Será nuestro secreto. (Capítulo I)

No es hace mucho que nos conocemos, la verdad, pero cada vez que nos vemos parecieran años y años de una bella amistad. Nos conocimos en el secundario, al principio simplemente cruzabamos una que otra palabra durante las clases, rara vez interactuamos en el receso mientras hacíamos fila para la comida.


No fue hasta un día lluvioso de Junio en que comenzamos a hablar bien. Lo vi sentado solo, comiendo un sandwich acompañado de un jugo de manzana. Yo también estaba solo, y siempre me pareció un buen muchacho de mi edad, así que me acerqué hasta él y lo saludé.

Todo comenzó allí.

Me gustaban los pines en su mochila, a él le gustaban los parches en mi ropa. Compartíamos una cantidad de gustos gigante. En poco tiempo nos hicimos muy amigos, de esos a los que llamas "hermanos de otra madre". Nos comtabamos todo, salíamos juntos, entrabamos juntos al colegio a las carcajadas. ¿Se metían con uno? Se las verían con ambos. Él y yo nos volvimos inseparables antes de que nadie se diera cuenta.

Al tiempo, cada vez que nos juntabamos en su casa o en la mía (principalmente en la suya, ya que a sus padres les encantaba salir y dejarnos la casa completamente para nosotros) empezamos a tener un hobby juntos, que compartíamos en secreto y con risas inocentes: Ver pornografía juntos. Hentai, para ser más exactos. Después de cada partida de videojuegos casual, abríamos el incógnito en el navegador y veíamos como chicas en 2-D gemían como locas y chupaban como diosas.

Jamás pasó a mayores, por lo menos no el primer mes.

Comenzaron las vacaciones de invierno, él me invitó a pasar una semana a su casa, sus padres irían de segunda luna de miel y él no quería aburrirse. Mis padres no pudieron negarse, lo conocían bien y sabían la ilusión que nos hacia estar juntos tanto tiempo. Era cumplir el sueño que tienes de adolescente de vivir con tu mejor amigo. 

DÍA 1.


Decidí llegar muy temprano a su casa, los días durante las vacaciones pasan volando y no quería desaprovechar el tiempo. Me recibió con mucha calidez, sumamente emocionado por la semana que íbamos a pasar juntos. 

Por la mañana jugamos videojuegos, una maratón que no acabó hasta completar al 100% el juego Nier: Automata. Comentarios, risas, iban y venían sobre lo buenas que estaban las protagonistas del juego.

El resto del día se desarrolló sin mayores complicaciones, más allá de quemar un poco las pizzas del almuerzo o haber tenido que salir corriendo a comprar papitas y cosas así. Nos la estabamos pasando sumamente bien.

Cayó la noche, decidimos tirar su colchón de 2 plazas frente al televisor de 50 pulgadas que había en la sala, donde nos habíamos pasado toda la mañana. Apagamos las luces y conectamos el Smart TV a internet. Era hora de nuestro amado hobby. Pero esta vez las cosas tomarían un rumbo un tanto inesperado.

Mientras veíamos un hentai sobre cuatro hermanas que querían coger con el hermano menor, propio de las series de éste tipo, algo fue diferente ésta vez. Por el rabillo del ojo vi un movimiento extraño, creí que simplemente se estaba acomodando para aguantar su erección. Pero no, no la estaba disimulando, la estaba acariciando con tranquilidad. El desgraciado se estaba masturbando justo a mi lado. 

¿Ofenderme? Claro que no, él es como mi hermano. Reí con suavidad y lo miré, susurrando "¿Te molesta si te acompaño, cabrón?". Él rió también, asintiendo con la cabeza. Saqué mi pene, palpitante y duro, casi igual al de él con la diferencia que la suya era algo más "cabezona". 

Ya nos habíamos visto el pene con anterioridad, siendo tan amigos nos cambiamos juntos para salir y cosas así, pero ésta vez nos la vimos dura y con ganas de explotar. Comencé a masturbarme al son de él, observando como una de las muchachas le realizaba una paja rusa al protagonista. 

Suaves jadeos y gemidos se mezclaban con el ambiente y el sonido de la tenue llovizna cayendo fuera. Las caricias sobre nuestros penes mantenían una sintonía casi rítmica que nos causaba algo de gracia. Pasaban los minutos, y no pude evitar notar que su mirada ya no estaba enfocada en el televisor, sino en el movimiento tenue que hacía con mi mano sobre mi pene.

Me encontré sorprendido, no lo negaré, pero verlo masturbarse también me resultaba hipnótico. Al poco tiempo nos estabamos masturbando con la imagen del otro dándose placer a si mismo. Cruzamos miradas, nuestras mejillas rojas y bocas levemente abiertas dejándonos respirar con menos dificultad. 

Entonces estiró sus dos manos hacia mi, quitando el pene de las mías, para comenzar a masturbarme él. Lo hacía con un tanto más de intensidad a como lo estaba haciendo yo. Me tomó por sorpresa, pero no me disgustó para nada. Me senté de frente a él para darle más comodidad, y él hizo lo mismo.

Desconozco si era toda la calentura del momento, o simplemente nos daba curiosidad. 

Me pareció injusto que él dejase de tocarse para ayudarme a mi, así que estiré mi mano y empecé a masajear su pene yo también. El tacto caliente de un pene ajeno me dio un escalofrío agradable que recorrió todo mi cuerpo. Imagino que a él también, ya que soltamos un gemido suave al unísono.

Continuamos así por minutos, acariciando de arriba a abajo uno el pene del otro, mirando como lo hacíamos y a los ojos también. Jadeando, salivando y gimiendo. Mi pene comenzó a cosquillear, estaba muy cerca del climax y pude notar en las pulsaciones de su pene que él también. No le dije nada, en esta situación las palabras sobraban. 

Unas masajeadas más y llegó el preciado orgasmo. Nos corrimos al mismo tiempo, yo arqueando mi espalda hacía adelante y el hacia atrás. Mis ojos se cerraron mientras sentía como mi semen brotaba desbordante entre sus dedos. En mis dedos sentí la fuerte pulsación de su verga escupiendo leche junto con la mía.

Respirabamos con dificultad, nos miramos el uno al otro y reímos suavemente. Nos dejamos caer hacia el costado, quedándonos dormidos casi al instante. Semidesnudos y complacidos.

Pero antes de quedarme profundamente dormido un pensamiento fugaz cruzó por mi cabeza: ¿Qué sería del resto de la semana?

8 comentarios - Será nuestro secreto. (Capítulo I)

Heatraiser +2
Me dejo con la verga durisima
kiki_mirlos +1
Espero la segunda parte, me dejó la pija dura
floppy__ +1
Hermoso relato!!! Lo contaste muy bien y se nota que fue algo muy sentido.Te felicito!!!!+ 10!!!!
manu1739 +1
2da parte? :3
KevinDick20
¡La acabo de publicar! Pasate si te gustó la primera, sin compromiso de compra.