Resident Evil 4, historia censuradas

Una pareja huyen de su pueblo, no sabían que les había pasado a su gente, ignoraban que sus amigos y familiares se habían convertido en ganados, gente afectada por las plagas, un organismo en forma de araña que entra en el cuerpo del anfitrión, controlando el sistema nervioso, anulando su voluntad.
Los ganados estaban empezando a matar o inocular huevos de las plagas a los habitantes del pueblo, las vestimentas de la pareja y las de los habitantes parecían del siglo pasado, ella llevaba una falda muy larga, con la cabeza cubierta con un pañuelo, él llevaba sombrero y una camisa y pantalones llenos de remiendos, fruto del duro trabajo del campo.
La joven estaba agotada de tanto correr, la pareja se refugio en una gruta, estaban asustados, pensaban que Satán había poseído el pueblo entero.
–quédate aquí, mirare si el camino está despejado - decía el joven dando un beso a su amada.
La chica estaba en la cueva, esperando con miedo, ¿por qué todo esto?.
Al cabo de un rato vio el brazo de su amado indicándole salir, ella, aliviada fue a abrazarlo, pero cuando salió de la cueva, vio a media docena de ganados manejando el brazo cercenado de su novio.
No tuvo tiempo de gritar, las manos taparon su boca y la llevaron a un cobertizo que había en el pueblo.
Una vez en el cobertizo, el alcalde Méndez, un hombre cuyo aspecto es como un Rasputín calvo en un cuerpo de coloso, observó a la muchacha y le pregunto.
-¿alguien más escapó?.
La joven estaba muda de miedo, el alcalde la agarró del cuello y la levantó repitiendo la pregunta.
La joven, presa del pánico dijo que no, entonces el alcalde agarró sus ropas y las arrancó, descubriendo un hermoso cuerpo de una jovencita de 16 años.
La tiró al suelo y ordeno a los ganados que se ocuparan de ella mientras el se encargaba de los detalles.
Los ganados miraron a la joven que se tapaba intentando protegerse de sus miradas, pero fue agarrada por todos lados mientras suplicaba que le respetasen la honra, los ganados cogieron cuerdas y ataron las manos a la espalda de la joven, rodearon con sus cuerdas los senos de la joven que notaba como los apretaban como una serpiente enroscaba a su víctima, colocaron una cuerda entre las piernas de la joven y la levantaron, la cuerda rascaba la concha de la chica que lloraba de dolor ante el áspero tacto, mientras un ganado encendía un barril.
Cuando terminaron de rascar su concha, la chica cayó de rodillas con la cara llena de lagrimas, no solo por el suplicio, sino por la muerte de su prometido.
Uno de los ganados agarro la cabeza de la joven y la obligo a chupar, la chica no quería, pero otro de los ganados le daba latigazos mientras el otro la obligaba hacer la felación a la fuerza.
La joven no sabia que le dolía más, su humillación o los latigazos.
Entonces la arrastraron hacia el barril, el metal de ese barril estaba al rojo y apoyaron sus senos en él.
La joven gritó con fuerza, en ese momento uno de los ganados la penetro con violencia, violando su virginidad.
-matadme, matadme, por favor – decía la joven mientras estaba siendo violada.
El ganado no tardó mucho en eyacular dentro de ella, la joven cerró sus piernas para que ellos no pudiesen ver el semen saliendo de ella, pero se podían ver un hilo que salía de su agujerito.
Cogieron la cuerda que enroscaba sus senos y la pusieron en una polea, elevándola con crueldad.
Ella gritaba por el dolor de sus pechos al ser apretados, mientras que uno de los ganados la abría las piernas y la penetraba con brutalidad.
La pobre chica sentía como su alma escapaba del cuerpo, quería paz.
Cuando eyaculo el ganado dentro de ella, soltaron la cuerda, la desataron y la echaron del cobertizo.
Ella, herida física y mentalmente, se levantó como pudo y intentó echar a correr, pero al levantar la vista, vio al que llamaban "el gigante" un monstruoso ogro de cuatro metros de altura, totalmente musculoso, y tenia el pene erecto.
El gigante agarro las piernas de la chica mientras ella gritaba piedad, las separó hasta casi arrancarlas y la penetro lentamente.
Los gritos de la joven recorrieron el pueblo entero, provocando la risa de los ganados, de repente, los gritos cesaron, el pene del gigante la empaló totalmente, al fin encontró el fin de su dolor.


El joven párroco del pueblo no veía con buenos ojos a Saddler, una persona extranjera cubierta con un manto y que lo sostenía un extraño bastón que palpitaba, había traído su extraña religión a su pueblo, una religión que adoraba a las plagas, el párroco era uno de los pocos que sabían sobre ese extraño organismo, una criatura capaz de poseer el cuerpo del ser humano y manejarlo como una marioneta, una criatura que dejó de existir hace tiempo, pero lo que más le atraía la atención era la mirada de Saddler, bajo esa túnica parecía habitar un demonio por el aura maligna que desprendía, no era del todo humano.
-padre, esta mujer necesita que la exorcicen – decían dos campesinos que entraron sin llamar trayendo a una chica joven.
El párroco la observo, parecía sana, pero había algo que iba mal.
-sois todos muy guapos ¿queréis tomarme? – Decía la joven.
-fornicó con mis hijos gemelos de 8 años, creemos que esta poseída – dijo el granjero.
-a mi se me tiro encima con intenciones lujuriosas – dijo el otro campesino. El párroco les pidió que la encerraran, que ahora hablaría con el alcalde Méndez.
Pasaron los días y la situación empeoraba, había tres chicas encerradas en la iglesia con síntomas parecidos a la primera, últimamente el pueblo era hostil, agresiones sexuales, agresiones físicas, insultos, ¿qué estaba pasando?, El alcalde le resto importancia diciendo que son cosas de jóvenes, al párroco le pareció una soberana estupidez, el se crió en Madrid y no vio nada parecido a lo que pasaba, ¿era posible que las plagas hubieran regresado?, No, imposible, lo único que quedan de ellas eran fósiles, no pueden resucitar.
Pero recordó el laboratorio secreto que Saddler mandó construir en la isla ¿era posible que la ciencia trajera de nuevo esos horrores? En ese momento tomó una decisión, ir al laboratorio, coger las pruebas de las plagas y denunciarlo a las autoridades antes de que se produzca una pandemia.
En ese momento un cocktail molotov entro por la ventana, quemando los bancos de la iglesia, le siguió una voz que decía.
-¡Cura muere!.
El párroco miro por la ventana, tuvo que apartarse para evitar que un hacha inpactase en la cabeza, pero vio un tumulto de doscientas personas con antorchas y malas intenciones, cogió los bancos que no ardían y los puso en la puerta para evitar que abriesen, pero la puerta no aguantaría, tenia que ir a la parte de arriba y pensar en una forma de escapar.
Cuando llego allá, vio con horror que las tres jóvenes se habían liberado y se estaban lamiendo entre sí, vieron al párroco que buscaba el picaporte de la puerta mientras observaba a las jóvenes, pero ellas fueron más rápidas y cogieron al párroco, la fuerza de las chicas parecía irreal, no tardaron en inmovilizarlo y arrancarles los hábitos, las chicas empezaron a besar al párroco con pasión mientras una de ellas empezaba a pasar su lengua por sus genitales, estimulándolos para que se ponga firme.
El párroco no podía hacer nada contra ellas, es cierto que le gustaba lo que le hacían, pero parecían enfermas ¿y si era contagioso? O peor ¿y si Satanás había poseído al pueblo entero?, Antes dé que pensase, una de las chicas se puso encima de su cara para que le lamiese la concha, mientras una estaba chupándosela y la otra disfrutando de su lengua, la tercera se le acercó al oído mientras le decía.
-espero que te guste este infierno, padre.
Cuando su erección estaba en su máximo punto, la chica que la chupaba se coloco sobre su pene y lo introdujo despacio.
-mmmmm que, que delicia – decía la chica que estaba siendo penetrada.
La chica que susurro al párroco se acerco a la chica penetrada y le lamió los senos como si fuera una lactante.
-mmmm deliciosas – decía la chica refiriéndose a las tetas de su compañera.
-no tanto como tu lengua – decía la otra chica mientras cabalgaba.
La tercera, la que estaba siendo lamida por el cura, se corrió en su boca soltando todo su néctar mientras aullaba de gusto, el cura también gritó de placer, llenando a la chica que le cabalgaba.
Esta, poco a poco se levanto, su concha rezumaba el semen del párroco, el semen que caía era recogido por la lengua de su compañera que relamía esa leche con ganas.
Después de terminar la leche sobrante, se coloco encima de al verga aún erecta del párroco, la chica que habían llenado se coloco delante de su compañera, lamiendo el pene y el coño mientras cabalgaban, la tercera estaba lamiendo el agujero del culo de su amiga, dejando sus senos al alcance del párroco, que los lamió con ganas, ya empezaba a sentirse "poseído" por esa diabólica fiesta privada. Los jadeos de los cuatro eran lo normal, disfrutando del calor de sus cuerpos, nada existía fuera, el tiempo se paró para ellos, el sudor de esas hermosas hembras cayendo en el cuerpo del párroco, unos bellos cuerpos que los andrajosos ropajes se encargaron de ocultar, pero ahora esos cuerpos están libres para la lujuria.
El párroco llenó a la segunda joven, apenas podía respirar, pero las dos jóvenes fertilizadas lamieron el pene del párroco entre las dos para ponerla a punto, la tercera se puso a 4 patas, esperando que la follen, esperando que la llenen.
Las chicas levantaron al párroco, cogieron su tranca y la guiaron al coño de la tercera joven, empujaron al párroco para que la penetrara, agarraron su culo para marcar el ritmo de penetración, la chica penetrada sacaba su lengua de gusto mientras sus senos bailaban por las embestidas.
Mientras la penetraba, el párroco sintió las lenguas de las otras dos chicas lamiendo su cuerpo, haciendo que sea imposible contenerse más, en ese momento, llenó a la tercera chica y cayó boca arriba agotado.
-gracias por tus hijos – decían las tres chicas mirándolo con una sonrisa diabólica mientras empuñaban cuchillos de grandes dimensiones.
El párroco no tuvo tiempo de sentir dolor cuando los cuchillos atravesaron su carne.

En el castillo de Salazar, un envejecido enano de veinte años parecido a un duende y que bestia como una versión azul de los duendes irlandeses, León y Ashley iban a montarse en un pequeño tranvía, Ashley era la hija del presidente, una veinteañera que llevaba una camisa naranja con un jersey envuelto en su cuello junto con una falda escocesa bastante corta, era rubia, pelo corto, de ojos verdes y orejas un poco de soplillo, tenia unas largas piernas cubiertas por unas botas que casi le llegaban las rodillas.
León era su guardaespaldas, alto, pelo corto, rubio, ojos azules, de constitución atlética y corpulenta por su entrenamiento de policía y guardaespaldas, llevaba unos pantalones vaqueros con zapatos deportivos y una camisa con su pistolera.
Ambos se sentaron y el pequeño tranvía se puso en marcha.
León miraba fijamente a Ashley, era preciosa, sobretodo cuando estaba de perfil, lastima que no se dejase tocar.
Ashley pensaba que León le había salvado muchas veces, además, esta mucho más bueno que su novio, decidió abordarle.
-León, ¿me puedes quitar las botas? Me duelen los pies – decía Ashley.
León se queda sorprendido ante esa petición, cogió las botas y las quitó lentamente, mostrando las piernas de Ashley en todo su esplendor, unas piernas con unos hermosos pies de doncella.
-¿me haces un masaje? – dijo Ashley con vergüenza.
León sintiéndose turbado, acarició los pies de Ashley, eran muy suaves y muy bien formados, sus manos acariciaban sus plantas, sus dedos, su piel, Ashley se sentía bien ante esas caricias, le daba vergüenza jadear, así que se contuvo.
-lo haces muy bien León – decía Ashley disfrutando del masaje.
Pero Ashley se fijo que había un bulto sobresaliendo del pantalón de León, este, con vergüenza le pidió que le disculpase, pero Ashley con la vista fijada en el bulto, puso sus pies sobre él y lo acaricio con suavidad.
-ah, Ashley, detente, no esta bien esto – decía León en un ataque de responsabilidad.
-no León, tu me has ayudado muchas veces y yo no hago más que meterte en problemas, déjame compensarte – decía Ashley aún con sus pies desnudos encima del bulto.
Ashley, sentía que ese bulto luchaba por salir, de modo que con los dedos de los pies bajo lentamente la cremallera del pantalón de León, liberando la verga que solo tenia un deseo.
Poseer a Ashley y llenar su agujero.
-es, es más grande que la de mi novio – decía Ashley
-lo es por ti – decía León con una sonrisa.
Ashley acaricio el pene de León con sus pies mientras le decía tímidamente.
-debe haber conocido muchas chicas.
-no, solo una, además de ti – decía León pensando en Ada.
-¿una novia? – Decía Ashley mientras los dedos de sus pies acariciaban el glande de León con suma suavidad.
-no, me temo que no – decía León con tristeza pensando que Ada es una enemiga.
Ashley se levantó, se agacho delante del pene de León y le pregunto a su guardián.
-¿puedo?.
-adelante – decía León sabiendo las intenciones de Ashley.
La joven acarició la verga de León con sus manos mientras aspiraba con suavidad su olor a hombre.
La punta de la lengua de Ashley recorría lenta y sensualmente el tallo del pene de León y después recorrió los bordes de su glande mientras acariciaba sus testículos con sus manos.
-¿te gusta? León – preguntaba Ashley.
León, con ojos extasiados le dijo si con la mirada, Ashley miro el instrumento sexual de León, al principio tenia miedo de asfixiarse, pero abrió la boca y lo engulló apretándolo lo más cuidadosamente posible con sus labios, el calor de su boca y el tacto de su lengua le daban a León mucho placer que de forma instintiva se manifestó acariciando los cabellos de Ashley, esta, le gustó ese gesto, los demás solo le agarraban la cabeza y le marcaban el ritmo hasta hacerla vomitar.
-no sabia que tu contrato laboral te obligase a hacer eso – decía una voz femenina.
León, de forma instintiva apartó a Ashley y agarro su pistola apuntando hacia la figura que proyecto la voz.
Era una mujer con una coleta fina, de pelo corto y negro, vestida con zapatos de tacón y un sensual vestido chino de seda, la mujer era alta, de complexión atlética y mirada felina, León la reconoció, era Ada.
-¿o las situaciones de peligro te ponen cachondo? Como en Raccoon – pregunto jocosamente Ada recordando el incidente de años atrás.
-aún no me has dicho como saliste de esta – dijo León recordando que Ada cayo de una gran profundidad en los laboratorios de Umbrella.
-todos tenemos secretos – decía Ada – pero veo que tu amigo no necesita ningún virus para ser enorme – prosiguió con una sonrisa.
León intento taparla, pero Ada fue más rápida y le agarro las manos.
-no te tapes, ya he visto tu "hermano siamés" detalladamente, además, deberías alimentarlo con mujeres de verdad y no con niñas – decía Ada apoyando su pecho en el de León.
-¡que fresca! Para ser muy mujer no tienes el pecho tan grande – decía Ashley disgustada.
Ada miró a Ashley, se acercó a ella y le toco los pechos, Ashley intentó detenerla, pero Ada le agarro las manos inmovilizándola, le quito la ropa que la cubría descubriendo los sensuales secretos de Ashley, acarició los pechos de la joven mientras le decía.
-mmmm, cierto, estas bien formada ¿podrías liar un habano con tus pechos? – Decía Ada mirando a los ojos de Ashley.
-o..oye ah, de.. Ah déjame, no soy mmmmm – decía Ashley entre jadeos.
-¿lesbiana? Yo creo que te gusta tanto el marisco como la carne en barra, pero eres inexperta – decía Ada al oído de Ashley.
Dejo de acariciar a la joven y se desnudó, lentamente, con sensualidad solo comparable a las historias eróticas.
León, hipnotizado por la desnudez de Ada, no pudo ver el movimiento que hizo, en cuanto se dio cuenta, él estaba de pie con la concha de Ada en su boca mientras ella, mostrando sus senos a Ashley, chupaba la verga de León.
-qu...que agilidad, se ve que ella sabe – pensaba Ashley mientras se acercaba  a la pareja.
Ashley entonces se agacho y succiono los testículos de León, pero tampoco se olvidaba de Ada, cuando su boca abandonó los testículos de su amante, sus labios acariciaron los pechos de la mujer.
Ada dejó su posición y se puso detrás de Ashley agarrando sus pechos.
-¡vaya! La niñita quiere jugar, deberías aprender a liar habanos – decía Ada.
Acerco los Pechos de Ashley al pene de León y una vez envuelto en los senos de la joven, Ada movió los pechos de Ashley.
-así se lían los habanos, preciosa, cuando vuelvas a casa coge los puros de tu padre, los deslías y luego con tus pechos los vuelves a liar – susurraba Ada al oído de Ashley.
-s..si maestra – decía Ashley jadeando.
-mmmm me gusta que me llames así, me encargare de convertirte en una autentica puta – susurraba Ada al oído de Ashley.
Ahora León estaba en el suelo, Ada se puso sobre su boca mientras que Ashley, con temor, coloco la cabeza del pene de León en su entrada, Ada le molestaba que tardase mucho, entonces golpeo los puntos de apoyo de las piernas de Ashley y esta cayó sintiendo como la verga de León la penetraba completamente.
Ashley sintió algo de dolor no podía evitar que le salieran lagrimas, pero Ada, acerco su lengua a los ojos de Ashley y saboreo sus lágrimas, en ese momento, Ashley se animo a cabalgar.
Las dos feminas disfrutaban con esta postura, Ada se acercó a los pechos de Ashley y los lamió con su saber hacer, Ashley tenia los pechos muy sensibles, acabó gritando de placer para luego desmayarse.
-tu amiga no esta acostumbrada a lo intenso ¿eh? – Decía Ada a León que la penetraba con su lengua.
En ese momento, Ada colocó su boca sobre la verga de León y la succionó con ganas, haciendo que León echase toda la leche dentro de la boca de Ada.
Pero esta no se lo tragó, se acerco al cuerpo inconsciente de Ashley, le abrió la boca y derramo la leche de León sobre la boca de Ashley, él último chorro cayó sobre los pechos de la joven.
-El "zumo de hombre" es bueno para que crezcan los pechos – decía Ada con una sonrisa, se puso sobre Ashley y le dijo a León que pusiera su tranca entre sus conchas.
Este obedeció, coloco su carne entre los labios unidos de las feminas y empezó un vaivén que Ada y Ashley agradecieron con jadeos.
Ada lamía el rostro de Ashley con la intención de despertarla, en medio del vaivén, Ashley se recupero del desmayo, no entendía que pasaba, solo que sentía placer.
León, dio un empujón final, derramando su esencia entre las dos chicas por segunda vez, León cayó agotado mientras que ambas chicas se lamían entre ellas limpiándose los restos de semen de León.
El espectáculo de los lametones levantó de nuevo la tranca de León, pero el ya no podía levantarse por la intensidad de esos orgasmos.
Ada le dijo algo al oído de Ashley, esta respondió sonrojándose, ambas se acercaron y se pusieron cada una a un lado del instrumento de León, con sus senos, envolvieron la tranca y empezaron a masturbarlo con ellos.
-¿qué opinas? León, una cubana con cuatro pechos ¿eh?.
León jadeaba con ganas, el sueño de todo hombre hecho realidad, pasó largo tiempo antes de que chorros blancos salpicasen a las chicas que sacaron sus lenguas para ver si algún chorro caía en ellas.
Los tres se vistieron, pero antes de irse, Ada le mando un beso a los dos diciéndoles.
-ya nos veremos, en mejores circunstancias.
Ada disparó un cable al techo y se elevó desapareciendo de la vista de la pareja.
-es una mujer increíble ¿por qué lo dejasteis? – Preguntaba Ashley.
-es una larga historia – respondió León.

1 comentario - Resident Evil 4, historia censuradas

metalchono +1
Tal vez, lo más molesto era escuchar a Ashley quejarse durante todo su rescate.
Bunnyofdaddy3
la verdad que si!!!