Niña bonita (Fantasía)

Niña bonita (Fantasía)

Una historia, un protagonista, una fantasía. Todos nos hemos dejado llevar alguna que otra vez por nuestra mente. En esta página nos interesan las fantasías y los protagonistas de nuestros relatos se encargan de vivir las suyas a flor de piel. Una historia por día, un protagonista nuevo, una fantasía distinta. Dejate llevar por la imaginación...

Niña bonita
   ¿Y cómo puedo resistirme si viven viniendo a mi casa? ¿Cómo puedo resistirme si las veo tomar sol en malla y metiéndose a la pileta con esas bikinis diminutas? Las pibitas de hoy vienen cada vez más buenas y no encuentro la forma de resistirme a ellas. Para colmo son zarpadas, hablan de sexo y se cuentan cosas que le volarían la cabeza a cualquiera. Imposible resistirse a ellas.
   Me llamo Joaquín, tengo 26 años y estoy re caliente con las amiguitas de mi hermana. ¿Para qué negarlo? Las pibas de 18 años vienen cada vez más zarpadas y más trolas. “Pero les llevas 8 años” me dice mi mejor amigo cuando le cuento que mi hermana las invitó a tomar sol. En total son 4, una más linda que la otra. Flaquitas, bien tostadas, de carita hermosa y de 18 años. Pero hay una que me vuelve loco.
   Soledad es la mejor amiga de mi hermana y es una bomba. Flaquita, alta, pancita hermosa, cola preciosa, tetitas perfectas y una carita divina, con ojitos claros y pelo negro. Un divina total. Vive en mi casa desde que mi hermana la conoció en la secundaria. Las dos van todo el tiempo juntas a todos lados y ahora que arrancó el verano ella está siempre en la pileta de casa. Natalia, Florencia y Juliana completan el grupo de amigas de mi hermana y a lo que yo llamo, las niñas bonitas.
   Siempre fui muy canchero con ellas, buena onda y ellas son simpáticas conmigo. Cuando vienen a casa suelo cocinarles y tratarlas como invitadas a todas (inclusive a mi hermana) y es por eso que ellas me tratan bien. Pero cuando se van a la pileta y yo salgo al patio, tengo que ponerme lentes de sol para disimular un poco. Imposible no distraerse con esos culos y esos cuerpos hermosos que tienen.
   Pero no todo queda en lo que uno ve. Una noche que ellas pensaron que yo me había ido de la cocina, estando en el comedor empezaron a hablar de sexo. Al principio fue Florencia y Juliana que contaron la experiencia de su primera vez. Mi hermana y Natalia seguían siendo vírgenes. Cuando le llegó el turno a Soledad, comenzó que ella y un tal Manuel ya lo habían hecho varias veces y que lo que más le gustaba a ella era cuando él se la chupaba.
   - No saben lo lindo que es.- Contaba emocionada y yo escuchaba atrás de la puerta con atención.- Te abre las piernas y te empieza a chupar, chicas. ¡Placer absoluto! A veces baja hasta la cola y me la empieza a chupar también. ¡Me vuelve loca!
   - ¿Y le entregaste la cola alguna vez?- Le preguntó Natalia intrigada.
   - Todavía no, pero él ya me la pidió.- confesó Sol.
   - ¿Y te sigue atando a la cama?- Siguió interrogando Natalia.
   - Sí.- Le contestó Soledad.- Le encanta atarme a la cama y hacerme su esclava.
   ¿Y cómo puede uno resistirse a esos comentarios? Desde aquella noche que la escuché decir eso, cada vez que la miro no paro de imaginarme ese culito en cuatro bien roto. Soledad me vuela la cabeza más que ninguna otra. Verla en malla acostada en una reposera tomando sol de espaldas es un placer increíble. Su cuerpo húmedo y tostado bajo los rayos del sol es cada vez más hermoso.
   Pero las conversaciones no quedaron ahí. Mi hermana tiene la mala costumbre de dejar su celular por toda la casa y un día lo dejó en el comedor mientras yo estaba mirando la tele y le empezaron a llegar mensajes de sus amigas. Al ver que eran de Soledad, no me pude aguantar y tuve que entrar a ver. “Chicas, le entregué la cola a Manu” decía el primero y tuve que seguir leyendo. “Al principio me re dolió, como que no la abrió bien. Pero después buscó lubricante y volvió a intentarlo. Era incómodo al principio, pero después no. No saben lo bueno que está!!!” siguió contando y tuve que dejar el celular para que no me diera un ataque al corazón. Le gustaba que se la chupen y después bajaran hasta su cola. Cogía seguido con este tal Manuel. ¿Y ahora le gustaba que le hagan la cola? Definitivamente esta pendeja me iba a volar la cabeza.
   No quedó todo ahí. Un día entro al comedor y estaba mi hermana mandándose mensajes con ellas, coordinando una salida que iban a hacer esa misma noche. En una se levanta y se va al baño y su celular seguía sonando. La curiosidad volvió a controlarme y lo tomé para ver sus mensajes. “Y pensar que podríamos ser cuñadas” decía el primero que leí y al no entender tuve que ver la conversación. Venía para rato, pero como no tenía tiempo busqué los mensajes de Soledad. Hasta que vi uno de Florencia que le decía a mi hermana “Llevalo esta noche a tu hermano que le hago la fiesta” y me llamó la atención, pero al seguí leyendo veo que Soledad le decía que ella había estado atrás mío desde hacía años y si alguien me iba a hacer la fiesta era ella. No podía creer lo que veía y la conversación seguía. “Ay Sole si el no te mira a vos. Me quiere a mi. Aparte vos estas con Manu” le decía Florencia y Soledad le contestaba “Que me importa, por Joaquín lo dejo a Manuel jajaja”.
   Dejé el celular rápido en la mesa al escuchar que mi hermana entraba y se lo alcancé diciéndole que no paraba de sonar. Salí y me fui a la pieza. ¿Soledad estaba tras mío? ¿Y Florencia también? Las dos estaban buenísimas, pero si tenía que elegir una, me quedaba con Sole para toda la vida. La niña bonita que le gusta que se la chupen y que le hagan la cola. Seguro que si le hacen eso no debe tener problema de nada. “Yo seguro la haría acabar muy bien” pensé mientras me sentaba en el sillón de mi pieza. No lo podía creer…


   Miré por la ventana y de repente las amigas de mi hermana estaban ahí. Soledad salía de la pileta en malla, entraba a la casa y a los segundos escuché que golpeaba la puerta de mi habitación. “Pasá” le dije yo que seguía sentado en el sillón. Ella entró y caminando de manera muy sensual se acercó hasta mi y se agachó hasta apoyar sus manos en los apoyabrazos.
   - Quiero que me cojas Joaquín.- Me dijo con voz de puta.- Quiero que me domines y me cojas.
   Me levanté y tras empujarla contra la cama fui hasta el cajón del placard y saqué dos pañuelos negros que tenía guardados. Ella enseguida estiró los brazos hacia las puntas y se dejó atar con total tranquilidad, una muñeca a cada lado de la cama. Después me miró sonriendo y pude ver el deseo en sus ojos.
   Me desvestí y me acosté encima de ella y nos besamos con pasión y nuevamente las ganas se hicieron notar en ese beso. Recorrí todo su cuerpo con mis labios, desde sus brazos, su cuello, su pecho hasta sus piernas. Le saqué la bikini y jugué un rato con sus tetitas, lamiéndolas y poniéndole bien duros los pezones y después seguí bajando. Una vez llegué a la parte de debajo de la malla se la fui bajando con los dientes y ella se reía con una risita cómplice y placentera.
   Volví a subir mis labios por sus piernas, besando cada centímetro y cuando llegué a su cintura ella cruzó las piernas como privándome la entrada. La miré y sus ojitos cómplices volvieron a verme. Le abrí las piernas y sumergí mi cara para lamerle la concha. ¡Qué rico gusto que tenía! Toda bien depiladita y calentita, se mojaba cada vez que le pasaba mi lengua. Soledad comenzó a gemir suavecito y yo seguía jugando con mi boca sobre su cuerpo. Le lamía el clítoris y le pasaba los labios por todos lados.
   Sabiendo lo que le gustaba, le levanté las piernas y su colita quedó bien visible. Enseguida bajé y comencé a chupársela pasándole la lengua como loco y ella no pudo contener sus gemidos de satisfacción. “¡Ay sí, como me gusta!” me decía y yo seguía chupándole la cola y la concha con ganas. Probé con un dedito en ese culo y como era de esperar, entró sin problemas. “¡Que rica cola que tenés!” le dije u seguí metiéndole un dedo mientras le volvía a lamer la concha.
   - Quiero que me cojas la cola. ¡Quiero que me la cojas bien duro!- Me pidió.
   Me arrodillé y ella colocó sus piernas en mis hombros. Apoyé mi pija sobre su conchita que estaba re mil mojada y se la metí de lleno. Soledad pegó un grito de placer y me miró una vez más con esa sonrisa de satisfacción. Comencé a darle bien duro pero despacito y cada vez que se la metía a fondo ella gemía del placer. “¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!” decía solamente y yo le daba cada vez más duro. Mi pija entraba y salía de su cuerpo. Pero yo quería su cola.
   Se la saqué y la apoyé contra la punta de su culito. “Sí, cógeme la cola” me dijo haciendo puchero y empecé a hacer fuerza. A medida que iba entrando podía notar lo mucho que me gustaba que le cogieran la cola. “Sí, me gusta” me decía y yo seguí empujando hasta tenerla toda adentro de su culito. Le tomé las piernas y comencé a darle bien duro y rápido. Soledad no paraba de gritar y se notaba que le encantaba.
   - ¿Te gusta cómo te cojo la cola?- Le pregunté dándole más fuerte y duro.
   - ¡Sí! ¡Me encanta!- Dijo ella y se dejó coger.
   Estiró sus piernas casi hasta pegar sus rodillas contra su pecho y su colita quedó más expuesta todavía y yo se la seguí cogiendo cada vez con más furia. Ella ya no intentaba disimular los gritos, que se debían escuchar por toda la casa y el patio. Mi pija entraba y salía de su cola a toda velocidad. La imagen de su cara, con sus ojos cerrados y su boca entreabierta gimiendo como loca me volaba la mente. Quería llenarla de leche.
   Le saqué la verga de la cola y ella tiró las piernas sobre el colchón. Arrodillado me acomodé sobre su pecho y comencé a pajearme encima de sus tetas. Soledad tiró la cabeza hacia abajo y sacó la lengua predispuesta para recibir toda la leche. Y el semen empezó a salir y fue a parar a sus gomas y a su boca abierta. Uno, dos y tres chorros impresionantes salieron directo a su cuerpo y ella sonreía complacida…


   ¡Ring! Sonó el timbre y abrí los ojos. Volví a estar sentado en el sillón de mi pieza. Abrí la puerta y bajé por la escalera pero mi hermana llegó primero y le abrí a Soledad que estaba vestida con la ropa para salir esa noche. La miré y ella me sonrió. Le guiñé un ojo y ella me devolvió una risita cómplice, la misma que me había imaginado en mi cabeza. Si ella estaba atrás mío hacía años, había que aprovechar la oportunidad. Me iba a coger a la mejor amiga de mi hermana. Me iba a coger a la niña bonita.


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2 comentarios - Niña bonita (Fantasía)

level8282 +1
muy bueno..me encanta como relatas....🔥🔥 +10
HistoriasDe
Muchas gracias!! Hay más para leer y van a venir relatos nuevos
Pervberto
Profunda ensoñación. Se adivina que estos personajes volverán.
HistoriasDe +1
Por el momento es una fantasia suelta, pero capaz que algun dia se haga realidad... Quien sabe?