Violeta

Me despierto como no sabiendo donde estoy. 
En realidad no sé dónde estoy. Es su casa. Entramos a los tumbos anoche, llenos de ansias de nuestros cuerpos, besándonos y desnudándonos. Yo me dejé guiar hasta éste cuarto entre las penumbras del alumbrado público que entraban por las ventanas de un largo pasillo hasta entrar a ésta habitación. Ahora que lo pienso ella nunca prendió la luz. Todo fué a oscuras. Escucho pájaros cantar a lo lejos. Deben ser de la plaza de la otra cuadra que ví cuando pasamos con el taxi. 
Una luz mortecina va alumbrando de a poco el cuarto pequeño pero abigarrado de muebles y estantes. Veo que lo poco que se ve de paredes está pintado de un verde manzana bastante furioso. Una virgencita, una foto de una traveti asesinada hace un tiempo que no recuerdo el nombre pero que salió en la tele rodeada de tres velas, Gilda, un pañuelo verde colgando de un perchero con el que comparte colgante con una peluca violeta larguísima. Colores por todos lados, ropa brillosa, libros tirados por todos lados. Todo en un clima como de cotillón, un poco decadente, un poco ingenuo. Ella duerme boca abajo, con la cara hacia mi lado y el pelo negrísimo y revuelto tapándole casi completamente el rostro. Solo llego a ver sus labios carnosos semiabiertos que dejan salir una pesada respiración y un hilo de baba que se va acumulando en un pequeño charquito en la sábana bajo su barbilla. 
Su espalda desnuda se levanta y baja con cada respiración. Tiene un corazón bastante grande tatuado entre los omóplatos y una especie de arábigo sobre el culo. 
Me gusta verla. Dormida. Desarmada del personaje, real, sincera con su propio cuerpo. Me gusta su piel curtida de miles de batallas por salir  de su propio encierro. Su cuero duro de recibir golpes de la vida. Anoche me dió una de las mejores noches de sexo de mi vida, y yo que nunca había cogido con una travesti...

-Violeta es mi nombre.- Fueron las primeras palabras que me dijo la tarde anterior cuando nos sumamos al grupo con el que estaba sentada en un bar del centro. Yo había acompañado a unas amigas a una marcha de la que me sentía ajeno, pero a la que terminé yendo por insistencia de Iris que me vió demasiado depresivo la noche anterior y quería que me despajara un poco. El día estaba glorioso. Un rotundo solazo iluminaba un cielo celeste perfecto en una tarde fresquita de otoño. El clima de festejo de esa masa de mujeres felices de estar juntas cerraba el halo de magia que todo lo cubría. Tomamos unas cervezas entre risas y charlas más o menos superficiales hasta que anocheció. Durante todo el tiempo me llamaba la atención ese rostro duro y tierno a la vez de Violeta del otro lado de la mesa. Su risa franca, sus rasgos aindiados y rectos. Sus manos moviéndose ampulosamente acompañando cada palabra. Sus labios carnosos que me atraían en cada movimiento. Me sentía raro sintiéndome atraído por ella. Su vozarrón dulce, sus tetas asomándose del escote, su piel oscura, sus ojos negros y penetrantes. 
Mentí hace un rato cuando dije que era la primera vez que cojía con una travesti. En realidad fue la tercera. Las dos anteriores fueron un poco frustrantes. Una de ellas en una noche de alcohol y descontroles con dos amigos que terminó en un burdel medio derrumbado y del que no tengo mucho más recuerdo que el de una pija enorme entre las piernas de una hermosa mujer de casi dos metros a punto de caer de la borrachera, a la cual me entretuve acariciando e intentando chupar un rato hasta que dimos por terminada la sesión por falta de energía de ambos. 
La segunda fue una tarde de soledad en la que estaba caliente y busqué por internet una acompañante y terminé en un departamento del centro con una muy amable chica que me dió todo lo que prometía y quizás un poco más a cambio de mi dinero. Me chupó excelente. Su culo se abrió como debía ante los embates de mi verga y me hizo acabarle sobre las tetas en el momento indicado. Después me invitó un cafecito que tomamos charlando del tiempo y después salí con sabor a que todo fue demasiado impersonal y actuado. 
Pero ésta era la primera vez en la que el dinero no estaba mediando la situación. Sexo porque sí y con ganas. No me molesta la prostitución, solo es que no me termina de llenar (o vaciar). 
Volví en ese momento a ver su cuerpo desnudo a mi lado. Su cintura poco marcada, sus piernas regordetas. sus pies un poco grandes. Se me paró la pija y le empecé a acariciar la espalda despacio. Ella se revolvió despertándose y dió vuelta la cara como si quisiese seguir durmiendo. Yo retiré la mano para no molestarla. 
- Seguí.- me dijo con una voz un poco cavernosa desde las profundidades de su pelo negro. 
Y yo seguí porque la calentura me estaba haciendo volar otra vez. Recorrí su piel marrón con delicada paciencia. De los hombros a la cadera, arriba y abajo, cada vez más cerca del culo, cada vez más cerca de su cuello. Ella empezaba a revolver la cintura en círculos. Me imaginé su verga un poco dura entre la calentura y el sueño y llevé mi mano entre sus nalgas, alargando mi dedo mayor hasta rozarle el escroto. Dió un saltito como de cosquillas, pero aceptó la caricia con gusto. 
- Seguí.- volvió a decir, esta vez más despierta y un poco jadeante. 
Y yo seguí acariciandole despacio los huevos y la zona de nadie que lleva al orto. Con uno o dos dedos. Ella abría las piernas para dejarme hacer. Yo llevé los dedos hasta el ojete que todavía mantenía un poco de la humedad del lubricante de la noche y pasé la yema de mis dedos por el círculo virtuoso de su ano. En círculos y apretando un poco mas en cada caricia. Ella dió vuelta el rostro en ese momento y me besó profundamente, haciendome sentir con su lengua toda la calentura que le iba naciendo de mis caricias. 
Pasó su mano izquierda sobre mi verga dura y siguió por mi panza hasta mis pezones. Sentí la caricia de su palma rugosa sobre ellos que se ponían duros y me excitaba cada vez más. Le acerqué los dedos a la boca y los empezó a chupar como pequeñas pijas. Ella golosa, entregada, caliente con mis dedos dentro de su boca. Después los saqué y los dejé muy cerca de sus labios. Ella dejó caer algo de saliva y llevé mi mano de nuevo entre sus nalgas y esparcí la saliva encima de su ano. Estaba lista. Gimió con los ojos cerrados encima de mi hombro cuando la primer falange de mi dedo medio entró en su ano.

Cuando todos se fueron del bar la noche anterior, quedamos solo Iris, Violeta y yo. Mi amiga tuvo la clarividencia de entender lo que pasaba y nos dejó a solas, para que nos exploremos.
Pedimos una cerveza más que tomamos un poco callados, pero tranquilos, seguros de estar juntos. Después me dijo que si quería caminar un rato. La noche estaba caliente como nuestras miradas. El mundo pasaba alrededor mientras la escuchaba contarme de su Salta natal, de cómo tuvo que escapar de la mierda que le caia hasta de su familia a los quince años. De los años terribles de su adolescencia y su transformación entre la humillación y la pobreza. De sus amigas más grandes que la cuidaron y la guiaron y de cómo murieron como moscas entre la enfermedad y las drogas. De la prostitución y la policía. Del amor que nunca parecía llegar. De la militancia que le abrió los ojos a un mundo nuevo y posible. Del milagro de haber pasado por todo eso y no estar enferma.
Estábamos en una esquina cualquiera entre negocios cerrados y papeles volando por la vereda. Le agarré la mano y le besé sin decir nada. Ella se apretó contra mi con fuerza. Sentí sus tetas contra mi pecho. Su verga también parada rozándome en la entrepierna.
Apretando como adolescentes nos pasamos un rato en esa esquina del centro. Calientes y rozándonos, deseándonos.
-Vamos a casa?- me invitó. Yo acepté levantando la mano para parar un taxi que justo pasaba frente a nosotros. Fuimos todo el viaje en silencio, con las manos entrelazadas sobre el asiento del auto hasta que paramos frente a una casona enorme y un poco arruinada.
Después vinieron los besos apurados y las prendas cayendo entre la oscuridad del largo pasillo hasta que entramos en su cuarto. No quiso prender la luz. Acepté su gusto, a mi tambien me gusta cojer a oscuras, le da a todo un ambiente un poco mágico que me gusta.
Me desnudó primero. Parado y en bolas en medio de la habitación se arrodilló frente a mi y se metió la verga en la boca con una angurria que me llenó de calentura. Me chupaba, lamía, tragaba entero. Se metía la verga hasta la garganta y la sostenía allí unos segundos que me hacían volar de placer. Después se la sacaba de repente empapada de su saliva y respirando agitadamente. Después me pasaba la lengua por el frenillo haciéndome desear y gozar como pocas veces senti. Su mano acariciaba mis huevos y de a poco se acercaban a mi culo. Sentí sus dedos buscando mi ojete. Abrí las piernas para dejarla hacer. Una nueva fuente de placer se sumaba a la chupada y yo que no aguantaba más con un poco de vergüenza le dije que parara, que si no iba a acabar.
-Dame la leche papi, recién empieza la noche.- me contestó abriéndose la camisa y pajeándome rápido para que acabe sobre su pecho y cuello en tres chorros que me vaciaron los huevos de la calentura acumulada durante toda la tarde-noche.
-Estabas a punto caramelo.- me dijo mientras se limpiaba mi leche. Después se fué desvistiendo despacio, tirando las prendas sobre una sillita que estaba al lado de la cama. Yo la veía desnudarse todavía parado igual que como me había dejado. Me gustó su cuerpo imperfecto. sus tetas que no parecían operadas. Su verga oscura y depilada. Bastante grande. Su culo redondo. Descalza era un poco más baja que yo, pero no tanto. Se acercó en bolas hacia donde estaba.
- Que, me vas a dejar así caliente?- me dijo un poco risueña agarrándome de la mano y acostándose boca arriba.
Yo empecé chupandole las tetas. Agarrándoselas una con cada mano y amasándolas despacio. Chupando sus pezones pequeños y oscuros de a uno por vez. Acercándolos con las manos y pasando la lengua de uno a otro cada vez más rápido. Ella gemía entre mis manos y se agarró la pija pajeándose despacio. Eso me calentó e hizo que mi verga se volviera a poner dura. Fuí bajando por su panza lamiéndola y besándola hasta llegar a su verga. Me la ofreció con la mano que se pajeaba y yo la agarré con delicadez. Bajé el prepucio y apareció su gorda cabeza brillante. Le pasé la lengua un par de veces y después me la metí en la boca, jadeando de la calentura. Cada vez más dura dentro de mi boca iba dejando salir de a poco líquido de dentro suyo. La veía a ella acariciándose los pezones y revolviéndose de placer acostada boca arriba y me dieron ganas de cojerla.
- Querés que te la ponga?-
- Estoy en llamas papi, dale.- me respondió jadeando y buscando en su cartera que había quedado tirada al lado de la cama. Sacó una caja de forros y un pomo de lubricante chiquito y me los alcanzó. Amagó a darse vuelta para ofrecerme el orto.
- Mejor quedate boca arriba, me gusta verte.- le dije yo.
Ella aceptó sonriendo y levantándose para darme un beso profundo metiéndome la lengua hasta la garganta.
- Sos lindo papi.- me dijo un poco tierna.
- Me gustas, pero no me digas papi, me la baja un toque.- le respondí diciéndole la verdad.
Echó una risotada al aire dejándose caer de espaldas a la cama.
- Me encantás. A mi tampoco me gusta eso de papi, pero me quedó de cuando laburaba, a los tipos parece que les gusta.-
- Yo prefiero que no, Viole.-
- Dale, ponemela Fede, dame esa verga linda por el orto. - me dijo abriendo las piernas y ofreciendome el ojete para que haga lo que quiera.
Le puse dos almhadas bajo la espalda para facilitarme la entrada. Quedó expuesta a mi. Sus nalgas abiertas, su pija durísima cayendo sobre su panza. Los pesados huevos oscuros a sus costados. Me puse el forro y después dejé caer un chorrito de lubricante sobre su ano. Con dos dedos fuí explorando de a poco como se abría y con la otra mano la pajeaba. Ella gemía de manera gutural, hacia adentro, pellizcándose los pezones. Después me incorporé y acerqué la cabeza de la chota a su ojete. Empujé despacio y entró casi toda la cabeza. Así de a poco fuí metiéndola hasta que llegué a los huevos y la dejé ahí unos segundos eternos de placer que me llenaba todo el cuerpo. Gemí con ella. Fuerte y pesado. Gozando. Después apoyé los brazos a sus costados y empecé a cojerla ansioso. Queriendo sacar hasta la última gota de placer de esa noche extraña y perfecta. Cojimos mirándonos a los ojos. Diciéndonos obscenidades que quedarán para nosotros y nuestro momento de placer. Ella me agarraba los pezones y me hacía gozar un poco más aún.
Después me incorporé y seguí cojiéndola y pajeándola a la vez. Estaba tan caliente y brillante que tuve ganas de acabar de nuevo. Le dije. Ella me pidió que la pajeara un poco más rápido, que también iba a acabar. Así lo hizo empapándose la panza de leche y poniéndose dura del goce. Yo acabé unos segundos después dentro de su ojete. Caí sobre su cuerpo lleno de transpiración y semen y la volví a besar. El cansancio del día y el orgasmo compartido nos dejaron en una especie de letargo silencioso que duró unos minutos.
- Me puedo quedar? le pedí.
Ella me besó en el cachete y pasándome un brazo sobre el cuerpo se acomodó con la cabeza en mi hombro.
- Obvio.

14 comentarios - Violeta

Pervberto +1
Brillante retorno tras una ausencia prolongada.
paspadohastalos +1
diria Troilo: como me voy a ir, si siempre estoy llegando...
morochadel84 +2
Leo sexo apasionado, un texto muy bien escrito, con interesantes saltos temporales prolijamente desarrollados... Leo sobre una marcha de mujeres, leo tu descripción de esa piel que no es la que vende, leo sobre esa identidad travesti protagonizando un texto de los que abren caminos que nos llevan a un mundo mejor.
Gracias.
paspadohastalos
hermoso piropo recibo! muchas gracias!
Lady_GodivaII +1
Paspado! que bueno poder leerlo otra vez!
Ma faltan palabras para elogiar este relato, tierno, melancólico, hermoso...
gracias!
paspadohastalos +1
muchas gracias! andaba con ganas de reaparecer. ando yn poco mas "militante" jajajaj
Lady_GodivaII
jajaj está muy bien
real-visceral +1
Que buen retorno, que buen relato, haciendo visible , además una dura, realidad que mucho tiempo permaneció oculta, un placer siempre leerte ..
paspadohastalos
muchisimas gracias. la idea era justamente hablar un poco de todo eso.
InvisibleT +1
Felicitaciones ! aplausos de pie!
paspadohastalos +1
sientese hombre! no sea exagerado... jajajaj. muchas gracias!
mimilau +1
Uff Tremendo!!! Qué bien relatas amigo... y cuánto deseo despertas...
mimilau +1
Las haces... y muy bien... 😉
paspadohastalos +1
@mimilau todavia me gustaria un relato compartido contigo
mimilau
será un placer....
Grisan2001
Muy lindo, interesante y caliente. Me gusto mucho. Felicitaciones
GoofyUy_2
Van 10.. porque no puedo poner 1000.