Miradas de fuego (Fantasía)

Miradas de fuego (Fantasía)


Una historia, un protagonista, una fantasía. Todos nos hemos dejado llevar alguna que otra vez por nuestra mente. En esta página nos interesan las fantasías y los protagonistas de nuestros relatos se encargan de vivir las suyas a flor de piel. Una historia por día, un protagonista nuevo, una fantasía distinta. Dejate llevar por la imaginación...


Miradas de fuego
Me bajo del auto y voy directo hacia el ascensor. Me subo y aprieto el botón con el número 13 y espero. Si tengo suerte, el ascensor para en la planta baja y al abrirse la veo a ella. En verano con pollera corta y remera escotada, en invierno con pantalón ajustado y una camisa apretada, pero siempre muy sexy. El pelo recogido, los labios pintados, la mirada penetrante. Una sonrisa, un saludo con la cabeza y eso se convierte en los 10 pisos más tensos de mi vida. Mis ojos se derriten con su cuerpo.
Hola, mi nombre es Eloy, tengo 26 años y trabajo en el mismo edificio donde trabaja la mina más hermosa del mundo. Felicitas tiene 25 años, es estudiante de abogacía y por el momento es secretaria en un estudio jurídico que queda en el piso 10. Pero es conocida por todos los hombres del edificio como “la rubia infernal del piso 10” ya que está terriblemente buena.
Feli es alta, de piernas hermosas, una cola preciosa, una cinturita perfecta y unas tetas bien grandes. Su carita es preciosa, con una boquita tentadora, unos ojos celestes que enamoran y un pelo rubio que siempre usa en una especie de rodete atado con un lápiz o uno de esos palitos chinos. Como si fuera poco, usa unos lentes que le dan un touch perfecto de trola. Es una mujer increíble.
La primera vez que la vi pensé “¡Que buena que está!”. Yo hacía ya dos años que trabajaba en un estudio contable del piso 13 y verla subir esos 10 pisos fue algo increíble. Ella iba distraída con su celular y no se di cuenta que la relojeé de arriba abajo sin carpa alguna. Pero enseguida empezó a hacerse rutina cruzármela en el ascensor y me di cuenta de que trabajaba ahí.
Comenzó con algunas sonrisas sueltas, un “hola” de compromiso y la típica pregunta de ascensor “¿Subís?”. Pero una vez que nos cruzamos con una vieja que de pedo podía caminar y que estuvo media hora para bajar en el piso 5, comenzamos a charlar un poco más. “Que lento como caminaba” me dijo ella riéndose de todo el tiempo que había tardado en salir del ascensor. A partir de ese día, cada vez que nos cruzamos decimos algunas pavadas más. “Hola, ¿cómo estás?”, “¿Qué hacen ustedes?”, “A… ¿Tu nombre es?”, “Si un calor bárbaro… Igual ¿tienen aire ustedes?” y así distintas conversaciones de ascensor.
De a poco me empecé a obsesionar con ella y cuando mi jefe se iba de la oficina aprovechaba para entrar al facebook y comencé a buscarla. No fue difícil, al parecer no hay muchas felicitas que trabajan en la ciudad y que estudian abogacía. ¡No saben lo que es! Un minón terrible. Tiene fotos de previas o de sus vacaciones que hacen que te enamores de lo buena que está. Ese cuerpo tostado con esa bikini azul eléctrico o esos labios pintados de rojo lanzando un besito a la cámara con sus amigas alrededor. ¡Terrible! No me animé a agregarla, no quería quedar como un pajero o como un acosador, pero cada vez que me la cruzaba en el ascensor intentaba conseguir que ella me pasara el face o el celular. Pero el tiempo no era suficiente como para chamuyármela ahí mismo.
No fue hasta que un día que nos cruzamos en quisco de acá a media cuadra. Yo había ido a comprar un paquete de galletitas para una de las chicas de la oficina y justo entró ella que quería conseguir unos caramelos. Después de pagar me quedé haciendo tiempo guardando la plata en la billetera y terminamos saliendo juntos.
- ¿Che y vos sos de acá?- Le pregunté enseguida sacando algún tema de conversación.
- Sí, sí. Nací y viví siempre acá.- Me contestó ella.- ¿Vos?
- También.- Le digo y enseguida pregunté algo más para no perder el hilo.
Cuando llegamos al palier del edifico llamé el ascensor y nos quedamos esperando. La conversación fue siguiendo y sin poder aguantarme mucho le pregunté si estaba de novia o andaba en algo. Ella no pareció sorprenderle la imprudencia de la pregunta y sin escrúpulos me contestó que no estaba con nadie. Pero lo mejor fue que enseguida me preguntó si yo estaba en algo con alguien.
- No. Nada.- Le contesté abriendo la puerta del ascensor.
- Mirá vos. Qué raro.- Dijo ella marcando los botones del piso 10 y después el 13.
- ¿Por qué raro?- Le pregunté una vez que el ascensor se puso en marcha.
- No sé. Es raro.- Dijo ella, pero al ver que su respuesta no me convencía continuó.- Es que un chico como vos. Con sus estudios terminados, viviendo solo, un trabajo estable y aparte lindo… Es raro que no sé.- Dijo y el ascensor frenó en el piso 10.
Abrió la puerta y salió, pero en vez de cerrar enseguida se dio vuelta y me miró fijo unos segundos. Sus ojos claros se clavaron en los míos y por unos segundos su mirada me penetró por completo. Me quedé inmóvil y no reaccioné, no sabía cómo reaccionar. “Ya habrá alguna suertuda para vos” agregó y se quedó parada ahí otros segundos que para mi fue una eternidad. Su soltura y su libertinaje me habían dejado inmóvil.
Rápidamente cerró la puerta y el ascensor llegó al piso 13. Me bajé y entré a la oficina. Le di el paquete de galletitas a mi compañera y fui hasta mi oficina. Cerré la puerta y me senté atrás del escritorio y la pila de papeles. ¿Qué acababa de pasar? ¿Felicitas se me había insinuado de verdad? ¿O lo había hecho para jugar conmigo y divertirse? Era obvio que se había dado cuenta de mis intenciones. ¿Pero lo hacía por qué quería algo o solo por diversión? La imagen seguía en mi cabeza. Sus palabras también. Sus ojos celestes y esa mirada de fuego que me había quemado estaban ahí…

- Ya habrá alguna suertuda para vos.- Me dijo nuevamente.
Pero esta vez yo actué. Me bajé del ascensor y me abalancé sobre ella directo a sus labios. Felicitas se corrió de la puerta y comenzamos a chapar en medio del palier del piso 10. La calentura era muy evidente, ella era una mina muy fogosa, que enseguida se había puesto contra la pared y había hecho que la acorralara con mi cuerpo. Mis manos bajaron por su cuerpo hacia su cintura y nuestras bocas empezaron a descontrolarse. Si alguien abría alguna puerta estábamos al descubierto.
- Entremos a la oficina que no hay nadie.- Dijo ella empujándome y sacó las llaves de su bolsillo.
A las apuradas abrió la puerta y entramos directo al primer escritorio, que era el suyo. Corrí los papeles con brusquedad tirando algunos al piso y la senté tomándola de la cintura. Volvimos a los besos calientes y ella me envolvió con sus brazos y sus piernas. Las manos empezaron a descontrolarse y la ropa no tardó en salir. Me desprendió del sacó y mientras me desabrochaba la camisa yo le saqué su remerita escotada. Mi cinturón fue a parar el montón de ropa que se iba acumulando en el piso y cuando le arranqué el corpiño fui directo a sus tetas.
Comencé a chuparle los pezones que ya estaban bien duritos y le pasaba la lengua como loco de acá para allá. Movía su pecho hacia arriba y hacia abajo refregando sus enormes gomas por toda mi cara. Seguí bajando por su cuerpo besando cada centímetro de piel y gozando de su cuerpo. La abrí de piernas y comprobé que tenía una hermosa bombachita de encaje totalmente transparente y cuando levanté la viste ella me hecho una mirada cómplice. Se la bajé sin sacarle la pollera, la cual levanté hasta que quedó arrugada a la altura de su cintura.
Me dediqué a chuparle la concha por un buen rato. Le pasaba mi lengua por sus labios y lamía su clítoris bien rápido y ella disfrutaba con gemidos y acariciándome el cuerpo. Mis brazos envolvían sus piernas, que tenía apoyadas sobre mis hombros y sus manos recorrían mi pelo. “¡Ay sí!” gemía Felicitas cuando mi lengua pasaba de abajo hacia arriba por su mojada conchita.
Se levantó y directamente se arrodilló frente a mi. Me bajó el pantalón con brusquedad y sacó la pija de adentro del bóxer y comenzó a chupármela. “¡Mmm que rica!” dijo mirándome a los ojos con la mitad de mi verga en la boca. La tenía bien al palo entre sus manos y me pajeaba con toda mientras le pasaba la lengua como si fuese un helado. La tomé de la nuca y empecé a cogerle la boca bien fuerte, haciendo que se atragantara y que la sabina saliera de su boca.
Yo no aguantaba más y quería metérsela ya. La levanté y la acosté de frente en el escritorio, quedando sus piernas en el suelo y su cola en primer plano. Le metí la pija y la tomé bien fuerte de la cintura para comenzar a darle muy duro. “¡Ay sí!” volvió a gritar ella mientras yo me la cogía como loco. Mi poronga entraba y salía de su cola a más no poder y me calentaba mucho ver como apretaba con fuerza el escritorio.
Le dije que se acostara en el piso y ella lo hizo y abrió las piernas. Me acosté encima de ella y volví a metérsela y empezamos a coger nuevamente bien duro. Mi pija entraba lo más a fondo de su conchita y ella gemía y gritaba como loca. “¡Ay sí! ¡Cogeme!” me decía y yo me calentaba más y más.
Sentía que la cabeza me iba a explotar y no quería acabarle adentro, quería darle la leche y que ella la disfrutara. Se la saqué justo a tiempo y de rodillas comencé a acabar sobre su cintura, su pancita y su pollera que seguía a la altura de su cintura. “¡Mmm que rico!” volvió a decir ella y comenzó a esparcirse toda la leche por el cuerpo con las manos. Yo me acosté al lado de ella mirando al techo. Cuando de repente se abre la puerta…

Parpadeé unas veces antes de volver en sí y entender que estaba en mi oficina. Mi compañera entró y dejó unos papeles sobre mi escritorio y después se fue. Recién ahí entendí lo que había pasado y la pija bien dura adentro de mi pantalón me indicaba que había sido excelente. Entonces lo decidí: La próxima vez que me la cruzara le iba a pedir el celular y me la iba a jugar hasta hacerla mía.

4 comentarios - Miradas de fuego (Fantasía)

DiegoIpa +1
Una de mis fantasías es hacerlo en un ascensor con una linda rosarina.
HistoriasDe
Y eso que está lleno de ascensores y de rosarinas lindas! jajaja
amigolo +1
Muy buen relato. Van puntitos y te invitamos a pasar por nuestros posts para saber tu opinión. Besitos.
HistoriasDe
Muchas gracias. Veo de pasarme! Besos
exiliado-40 +1
tremendo y muy caliente como siempre nena impresionante+4
HistoriasDe +1
Gracias por pasar y por comentar!!
exiliado-40
@HistoriasDe gracias a vos por la calentura
ConchitaRosa +1
quiero garchar hoy mismo
HistoriasDe
Yo también!!!
exiliado-40 +1
@HistoriasDe yo tb quiero eso