Hola, como andan?? Hoy les quiero contar un encuentro muy ansiado con @juanp1984
Halagando frases encontradas en mis relatos apareció este chico golpeando mi buzón de mensajes. Distinto a otros, cada cosa que escribia parecía un relato en si mismo.
Él, como tantos, es unas de esas personas que le cierran la puerta a su talento, y sólo permiten que pocos nos podamos deleitar con sus candentes letras. Yo fui una de ellas por suerte.
Nuestros primeros mensajes se dieron en un momento particular. Él vive en Buenos Aires y yo bastante lejos de esa ciudad. Mi cuerpo realizaba una visita a esa ciudad cuando los chats se empezaron a poner copados. Él sabia que algunos cientos de metros nos separaban apenas. ¿que hacer? Seguir dejando que crezca la calentura, basada en el morbo de hablar con alguien que no tenes idea de quien es….o cortarlo, vernos en un café y descubrir que pasa. Estábamos cerca, y no nos vimos.
Volvi a mi ciudad mucho mas caliente de cuando me fui. La excitación creció, pero la distancia nos llenaba de desazón, y poco a poco fuimos cayendo en la dura realidad de la imposibilidad de vernos. Yo iba a volver, siempre vuelvo a Buenos Aires. La incognita era cuando.
Sin tener mas nada que decir, nos dejamos de hablar.
Pasaron tres meses de ese primer contacto cuando mi vida me volvió a colocar en Buenos Aires. ¡Qué bueno que siempre hay algo que ir a hacer alla! Apenas decidí ir, le escribí. Por suerte todavía tenia ganas de verme.
Yo ya no estaba caliente. Pero recordaba muy bien cómo me había calentado con él. Revisé fotitos y conversaciones que tuvimos y me fue volviendo la calentura de poco, pero lo mejor con él, fueron las charlas por teléfono, muy calientes, y el único registro que tengo de eso esta en mi mente: descripciones, lugares, gestos, actitudes, gemidos, gritos, orgasmos. Todo eso pasó por el teléfono y fue lo mas fuerte que tuvimos.
Él tampoco estaba caliente. O al menos eso me pareció. Pero también recordaría lo bien que la pasó conmigo a la distancia.
Quedamos de encontrarnos a la nochecita en el Parque Rivadavia. Yo estaba super nerviosa, me sentía una adolescente. Como mujer casada que soy hace bastante, no tengo ya la costumbre de las citas. De este chico había visto algunas fotos, y me gustaba bastante, pero tenia miedo de que no me gustase o de que yo no le gustase a él. Lo vi venir de a unos metros. Se iba haciendo nítido a medida que se acercaba. Para mi sorpresa, me encontré con un chico muy lindo. Muchísimo mas lindo de lo que yo imaginaba. Cada detalle de su cara que había visto en las fotos, era mas suave y mas dulce en persona. Sus ojos, su nariz, su mandíbula delgada, su pelo queriendo crecer para ser enrulado. Su altura me conmovió, alto como me gustan. Me tranquilicé…. me gustaba mucho. ¿Y yo?? Nunca le mandé mis mejores fotos porque no me gusta generar falsas expectativas, asi que esperaba no estar decepcionandolo.
Fuimos a un barcito de por ahí cerca a comer y tomar algo. Sabia que tenia hambre y que mucho más iba a tener después, pero no podía ni llegar a la mitad del sándwich que me había pedido. Charlamos bastante y bien; poco de nuestras vidas conocíamos, asi que hablamos de lo que teníamos en común. Mi pareja swinger y abierta con permisos, su pareja abierta, poringa y cosas por el estilo.
Se hizo un silencio. Callados. Me mira y me dice:
-¿qué pensas?
-que te quiero dar un beso.
Se me acercó y me comió la boca!! Que linda boca pensaba mientras trataba de superar la extraña situación de estar dando un beso en público a alguien que no es mi marido siendo yo una habitante de un lugar tan chico en el que sería imposible hacer eso. “Relájate, estas en Buenos Aires” decía una parte de mi cerebro mientras habilitaba a mi lengua a corresponder ese exquisito beso mojado.
Pedimos la cuenta y nos fuimos.
Camino a su auto nos agarramos en la calle. Me apretó contra la pared, me paso las uñas por las piernas, me besó fuerte…. Uffff que linda esa ansiedad de querer todo en ese instante pero a le vez que dure. Habia que volar a un hotel. Urgente. No dábamos más.
Íbamos en el auto casi en silencio. Disfrutando de las ganas que se olían en el aire. Mientras pensaba… ¿será este encuentro como en nuestras fantasías?? O mas bien, ¿podré soportar en la realidad lo que tanto me calentaba cuando solo era virtual?? Habíamos charlado cosas que no había hecho nunca en mi vida.
Entramos a la habitación. Era chica, discreta y con delicada decoración a estrenar; estaba calentita.
Nos besamos abrazados de pie. Yo ya sentía mi cuerpo muy caliente… mi concha latía y se mojaba. Yo disfrutaba del placer de lo nuevo. Esa calentura es única, la que te pasa con alguien por primera vez. Lo noté apurado o ansioso. Me sacó toda la ropa muy rápido, solo quedé en colales. Me empujó en la cama y me dejó boca arriba. Parecía tomar las riendas. Yo lo miraba sorprendida. Corrió la bombacha y con los dedos hizo magia. Muy fuerte, muy rápido comenzó a tocarme; mis gritos no tardaron ni un segundo en llegar, me gustaba mucho, no se qué hacía ni cómo lo hacia, pero me transportaba.
Deja de hacerlo y le pregunto
-¿qué onda con eso?
-Quería verte muy caliente - me responde.
Vaya si me sintió caliente.
Él parado y yo de rodillas frente a él, le desabroché el pantalón y se lo saqué. Ya podía ver su erección por debajo del calzoncillo. Se lo sacó y quedó toda su pija para mi. Inocentemente me preguntó si le iba a chupar la pija sin saber que era lo que más tenía ganas de hacer ya que mucho habíamos hablado de eso.
Se la empecé a chupar tranqui. Él no tardó hacer lo que quería con mi boca. Primero despacio, tanteándome, y después, con toda la furia. Agarraba mi cabeza por detrás, y me marcaba el ritmo, su pija entraba y salía de mi boca como él quería. Hasta terminar, dominando mi boca por completo. Con sus manos en mi nuca, con fuerza apretaba contra su cuerpo. Mis labios quedaban tocando su pelvis y su pija incrustada en mi garganta. Me dejaba sin respirar. Lo hacia repetidamente. Me daba respiro y lo volvía a hacer. Hasta que en un momento no paraba, me tenía totalmente atragantada y me dice “tócame la pierna cuando no puedas más”. Y yo realmente no aguantaba un segundo mas, pero cuando mas me faltaba el aire, mas sentía como mi cuerpo explotaba de excitación. Quería ahogarme en él. Llegado un tiempo límite, mi mano le avisaba que no daba más. Me soltaba y me caían lagrimitas de los ojos. Ufff qué lindo!! No entendía como me exitaba tanto con eso.
No subimos a la cama enredados en muestras de amor. Si, después de tanta dureza nos dábamos besitos. Nuestros genitales mantenían la distancia prudencial que se tiene cuando no hay un preservativo en el medio, pero ya no resistían mas.
Su pija se metió adentro mío cuando yo estaba arriba de él. Nos movíamos despacito primero, sintiendo el roce lento y más rápido después. Yo me sostenía apretando su pecho con mis manos y saltaba, lo mas rápido y mas largo que daban mi piernas. Lo miraba a los ojos y recordaba, cuantas veces me imaginé esa carita linda cogiendo conmigo y ahora la tenia toda para mi. Tan linda…. Con los ojitos entrecerrándose diciendome “la estoy pasando bien”. Mmm, que cosa rica este chico.
Después lo tuve encima mio otro rato. Yo boca arriba con las piernas bien abiertas. Se movia fuerte y me gustaba mucho. Cada vez mas fuerte, con mas ganas, desatando tanto deseo acumulado… hasta que su placer fue máximo y explotó en orgasmo cayendo encima mio.
Al ratito se encargo de mi muy bien. Tirada en la cama y entregada al placer, me comió muy rico la concha y me tocó de una manera excepcional. Me encantan las lenguas, pero son muy suavecitas. Para pasarla muy bien, los dedos no fallan. A veces pienso que no me conozco nada. Cuando llega un hombre que la tiene mas clara que yo y me toca no se donde, no se como y de una manera que nunca había sentido antes. No se si era hondo, no si era fuerte, no se cuántos dedos eran, solo se que me dio un orgasmo memorable, muy intenso y de sensaciones extrañas. Me dejó hechada un rato; por suerte, con un hermoso hombre al lado mio.
Mas recuperados, con un turno con bastante tiempo restante y la certeza de que no sería fácil volver a vernos, nos volvimos a calentar. No era difícil… un roce de un dedo en cualquier parte de la piel y ya estábamos.
Volvi a chuparle con desespero la pija. Estaba muy rica realmente. Me gustaba mucho verle la cara cuando lo hacia. Él me miraba fijo. En un momento se la agarra y me la saca de la boca, sin alejarse, me pasa su pija toda mojada y empastada de mi saliva por toda la cara, por los ojos, me corria todo el maquillaje y extasiado por esa imagen me decía “qué linda”. Mmm …. me hubiese gustado verme asi de linda.
Volvimos a coger sin variar demasiado, en las mismas poses que tanto placer nos habían dado antes. Después de que él termina… acostados los dos me pregunta si alguna vez me habían hecho doble penetración. Ante su pregunta pensé si no se acordaba de mi relato donde cuento esa experiencia (que con seguridad había leído) o si no le había parecido creíble. Le respondo que si. Y como él no da nada por sentado, después de preguntarme si me había gustado, me puso en cuatro y me hizo una linda doble penetración con sus dedos, muy bien hecha, tan bien lograda que cerré los ojos y me imaginé ahí mismo con alguien más. Me volvió loca.
Ya mas tranquilos, le dije que él me había tocado como nadie. Se rió y no me creyó. Espero que ahora que estoy aca contadandoselo a todos me crea.
Fue una noche fantástica que superó ampliamente mis expectativas.
Bueno, lectores de Poringa, espero que les haya gustado aunque no creo que tanto como a mi.
Gracias por leer!!
11 comentarios - Encuentro con un Poringuero
No me creo privilegiado como para aclamar por la exclusiva por eso....ojala reveas la primer opción.
Sos un deleite a la lectura y a la imaginacion