Soberano de mis orgasmos

Desde que te conocí, me hiciste suspirar con tus palabras, me hiciste descubrir lugares de mi cuerpo que no sabía que existían. Tus ojos se convirtieron en mis luceros. Tus manos se metieron en todos los rincones de mi cuerpo. Lo más asombroso es que estás demasiado lejos físicamente, pero tu esencia se trasladó a mi lado, y me respira al oído y me susurra las palabras mágicas: "venite toda para mí ahora". Entonces siento la necesidad de tocar mi cuerpo. Acariciar y apretar mis senos con mis manos como si fueran las tuyas. Y mis pezones se endurecen y mi vientre pide a gritos sentir de una vez tu dura y hermosa verga dentro de mi, que me cojas con necesidad por todos los orificios de mi cuerpo por donde puedas. Mi vagina, que desde que te conocí siempre está húmeda, se convirtió en tu foto favorita, o al menos quiero creer que así es...
No veo la hora de que poses tu traviesa lengua en mi concha para hacerme temblar y gemir tu nombre tan fuerte que los pájaros de mi ventana se vuelen.
Todo este revuelo de hormonas, sensaciones y sueños entre ambos de que nuestros cuerpos bailen juntos la danza de coger con ganas, me mantiene alerta, con cada mensaje, cada vez que me decís "corazón" o cada vez que me extrañas y te siento más cerca que nunca.
Y cada vez vuelvo a comenzar de nuevo y quiero regalarte un orgasmo más, para que te conviertas en el soberano de mis orgasmos y en el dueño de mis fluidos.