Chica de ciudad. Capítulo 5

Chica de ciudad. Capítulo 5

Esta es la historia de Celeste, una pueblerina de 18 años que sueña con la típica vida de una chica de ciudad, llena de locuras, deseos y sobre todo mucho sexo desenfrenado. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…

Capítulo 5: Hermosas obsesiones
   Si hay algo que me di cuenta rápido viviendo en la ciudad es el hecho de cómo una persona puede obsesionarse fácilmente. No es que en mi pueblo no haya pasado, siempre había algún deseo profundo por otra persona, pero la manera en la que se dio en esos meses nunca me había pasado. Podría decirse que toda esta historia está cargada de obsesiones, pero las que se manifestaron en esos meses llevaron a que las cosas cambiaran de rumbo muy rápidamente para todos los involucrados en la historia.
   La primera obsesión fue la que se mostró entre Lautaro y Laura, que después de declararse públicamente como pareja comenzaron un noviazgo que duraría un poco más de un año (spioler alert!). Pero… ¿Por qué hablo de obsesión? Es que de hecho eso fue, más que nada del lado de Laura. Estaba tan enconchada con Lautaro que casi se dejó de juntar con nosotras, pasaba muchísimo tiempo con él y sobre todo le dejó de gustar el hecho de que Guillermina estuviese cerca de su nuevo novio. Hay que recordar que los primeros días que ella se sumó al grupo hubo un poco de histeriqueo con Lautaro, pero nunca pasó a mayores ya que él empezó a salir con Laura enseguida y nunca llegó a concretarse nada. Sin embargo a ella le preocupaba el hecho de que siguieran relacionándose.
   - Me dijo que no le molesta, pero que está segura que Guille todavía le tiene ganas.- Me contó Vanina que había establecido una fuerte amistad con Laura.
   Yo traté de explicarle que no era así, a pesar de eso ni Vanina ni Laura querían escuchar. Eso empezó a afectarle a Guille, que por más que ella intentaba mantenerse lo más neutral posible se daba cuenta que las chicas comenzaban a evitarla y que Lautaro ya ni siquiera le hablaba. “Es una pelotuda” me dijo de golpe un día al ver como ella y su novio se iban rápidamente del aula para no tener que cruzarse con ella. Obviamente las juntadas dejaron de ser en la casa de Guillermina y en algunos caso ella no iba ya que no quería sentirse mal. El grupo empezaba a resquebrajarse.

   La segunda obsesión se dio tan solo unos días después de mi primera vez con Nicolás. Después de esa noche asombrosa en la que tuvimos nuestra primera vez, parecía que la relación iba a avanzar en un punto sobre ese nuevo e inesperado evento. Sin embargo al día siguiente él se dio el lujo de ignorarme por completo en la facultad, al punto de ni si quiera saludarme cuando nos cruzamos en el pasillo. “Desayunamos juntos flaco” pensé yo al ver como él se alejaba mirando para el otro lado.
   Pero el afán por ignorarme le duró poco. Esa noche me escribió preguntándome como estaba y como se mostró muy charlatán y con ganas de hablar conmigo decidí dejar pasar el hecho que me había ignorado esa tarde. Sin embargo su frecuencia de hablarme y escribirme mensajes fue en aumento durante las siguientes semanas que llegó un punto en el que no paraba de recibir mensajes de él. “¿Cómo estás?”, “Te extraño”, “¿Cuándo volvemos a vernos?” me escribía en todo momento inclusive cuando estábamos en la misma clase a pocos bancos de distancia.
   El problema fue que cuando estábamos frente a frente volvía a ser ese chico de 18 años tímido y callado que había sido durante las primeras semanas de clase. Ya no era más mi amigo, el que me aconsejaba, me escuchaba y bromeaba sobre mi vida, pero tampoco era el chico maduro y seductor que había demostrado ser esa hermosa noche de lujuria y pasión. Y la verdad que no soportaba su nivel de inmadurez.
   - Nicolás ¿Qué te pasa?- Le pregunté algo cansada cuando íbamos caminando en silencio para mi casa con la idea de terminar el trabajo que teníamos que entregar al día siguiente.
   - Nada.- Dijo él mirando al piso y yo estallé.
   - El primer día después de esa noche me ignoraste por completo y ahora me mandas mensajes hasta cuando dormís diciéndome que me extrañas, que me querés, que tenés ganas de estar conmigo y ahora no sos capaz de hablar. ¿Qué te pasa?
   Pero su respuesta no fue la que esperaba. En vez de contestarme o responderme porque se comportaba de esa manera (“soy tímido” hubiese sido una respuesta muy lógica) decidió besarme, o intentarlo ya que cuando se acercó a mí lo alejé por completo y le dije que quería una explicación verbal.
   - Te quiero Cele.- Me dijo de golpe como si fuese obvio.- Quiero estar con vos, me gustás… No sé…
   Lo miré confundida. Obviamente sabía eso, pero su actitud seguía pareciéndome bastante inmadura para una persona que en su interior deseaba llevar una relación adulta. Le confesé que me preocupaba el hecho de cómo se comportaba y él no tuvo mejor idea que responderme “así soy yo” lo que hizo que yo me fuera y lo dejara parado y solo en ese lugar.

   Por último nos encontramos con un triángulo de obsesiones, algo sumamente peligroso, más si se da en un grupo de amigos. Facundo seguía interesado en tener sexo conmigo y de hecho lo seguimos haciendo inclusive después de que yo me acostara con Nicolás (creo que mi discusión con Nico hiso que me dieran más ganas de acostarme con Facundo), pero era solo una relación sexual y eso generó que yo me empeñara más en hacerme notar frente a él. No obstante él seguía ignorándome (o no prestándome la atención que yo quería) los días de semana.
   A su vez él había comenzado su pequeña obsesión por Vanina. No sé qué fue exactamente lo que lo atrajo tanto de ella, es cierto siempre fue una chica linda y simpática, pero no tenía la actitud ni la decisión que yo tenía y mucho menos mi cuerpo. Pero era obvia su atracción hasta ella, siempre le hablaba, la miraba, trataba de hacer comentarios que la incluyeran. Para colmo Laura se había dado cuenta al igual que yo y comenzó una especie de operación para separarme a mí de él e intentar unirlo con su nueva mejor amiga.
   - Lo hace porque sabe que yo estoy con vos en su decisión con respecto a Lautaro.- Le dije a Guillermina cuando le conté que Laura había organizado un nuevo grupo de estudio con Lautaro, Facundo, Vanina y ella, dejando de lado a Valentín que también empezaba a hartarse un poco de ella.
   El grupo que hacía tan solo unas semanas parecía completamente unido y destinado a durar varios años, ahora se tambaleaba en algunas amistades que por momentos parecían forzadas y en relaciones que se resquebrajaban por culpa de las obsesiones que se iban dando. Parecía muy distante la época en la que salíamos todos los fines de semana y disfrutábamos de momentos juntos sin importar quién se iba con quien o cómo terminaba cada uno la noche.

   El estallido se dio la noche del cumpleaños de Facundo. Ese martes 7 de Julio empezaron los inconvenientes cuando Laura, sin razón alguna, se ofendió porque Guillermina se enteró antes que ella que el sábado íbamos a ir a su cumpleaños. “Cualquiera que le avisara a ella antes que a mí” dijo sin ningún inconveniente en frente de mí y de Valentín que ya nos habíamos cansado de su soberbia y sus constantes ataques a Guille. Durante la semana la cosa no mejoró. Tras un ataque de celos de parte de ella porque él estuvo hablando un buen rato de la clase con otra chica con la que se llevaba bien, Laura le hizo un escándalo frente a toda la facultad que terminó en una pelea en la que él la trató de loca y ella terminó llorando desconsoladamente con Vanina y conmigo.
   El sábado la cosa parecía mejorar, pero fue por muy poco tiempo. En una emotiva charla y bastante madura de parte de Lautaro, él y Laura se reconciliaron después de dos días de estar peleados y su noviazgo siguió curso. Mientras tanto en la otra punta de la habitación Facundo se encaraba a Vanina que no paraba de mirarme para ver mi reacción al verlos hablar frente a frente. Pareció que mi cara de odio le importó poco y nada, porque pasada la una de la mañana empezaron a transar sin ningún inconveniente delante de todo el mundo. Mi cara de indignada debió ser tan notoria que tuvo que acercarse Guillermina para decirme que me controlara y me sacó al patio.
   Ahí fue cuando me reencontré con Bautista (el amigo de Facundo que les había nombrado anteriormente), que estaba fumándose un cigarrillo sin enterarse de todo lo que pasaba. Las neuronas me hicieron sinapsis instantáneamente. Hace unos meses en una noche bastante descontrolada, cuando Facundo y yo recién empezábamos nuestra relación, salimos a bailar con Bautista y él me encaró pensando que yo era Vanina. Cuando se enteró que en realidad yo era Celeste no sabía dónde meterse, sin embargo eso pareció importarle poco cuando al día siguiente me empezó a escribir por whatsapp. Yo dejé de hablarle porque después de todo estaba saliendo con su amigo, pero parecía el momento indicado para retomar esas viejas conversaciones.
   Fui bastante directa. Después de indicarle que Facundo y yo estábamos en nada seguimos hablando sin problema y en medio del boliche empezamos a chapar un poco alejados del grupo para que nadie pudiera vernos. Bautista era bastante lindo e igual de extrovertido que su amigo, pero a mi parecer era un nabo, sin embargo era la persona indicada para vengarme de lo que Facundo me había hecho. Él se estaba comiendo a una amiga mía, ahora me tocaba a mí estar con un amigo de él.
   Nos fuimos dejando llevar por los besos y el alcohol que ya hacia su efecto y al cabo de unos minutos nos dimos cuenta que nos besábamos de una forma bastante zarpada al punto de que algunas personas empezaban a mirarnos. Bautista me manoseaba el culo de una manera muy exagerada y pasaba uno de sus dedos por entre mis cachetes entangándome toda. Cuando la cosa no daba para más y las lamidas por el cuello empezaban a ser muy alevosas le propuse que nos fuéramos del boliche.

   Entramos a su casa intentando no hacer ruido ya que la pieza de sus padres estaba al lado de la puerta de entrada. Atravesamos un pasillo largo hasta llegar al fondo de la casa y ahí entramos a su pieza. Bautista cerró la puerta y la trabó con una silla y cuando se dio vuelta se encontró con que yo ya me había acostado en la cama y me había sacado las botas y el top, quedándome en short y corpiño. Él sonrió y vino casi corriendo hasta mí.
   Comenzamos a besarnos bien caliente, con esos besos que tienen solo la intención de prender fuego, mientras que las manos se movían como locas por el cuerpo del otro. Esa noche usé excesivamente mi lengua, pasándosela por el cuello, pro la cara y por todo el pecho después de sacarle la remera. Bautista, al igual que Facundo era un chico de mucha plata, carita linda y un cuerpo bien trabajado. La mayor diferencia se daba en que tenía una pija bastante más chica que él, a pesar de eso no tuve problema en tomársela con la mano y comenzar a pajearlo rápidamente al mismo tiempo que él me desabrochaba el corpiño y manoseaba mis tetas.
   Amagué a meterme su verga en la boca pero en ese mismo instante él se levantó y fue hasta su escritorio para buscar un preservativo y ponérselo rápidamente por lo que yo directamente me seguí tocando a mí misma para mojarme un poco más y hacer más placentero el momento. Bautista volvió a la cama y de forma bien violenta se recostó sobre mí y me la metió en una abrir y cerrar de ojos. Yo ahogué un grito sabiendo que su familia no podía escucharme y una vez me acomodé debajo de su cuerpo empecé a disfrutar del momento.
   Él era muy feroz, muy bestial a la hora de cogerme. Lo hacía con bastante brusquedad pero para la ocasión era perfecto, después de todo, lo que yo quería era sexo fuerte y sin sentido. Comencé a relajarme y dejé que su pija me diera el placer que necesitaba. Me animé a gemirle al oído, que estaba pocos centímetros de mi boca y eso pareció encantarle ya que su cintura se volvió loca yendo de atrás hacia adelante penetrándome con total salvajismo.
   - ¡Ay sí! ¡Cogeme papi!- Le decía casi en un susurro con voz de trola.
   Bautista se descontroló por completo. Levantó un poco su cuerpo por encima del mío y se apoyó sobre sus manos que estaban a cada lado de mi cuerpo y me miró con una cara de depravado que me preocupó y me excitó al mismo momento. Después comenzó a moverse más lento de lo que lo venía haciendo, pero con mayor fuerza. Alejaba su cintura un poco de mi cuerpo y después la acercaba una vez más penetrándome bien a fondo con toda su potencia y causándome unos gritos que tuve que meterme una mano en la boca para no hacer ruido. Tras repetir ese movimiento unas cuantas veces, volvió a cogerme con más rapidez y un poco menos de intensidad, sin embargo sentía su pija que entraba y salía de mi cuerpo y me calentaba más y más.
   Después decidí ser yo la que dominara por un tiempo. Él se acostó boca arriba en la cama y yo me senté frente a él. Apoyé mis manos en su cuerpo y empecé a moverme agudamente hacia adelante y hacia atrás saboreando toda su pija con mi conchita que ya se encontraba totalmente mojada. “¡Huy mi amor!” dijo él en un momento y abrí los ojos para ver su cara de placer que era máxima. Sus manos se aferraban con suerte a mi cintura que se movía como loca sobre su cuerpo. “¡Sí, seguí!” gimió después y supe que estaba a punto de acabar. Decidí darle un hermoso orgasmo y empecé a moverme aún más rápido y haciendo fuerza hacia abajo con intensión de que su pija se adentrara aún más en mi concha. Sus manos se apretaban aún más en mi cuerpo. Su cara de placer era máxima.
   - ¡Si mi amor!- Volvió a gritar él sin importarle que su familia pudiera escuchar.
   Sentía su pija latir adentro de mi cuerpo y como el preservativo se llenaba de semen. Me quedé quieta y comencé a mirarlo. Mis manos seguían apretando su pecho en sentido dominante y mi mirada seguía desafiante a pesar de que él estaba totalmente sometido a mí. No dijimos nada por unos segundos, mi mente comenzaba a pensar sobre lo que podía llegar a pasar después de eso, cosa que quería evitar. No quería pensar en ese momento, solo quería coger.
   - ¿Te bancas una segunda vuelta?- Le pregunté.


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4 comentarios - Chica de ciudad. Capítulo 5

Beatuille +1
Buena cogida para terminar un capítulo lleno de peleas.
Me excitó, mi pija se engordó, se endureció, se alargó y se mojó. Me hubiera gustado ser yo el que cogiera a Celeste.
Estoy deseando leer el siguiente capítulo.
HistoriasDe
Muchas gracias!! Me alegra que te haya gustado. Ya se vienen capítulos nuevos
Beatuille +1
Gracias a ti, por escribirlos y publicarlos.