Vacaciones de 1993

Mi nombre es Miguel, tengo 50años, y la historia que les voy a contar sucedió en el verano de 1993.  Apenas terminada la secundaria, ingresé a launiversidad y un año antes de recibirme, comencé a trabajar en una importanteempresa en el área de marketing y comercialización;  después de tanto esfuerzo y sacrificio deseabairme de vacaciones, poder disfrutar de unos días de libertad, sin embargo, misdeseos en parte se frustraron; cuando me informaron que la fecha de misvacaciones la cambiaron a la última semana de Febrero  y principios de Marzo.- Esta noticia meobligó hacer un cambio de planes, ya no podía ir a Brasil con mis amigos.-
La mejor opción que encontré, fueirme yo solo a Mar del Plata y pasar unos días en la casona que mi familiaposee en el barrio  Los Troncos. Así quellegada la fecha apenas terminé mi jornada laboral partí rumbo a la “Feliz”.Llegada la noche del sábado salí a dar una vuelta por la calle Alem, ya a esaaltura del verano no tenía el movimiento, ni el atractivo que tiene duranteEnero. Ir a los boliches de la avenida Constitución solo, no era el mejor plan,así que decidí ir a caminar para el lado de la costa. Cuando llego a unaesquina en la zona de Varese a unos cuantos metros, veo una morocha que meimpactó, sin dudas era mucho mayor que yo -que ese entonces tenía 24 añosrecién cumplidos- que entraba a un boliche, me acerco a la entrada, desconociendoque tipo de boliche era; la cuestión era uno para mayores de 21 años. Perdidopor perdido, me digo ¿¿por qué no??, pagué la entrada, que en realidad era unaconsumición y entro al local, había poca gente y el local era relativamentepequeño.- El ambiente era de gente mayor, en fin no me sentía tan a gusto. Doyuna vuelta tratando de localizar a la morocha y efectivamente estaba muy buena,flaca, tetona, buen culo, muy linda de cara, onda vedette de los 80, ademásestaba vestida de manera elegante y estaba acompañada por otra “chica”  que también estaba muy buena.-
Me acerco a la barra, y cambio laconsumición más un plus, por un Whisky o mejor dicho “coraje on the rocks”,mientras estaba en la barra las seguía con la mirada, estudiaba si estaban conalguien o esperando a alguien, y todas las especulaciones posibles, ya que alser mayores que yo no debía parecer un pendejo impertinente, de algo me sirvióescuchar las conversaciones de la oficina, las distintas críticas a los hombresde mis compañeras de trabajo,  así que almenos tenía que ser “natural”, seguro, parecer inteligente y que se rían almenos una vez, para romper el hielo y lograr algo; debía buscar la excusaperfecta.- Mientras tanto veo que rechazaban a todos los que se les acercaban.Apuro el whisky porque en cualquier momento perdía la oportunidad de al menossaber cómo se llamaban, me acerco y me presento, al verme muy pendejo paraellas se sorprendieron, le pregunto a una de ellas – a la morocha que me habíagustado- como se llama y me contesta que se llama Claudia y la amiga Patricia.-La pregunta era casi inevitable, ¿que hace un pendex acá? Aprovechando queestaban pasando lentos le respondo: Me gusta bailar  lentos y en el resto de los boliches no lospasan.- Solo quiero bailar un par de lentos nada mas… Afortunadamente logréconvencerla de bailar un par de temas y que como había dejado a su amiga sola, lesprometí que las invitaba con una cerveza después.-
Bailamos un tema, y pude saberque tenían 36 años, que estaban separadas sin hijos, que se habían conocido enMardel, mientras bailábamos ella se relajó, comenzó a jugar con migo,  mientras bailábamos, frotaba sutilmente sustetas contra mi pecho y su pelvis contra la mía, histeriqueando un poco, sindudas trataba de ponerme incómodo, haciendo que tenga una erección, o tal vez solo calentarme, para despuésirse y dejarme así por el resto de la noche. Le digo que si seguía así se me paraba y que no me daba vergüenza algunaque todos lo notaran, se rió y sus movimientos se hicieron evidentes, inmediatamentetuve una erección, en un movimiento del baile aproveché para acomodarme lapija, y cuando ella nuevamente comenzó a frotarse, la estaba mirando a la cara,la sorpresa fue grande, si todo eso es mío…. La noté incomoda y me dijo que erasuficiente, a lo que le respondo, que todavía les debía las cervezas a ella y aPatricia.
Salimos de la pista, y me diceque necesitaba ir al baño, se van las dos juntas y contrariamente a lo quecreía, a los pocos minutos vuelven las dos.- Nos pusimos a charlar y alcomentarles que estaba solo en mi casa de “Los Troncos” no me creen, si quierenlas invito a tomar algo a casa, que tal si tomamos un taxi, vamos para allá ysi no se animan a entrar, se vuelven, sin dudas era mi día de suerte, porqueaceptaron.
Llegamos a casa entraron, desdela calle no se ve mucho la propiedad, porque tiene un paredón en el frente,pero modestia aparte, y gracias a mi abuelo heredamos un caserón imponente, alllegar al living a Patricia la noté mas exaltada, haciendo notarle a Claudialos detalles de la casa.-
Nos acomodamos en el Living,  les ofrezco algo para tomar, brindamos…Patricia, no tardó en “ponerse curiosa” por el motivo que habíamos bailadorelativamente poco, e insinuar un par de cosas más con doble sentido, Claudiapor el contrario se sentía algo incómoda por las insinuaciones de Patricia,temiendo que se quisieran ir, salgo por la tangente ofreciéndoles hacerlesconocer toda la casa. Al llegar a la habitación principal de la casa, quedaronimpactadas, un dormitorio gigante, con chimenea, baño de mármol y una gran camacon respaldar de finas maderas labradas, Claudia dice al verla, da ganas de tirarseahí, mi respuesta fue háganlo no sean tímidas, lo hicieron y al verlas, las hormonas comenzaban e hervir nuevamente.-  Me acerco a la cama y me recuesto con ellas,soy el Rey con sus cortesanas bromeaba, mientras se me volvió a parar la pijaal sentirme rodeado de dos terribles mujeres, se me notaba la erección yPatricia se da cuenta y se me acerca al oído y me dice que le gustaría verla yahí comenzó todo, le digo que no sea tímida y que se anime a tocar, cosa quehizo delante de su amiga, exclamando ¡¡boluda!! ¡¡Tiene una pija enorme yademás bien gruesa!!,  tenías razón, cuandome contaste en el baño,  Claudia solo queríadejarte caliente y se llevó esta sorpresa. No sabes estaba toda mojada, como yoahora… Sin dudar un instante puse mi mano sobre la mano de Patricia mientrasque no la otra tomaba la mano de Claudia y la puse sobre mis pantalones, eraahora o nunca me quedaba sin nada, con alguna o con las dos… afortunadamentecomenzaron a bajar el cierre del pantalón, aproveche para besar a Claudia y se “soltó”poco a poco nos desnudamos los tres, las dos tenían un físico envidiable, lastetas enormes, firmes, culos perfectos, mientras les masajeaba las tetas comopodía, ellas para mi sorpresa comenzaron a besarse, aproveché para practicarlesalternativamente sexo oral, después ellas me lo hicieron a mi simultáneamente,luchaban para ver quien tenía mi pija más tiempo… Yo no aguantaba más queríameterla, sabía que con una pija tan grande, debo ser muy cuidadoso,contrariamente a lo que la mayoría cree, tenerla XXL es más problemático ymolesto casi doloroso, que placentero para la mayoría de las mujeres. Merecosté y afortunadamente Claudia fue la primera en intentarlo, al manejar ellael ritmo y la profundidad puede disfrutar, mientras tomo de la cintura aPatricia que se sienta cerca de mi cara mientras le hago sexo oral y entreellas se besaban, así continuamos hasta bien entrada la madrugada, quedamos exhaustos,nos dormimos y a la mañana siguiente, preparo el desayuno, y recién ahíreaccionaron que era su último día en la ciudad, solo habían venido por el finde semana, se habían conocido en el hotel y habían viajado solas a la ciudad. Lespregunto si tenían algún compromiso y me responden que no solo tenían dineropara pasar el finde. Las llevo al hotel retiran sus cosas y compartimos lostres juntos hasta el fin de mis vacaciones. Cada noche fue más caliente que la anterior,la historia continúa pero ya no era el verano de 1993…  

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