Un Paciente Especial

Vos y tu amiga me llevan al Consultorio donde trabajan. Es el fin de semana y parece que no hay nadie en el lugar. Sólo somos nosotros.
- Desnudate! - me ordenan, y yo obedezco.
A continuación me sujetan a la camilla con mis piernas abiertas apoyadas en los estribos. Hay una luz brillante que brota de una lámpara circular en el techo y que ilumina mi ahora desnudo cuerpo. Ustedes salen del Consultorio y al rato regresan, vestidas con ambos color blanco.
Las dos proceden a realizarme un profundo examen de próstata. Se calzan guantes de látex y se ponen lubricante quirúrgico y yo siento los dedos enguantados dilatando mi ano. Yo me resisto pero vos forzás tu dedo profundo en mis entrañas.
- Vamos... dejate revisar papito... aflojá el culo! - me decís al mismo tiempo que me penetrás.
Yo siento tu dedo presionar mi próstata y un poco de fluido seminal empieza a brotar de la punta de mi pene!
- Yo creo que tiene la próstata dilatada - le decís a tu amiga - Vos qué opinás?
Mientras cambian sus lugares y tu amiga se frota los guantes con lubricante me doy cuenta que sus dedos son mucho más largos que los tuyos. Una vez más siento la presión en mi ano mientras ella empuja su dedo dentro mío. Ella mueve el dedo y las dos observan cómo más fluido seminal brota de mi pene!
- Sí... es una hiperplacia prostática benigna - diagnostica tu amiga - Qué te parece?
- Lo mejor es operarlo... si le hacemos una vasectomía podría mejorar...
Yo tengo los testículos muy grandes y las dos se toman su tiempo para revisarlos.
- No te procupes papito - me decís mientras me revisás - Vas a ver cómo mejora tu vida sexual después de que te metamos cuchillo...
- Cortamos un poquito por acá - me dice tu amiga mientras desliza su dedo enguantado por mis testículos - y no te vas a tener que preocupar por dejar a nadie embarazada... nunca más!
Las dos se ríen divertidas y vos recoges un poco del fluido seminal de mi pene.
- Ya que estamos podríamos tomar una muestra de esperma pre quirúrgica - decís mientras le exhibís a tu amiga mi semen en tus guantes.
- Dale... le hacemos una punción prostática?
- Si... lo dilatamos un poquito y tomamos el semen directamente de la próstata.
Usando una sonda muy larga de acero quirúrgico me dilatás la uretra y luego insertás el catéter directo en la próstata para tomar la muestra. Todo el procedimiento es muy invasivo e incómodo. Una vez que insertás el catéter usás una unidad de estimulación eléctrica conectada a otra sonda que tu amiga me insertó en el ano hasta que hizo contacto con mi próstata. Tu amiga además me aplica otro electrodo en el glande de mi pene y enciende la unidad de estimulación. Ella lentamente programa la unidad y yo empiezo a sentir impulsos eléctricos que van desde mi próstata hasta la cabeza de mi pene. Allí estoy, acostado entre el placer y el dolor mientras ustedes completan el procedimiento de extracción. Finalmente, yo tengo un orgasmo gigantesco y ustedes obtienen su muestra de semen.
- Muy bien papito! Mirá cuánta lechita que te sacamos...
- Si te portás bien cuando te estamos operando las bolitas... después de la cirugía te sacamos otra muestra.
Yo las escucho mientras ustedes siguen discutiendo cómo van a realizar la vasectomía y en qué lugar de mi escroto van a hacer las incisiones... como si se tratara de alguien más! Sólo espero que tenga piedad y me pongan alguna anestesia!
Después atan un trozo de cinta de goma alrededor de mis testículos y la ajustan. Aplicás sobre mi pene y testículos una compresa tibia. Tu amiga levanta una afeitadora descartable y una lata de crema de afeitar mentolada. Recostado te veo sacar la compresa y empezar a aplicar la crema de afeitar. Siento el aroma a mentol y el estímulo en mi piel.
- No te asustes... Es una operación muy simple... Te cortamos un poquito el escroto... Y te ligamos los conductos deferentes.... - me decís lentamente, y seguís describiendo el procedimiento mientras tu amiga me rasura el saco escrotal. Puedo sentirte usando un marcador quirúrgico para marcar los sitios donde vas a hacer las incisiones. Tu amiga empieza a manipular mi pene con sus manos cubiertas por los suaves guantes de látex y me provoca una erección.
- Mirá que linda pija que vamos a operar! - decís entre risas - Es una de las más lindas que llevamos a la sala de operaciones...
- Mmmmm.... un poco más larga que el promedio de los pacientes - comenta tu amiga mientras me sigue examinando el pene - y un diámetro normal... Fijate qué interesante, lo circuncidaron pero le dejaron intacto el frenillo!
- Si... los pendejos que estuve revisando últimamente ya vienen con la circuncisión completa.
Yo conservo el frenillo porque en la época que me circuncidaron todavía no se usaba la técnica de la campana de plástico. Tu amiga parecía muy intrigada y me tocaba y tiraba del frenillo.
- Qué sentís? - me preguntó mientras me tocaba y me excitaba más y más.
Yo no podía responder confundido por las sensaciones.
- Vamos, qué te pasa? Te comieron la lengua los ratones? - me decís enojada - Cuando la Doctora te hace una pregunta, tenés que contestar!
- Es... muy... muy lindo... Doctora - contesto agitado.
Lentamente tu amiga me empieza a masturbar. Vos seguís rasurándome hasta que todo mi vello púbico desaparece! Las dos me siguen masturbando y yo finalmente entro en desesperación.
- Basta... bastaaaa por favor... Doctora... por favor... necesito... acabar... por favor... Doctora!
Las dos se dedican a tocarme el glande y acariciarme el frenillo, volviéndome loco.
- Cuando te tenga en la mesa de operaciones vamos a ver qué hago con este frenillo - dice tu amiga - Cuando estás con el cuchillo en la mano te dan ganas de cortar!
- Tenés suerte de que la Doctora quiera terminar de circuncidarte como corresponde - me decís mirándome a los ojos - No sabés las cosas que hace mi amiga con el bisturí... !
Las dos siguen riéndose y estimulándome!
Yo me sigo preguntando qué voy a sentir durante la vasectomía? Van a tener piedad y usar anestesia, o van a hacer la incisión en mi escroto y simplemente cortar los vasos? Observo sus rostros y me siento angustiado por sus expresiones faciales. Todavía no me permiten llegar al orgasmo y siento mucho dolor!
De pronto suena el teléfono y las dos me abandonan sobre la camilla. Se quitan los guantes y salen del Consultorio; al rato vuelven a entrar.
- La Doctora que es dueña de esta Clínica viene para acá.
Vos te ponés un nuevo par de guantes de látex y preparás una jeringa con Alpoprostadil.
- Esto te va a mantener la pija dura por un par de horas - me explicás mientras aplicás la inyección en la base de mi pene.
Tu amiga mientras tanto trae una especie de máquina de ordeñe. Ella se pone otro par de guantes de látex, lubrica el recipiente por dentro y lo desliza a lo largo de mi pene, que ya está completamente erecto.
- Te vamos a ordeñar - me decís y te sonreís - Te vamos a dejar seco!
Y encendés la máquina. Ooohhh!!! La sensación es muy agradable y ustedes dos se ríen.
- Vas a ver que experiencia tan interesante.... - me dice tu amiga.
- Después que acabes tres o cuatro veces vas a empezar a sentir el dolor... - me anticipás.
Empiezo a preguntarme qué es lo próximo que va a pasar. Y finalmente llega la Doctora. Lleva puesto un guardapolvos blanco abierto que deja ver el ambo de cirugía verde. No puedo dejar de mirarla, es hermosa! Alta, rubia, muy atractiva y con una hermosa sonrisa.
- Estuvimos revisando al paciente y le diagnosticamos una hiperplacia prostática - le explicás a la Doctora - Y teníamos pensado someterlo a una operación quirúrgica para practicarle una vasectomía.
La Doctora se acerca a la camilla y para mi alivio apaga la máquina que me estaba ordeñando. Después se pone un par de guantes de látex y me hace otro tacto rectal.
- Sí... tiene la próstata dilatada... - dice la Doctora mientras hurga en mi trasero para luego sacar su dedo dejándome una sensación de vacío - Pero no creo que necesite la cirugía... por ahora...
- Como usted diga Doctora - aceptás la decisión.
- Pero quiero que lo sometan a masajes prostáticos por lo menos una vez por semana - receta la Doctora.
- De acuerdo Doctora - dice tu amiga.
- Ahora pueden retirarse - les informa la Doctora - yo me ocupo de terminar de examinar al paciente.
- Chau papito... - te despedís quitándote los guantes y me susurrás al oído - La semana que viene te quiero en la camilla... con el culo bien limpito!
Vos y tu amiga se van entre risas y comentarios y yo quedo a solas con la Doctora que se quita los guantes y el guardapolvos blanco y se acerca hasta mi. Toma mi rostro con ambas manos y me besa en la boca. Siento su lengua en mi paladar.
- Estabas asustado mi amor? - me pregunta la Doctora entre caricias.
- Sí... sí Doctora...
- No tengas miedo. Yo no voy a permitir que las chicas te operen - me dice la Doctora - La única que te va a abrir las bolas con un bisturí soy yo!
- Aahhh... Doctora.... es necesario? - le pregunto asustado.
- Sí mi amor... - me respondés poniéndote un nuevo par de guantes de látex, tirando y tomándote tu tiempo para que se ajusten perfectamente a cada uno de tus dedos - seguramente en un tiempo te vamos a tener que llevar a la sala de operaciones y las chicas me van a asistir a intervenir quirúrgicamente los testículos de mi marido!
- Yo no... quiero...
- Está cuestionando mis decisiones paciente?! - me pregunta seria la Doctora y me agarra con fuerza los testículos.
- Noooo... no Doctora, no!
- Quién toma las decisiones en el Consultorio? - y me tira más fuerte de los testículos.
- Usteeeedddd!!! Usted Doctora... perdón Doctora... perdóneme... por favor... Doctora...
La Doctora me suelta los testículos y me empieza a masturbar. Yo no puedo evitar dejar escapar un gemido de placer.
- Muy bien... muy bien mi amor... así me gusta! - me estimula la Doctora mientras mi pene sigue creciendo entre sus manos cubiertas con el suave látex de sus guantes.
- Aaahhhh.... Doctoraaaaa.....!!!
- Vamos... no te resistas... todo el semen en las bolas de mi esposo es mío! Me pertenece! Está claro?!
- Siiiii... si si si Doctora... todo suyooooo... - grito entre agonía y éxtasis mientras la Doctora me sigue masturbando.
- Muuuyyyyy biiieeeennnn.... vas a ser un paciente obediente? te vas a portar bien? - me pregunta irónica.
- Si si si si si Doctora.... basta por favor... no puedo más!
- Entónces dame lo que es mío! - me ordena la Doctora y me masturba más y más rápido - Obedecé! Vamos! Dame toda ésa leche! Dámela!
Y yo exploto en una erupción de semen que salpica e inunda sus manos enguantadas de una sustancia pegajosa y cremosa.
- Te portaste muy bien mi amor - me dice la Doctora mientras me limpia y descarta los guantes - Volvé la semana que viene, quiero que las chicas te hagan el masaje prostático y yo te voy a revisar.
La Doctora abandona el Consultorio y yo tardo un tiempo en recuperarme y vestirme.
Abandono la Clínica con una gran sonrisa en mi rostro y ansioso de que llegue la próxima semana.

1 comentario - Un Paciente Especial

Leo1331
Muy bueno me encanto