Una chica curiosa. Capítulo 16

Una chica curiosa. Capítulo 16

Esta es la historia de Paula, una chica que a los 19 años la curiosidad la empieza a llevar por experiencias nuevas que cada vez resultan ser más intensas. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…

Capítulo 16: 21 años
   Me bajé del taxi a eso de las 10 de la mañana ese domingo. Entré al palier del edificio, subí a casa y cuando abrí la puerta escuché como mis padres se levantaban algo alterado. “¿Qué hora es?” me preguntó mi mamá y tratando de disimular un poco le dije que no sabía, pero cuando apareció mi viejo con cara de enojado supe que se venía un reto. Me dijeron de todo por la hora en la que estaba llegando, pero a pesar de eso, dejaron que me vaya a mi pieza a dormir un rato. Cuando me acosté, lo primero que hice fue entrar a Poringa y mirar algunas fotos de Julieta.
   No sabía cómo encarar la situación al día siguiente, qué decir, qué hacer, después de todo no habíamos quedado en nada. Decidí esperar a ver que hacía ella y de hecho esa misma noche me escribió un mensaje para preguntarme qué estaba haciendo. Le conté que estaba estudiando y viendo algunos temitas de la facu y me contesto un “Ah bueno, entonces después hablamos” que me pareció un poco seco, pero tampoco me hice problema.
   Los siguientes días de Octubre fueron más bien tranquilos, el año empezaba a acercarse a su fin y eso significaba que mi cumpleaños estaba cerca. Obviamente con las chicas de la facu habíamos dicho de salir a bailar, como solíamos festejar todos los cumpleaños. Pero yo tenía ganas de recibir mis 21 de la misma forma que había recibido mis 20, teniendo sexo salvaje. Esa vez había sido con Noemí y había sido mi primera vez con una mujer, por lo que mi nuevo año tenía que sí o sí arrancar de una mejor manera.
   “Ay no puedo ese sábado Pau, perdón!” me respondió Julieta casi 4 horas más tarde cuando la invité a que saliera con nosotras la noche de mi cumpleaños. Como caía domingo, decidimos festejarlo el sábado 21 cosa de arrancar mi cumpleaños con toda, pero que Julieta no pudiera salir con nosotras, me desilusionó muchísimo. ¿Por qué sentí esa ráfaga de tristeza? Todavía no lo tenía asumido, pero me había enganchado con ella.

   Ese sábado nos juntamos en casa las 5 chicas de la facu. Algunos otros amigos y conocidos iban a ir directamente al boliche, pero nosotras nos encontrábamos a comer y a tomar algo antes. Para las 12 en punto mi madre había preparado una torta y después de que me cantaran el feliz cumpleaños, nos empezamos a cambiar y a arreglar para ir al boliche. Antonella, Vanesa, Noemí y Fabiana me hicieron hacer un desfile entero para determinar qué era lo mejor para ponerme. Obviamente terminé con un shortcito corto color blanco tiro alto y un top rallado color beige. Lista para dominar la noche.
   Llegamos al boliche y enseguida lo hircismo nuestro. Fuimos al centro de la pista y empezamos a bailar y cantar como unas locas, sin importarnos que el resto nos mirara con cara rara. Con el correr de la noche fueron llegando otras personas. Fernando y Andrés, de la facu cayeron casi al instante y se notó una mirada un poco tensa entre Vane y Andy. Otros chicos y chicas de la facultad, algunos amigos de inglés, Juliana y Lucio que hacía mucho que no los veía, entre otros. Pero yo seguía mirando en dirección a la puerta, con la idea fija de que ella iba a llegar en cualquier momento, después de todo, le había dicho exactamente dónde íbamos a ir.
   - Hola hermosa. ¡Feliz cumpleaños!- Me dijo de golpe alguien de atrás y me di vuelta sorprendida.
   Vi un chico alto, flaco, morocho de ojos claros y sonrisa divina que me miraba bien de cerca. “¡Leonel! ¡Viniste!” le dije emocionada y lo abracé con cariño. Él me devolvió el abrazo y me dio un beso en el cachete volviendo a felicitarme por mi cumpleaños. Me había olvidado por completo que le había dicho a él que fuera, pensar en Julieta había captado toda mi atención. Sin embargo no podía negar que me emocionaba que él estuviera ahí.
   El resto de la noche es historia. Pasó todo tan rápido que casi ni recuerdo como fue. Fernando y Andrés se ocuparon de que yo tuviera siempre un vaso lleno en la mano y las chicas de inglés, que eran una fiesteras bárbaras, se pagaron al menos 1 champagne cada una. Leo también me invitó varios tragos y cuando me di cuenta, la noche se acercaba a su fin y yo estaba muy borracha.
   - ¡Sigamos de joda!- Le grité a Fabiana en el oído.
   - Estas re en pedo, boluda.- Me dijo Noemí riéndose y era evidente de que ella también estaba borracha.
   Entonces y sin previo aviso, sin pensarlo ni un segundo y sin que la idea se me cruzara por la cabeza, me acerqué a ella y la besé. La tomé con mi mano por la cara y me acerqué a sus labios para besarla de manera muy apasionada. Duró tan solo unos segundos, pero cuando me alejé de mi amiga, todos los demás me miraban sorprendidos.
   - ¡Besenme! Es mi cumpleaños.- Grité y todos rieron.
   Entonces empezó el desfile de besos. Primero a Antonella que estaba parada al lado de Noe, después a dos de las chicas de inglés que eran las que se habían quedado hasta ese entonces. Cuando pasé frente a Fernando lo evité alegando que su novia estaba ahí al lado y lo mismo hice con Andrés diciendo que no quería tener problemas con Vanesa, a pesar de que ella se encargó de dejar en claro que no tenía problema. Cuando llegué a Leonel me quedé parada y lo miré fijo.
   - A vos no te beso porque si no me voy a querer acostar con vos.- Le dije y seguí de largo a Juliana que me miraba totalmente atónita de lo que estaba haciendo. Leo se rió y no dijo nada.
   Intentamos ir a un after que estaba a unas cuadras de ahí, pero cuando llegamos nos dijeron que creían que tenían que cerrar todo porque había llegado la policía y que no sabían si volvían a abrir. Entonces algunos empezaron a irse y quedó definido que la noche terminaba ahí. “¡Aburridos!” les grité a Fabi y Fernando cuando se subieron a un taxi junto a Lucio y Juliana que iban para la misma zona. Por último quedamos Leonel, Antonella, Andrés y yo, y el primero se ofreció a llevarnos ya que estaba en auto.
   Primero la dejó a Anto, que vivía a unas cuadras, después a Andy a pesar de que tuvo que desviarse bastante y por último arrancó en dirección a mi casa. “Que borracha que estás” me dijo riéndose cuando subí el volumen de la música y empecé a cantar como loca. Entonces paramos en un semáforo y unas chicas que estaban esperando un taxi nos empezaron a mirar. Yo las saludé y les dije que era mi cumpleaños y una de ellas se me acercó y me saludó.
   - ¡Feliz cumple!- Me dijo y después agregó.- ¿Te vas a festejar con tu novio?
   - ¡Él no es mi novio!- Le dije riéndome.- Aparte no me dijo nada, me está llevando a mi casa.
   - ¡Ay flaco! Portate bien y llevala a un telo a darle un buen regalo de cumpleaños.- Le dijo la chica y sus amigas se reían a los pocos metros.
   - Yo no tengo problema.- Dijo de golpe Leonel.- Pasa que no se si Pau quiere.- Agregó hablándole a la otra chica.
   - ¡Flaco! ¡Quiere!- Le dijo ella con obviedad.- ¡Haceme caso y llevala a un telo por favor!
   Entonces se dio media vuelta y se fue corriendo al taxi que acababan de parar sus amigas. Me di media vuelta y miré a Leonel que me observaba con esa sonrisa estúpida pero divina que tenía. Era obvio que la chica había hecho todo el trabajo por él y yo no estaba con ganas de dar muchas vueltas. El semáforo se puso en verde y puso la luz de giro doblando en esa cuadra. Ya no íbamos para mi casa.

   Entramos a la habitación y sacando fuerzas de mi interior, lo empujé contra la cama. Él me miró algo sorprendido pero no le di tiempo a reaccionar y me subí sobre sus piernas y agaché mi cuerpo para besarlo con ganas. Debía ser el alcohol, pero una actitud posesiva y dominante se había apoderado de mí y me hacía saber que esa noche Leonel estaba ahí solo para darme placer a mí.
   Empezamos a sacarnos la ropa a las apuradas, pues no queríamos perder tiempo. Se notaba la calentura que teníamos y el alcohol hacía que todo fluyera de manera más directa. Leonel dejó que yo tomara las riendas del asunto y que lo fuera desvistiendo con total desenfreno y una vez que estuvo solo en bóxer me arrodillé en el piso y él se sentó en el borde de la cama. Mi hambre de pija era inmensa en ese momento. Le bajé el bóxer, la tomé con la mano y me la metí en la boca.
   Comencé por chupar esa pija bien grande y venosa, con locura. Movía rápidamente mi cabeza hacia adelante y hacia atrás mientras que con mi mano lo pajeaba. La tenía durísima y parecía que su cabeza estaba a punto de estallar en mi boca. Leonel me miraba a los ojos con adoración y yo seguía y seguía mamando su verga desenfrenadamente. Sus manos recogían mi pelo y se apoyaron sobre mi nuca, acompañando cada uno de los movimientos que yo daba. La saliva comenzaba a caerse de mi boca por entre mis labios y mi lengua se sentía totalmente húmeda.
   Pero entonces recordé que era mi cumpleaños y que se suponía que era él quien debía darme placer. Me levanté y lo empujé contra la cama para que quedara acostado boca arriba, me subí sobre su cuerpo y fui trepando hasta que mi cintura quedó a una corta distancia de su cara. Tenía la bombacha puesta, pero él la corrió hacia un costado y como pudo levantó su cabeza para darme un beso ahí. Entonces me adelanté un poco más y mi conchita se situó bien encima de sus labios.
   Acomodándose como pudo, comenzó a lamerme de una manera bien intensa. Sus brazos rodeaban mis muslos y su cabeza se perdía entre mis piernas, pero podía sentir con total claridad la forma en la que me daba placer. Mis manos se enredaron en su pelo y a medida que su lengua se movía más rápido sobre mi conchita, mis dedos se entrelazaban más entre sus cabellos y los agarraban con fuerza. “¡Ay sí!” me logró sacar entre gemidos y relamidos de satisfacción. Leonel se estaba destacando, sobre todo teniendo en cuenta que el poder total de la situación lo tenía yo. Me estaba volviendo loca. Su lengua y el placer que provocaba eran más fuertes que el dominio que yo podía ejercer.
   - ¡Cojeme bien fuerte Leonel!- Le dije al oído una vez que nos recostamos sobre la cama, yo debajo de él.
   Metió su pija en mi concha totalmente mojada y comenzó a darme bien durp. Era un placer hermoso, algo que de verdad disfrutaba a pleno. “¡Sí, cogeme!” le dije sin pensar y me di cuenta que las palabras salían de mi boca tan solo segundos después de que él empezara a bombear bien fuerte. Su verga entraba y salía de mi cuerpo a toda velocidad, mientras que su piel transpirada rozaba la mía transmitiéndome el calor de su cuerpo. “¡Dale Leonel cogeme!” le pedía con voz de putita en celo a su oído y él se volvía loco y me cogía cada vez más duro. Sin dudas, sentir una pija en mi cuerpo era lo más placentero del mundo.
   Después me tocó dominar a mí. Él se recostó sobre la cama y yo me senté encima de su pija, sintiendo inmediatamente el poder de cabalgar una pija hermosa como esa. “¡Mmm que rico!” pronuncié con mis labios mientras me relamía de placer y sentía que las manos de Leonel se apoyaban en mis tetas y las masajeaba con firmeza. Mi cintura se movía hacia atrás y hacia adelante causando que su pija bailara dentro de mi cuerpo y que mi conchita se mojara aún más. Mi cabeza giraba en todas direcciones mientras que mi cintura iba hacia atrás y hacia adelante, dejándose llevar por el momento.
   Lo miré fijo a los ojos y descubrí su cara de baboso total. Él, fanático de mi cuerpo y adicto a mi sexo me hizo entender que lo tenía comiendo en la plana de mi mano. Entonces comencé a portarme como una verdadera putita, llevando las manos a mi cabello y revolviéndolo, poniendo caras de placer que nunca había puesto y pronunciando expresiones que nunca antes había dicho.
   - ¡Que rica pija que tenés Leo!- Dije modificando un poco la voz para que sonara como una verdadera trola.- ¡Me encanta! Me vuelve loquita.- Agregué y vi que su cara de fascinación aumentaba.- ¡Me encanta tu pija, Leo!
   Acto seguido volví a mover mi cintura de manera violenta hacia todos lados y sentí como él presionaba fuerte mis tetas. Su cara de placer iba en aumento y sabía que en cualquier momento estaba a punto de acabar. Pero quería demostrarle que yo estaba dispuesta a todo. Entonces recosté mi cuerpo sobre el suyo sin dejarme de mover y me acerqué a su oído para decirle: “Quiero que me des la lechita en la boca”.
   Sentí como de golpe sus manos se apoyaban en mi cola y como su cintura comenzaba a moverse de abajo hacia arriba. Ahora él me estaba cogiendo a mí, por más de que era yo la que seguía arriba. “¡Ay sí, Leo! ¡Ay sí!” le gemía yo al oído y él seguía y seguía cogiéndome con sus manos apretando bien fuerte mi cola. Me encantaba como lo hacía, me encantaba sentir como su pija entraba y salía de mi conchita de manera bien acelerada. Comencé a gemir, a gritar como loca, notando como mi conchita se mojaba en medio de un orgasmo divino que me encendió por completo.
   - Parate.- Me dijo de pronto y yo obedecí.
   En tan solo unos segundos y sin comprender muy bien lo que pasaba, me di cuenta de que me encontraba en el piso, arrodillada frente a su cuerpo y con la boca abierta. Leonel se pajeaba a toda velocidad y la leche no tardó en llegar. Una cantidad enorme de semen, bien blanco y bien espeso, comenzó a salir de la cabeza de su verga y fue a parar directo a mi boca. Sin embargo, esta salía con tanta presión que la gran mayoría terminó en mi cara y sobre todo mi cuerpo.
   - Que lindo baño de leche que me hiciste.- Le dije mientras que con mis manos recogía todo el semen y me lo metía en la boca.
   Tomé su pija con mi mano y lo seguía masturbando, esta vez con más lentitud pero con firmeza. Mientras él seguía disfrutando de su orgasmo, yo estaba ahí, arrodillada frente a su cuerpo, con la cara llena de su leche y con una fascinación absoluta por el momento. La cara de placer de Leonel me volvía loca. Lo que habíamos hecho me encantaba. “Es confirmado, te encanta la pija” dijo una voz en mi cabeza y de golpe la yo tradicional pareció levantarse. “Lo sé, pero también me encanta la concha” le respondí yo en mi cabeza al mismo tiempo que seguía pajeando a Leonel.


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3 comentarios - Una chica curiosa. Capítulo 16

juanp4288 +1
Buenisimo me encantó!! Re excitante, cada vez mejor esta historia!!!
HistoriasDe
Muchas gracias!!
exiliado-40 +1
cada ves mas caliente si sos así seria terrible mmmmmmm +4
HistoriasDe +1
Gracias por comentar!!!
exiliado-40
@HistoriasDe hasta en la historia de fantasia sos adicta a poringa jajaj