota al palo tus relatos y te imagino gozando con esa cara de perra que tenes....debes ser un infierno en la cama....!!!