Le puse los cuernos con mi ex

Desperté recordando a mi ex. Es algo que suele suceder, especialmente esas noches que los calores de mi cuerpo se concentran y me revuelven todo por dentro. Incluso mis sentimientos a veces se confunden. Creo que fue el mejor sexo de mi vida. Y no tuve mucho aún, pero puedo decirlo con certeza, creo que será el mejor sexo de mi vida. Lo mejor, es que aún no termina... Necesitan una explicación.

Hace tres años terminé una relación de 5 años con Andrés. Andy... fue mi primer novio. No les voy a mentir, esa relación no fue muy natural. Íbamos y volvíamos como una marea embravecida. Primero fue por él. Se fue seis meses a vivir con un primo en Montevideo para ayudarlo en un negocio, y como era de esperar, cualquier chico fachero que trabaja en un bar no es fiel. Por alguna razón yo no me enojaba con él de veras, lo entendía y en cierta forma me ponía escuchar como se había levantado chicas en el bar que lo único que buscaban era un gin tonic y un chico lindo que les hablara. Él solía ser ese chico. Y encima les regalaba el gin tonic. Su primo no estaba del todo contento por eso, y fue él quien me avisó de su infidelidad. De la que ni siquiera intenté demostrar enojo. El que otras mujeres desearan a mi novio producía temblores en mis piernas como el mejor de los sueños.


Le puse los cuernos con mi ex


Así comenzó nuestro juego. Él me contaba de sus conquistas y yo le inventaba conquistas en bares y bailes a los que nunca iba. No era suficientemente malo para decirme que podía ver claro a través de mis mentiras. Cuando volvió a Maldonado definitivamente no iba a ser más infiel. Volvimos y durante dos años creo que fuimos una pareja normal. Pero su sed de otras mujeres le era superior al amor que podía sentir por mí. Lo soporté un tiempo. Me decía a mi misma que era normal, que tenía una energía sexual con la que no podía competir y que al ser tan guapo sería injusto que las chicas no pudieran probar un poquito. Incluso accedí a tener un trío con una de sus conquistas recurrentes. Pero a último momento todo se desvaneció. La chica estaba embarazada. La disputa por quien podía ser el padre se inclinaba favorablemente hacia Andy y me vi borrada de su vida por completo.

Pasaron meses, un año, dos, y yo me encontré con muchos chicos que se sacarían los ojos si así lo deseara. Ninguno supo remplazar a mi ex. A veces me encontraba soñando con él despierta en los bailes. Esperando que se apareciera por entre la multitud y simplemente me tomara. Sin explicaciones, sin saludo, nada. Sus brazos fuertes sujetándome por la cintura y me doblaría en sus manos para luego perder la conciencia en sus besos.

Entre, sin pensarlo, a la vida de novia. Un novio adorable, atento e inagotable en soportar mis caprichos. El sexo con él, estupendo. Y mi felicidad en aumento. Pero aún así, no lograba evitar encontrarme despierta soñando en las manos fuertes de Andrés, su pelo grasiento y desprolijo, sus camisas negras que solía abrir de un tirón y echarme en su pecho, sintiendo su calor, su olor, su pasión.Cuando pensás demasiado sobre algo, suele suceder. No exactamente como lo imaginabas, pero el universo tiene una forma extraña de enviarte lo que sea que le pidas. Una noche de chicas, fuimos a bailar, como tantas otras veces. Mi novio había quedado solo, mirando series que me aburrían, aprovechando su soledad para llenar el vicio solitario que yo no entendía. Y yo, mientras, iba por mi segundo mojito cuando vi a Andrés del otro lado de la pista.

Nos encontramos con los ojos, atraídos por ese imán que nunca se apaga en una pareja. Quienes digan que la llama se extingue, mienten. Si alguna vez existió fuego entre un hombre y una mujer, ese fuego nunca se va a apagar. La mentira es tan solo para no poner nerviosos a los hombres que vienen de segundo. Mis recuerdos están nublados. Quizá por los mojitos. Quizá por la velocidad en que se dieron los acontecimientos.


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Llegamos a juntarnos a mitad de camino entre la barra y la pista. Hablar era inútil, la música estaba demasiado alta, así que nos quedamos quietos, observándonos y sujetándonos de las manos. Sus antebrazos eran duros como piedras. Siempre había sido fuerte, pero se notaba que había estado entrenando en un gimnasio. Incluso la camisa se notaba más tensa en la zona de los pectorales. Nos comimos con las miradas hasta que juntos, o quizá fui yo primero, nos besamos. Sentir el contacto de sus labios tiernos y su barba raspando contra mi piel me transportaron a otra época y comencé a volar, a soñar... Estábamos en el baño, apretados contra la pared, y simplemente me subió la pollera, rodeé mis piernas en su cadera y entre jadeos y besos nos olvidamos del mundo a nuestro al rededor.


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Mis amigas se iban cuando salimos. Nos acompañó afuera y antes de subirme al taxi me dejó su número en una tarjeta. Pasaron días, quizá semanas o meses, hasta que las chicas decidieron salir de nuevo, pero tenía un cumpleaños con mi novio y no las acompañé. Había pasado tanto tiempo de esa noche con Andrés, que casi lo había olvidado. Él no había siquiera intentado contactarme, y yo había borrado mi infidelidad de mi mente. Para quienes siempre creen que uno es consiente de lo que hace, doy fe de que no es así. A veces las cosas suceden. Diego no se había enterado de nada, ni sospechado por un segundo. Ahora que lo recuerdo, cuando me preguntó sobre esa noche con mis amigas le respondí lo primero que mi cerebro pensó. Ni siquiera se me ocurrió ocultarle información, simplemente omití la parte de Andrés con completa naturalidad. Casi que me mentí a mi misma. Y eso me llevó a pensar que quizá había soñado todo. Que esa noche estaba tan alzada que había tenido un sueño erótico en el medio de una pista de baile y luego me fui a casa como si nada.

Pero no fue así. La tarjeta estaba en mi billetera. Su nombre, en letras negras y fuertes, me imploraba que marcara su número y... Mi cerebro había dejado de funcionar. Diego estaba con su familia en la sala de estar y yo, encerrada en el baño, marcaba el último dígito y llamaba a Andrés. Su voz recorrió mi cuerpo entero, como un beso, largo y húmedo desde la oreja a mi vientre. No había vuelta atrás, ya no pensaba con claridad.

-¿Jime?- dijo, intentando mostrar sorpresa.
-Andy, ¿cómo estás?
-Bien, bien. Dando unas vueltas de último momento. Por ir al baile, ¿te veo?

No se como, pero sabía por qué lo llamaba. Ni siquiera intentó disimularlo, no se interesó en mí ni en mi vida. Estaba en la casa de la familia de mi novio, hablando con él, el hombre con quien le había puesto los cuernos una noche hace un par de meses, y hablaba como si no hubiera pasado tiempo y fueramos amigos de toda la vida. Era otra de sus conquistas. Esas chicas que solía entender, ahora yo era una de ellas. Y eso me empujó del borde y caí al abismo.

-No. No puedo. Es que... estoy en lo de Diego, mi novio, y no puedo salir hoy.
-Decí que estás enferma. Te duele la cabeza y te tomás un taxi. Te levanto en la esquina de la plaza, espérame.

Cortó. No me dejó decir nada. Solo me dio sus instrucciones y corto el teléfono. No solo no podía creerlo, sino que ya estaba haciéndole caso. Salí del baño intentando simular la cara de alguien que no se siente del todo bien. Me disculpé, le di un beso a Diego y salí de la casa en menos de cinco minutos. En el taxi, mi pecho ya corría a mil revoluciones por minuto. No sé si le di de más al taxista, pero en el momento no tenía importancia. Salí del auto y esperé en la esquina unos minutos.

Su auto se detuvo. Las ventanas oscuras no dejaban ver hacia adentro, pero supe que era él, lo intuía. Me subí sin pensarlo y al cerrar la puerta él me beso. Su mano descansaba en mis piernas, abriéndose camino hacia arriba. El cosquilleo aumentó en mi entrepierna, pero a último momento regresó su mano al volante y emprendió marcha hacia algún destino. No me interesaba preguntarle.

En todo el viaje no hablamos. Y al llegar a una zona de descanso frente al mar, apagó el motor y se dio media vuelta para enfrentarme. Mantuvimos el silencio. Nos comunicamos a través de nuestros besos y caricias, que iban desvistiéndonos lenta y progresivamente. Sus manos fuertes siempre supieron moverse con gracia sobre mi cuerpo, apretando todos los puntos importantes, y esta vez no fue la excepción. Sentí sus dedos penetrarme con intención. No había una pizca de duda en ninguno de sus movimientos. Su experiencia era evidente y yo solo podía disfrutarla.Me dejé llevar por la situación. Estaba extasiada, aliviada, no podía detenerme.


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Él se detuvo para abrirse el pantalón y sacar su pene. Era más grande y grueso de lo que recordaba. Besó mis labios y sujetó mi cabeza por la nuca y me bajó. Sin ofrecer resistencia abrí mi boca y acepté el falo hasta el fondo. Llenando de baba toda su extensión. Lamí cada vena, cada pliego de piel, besé la cabeza y lo masturbé mientras lo chupaba. Seguí sus instrucciones. Más rápido, más fuerte. Su respiración me volvía loca, con una mano libre me masturbaba a la misma vez. Iba a terminar en cualquier momento. Mi cabeza subía y bajaba, saboreando esa pija prohibida. Al borde de explotar y terminar en un orgasmo intenso, sentí su semen caliente golpear el interior de mi boca, escurrirse por la comisura de mis labios y caer por mi piel. Mantuvo mi cabeza sobre su miembro hasta que hubo terminado y me obligó a limpiarlo con la lengua. Obedecí. Estaba ida por completo. No me reconocía.


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Cuando ordenamos todo, yo aún tenía necesidad de cojer, pero se rehusó. Me dijo que la próxima semana podríamos juntarnos de nuevo y esta vez me llevaría a mi casa. Así lo hizo. Me dejó en la puerta. Diego aún no había llegado. Me dio tiempo para bañarme, poner todo a lavar y acostarme. Cuando llegó, sin darle explicaciones le di una noche de sexo mágica. Aún estaba a años luz de ser similar a una noche con Andrés, pero por ahora era suficiente. Me dormí, agotada, soñando con qué podría suceder la próxima vez que lo llamara.


Supongo que me desperté con ganas de contar historias. Espero que la hayan disfrutado y se toquen mucho, como yo. ;)

13 comentarios - Le puse los cuernos con mi ex

mt-xyz
uffffff que gran historia, me toque mucho mientras las leia.... ahora voy a revisar tus otros posts para terminar lo que comence, van puntos linda
sfdk +1
Genial!! Espero más!! Saludos!!!
julietanay +1
gran relato...las fotos hacen perder toda la magia .....consejo salvo que sean fotos reales de lo que estas contando (y no ilustrativas) ....deja que el lector se imagine todo.- van puntitos igual. julieta
M_Amaluna +1
Gracias!

Estuve agregando fotos más por el público que por otra cosa. A mi tampoco me gusta mucho tenerlas ahí. Gracias! Beso 😚
manbi33 +1
Me gusto mucho tu relato!Me gusto much
pacaaaa1 +1
Que buen relato deje puntos
ManuSalta18 +1
Me gustó mucho el relato!! Pero las imagenes aveces me desvian a lo que imagino y como que se corta esa "magia" por asi decirlo jaja. Pero el gif final fue tremendo :3 +10
Segui así!!
koopa85 +1
muy bueno, me quede entrado leyendote jaja, es la ultima por ahora. excelente.
Geminiano1982 +1
Quiero protagonizar una historia con vos
EL_CHANCLETA +1
la verdad que soy cero fan de la infidelidades pero lo contas tan bien y elegante que es un lindo relato👌🏻😉
Zerafin +1
Totalmente de acuerdo con vos sobre los ex, donde hubo fuego siempre quedara fuego. Algun dia te contare mi historia.
Goldfinger95
terrible putita, y tu novio flor de cornudo