Aventuras en el trabajo II: Lluvia

Aventuras en eltrabajo II: Lluvia


Luego del primerencuentro con Liz, se nos hizo costumbre coger cada que podíamos,ambos teniamos mucha química sexual, yo a mis 19 años era imparabley ella a sus 31 estaba en la plenitud de su sexualidad, de modo quelo difícil era encontrar pretextos para reunirnos, así pasaron unoslindos seis meses en los que cogimos a espaldas de todo mundo. Luegolo inevitable, su marido empezó a sospechar, y Liz sera una puta yuna muy caliente pero no es pendeja y finalmente me pidió quedejáramos que la situación se enfriara un poco. Lo que estaba bienpara ella, pero a mi, que ya me había acostumbrado a estarmecogiendo a mi compañera me dejaba en mala situación, así queempecé a buscar alguna nueva compañera que estuviera dispuesta a jugar, fue así que me empecé a acercarmás a Lluvia.


Lluvia era unaseñora ya en toda la regla, tenía unos cuarenta y tantos años, doshijos, el de ellos de mi edad, era divorciada y la verdad que fuerade algunas arrugas en su rostro, se conservaba bastante bien, sucabello era corto y de color negro, su ropa dejaba entrever unascaderas amplias y unas nalgas generosas, un par de pechos que enalgún momento se habían erguido con orgullo pero que ahoraempezaban a colgarse un poco, de piel morena y actitud muy ligera,más que amargarse como hacen otras mujeres cuando sus matrimoniosterminan ella se veía rejuvenecida y estaba viviendo un segundoaire, quizás incluso estuviera buscando a alguien que la hicierasentir joven también en la cama, pensé. De modo que me fuiacercando también a Lluvia, el acercamiento con ella fue un poco másfácil, ella ocupaba una pequeña oficina individual justo frente ala miá, por lo que en mis ratos de ocio y con cualquier pretexto meaparecía por ahí y empezaba a hacerle platica. Al principio Lluviaadopto ese tono maternal que tenía para con sus hijos, me aconsejabay me reprendía, sospechaba que mi relación con Liz era algo másque amistosa, aunque se limitaba a decirme que no hiciera nada de loque pudiera arrepentirme. Fue durante esta conversación que merecomendó buscar alguna chica de mi edad, a lo que yo le respondíque a mi me gustaban las mujeres, no las niñas. Este comentario lahizo reír y me dijo, ahhh mira, y se puede saber que tipo de mujerle gusta al señor. La mire del modo más intenso que pude y con lavoz más varonil que pude reunir le dije: me gustan las mujeres comotu, Lluvia. Mi respuesta la hizo trastabillar un poco y por unmomento simplemente evitó verme directamente, y luego con unarisilla fingida me dijo: ay Adrian, que cosas dices muchacho, unamujer tan vieja como yo. No la dejé continuar, la tomé de la mano yla jale hacía mi y la besé a la fuerza. Si lo que le había dichoantes la había sorprendido, el beso la descolocó por completo, pasóun buen rato antes de que reaccionara y decidiera separarse yapartarme, Adrian me dijo, dandome la espalda, podrías ser mi hijo,no esta bien que hagamos esto. Al igual que hice con Liz rodeé conuno de mis brazos sus cintura, pegué mi cadera a sus nalgas ymientras me frotaba contra su trasero, besé su cuello y le susurreal oido: anda, mami, siente como me pones, me tienes bien caliente.Estoy seguro de que toda la situación la había puesto en apuros,por un lado me doblaba la edad y por el otro esto era algo que ellamisma buscaba, de modo que le dije: mira, mi amor, porque no mepruebas una vez y si no soy suficientemente hombre para ti, yo ya novuelvo a molestarte, que te parecé le dije pegando mi abultada vergaen sus suaves nalgas. No sé, me dijo ella algo precoupada, mira ledije, te espero a la salida, a la vuelta de la esquina, sin dejarleresponder la besé nuevamente y me retire de su oficina.


La esperé porvarios minutos y justo cuando pensé que no vendría vi su auto darla vuelta a la esquina, me abrió y subí. Hola, mami, creí que yano vendrías. No me digas así, por favor, tienes la edad de mi hijoy me haces sentir mal. Pero porque mamita, le dije mientras pasaba mimano por su muslo, entre más sucio es mejor, o no? Con cara de entredisgusto y calentura me preguntó, bueno y para donde vamos. Leseñalé el camino al motelito que había sido refugio de miadulterio con Liz y enfilamos rumbo al lugar. Entramos a lahabitación y tan pronto entramos, Lluvia trató de sermonearme, medijo que todo esto estaba muy mal y que no solo me doblaba la edad yque eramos compañeros de trabajo, que nos podíamos meter enproblemas en la oficina y no sé que más iba a decir, pues la beséa la fuerza nuevamente, un beso rápido pero con lengua, me separé yle pregunte que me estabas diciendo, que esto esta mal porque, labesé de nuevo, más profundamente, empecé a acariciar sus nalgas yella me abrazó y empezó a responder el beso. Pasados unos segundosLluvia se dejaba llevar por el momento. Mis manos se habían coladodentro de sus pantalones y sus calzones de señora y acariciaban susgrandes nalgas, suaves y carnosas. Señora Lluvia, le dije, tiene unculito suave y grande, mmmm Adrian, nooo, vamos a hacer una tontería,por favor no. No qué señora, le dije colocándome a sus espaldas ytomando sus pechos con firmeza, hay que ver que buenas chichis tienesmami. Por respuesta solo obtuve gemidos a los que respondí con unaorden: que esperas, desnudate. Lluvia solo me miro y mientrasobedecía me dijo: uff, como me pones, muchachito idiota, pero hoyvas a saber lo que es una mujer de verdad, dijo al tiempo que sequitaba la ropa, hice lo mismo y ni bien estuvimos ambos desnudostodo se convirtió en una lucha por ver quien iba a llevar la vozcantante del encuentro. Lluvia me empujó a la cama y empezó a mamarmi verga con hambre, la dejé ser y disfruté del momento, oohh sí,mami le dije, chupamela como nunca se lo hiciste al impotente de tumarido, al escuchar esto me miró a los ojos y bajo el ritmo, mirándome todo el tiempo mientras chupaba, me costaba trabajo novenirme, así que la detuve, me incorporé rápidamente y la arroje ala cama, le abrí las piernas y me puse a chupar su panocha del mismomodo salvaje que ella me mamó a mi. Sus labios eran gordos y algomás abiertos que los de Liz, su clitoris estaba hinchado ysobresalía un poco, su pubis estaba bien poblado, pero muy cuidadosin vello alrededor de sus labios, me dí a la tarea de mamar, chupary mordisquear su hermosa vagina. Lluvia subió sus piernas en mishombros y con sus manos empujaba mi cabeza hacía su mojadisimacueva, al tiempo que gemía como perra en celo y me decía: asíiiimi niño, ay que rico lo haces mi vida, de haber sabido que eras asíde bueno te habría cogido desde la primer semana, mi amor. Me dije ami mismo, vamos a ver quien se coge a quien, vieja puta. Así que meincorporé y jalandola hacía mi con violencia y sin decirle nada, leclave la verga de un solo empujón. Lluvia no esperaba esto y susojos se abrieron y su boca quiso gritar pero no salio ningún sonidode su garganta, mi verga había entrado completa. Los ojos de Lluviase pusieron en blanco y por un momento creí que se había desmayadopero eso no me detuvo, empecé a taladrar su cueva con ritmo lentopero constante. La sensación era maravillosa, su panocha no era lamás apretadita que me había cogido pero si era la más caliente detodas, no soy un experto ni nada, pero la panocha de Lluvia siempreesta muy caliente y ese fuego interior envolvía mi verga y me estaballevando al cielo. Luego de un par de minutos de estar cogiéndola,ella empezó a gemir y sus piernas rodearon mi cadera. Cabrooooon,me dijo, me la dejaste ir toda, hijo de putaaaaaa, mmmmmm si no fueraporque me estas cogiendo como nadie me lo había hecho, te juro quete arrancaba los huevos, así que muévete, así meteme la verga, meencanta que me metas la verga, dicía mientras se mordía los labiosy me apretaba el pito con su caliente vagina. Mmmm tienes la panochamás caliente que me he cogido, mami. Mmmm y tu la macana más gordami amor. Nos besamos y luego de un rato le dije, ponte en cuatropatas perrita mía, claro que sí mi macho. Verla así con las nalgaslevantadas, inclinada hacía la cama con la cabeza enterrada en laalmohada, me puso loco. Su culazo era maravilloso, gordo y grandecasi sin marcas, besé sus nalgas y las abrí para descubrir un anitooscuro, que se abría y cerraba pidiendo atención, la mi y besé suagujero, al tiempo que Lluvia exclamaba: asíiii niño sucio, como megusta que me chupes el culito. Le metí un dedo y pregunte: te gusta,vieja puta? Te gusta que un joven que podría ser tu hijo te meta laverga y luego juege con tu culo? Síiiiii, dijo ella levantando lacabeza, al tiempo que un sorpresivo orgasmo la hacía vibrar conplacer. Estuve dilatando su agujero y cuando finalmente estuvo lista,apunte mi verga a su ano y le dije: me vas a dar tu culo, verdad,mami? Ufff, como puedes ser tan hijo de puta, me tienes caliente comonunca, anda maricon, metemela toda, soy tuya mi macho. Empujefirmemente y pude sentir como su culo se abría para recibirme.Arrggg, ayyyy hijo de la chingada, la tienes gordisima pinche niñocabrón, siento que me abres como nunca. Empuje más al tiempo que ledaba fuertes nalgadas. Ayyy vieja puta, me encanta tu culazo,aprietas delicioso, cabrona, a partir de hoy eres mia, verdad?Síiiiii mi vida, soy toda tuya, ya me hacía falta volver a sentirlo que es tener una buena verga dentro. Nos empezamos a mover, yoempujando y ella jalando, en un movimiento sincronizado. Empezaba asentir que ya no aguantaba más cuando ella grito: ME VOY A VENIR!!ahh ahh ahh ah, ay cabrón me vas a hacer venir por el culo.Rápidamente metí mi mano en su vagina y empecé a mover su clítorissalvajemente al tiempo que aceleraba el movimiento de mis caderas.Ahí va mi leche, vieja puta, le dije al tiempo que daba un ultimoempujón y me alojaba en lo más profundo de sus entrañas. Agggggcabrón que me hiciste, dijo Lluvia cayendo en la cama deshecha conlas nalgas aun levantadas. Cuando finalmente terminaron los espasmosde su culo, me retire de ella y contemple sus nalgas enrojecidas pormis manos, su culito irritado chorreando leche, así como su panochacompletamente mojada, con la pelambrera revuelta y húmeda. Meacurruqué a su lado, ella se acomodó sobre mi pecho y estuvimos besándonos y conversando sobre diferentes cosas. Ahora cada quequiere verga o yo quiero culo, basta un mensaje de texto para que merecoja a la salida del trabajo y vayamos a su casa o algún motel, donde cogemos por horas.

3 comentarios - Aventuras en el trabajo II: Lluvia

seven04 +1
Van puntitos muñeco, historias en las que una se siente identificada...jajaja
Aventuras en el trabajo II: Lluvia
carlosq618
Gracias, preciosa. Me alegra que te gustara.
vaan28 +1
Sigue asi bro.
carlosq618
Gracias, que bueno que te haya gustado.
gust7387 +1
Muy buen relato
carlosq618
Gracias que bueno que te haya gustado.