Re-encuentro con mis placeres

Comenzamos jugando. En parte porque los dos necesitábamos algo que llenara nuestros corazones, en parte porque nuestros cuerpo lo pedían. Teníamos sexo casi todas las noches. Sudando nuestra depresión sobre nuestros imperfectos cuerpos, nuestras emociones a flor de piel se perdían entre suspiros y jadeos.

Esta es mi historia de los últimos meses. Mis encuentros casuales con mi mejor amigo gay y sus amigos. Seguro muchos de ustedes se habrán extrañado por mi ausencia. Había recién comenzado a subir relatos y estaba agarrando un buen ritmo. Incluso me sentía especial hablando con algunos de ustedes. Me hacían sentir sexy, deseada... llenaban mi mente de fantasías y morbo, al punto que me masturbaba casi todo el tiempo. Al despertar y leer sus mensajes, en la tarde, a escondidas, y por la noche, mientras leía, hablaba con ustedes o escribía un relato nuevo.

Fueron unas semanas de lo más placenteras. Pero pronto se terminó para mi. Toda la vida sufrí de altibajos depresivos, por los que he ido al psiquiatra desde los 16. Y gracias a la maldita depresión es que no tenía voluntad de entrar aquí para vivir un poco más intensamente. También comencé a subir de peso, no mucho, pero lo suficiente para no entrar en mis pantalones favoritos y necesitar nuevos.

La única persona que me ayudaba a sentirme mejor era un chico con quien estaba saliendo regularmente. Pero apenas notó que mi cuerpo no era exactamente el mismo, se aburrió, se alejó, y eventualmente, tras varias semanas de indiferencia, decidió dejarme.

Estaba destrozada, angustiada, y lo único que me hacía salir de la cama era un amigo, que hacía mil años no lo veía. Ahora el estaba en un momento depresivo, igual que yo. Había anunciado en su familia que era gay, y sus padres no lo habían aceptado.

Todas las semanas me invitaba a bailar. Al principio lo rechazaba, pero luego comencé a salir con él, primero solo los viernes, luego ya no podíamos separarnos.

La primer noche de sexo, luego de una temporada larga de sequía sexual.


La tormenta nos dejó encerrados. Era una noche de pijamas, netflix, pizza y pop. Luego de devorar cada centímetro de pizza y mirar por millonésima vez "el diario de Bridget Jones", decidimos jugar a verdad consecuencia. Gabriel, mi amigo, no tardó en necesitar un poco de alcohol para desinhibirse. Apenas habíamos hecho un par de preguntas que imploró por un poco de vodka.

-Marti, porfa, no voy a ser capaz de responder nada sin que me de un ataque de nervios. Necesito un poco de vodka... no, necesitamos! Creeme, te vas a aburrir si no puedo tomar nada.

-Espero que al menos tus historias valgan la pena, porque sino...

-Sino... ¿qué?

-Sino voy a obligarte a tener sexo conmigo...

-Ja! Tan desesperada no estas

-No te creas... hace dos meses que no tengo sexo. Ya estoy mirando con cariño al frasco de dove.

-Querida, te lo agarre prestado hoy. No tenés que mentir. El olor a concha que tenía el dove era más fuerte que el perfume del desodorante. AHH

Le pegué tan fuerte como pude. Y es bastante más fuerte de lo que otras chicas pegan, créanme.

-En fin, ¿comenzás a preguntar vos?

Comencé con las preguntas. Al principio eran bien tontas. ¿Cuándo fue tu primer beso? ¿Te gustaba algún profesor en facultad? Bobadas romanticonas. Pero supongo que la mezcla de pijamas, tormenta y vodka, son un catalizador para subir de tono en un plis plas.

-No voy a responder eso- dijo él-. Es ofensivo... y eso que a mi no me importan esas cosas.. pero me siento ofendido.. sinceramente.

-Sos un llorón. No jodas y responde.

-No se me da la gana...

-A mi no se me da la gana de que sigas tomando mi vodka... -le saqué la botella de la mano. Apenas tenía un sorbo en el vaso. Se lo terminó y me miró con rabia.- Dale, ahora contestáme o no te la devuelvo.

-Solo una vez.

-Eso no es respuesta.. decime! pleeeeease

-Bueeeeno. ta.. si.. una vez le tragué toda la leche a un flaco. Pero fue solo esa vez, y por equivocación.

-Ah, pero eso no es muy específico, contáme más. ¿Te gusto? ¿No volviste a hacerlo?

-No.. en la próxima pregunta quizá podés aprovechar.. ahora te toca a tí. Elegí. ¿Verdad o consecuencia?

-¿Qué te pone de mejor humor para responder preguntas?

-Mmm, no sé. Quizá puedo pensar en una consecuen...

-Consecuencia entones! -lo interrumpí.

-Bueno..- pensó un buen rato, y luego dijo- Sacate la remera.

-¿Qué?

-Sí. Durante los próximos tres turnos, jugá en topless.

Me miró con picardía, seguramente pensaba que no me sacaría la ropa frente a él. Tenía un camisón largo que no demoré ni dos segundos en sacarme por encima de mi cabeza. Lo primero que vio fue mi bombacha rosada con gatitos, luego mis pechos. Son un poco pequeños, con pezones de color rosa oscuros del tamaño de una galleta. En topless, me quedé mirandolo fijamente mientras lo veía disfrutar de mis tetas.

-Me parece que voya seguir jugando así el resto del juego.. ya tenía bastante calor además. Ahora.. ¿verdad o consecuencia?

-um... eh.. verdad... - estaba tonto mirando mis tetas

-¿sos pasivo o activo?

Me miró un rato, con algo de odio en los ojos, pero sin poder decirme nada. Al fin y al cabo, yo estaba en topless. Agarró la botella de vodka y dio un sorbo.

-Pasivo - dijo con una voz muy suave, casi inaudible

-MUERDEALMOHADAS!! JAJA, YO SABÍA

-Calláte! Ahora elegí vos. ¿Verdad o consecuencia? -estaba un tanto agresivo. No quería hacer que se sintiera mal... pero lo estaba consiguiendo.

-Consecuencia- asumí que eligiendo consecuencias sería una forma de que se vengara de mis preguntas.

-Bien! eh... dejame tocarte las tetas.

No había terminado de preguntarme que ya estaba encima mío. Ambas manos tocándo mis pechos, apretándolos como si estuviera probando la madurez de los duraznos.

-Te dejo chupar un pezón si prometes no enojarte con la próxima pregunta. -le dije con picardía.

Enseguida se adelantó y con suavidad comenzó a lamer mi pezón izquierdo. Lo llenó de saliva y luego lo chupo, succionando un poquito mientras lo sujetaba firmemente con la mano. No pude aguantar un suspiro y llevé mi mano hacia su cabeza por instinto. Cerré los ojos y lo apreté contra mi pecho. Sus labios besaban y chupaban mi pezón izquierdo con una ternura como nunca antes había sentido. Asi como si nada, dejó de chuparlo. Se echó hacia atrás y tomó vodka de nuevo. Mi teta se sentía fría con los restos de su saliva, y yo estaba comenzando a excitarme.

-Verdad- dijo él, luego de un momento de silencio.

-¿qué tan grande es tu pene?

-Ja! esa pregunta...

-¿Qué tiene?

-Nada.. es una tontería.

-No es una tontería. Me interesa.

-¿para qué te puede interesar?

-No sé... curiosidad...

-¿Qué? ¿querés verlo?

-...-nos quedamos mirando unos segundos, luego respondí- Sí!

Se paró mientras tomaba otro trago de vodka. Bajó su pantalón hasta las rodillas. Su pene estaba medio fláccido. No era muy grande, pero era lindo.. atractivo. Casi completamente depilado, de aspecto suave y con una forma perfecta, si es acaso posible. Era el típico pene que ves en los libros de biología. No tenía una cabeza chata, ni era demasiado largo o demasiado grueso. No pregunté nada. Solo actué por instinto. Fui de rodillas a tomarlo en mis manos. Se me antojaba besarlo, lamerlo hasta que explotara en mi boca. Justo cuando mi mano estaba a un par de centímetros, se subió el pantalón.

-No dije que podías tocarlo. Solo verlo.

-¿es porque no tengo pito?

-Sí. Exacto. Solo lo pueden tocar los que tienen pene. Ahora.. ¿verdad o consecuencia?

-Consecuencia

Se quedó pensando. Me miraba fijamente, a mis ojos, a mis tetas... todo mi cuerpo estaba echado hacia adelante, hacia él, buscando algo que se me había negado.

-Masturbate.

-¿Cómo?

-Masturbate... hacete una paja ahora.. para que pueda verte.

Se quedó mirándome. No iba a hablar más. Estaba actuando como enojado, furioso por algo. Me miraba desde detrás de la botella de vodka que cada tanto subía a sus labios para tomar otro pequeño sorbo. Sus ojos ya se notaban desorbitados, cayendo en un estado de ebriedad lentamente.

Podía dar por terminado el juego y pasar a otra cosa. Ya era tarde, incluso podía decir que estaba cansada y necesitaba dormir. Pero también estaba excitada.

No dude más. Me acosté en el piso, con un almohadón en la cabeza. Me saqué la bombacha, y abrí las piernas, apuntando hacia donde él estaba sentado. Estaba empapada. Mis dedos comenzaron a masajear el clítoris. Inserté tres dedos sin problema. Antes de lo que pensaba posible estaba masturbándome frente a Gabriel, mi amigo de toda la vida, mientras él tomaba vodka desde el otro lado de la habitación.

Seguí jugando. Me dejé llevar por el placer, olvidándome de todo. En un momento, abrí los ojos y vi a Gabriel masturbándose despacito. Eso me animó un poco más y comencé a penetrarme con más fuerza y más rápido.



Continuará...

6 comentarios - Re-encuentro con mis placeres

mdqpablo +1
Que lindo relato . Un encuentro muy bueno entre amigos . Espera.os.leer mas
EL_CHANCLETA +1
tremendo relato... capaz que estaba enojado por sentirse atraido sexualmente hacia vos pero el es gay.. y pasivo.. paradigmas modernos jejej. me quede imaginando tus pezones estan muy bien descritos, te deja con ganas
horrotika +1
verdad o consecuencia!! sos una genia, el juego es el verdadero afrodisiaco que nos hace falta a todos. Es hermoso leerte, gracias por compartir, saludos!!
weissandy +1
tremendo relato ! felicitaciones ! van +10