Elige tu propia aventura sexual 1.10

                                                 Volver a mentirle

   - Ni idea amor.- Le dije sin saber que otra mentira contestarle.- Debe de haberla mandado alguno de los chicos.
   - ¿Vos te pensas que yo soy pelotuda?- Me respondió y alejó el teléfono.
   Comenzó a pasar las fotos y observó que no solo se trataba de una, sino de cientos de ellas, es que al fin y al cabo tenía el celular repleto de fotos de Florencia desnuda. “¿Vos me estás cagando con esta mina?” me preguntó. Yo intenté arrebatarle el celular de las manos pero no pude. Valeria fue más rápida que yo y corrió las manos para luego salir del baño. Yo la seguí, desnudo, completamente mojado pero la intención de recuperar mi celular.
   - Es Gonzalo el que me mandó las fotos de esa mina.- Le dije de pronto al darme cuenta que esa mentira hubiese sido mejor desde un principio.
   - ¿Gonzalo? ¡¿Gonzalo?!- Gritó ella- ¡Acá dice que te las mandó ella!
   Empezó a leer la conversación en vos alta y los mensajes se oían completamente distintos ahora que los decía ella con su voz. No podía estar pasando eso, no podía Valeria enterarse de esa manera. Siguió leyendo la conversación en voz alta y cuando me acerqué a ella con el objetivo de recuperar mi celular me resbalé al tener los pies mojados y me caí sobre una de las cajas de la mudanza. Ella no se inmutó y siguió leyendo la conversación.
   Intenté levantarme pero no pude, me había golpeado bien fuerte la espalda y no podía moverme. Entonces lo peor ocurrió. Valeria llamó por teléfono a Florencia con el manos libres. “Hola bombón. ¿Vas a venir a casa a cogerme? ¡Te estoy esperando!” atendió Florencia y mi novia enseguida le contestó. “¡Sos una puta!” le gritó y un hilo entero de insultos le siguió a ese. Las dos empezaron a pelearse a los gritos y sin dudas Vale era la más sacada de todas, pues le decía de todo a mi amante que solo se limitaba a gritarle cornuda y a comentarle algunas de las cosas que habíamos hecho en la cama. Era un espectáculo horrible para mis ojos. En ese momento reaccioné.
   Me levanté de golpe y le saqué el celular a Valeria de las manos y lo tiré al piso y este se rompió. “¡Sos un hijo de puta!” me gritó ella y me legó una trompada de la que alcancé a cubrirme y golpeó en mi hombro. Ella salió corriendo hasta la pieza y yo la seguí pero cuando entré ella tenía un cuchillo en la mano, uno que habíamos usado para cortar la cinta de las cajas. “Vale, por favor” le dije tratando de calmarla pero fue para peor. Ella se enojó y empezó a revolear el cuchillo por los aires mientras metía toda su ropa en una caja de manera desordenada. Yo seguía desnudo, mojado, observando como ella actuaba mientras intentaba hablar con ella.
   Pero Valeria no quería hablar. Agarró rápidamente la caja y salió de la pieza. La seguí nuevamente y llegó hasta el comedor donde puso su caja arriba de otra. “¡No!” dijo de golpe y me quedé quieto. “Yo no me voy a ir. ¡Vos te vas a ir!” dijo después y empezó a acercarse a mí con el cuchillo apuntándome. Era la primera vez que la veía así de enojada y no sabía si me iba a lastimar o no. Por primera vez en años le tenía miedo, no sabía que era capaz de hacer con ese cuchillo y eso me asustaba.
   - Dejame ir a la pieza a buscar ropa y me voy.- Le dije asustado.
   - ¡No!- Replicó ella y se corrió hacia su derecha para que no pudiera pasar a nuestro cuarto.- ¡Tanto te gusta cogerte a otras minas! ¡Salí desnudo! ¡Así podes cogerte a quien vos quieras, pelotudo!
   Me siguió arrinconando contra la puerta de salida. Pude agarrar las llaves del auto y la billetera, podría ir hasta nuestro viejo departamento que ahí había quedado algo de ropa, pero iba a tener que ir completamente desnudo. “Vale, por favor” le volví a decir pero ella siguió gritando. No tenía mi celular a mano, no podía hacer nada. Abrí la puerta que daba al palier y salí corriendo por las escaleras.
   - ¡Violador suelto en el edificio!- Empezó a gritar ella y escuché con las puertas de los vecinos se abrían. Estaba perdido.

   Sin dudas las decisiones que tomaste no fueron las mejores y tu viernes a la noche no terminó como te lo esperabas. Tenés la posibilidad de volver el tiempo atrás a la última decisión y elegir nuevamente o de empezar todo de nuevo y probar mejor suerte. Vos elegís.


Última decisión

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