Una chica curiosa. Capítulo 7

Una chica curiosa. Capítulo 7

Esta es la historia de Paula, una chica que a los 19 años la curiosidad la empieza a llevar por experiencias nuevas que cada vez resultan ser más intensas. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…

Capítulo 7: Semana de calor, sexo y pasión (Parte 1)
   Lo que había hecho con Nicolás ese sábado a la mañana había sido una locura, sin embargo me había encantado. Por esa razón fue que bajé ese mismo día a la tarde al solárium con la intención de ver si me lo volvía a cruzar y ver en que quedaba, pero él no apareció. Esa noche salimos con las chicas a bailar y a pesar de que Fabiana se dio cuenta de que algo había sucedido ese día, yo le dije que simplemente había tomado sol en mi casa y había estado relajándome todo el tiempo. No sé porque, pero prefería mantener oculta mi tarde fogosa con mi nuevo vecino, después de todo él me había dicho que tenía ganas de repetirlo y no quería arruinar el momento que se estaba dando.
   Sin embargo, no podía dejar de preguntarme en que había quedado lo nuestro. ¿Íbamos a volver a vernos? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿De qué forma? No habíamos intercambiado celular y no me parecía racional bajar hasta el 5to piso y tocarle el timbre esperando que él me abriera. “Va a tener que ser como ayer” pensé el domingo al medio día cuando me desperté. La única manera que se me ocurría de volver a entablar una conversación con Nicolás era en el solárium, pero como era domingo, había muchísima gente en la pileta y para colmo él no bajó. Capaz que había quedado todo ahí. Pero no tenía idea de la semana que me esperaba.

   El lunes volví a adueñarme de la pileta a eso de las 10 de la mañana, aprovechando que la gran mayoría de los vecinos estaban de viaje o trabajando (como el caso de mis padres) y para mi sorpresa él apareció unos minutos más tarde y se sentó en la reposera que estaba en la otra punta de la mía. “Hola” me saludó amablemente y me sonrió mientras se sacaba la remera y dejaba al descubierto sus hermosas abdominales que no pude evitar mirar. Después de unos segundos de silencio me volvió a dirigir la palabra para decirme que el calor era insoportable y se metió a la pileta.
   - Te estuve viendo ayer.- Me confesó acercándose despacio hacia donde estaba yo.- Estabas muy linda con esa malla celeste que tenías puesta, Pau. Te resaltaba mucho la cola.
   Me sorprendió que fuera tan directo, no me lo esperaba para nada por lo que me descolocó un poco de donde estaba. Se notaba que Nicolás no quería perder ni un segundo de su día ya que instantes más tarde estaba a centímetros de mi y su mano rozaba mi pierna por debajo del agua. “Nos van a ver” le digo alejándome un poco y mirando a las ventanas a pesar de que la gran mayoría de ellas seguían cerradas.
   - Relajate Pau.- Me dijo el acercándose un poco más y yo volví a alejarme pero cuando me di cuenta estaba contra el borde de la pileta.- Disfrutá del momento.
   Se acercó a mí y me terminó arrinconando contra el borde de la pileta y sentí como su cuerpo empezó a hacer contacto con el mío. No quería que se alejara, me gustaba la manera en la que me provocaba, pero a su vez tenía miedo de que alguien pudiera vernos. “Relajate hermosa” me dijo al oído y su voz entró en mi cuerpo causándome un escalofrío. Acto seguido sentí sus labios en mi cuello y un beso mojado se hizo notar. Apoyé suavemente mi mano en su nuca y dejé que siguiera besándome la piel de manera bien suave y lenta mientras que sus manos comenzaban a recorrer mi cuerpo. Yo miraba atenta al edificio esperando ver si alguien se asomaba por algún balcón, pero sabía que eso no iba a pasar y que nadie nos iba a ver. Teníamos la pileta para nosotros solos.
   Nicolás metió su mano izquierda entre mis piernas que se abrieron suavemente y la fue subiendo por mis muslos hasta llegar a mi malla. Despacito la corrió hacia un costado y pasó un dedo por mi conchita y al instante sentí la necesidad de que me penetraran. Su boca seguía en mi cuello, pero me lo comía con más pasión que antes. “Tenemos que terminar lo que dejamos el domingo cuando llegó la vecina” me dijo bien suave al oído y nuevamente su voz me volvió loca. Abrí las piernas por completo y él pegó su cuerpo contra el mío mientras un dedo me entraba en la concha. “Haceme lo que quieras” le dije y después le mordí la oreja.

   Ese lunes a la noche mi cara de felicidad era inmensa. Habíamos intercambiado celulares con Nicolás y él me dijo que esa semana no iba a ir a trabajar para poder poner la casa en orden asique si quería bajar a estar con él y pasar un buen rato, que le mande un mensaje y arreglábamos. “Divino lo de hoy, preciosa” me escribió por mensaje y yo le respondí que también la había pasado muy bien. Había sido una experiencia muy rara, que mi vecino me cogiera en la pileta, con la adrenalina de que cualquiera pudiera vernos y la emoción de saber que estábamos haciendo algo prohibido. Nunca me imaginé que podría llegar a hacer algo así.
   Al día siguiente me desperté y como el día estaba medio feo me quedé en casa. Tal como habíamos acordado, yo iba a esperar que él me mandara un mensaje para ver cuando podía ya que esa mañana iba a tener electricistas en la casa para poder conectar algunas cosas. Pero pasó el medio día y Nicolás no me escribía. Entonces decidí hacer mi día y organizar algo con las chicas. “Venite para casa si querés” me escribió Noemí después de contarme que Vanesa y Antonella iban a ir a pasar la tarde. Después de almorzar me cambié, armé una mochila rápido con algo de ropa y salí.
   - ¿Te vas?- Me preguntó Nicolás apenas se abrió la puerta del ascensor en el palier.
   - Sí, sí.- Le dije rápido y haciéndome la ofendida. No sé por qué, pero estaba molesta con él.- Me voy a lo de una amiga.
   - ¡Uh! Y yo justo que te iba a decir que vengas a casa a tomar algo fresco que recién se iban los muchachos.- Me dijo él obstruyéndome la salida del ascensor.- ¿No querés subir un rato y después vas a lo de tu amiga?
   - Después vemos.- Le dije intentando salir, pero él me tomó por la cintura y quedamos frente a frente.
   Entonces, sin previo aviso, me comió la boca de un beso y yo me quedé tan sorprendida que solo pude reaccionar para devolverle el beso. “Bueno, vamos” le dije convencida y rogando de que nadie entrara al edificio en ese momento. “Tenés una boquita hermosa” me dijo él empujándome contra la pared del ascensor y apretando el botón del piso 5. Volvió a comerme la boca y cuando llegamos pude notar que el calor que sentía no tenía nada que ver con el hecho de que era Enero.
   Entramos a su casa y apenas cerró la puerta me volvió a besar con pasión. Nos fuimos acercando hasta la mesa que estaba en el comedor y él se apoyó sobre ella y me envolvió con sus manos bajándolas hasta mi cintura. Nicolás me volvía loca, me encantaba su cuerpo, sus músculos, su rostro y la forma en la que me tocaba y me trataba. Me hacía sentir tan puta y tan santa a la vez que mi cabeza estallaba cuando él se acercaba a mí. Nunca había sentido algo así por alguien mucho más grande que yo, y por eso me encantaba.
   - ¿Sabés que me gustaría mucho, hermosa?- Me preguntó él mientras me seguía besando y su boca pasaba por mi cuello.
   - ¿Qué?- Le pregunté yo.
   - Quiero que me hagas un buen pete.- Me dijo él y sin encontrarle una explicación lógica ese comentario me excitó muchísimo.
   - Dale.- Le dije yo y él rápidamente se sacó la remera.
   No se lo confesé, hice como si no pasara nada pero nunca antes había chupado una pija en mi vida. Como ya dije previamente, antes era bastante puritana y eso era algo impensado para mí. Pero Nicolás sacaba lo más sarpado de mi ser y la yo extrovertida reapareció para decirme en mi cabeza que lo hiciera y que lo disfrutara. “Te va a encantar” me dijo mi cerebro y suavemente empecé a bajar por su pecho y sus abdominales. “¡Mirá lo que es ese cuerpo! ¡Hermoso!” decía en mi cabeza sin poder creer lo que estaba pasando. Llegué hasta su bermuda y se la desabroché para encontrarme con un bóxer muy ajustado que parecía que iba a estallar en cualquier momento de lo duro que estaba Nicolás.
   Se lo bajé y su pija bien grande y hermosa salto frente a mi cara. La tomé con mi mano derecha y despacito empecé a pajearlo mientras la miraba con asombro y admiración. “¡Te encanta!” pensó mi yo atrevida y no pude negarlo. Era la primera vez que sentía fascinación por una pija, algo que había estado dudando desde hacía meses, algo que no sabía si era así desde aquella noche en la que mi mejor amiga me excitó hasta volverme loca. Pero ahora lo podía confirmar, lo podía decir con seguridad: “¡Me encanta la pija!”
   Me la metí en la boca y comencé a chuparla como pude. Era muy grande y no me entraba toda, pero lo hacía hasta donde llegaba y después me la sacaba de la boca para volverla a meter. La saliva se empezó a formar y sentía como salía de mis labios mojando cada vez más su enorme y dura pija que ya estaba totalmente al palo. “¡Ufff sí!” dijo Nicolás y yo levanté la mirada para ver que él se había agarrado fuerte a la mesa con las dos manos y había tirado la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados. El saber que mi amante lo estaba disfrutando me dio más confianza y me animé a seguir chupándosela de manera un poco más sarpada.
   Le pasé mi lengua como si fuese un chupetín gigante varias veces y eso le encantó. “No te olvides de los huevitos” me dijo después y enseguida bajé mi boca para lamerlos y metérmelos entre mis labios, primero uno, después el otro y por último los dos a la vez. “¡Qué bien Pau!” dijo él bajando la mirada para apreciar esa imagen durante un segundo y volviendo a tirar la cabeza hacia atrás cuando yo retorné a su pija y me la metía nuevamente en la boca.
   Me encantaba lo que estaba haciendo, no podía creer lo que me había perdido en todo ese tiempo. “¡Mmm que rica!” me animé a decirle y enseguida la volví a chupar mientras que la llenaba de saliva. Una de mis manos se apoyaba firme en su muslo, mientras que la otra seguía sobre su pija pero ahora se movía hacia adelante y hacia atrás pajeándolo mientras que mi boca disfrutaba de ella. Iba hasta la base y subía despacio hacia la punta por un lado, después por el otro y por último me la metía en la boca tratando de que me entrara toda a pesar de que era inmensa.
   - ¿Vamos a la pieza?- Me preguntó él.- Que te quiero coger bien fuerte.- Dijo después y yo me levanté y me dejé llevar por él hasta su habitación.

   - ¿Por qué llegaste tan tarde?- Me preguntó Fabiana cuando llegué a la casa de Noe.
   - Me quedé hablando con mi vieja unas cosas.- Le mentí ya que no quería contarles que me había quedado cogiendo con mi nuevo vecino.- Tranquilas, no es nada importante. Mi abuela anda algo mal y tienen que llevarla al médico.- Agregué al ver que ellas me miraban algo preocupadas.
   A pesar de que las chicas nos iban contando sus cosas, mi cabeza no podía concentrarse en lo que ellas decían. Seguía firme en lo que había pasado hacía tan solo algunas horas. Nicolás tomándome de la mano y llevándome hasta su pieza, acostándome sobre la cama y chupándome la concha con muchas ganas, cogiéndome bien duro con mis piernas en el aire, dándome vuelta y cogiéndome en cuatro mientras me pegaba fuerte en la cola y por último yo cabalgándolo a él de manera muy sarpada. Me había hecho sentir tan puta pero a su vez tan bien que no podía ni creerlo.
   Pero lo que más me pasaba por la cabeza era la propuesta que me había hecho una vez que terminamos y nos acostamos unos segundos sobre la cama. “Ayer lunes ya la pasamos muy bien en la pileta. Hoy martes acabamos de tener sexo excelente. ¿Querés que cojamos toda la semana? Me encantaría poder darte mucho placer durante 7 días seguidos.” me había dicho y mi respuesta vino desde lo más profundo de mi cerebro. “Me encantaría” le contestó mi yo extrovertida antes de que la santa y puritana pudiera hablar. Definitivamente en mí empezaba a predominar una actitud mucho más salvaje y extrovertida. ¡Y me encantaba!

   El miércoles me mandó un mensaje a la mañana diciéndome que estaba complicado ese día porque tenía que ir a buscar algunos muebles al otro departamento del cual se estaba yendo, entonces me di cuenta que no sabía casi nada de él. Era contador y trabajaba en una empresa de seguros, pero no tenía ni idea de cómo era su vida, donde vivía antes, si alguna vez había tenido una relación. “Hagamos una cosa hermosa, esta semana disfrutemos y tengamos mucho sexo. La semana que viene cuando ya esté bien instalado, hablamos. Te parece?” me escribió por un mensaje y como yo no quería parecer molesta le dije que me parecía bien y enseguida acordamos que a las 7 de la tarde baje a su departamento. “Tengo un sillón nuevo que quiero estrenar hoy mismo bebota” dijo después y eso me volvió loca.
   Abrí mi placar de par en par y empecé a revisar la ropa. No sé de donde saqué la idea, seguro que mi yo extrovertida estaba más despierta que nunca, pero quería sorprender a Nicolás con algún atuendo bastante elevado. “La ropa más sarpada que tengo es con la que salgo a bailar” me dije a mi misma sacando un shorcito negro que me marcaba mucho la cola pero que no me parecía el indicado para salir de mi casa un miércoles a las 7 de la tarde. “Esta remera no es muy excitante la verdad” dije después cuando buscaba en el cajón alguna que fuese más bien apretadita y me quedara más al cuerpo.
   Entonces agarré algo de plata y salí de mi casa en dirección al centro. Di algunas vueltas por algunos locales y a pesar de que veía cosas que me gustaba no se me ocurría nada que pudiera comprar como para usar ese mismo día. No fue hasta que pasé por una casa de lencería erótica que vi algo que me llamó la atención. Había beby dolls, tangas, corpiños con formas, juguetes y varias cosas en la vidriera que seguro iban a ser una sorpresa para Nicolas. Con vergüenza, pero con decisión me animé a entrar y después de ver algunas cosas mucho más raras de las que yo sabía que existían, me terminé llevando una tanga roja bien finita y provocadora y un corpiño de encaje blanco algo transparente. “Esto seguro que le va a gustar” pensé cuando salía del local mirando a todos lados para comprobar que no había gente conocida.

   - ¡Qué lindo lo que te pusiste!- Admitió Nicolás sentado desde el sillón.
   Después de llegar a su casa y darnos unos besos apasionados le pedí que se sentara sobre su mueble nuevo mientras yo me desvestía de manera bastante sensual hasta quedarme en ropa interior y exhibir mis nuevas incorporaciones. Su cara de fascinación se combinaba con una expresión de baboso que nunca había visto en él hasta ese momento. Sin duda la idea de sorprenderlo con un atuendo bastante sarpado había dado en el blanco y había provocado en él una calentura que se notaba muchísimo.
   Despacio fui caminando hacia donde estaba él y apoyé mis manos en sus rodillas y le abrí las piernas de par en par. “¿De dónde salió eso?” me pregunté a mi misma y mi yo sarpada me dijo que me relajara y que disfrutara del momento. Me arrodillé y subí mis manos hasta el borde de su bóxer y se lo fui bajando hasta dejarlo totalmente desnudo. Nuevamente tenía frente a mis su enorme pija, dura y gorda que me tentó más que lo que lo había hecho el día anterior. La tomé con mi mano y después de pajearlo unos segundos se la empecé a chupar.
   Me la fui metiendo y sacando de la boca con ganas mientras que él pasaba sus manos por mi espalda y mi nuca, recogiéndome el pelo para que yo lo pudiera hacer mejor. Definitivamente me encantaba y me fascinaba chupar una pija, no sé por qué pero se sentía muy placentero. Poder oír los gemidos de placer y los comentarios de satisfacción que emitía Nicolás mientras se la chupaba me volvían loca y me motivaban a seguir haciéndolo.
   - Ponete en cuatro.- Me dijo él después de que se la mamara por un buen rato.
   Yo obedecí y me coloqué contra el borde del sillón apoyando mis manos sobre el respaldar y levanté la cola. Él se agachó y empezó a chuparme la conchita, pero estaba tan mojada que no hizo falta que estuviera ahí por mucho tiempo. Enseguida se levantó y sin ponerse un forro me la metió bien a fondo. “¡Ay sí!” dije yo largando una expresión de placer que no pude controlar. “¿Te gusta no?” me preguntó él apoyando sus manos sobre mi cola y agarrándola bien fuerte.
   Nicolás empezó a cogerme bien fuerte. Se movía hacia adelante y hacia atrás haciendo que su pija entrara y saliera de mi conchita que estaba totalmente húmeda. Me causaba mucho placer la manera en la que me cogía, como sus manos se aferraban a mi cola y la abrían estirándome el culito. El golpe de su cuerpo contra el mío era el ruido que más se escuchaba en la habitación y se mezclaba con sus suspiros agitados y mis gemidos de placer que eran causados por lo fuerte que me cogía.
   Después de un buen rato de coger de esa forma me dijo que me diera vuelta y quedé boca arriba acostada sobre el borde del sillón. Él se agachó hasta que su pija entró nuevamente en mi concha y con sus manos se agarró fuerte de mis piernas y volví a darme bien duro. Mis manos automáticamente se aferraron a los almohadones que habían quedado al lado y me dediqué a disfrutar de cómo me cogía. Nicolás se emocionó tanto que me empezó a dar bien duro. Su cuerpo golpeaba contra el mío y su pija entraba bien a fondo abriéndome la concha al medio. Me estaba volviendo loca del placer.
   - ¿Te puedo acabar en la pancita?- Me dijo mientras me seguía dando muy fuerte.
   - ¡Sí!- Le grité yo sin pensarlo
   Entonces sacó su pija de mi cuerpo y se empezó a pajear sobre mí. Mis piernas cayeron al piso en un golpe seco y un segundo después empezó a largar la leche. Unos cuantos chorros de semen bien calentito cayeron sobre mi panza y uno llegó hasta mis tetas. Era sorprendente la cantidad de leche calentita que Nicolás tenía adentro, sobre todo teniendo en cuenta que hacía dos días que veníamos teniendo buen sexo. Me miró con su cara de pervertido baboso que me calentaba mucho.
   - ¡Me ponés al palo Pau!


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3 comentarios - Una chica curiosa. Capítulo 7

amigolo +1
Excelente relato. La idea de coger toda la semana es muy excitante. Van puntitos.
HistoriasDe
Muchas gracias. Hoy va la segunda parte!
Santo_369 +1
Buenísimo, me encantó..
HistoriasDe +1
Gracias por pasar y comentar!
exiliado-40 +1
volviste hermosa ..........tremenda relato como siempre y muy caliente ufffffffffffff +3
exiliado-40 +1
@HistoriasDe apa eso es bueno o malo jajajajaajaja
HistoriasDe +1
@exiliado-40 Bueno obviamente!! Me extraña jaja
exiliado-40
@HistoriasDe yo mucho como no voy a extrañar todo eso