Sadomaso.

Nosotros jugamos papeles interesantes en cuestiones del amor.
La indiferencia entre hombres y mujeres es muy utilizada a la hora de la conquista ¿Qué quiere decir esto? ¿Qué tanto mujeres como hombres somos masoquistas? Recordando esto, se me vino a la mente el SADOMASOQUISMO.
Y una relación bastante agresiva y sexual de tiempos remotos.
Dulce e ingenua a la vista, pero en sus noches escondía una verdad asesina. Esperanza, era una de aquellas chicas que gustaba disfrazarse de día y ser ELLA de noche ¿Por qué ocultar una verdad al mundo? ¿Por qué el autoengaño? Prejuicios no solo de la gente le herían, sino también los tenía ella, sin embargo siempre gozo con el dolor.
Su ropa toda pensada para mostrarse en la claridad de los días. Gustaba usar vestidos blancos y puros, cuando en el fondo su corazón era de un rojo ennegrecido. La dureza reflejada en sus ojos las escondía bajo unos lentes ñoños, su pelo alisadamente cuidado le llegaba más abajo de las paletas de su espalda. Escondían heridas endemoniadamente perturbantes, delirantes y llenas de júbilo.
ESPERANZA tenía esperanza de que algún día podría mostrarse tal cual al mundo sin ser menospreciada, estaba repleta de amor carnal y punzante, pero se sentía incomprendida. Nadie podía entender que su manera de demostrar el amor que tenía era a través de golpes sonoros, de carne viva, de mordiscos profundos, manoseos, ultraje en todas sus cavidades con distintos aparatos de tortura.
Se mordió los labios esa noche. Sentía la comezón en su cuerpo, por recibir las punzadas, los manotazos, que su carne hirviera por la desgracia dulce y entusiasta de sexo brutal.
Se puso su mejor traje, se movió como una gata. Su cuerpo de látex, se acomodó una chaqueta que cubría su realidad, gafas oscuras que escondieran el maquillaje negruzco de sus ojos verdosos, pero la palidez que le caracterizaba seguía intacta con un exagerado rubor rojo carmesí en sus protuberantes pómulos de sado. Sus labios eran de un ROSA MALVA, los dejaba intactos para que supieran que en el fondo era ternura traumada por tanto goce lleno de brusquedad deleitable.
Iba exaltada. Tomó un taxi, porque quería llegar pronto a la noche de los GOLPETAZOS. La incomodidad era evidente, no dejaba de cruzar sus piernas, porque sentía la higrometría salir de su sexo. Estaba completamente empapada. Reía a ratos de forma silenciosa al recordar todo lo que le esperaba.
Hoy era la noche de la ESCLAVITUD, SOMETIMIENTO, le gustaba de repente ser ELLA la que debía recibir. Claro, recibía y daba.
Cuando llego al sector despoblado, diviso a unos metros la casucha de los HORRORES más exquisitos, ingreso.
El entorno era oscuro, con luces de neón rojas y violetas, mantas de encajes, un suelo recubierto de terciopelo, tablas utilizadas como camas, y en las paredes muchas cadenas con mujeres y hombres esclavizados. Una voz de ángel le susurró al oído: has llegado ESPERANZA. Le agarro la cintura, le enterró sus garras y ESPERANZA gimió apremiantemente, sus pezones se erizaron y la piel se le puso de gallina.
Se quitó el disfraz, se quitó las gafas. Y su traje de látex mostraba una gran abertura desde su monte de venus hasta su culo. Se asomaron sus grandes senos en dos agujeros hechos para eso y apuntaban a los ojos del ángel, que los observaba y pellizcaba. El ángel tomó un pequeño látigo se incorporó por detrás de ESPERANZA y subió de su empapada vagina hasta presionar en la abertura de su ano sutilmente. Ella se paralizo, el presiono, ESPERANZA no aguanto y lanzó pequeñas quejas agitadas, un GOLPE. Se sobresaltó y UN GOLPE, la pilló de sorpresa. El ángel pasó sus manos por el traje y sonrió en la mejilla de ESPERANZA, lamió sus jugos, pasó la mano nuevamente por el otro muslo, la metió toda en su boca y dijo: SEXY. La botó en el suelo de terciopelo enmohecido, se acostó sobre ESPERANZA y la aplasto, la cara desfigurada de ella y los gritos ahogados al sentir que esa presión era conciliadora e indicaba penetración.
Tomó unas bolas chinas y empezó INGRESARLALS una a una en su abertura cósmica trasera. ESPERANZA, ESPERANZA ya no estaba en este mundo, su cabeza volaba en excitación. Le ato una cuerda en sus muñecas y cuello. Le dijo: Muévete, PERRA. Y ella empezó a andar en cuatro patas. De vez en cuando el ángel tiraba fuertemente de las correas, sus muñecas ardían y la asfixia la enloquecía. Cuando lograba recuperarse de cada tirón seguía avanzando, llegaron a una pieza oscura y fría. Donde solo se hallaba un gancho en el techo, el ángel de ojos mar colgó de la correa en el gancho, y ESPERANZA ofrecía su vagiano a él. La penetro con un aparato frío que le erizo la piel nuevamente. El ángel se sentó, con un control en las manos y apretaba botones que lanzaban descargas eléctricas, y ESPERANZA gritaba de placer, dejo el control en automático, tomo el látigo y golpeo en cada nalga reiteradas veces y prosiguió con los pechos de ESPERANZA. El ángel metió su rubia cabellera en la entrepierna de ELLA y presiono con su lengua de acero el clítoris, mordió el botoncito con sus dientes de pantera, y mordisqueo intensamente cada labio de la chica. ESPERANZA no daba más de regocijo.
El ángel tomó unas pinzas, y le pellizco cada pezón, también lanzaban descargas. Y entre su sexo electrizado, sus pezones llenos de energía brutal, las bolas en su culo, la lengua y dientes que destrozaban su sexo. ESPERANZA perdió la conciencia.
A las horas despertó acostada en la misma habitación, bajo un suelo helado, lleno de moho aterciopelado e hiriente. Observo que el ángel se encontraba encadenado. Su mirada de fuego se posó en su miembro se ABALANZO como una LEONA a él. Ahora el ángel parecía menos indolente, sentía temor. Sentía temor de ESPERANZA y su locura. Mordisqueo tiernamente su pene, con sus manos lo golpeo. Rasgo su camisa, clavo sus uñas en el pecho, rasguñó la espalda del ángel. Escarbo tanto como pudo, hasta que contemplo la sangre en sus dedos, las miro completamente extasiada y sonrió. Tomó un látigo y dijo: AHORA TU ERES MI PUTA.
Comenzó a golpearlo sin parar en las nalgas, espalda ensangrentada, mientras la erección del ángel era evidente. Golpeó hasta que la sangre salpico en su cara, y palpo la dicha que le provocaba ver al ángel tan sumiso.
Agarro su pene entre las manos, lo chupo de forma suave. Soltó al ángel. Que evidentemente cansado, reacciono presuroso ante el sentimiento de liberación. ESPERANZA abrió sus ojos conmocionada, sabía que ahora el la haría suya, y juntos experimentarían el amor más cruel.
La penetro, la penetro, LA PENETRO y quería rasgarla. Mientras hacía esto le introducía unos dedos en la boca. ESPERANZA chillaba, gemía, decía disparates estaba completamente ENAMORADA. En el suelo frío que le endurecía nuevamente los pezones y le dañaba por las pequeñas piedrecillas, sintió el semen adentrarse bajo arremetidas delirantes repletas de deleite. Y le revelo al ángel los gritos inmaculados de fruición. El ángel se tumbó a su lado, le atrapó la cara bruscamente, le mordió un labio y le dijo: Te amo, ESPERANZA.
ESPERANZA sonrió y respondió: ¡QUIERO GOLPEARTE! Y nuevamente le enterró sus uñas en la piel blanquecina al ÁNGEL.

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