Elige tu propia aventura sexual 1.6

                                          Decir que vas al baño

   - Chicas voy al baño. Ahí vuelto.- Les dije a mis compañeras de trabajo que casi ni me prestaron atención.
   Empecé a caminar entre las mesas del bar y mi cabeza carburaba a mil. ¿Con que me iba a encontrar en el baño? El bar en ese momento se encontraba repleto de gente, ¿íbamos a tener la privacidad necesaria para que Paula me hiciera un pete? Subí las escaleras para ir al baño y el primer piso se encontraba algo más vacío, cosa que me tranquilizó. Caminé por un pasillo corto y me encontré frente a dos puertas. ¿Dónde estaba Paula? ¿En el baño de mujeres o en el baño de hombres?
   De golpe se abrió una de las puertas y una mano me sujetó del cuello de la camisa y me obligó a entrar. A las apuradas Paula me metió en uno de los cubículos y me empujó contra la pared para cerrar la puerta. Yo esbocé una sonrisa y una risita cómplice pero ella llevó su dedo índice a mis labios para indicarme que haga silencio. Se escuchaba algo de música desde afuera, sin embargo el baño estaba mucho más silencioso. Ella se acercó una vez más a mi oído:
   - ¡Shhhh! Nadie puede escucharnos.- Me dijo casi en un susurro y yo asentí con la cabeza.
   Me besó. Sus labios estaban húmedos y eran bien carnosos, sin duda iban a ser algo muy placentero. “Luciana me habló mucho de vos. Pero estás mucho más bueno de lo que me imaginaba” dijo para luego bajar a lamerme el cuello. ¡Qué trola que era! De golpe alguien entró al baño y ella se quedó quiera y volvió a poner su mano en mi boca para que no hiciera ruido. Eran dos chicas que entraron hablando mientras que una pasó al cubículo de al lado al que estábamos. La puerta estaba cerrada con traba y llegaba hasta el piso por lo que nadie podía vernos. Ella me volvió a lamer el cuello y la presencia de las otras dos personas se volvió algo insignificante para mí.
   Cuando ellas se fueron unos minutos más tarde, Paula se arrodilló adelante mío. Me desabrochó el cinturón y me bajó el cierre del pantalón bien despacio pero yo estaba tan duro que el bulto se asomó enseguida. Ella lo agarró por encima del bóxer con una sonrisa y me miró mordiéndose los labios. “Me la voy a comer toda” me dijo moviendo los labios y sin emitir un solo sonido. Enseguida entró alguien más al baño y al comprobar que el cubículo donde estábamos nosotros estaba ocupado, se metió al de al lado. Paula siguió tocándome por encima del bóxer mientras que yo me mantenía inmóvil, apoyado contra la pared y con los pantalones bajos y la verga completamente dura. Ella metió la mano y me la agarró firmemente para después dejarla al descubierto. Volvió a mirarme con sus ojos de gato y tras masturbarme unos segundos me la empezó a chupar.
   Se la metió en la boca lentamente, muy despacio y pasando sus hermosos labios de petera por cada centímetro de mi pija. Luego volvió la cabeza hacia atrás hasta que su boca quedó en la punta de mi verga que estaba toda roja de lo dura que la tenía. Volvió a repetir el movimiento, metiéndosela casi toda en la boca y después sacándosela hasta la punta. Entonces largó un hilito de baba que fue cayendo hasta la cabeza y con la lengua lo esparció por toda mi pija lenta y sensualmente. Sus ojos se subieron a los míos una vez más y su expresión de puta golosa me calentó muchísimo.
   La chica que se encontraba en el cubículo de al lado tiró la cadena y salió al mismo momento que Paula empezaba a hacerme un pete hermoso. Abrió la puerta principal del baño y en ese momento entró una chica que le estaba hablando a otra, al mismo tiempo que la persona que tenía arrodillada adelante mío comenzaba a hacerme una paja al mismo tiempo que llenaba su boca de mi verga. Una de las chicas le hizo una pregunta a la otra, su voz me sonaba familiar. Entonces la otra le respondió y me di cuenta que era Luciana. Paula alzó nuevamente la mirada y a pesar de tener su boca ocupada pude denotar una sonrisa. Entonces se alejó de mi cuerpo sin soltar mi verga con su mano y llevó la otra nuevamente hacia su boca para hacer la señal de silencio.
   - Es lindo, pero está de novio hace muchísimo tiempo. De hecho este fin de semana se mudan con su novia a un departamento nuevo.- Le decía Luciana a la otra chica. ¡Estaban hablando de mí!
   - Boluda, está re bueno tu amigo.- Le respondió la otra y me di cuenta que era la chica que estaba sentada al otro lado de Belén.- Para mí que si le decís algo, agarra viaje seguro.
   - ¡Ojalá!- Le respondió Luciana.- Pero no sé. ¿No estaba en la mesa? ¿Habrá ido al baño? Hace rato que no lo veo.
   Paula esbozó una sonrisa maligna y se pasó la lengua por los labios para humedecérselos un poco más. Los dos habíamos escuchado claramente como Luciana le decía a su otra amiga que quería coger conmigo, sin embargo yo estaba en ese baño con su amiga y ella me estaba tirando la goma de una manera increíble. Paula se volvió a meter mi pija en la boca y me la empezó a chupar con ganas, moviéndose bien rápido hacia adelante y calentándome muchísimo. Seguía sosteniendo mi verga con su otra mano, con la cual me hacía una paja y la que tenía libre me la llevó a los huevos y comenzó a acariciármelos, algo que me volvió aun más loco. Tuve que morderme la mano para no gritar.
   - ¿Hay alguien acá?- Dijo Luciana tocando la puerta del cubículo donde estábamos.- ¿Estás bien?
   Nadie contestó. Yo no podía hablar, no podía decir nada y si abría la boca era para lanzar un gemido de placer de lo mucho que me estaba calentando la chica que estaba arrodillada adelante mío. Ella tampoco iba a decir nada y entonces supe lo que quería hacer, quería hacerme acabar con Luciana ahí afuera. “Morbosa” pensé, pero estaba muy cerca de llegar al resultado. Su boca bien húmeda me estaba volviendo loco, su lengua descontrolada me la ponía al palo y su mano moviéndose bien rápido hacia adelante y hacia atrás era demasiado placer para controlar.
   - ¿Estás segura que hay alguien?- Le preguntó la amiga a Luciana y esta le dijo que sí pues la puerta estaba trabada.- Voy a llamar al de seguridad.- Dijo después.
Paula se puso aun más puta de lo que estaba. Me la chupaba de una menara increíble mientras me masajeaba los huevos apretándomelos para hacerme volar. No me podía contener, estaba a punto de largar todo y sabía que lo iba a hacer en la boca de ella. Con la mano que tenía libre le toqué la cabeza para indicarle que venía y ella entendió enseguida, pero en vez de alejarse siguió chupándomela. La quería en su boca y eso fue lo máximo que pude aguantar.
   Ni bien acabé lancé un gemido ahogado por mi mano que pudo ser audible para Luciana. “¿Estás bien?” preguntó ella de nuevo pero nadie le contestó. Mi semen salió y fue directo a parar a la boca de Paula, llenándosela toda de lo mucho que me había calentado. Entonces ella se alejó unos centímetros, miró hacia mis ojos nuevamente y abrió la boca para mostrarme que la tenía llena de leche. La cerró y cuando la volvió a abrir, todo había desaparecido. Sacó la lengua para exibirmela y estaba completamente limpia, se lo había tragado todo. Cerré los ojos y no me pude aguantar más.
   - Estoy yo Lu. Ahora salgo.- Le respondió Paula entonces a su amiga.
   Segundos antes de que entrara el patovica Paula consiguió hacer que su amiga saliera del baño y que quedáramos solos. Pero cuando salimos del baño de mujeres ella la estaba esperando en la puerta y pudo ver mi cara de felicidad al salir de ahí y conectó enseguida. Se enojó conmigo, me dijo de todo, pero yo no podía aguantarme la sonrisa en el rostro después de la chupada de pija que me habían dado. Me terminé yendo del bar con Paula ya que Luciana también se enojó con su amiga. Definitivamente nunca iba a pasar nada con mi compañera de trabajo y de hecho se iba a complicar la relación. Pero en ese momento no importaba, ahora estábamos yendo los dos al departamento de Paula para poder coger un buen rato y por qué no, otro increíble pete.


                                                                FIN

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3 comentarios - Elige tu propia aventura sexual 1.6

Beatuille +1
Una mamada de ensueño, no solo por la forma de mamar, muchas la maman así, si no por el morbo de la situación. El saberse saliendose con la suya a Paula la pone a mil y eso lo transmite muy bien al chico, que no da crédito. Hablan halagos de él, mientras su pija está siendo comida por otra boca ¿qué más puede pedirse?.
Por otro lado...se ve lo malvadas que sois las mujeres...algunas por lo menos, ja ja ja
P.D Me paró la verga. La llenó de celos y envidia. Le hubiera encantado ser ella la receptora de esos labios.
HistoriasDe
Te tocó uno de los caminos más cortos, habrá que volver a elegir la próximo! Jajaja
Gracias por comentar!!
Beatuille
Cual orgasmo fugaz en el baño de cualquier tugurio.