Un verano caliente. Capítulo 18

Un verano caliente. Capítulo 18

Esta es la historia de Julián, un chico de 23 años que después de pasar el mejor verano de su vida nos cuenta las historias que vivió y nos mantiene calientes en este invierno frío. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…


Capítulo 18: Tu cumpleaños, mi regalo
Por suerte para mi, Cecilia me entendió cuando le pedí de dejar lo nuestro en reserva.
- Le voy a decir a Noelia que estoy saliendo con alguien.- Le dije el día siguiente a la mañana.- Para que entienda, pero no quiero decirle que sos vos. No me parece bien.
- Te entiendo.- Me dijo ella.
- Pero también quiero que te quede claro.- Le seguí diciendo.- Que solo me acueste con vos no significa que no pueda hablar o pasar tiempo con otras chicas. Los besos y lo otro me lo reservo para vos, pero quiero tener la misma libertad de siempre.
- Y yo tampoco quiero que dejes de ser quien sos para salir conmigo.- Me dijo ella sonriendo.
Me sentía un poco mal, sabía que no iba a poder cumplir mi promesa, y de hecho ya lo había admitido, pero como podía hacer para que Noelia no dijera nada y no arruinara la situación. La respuesta era bastante obvia, tenía que decirle a ella lo mismo. Noe también estaba algo enojada porque yo me acosté con Ceci, entonces tenía que decirle que solo iba a estar con ella, pero que no podía decirle nada a nadie así no se enteraba la otra. Parecía el plan perfecto, pero en el futuro iba a fallar.

Esa tarde fui al club y no había nadie, parecía que toda la ciudad estaba de vacaciones. Empecé a mandar algunos mensajes a los chicos, pero ninguna iba a ir, así que decidí mandarle a las chicas. Por suerte para mi, Noe fue la única que respondió y a la media hora estaba en el club. Se sentó al lado mío y empezamos a hablar. Al principio un poco distante, pero enseguida se soltó y me preguntó como terminó esa noche en que se fue. Obviamente no le conté de Daiana (La Flaca) y evité contarle de Juliana y la tercera vez con Celeste en frente de todos. De a poquito me fui acercando a la historia que tenía preparada. Y todo parecía encajar excelentemente:
- Hablé con Cecilia.- Le conté.- Le dije que no podía seguir así y que no quería lastimarlas a ninguna de las dos. Ella entendió enseguida y me dijo que no me iba a buscar más. Para serte sincero no sabía qué hacer, las dos me gustan mucho y encima son completamente distintas.- Noe escuchaba atentamente.- Pero no quiero tratar con chiquilinas. Aparte nosotros hace años que venimos en esto y me encanta lo que hacemos, me encanta como lo hacemos y no quiero echarlo a perder.- Como ella no dijo nada lo dejé ahí.
Nos quedamos un rato callados y al final le confesé que no iba a intentar más estar con Ceci, pero no le dije que solo quería estar con ella, dejé que se quedara pensando y lo hizo todo el día. A la noche cuando llegué a casa me mandó un mensaje que decía: “Me dejaste pensando un montón. Que no la busques más a ella, ¿significa que solo vas a estar conmigo?”. Obviamente le respondí que esa era mi idea si ella le parecía bien a lo que Noelia encantada respondió que sí. Después de un par de comentarios agresivos hacia Cecilia le dije que igualmente, por respeto a ella prefería que no dijera nada y que hiciéramos como si entre nosotros no pasaba nada. Como esperaba ella entendió y aceptó. El plan estaba en marcha y parecía funcionar.

El viernes 15 de Enero amaneció raro. Era un día ni fu ni fa, obviamente de calor, pero lo más importante era el cumpleaños de Santiago. Apenas me acordé el mandé un mensaje y cuando él me agradeció me dijo que esa noche nos juntábamos en su casa y después salíamos. El día pasó tranqui y después de una tarde aburrida en el club con Ema y Valen, volví a casa para comer, bañarme y cambiarme. Pero en el medio de la tarde me manda un mensaje Noelia: “Qué haces esta noche?” Cuando le conté que tenía el cumpleaños de Santi me dijo que ella estaba sola con Mariana y que no sabían qué hacer. Les dije que fueran porque era en un bar y me dijeron que lo iban a pensar pero que seguramente se daban una vuelta. Pero enseguida llegó otro mensaje: “Estoy aburrida. Querés que nos vemos esta noche?”, era Cecilia. Estaba entre la espada y la pared. Acababa de decirle a Noe que vaya al cumpleaños, lo cual significaba que íbamos a volvernos juntos y ahora Ceci me quería para ella. Era el hombre más suertudo del mundo y aún así tenía que hacer sacrificios.
“Tengo el cumple de Santi. Pero salimos los pibes y seguro vuelvo tarde. Mañana vemos.” Le respondo, a lo que ella enseguida contestó: “Mañana me junto con las amigas de la facultad, pero el domingo a la tarde no hago nada. Si hace mucho calor podemos quedarnos adentro con el aire”. Ya estaba pactado. Esa noche tenía luz verde para Noelia y el domingo para Cecilia.
Cené, me bañé, me cambié y me fui para la casa de Santiago. Los chicos ya estaban ahí tomando algo, me preparé un fernet y empezamos la joda. Después de un par de botellas ya estábamos bastante alegres y decidimos ir al bar para juntarnos con los otros amigos de Santi. Las chicas llegaron tipo 2 de la mañana: Noelia estaba vestida muy perra, con un short muy corto negro bien pegado al cuerpo y una remera suelta con el escote que le dejaba casi libre todas las tetas. Mariana no se quedaba atrás, en vez de short tenía una pollera pegada al cuerpo que le resaltaba el increíble culo que tenía y una remerita negra, también pegada al cuerpo bien escotada. Las dos estaban vestidas para matar.
- ¿Estamos lindas?- Me preguntó Noe después de saludar a todos.
- Muy lindas.- Le digo.
En el bar seguimos tomando y cuando empezó la música nos pusimos a bailar. Noelia enseguida me fue buscando y cuando ya estuvimos algo alejados del grupo me comió la boca. Nos tiramos contra una pared y nos empezamos a besar con ganas. Yo la agarraba de la cintura y ella me abrazaba mientras nos dábamos besos bien de calentones. Era obvio que eso solo podía terminar en una cosa.
- Tengo un problema.- Me dijo después de un rato.- Mariana se viene a dormir a casa, o sea que si me voy con vos queda a la deriva.
- Decile que se venga y se acuesta en la cama de mis viejos a dormir.- Le digo.- O de última que se sume con nosotros.- Agrego riéndome.
Pero ella no se rió, me miró fijo, levantó una ceja y sonrió. Esa sonrisa hermosa que tenía Noelia que me mataba. ¿Qué significaba eso? ¿Quería hacer un trío? Le pregunté y ella se hizo la boluda, pero después de insistirle un rato me confesó que siempre quiso probar un trío, pero que no sabía qué onda Mariana. Había que preguntarle.
Volvimos con el grupo y seguimos bailando un rato. Despacito Noelia la fue apartando y se pusieron a hablar afuera mientras los demás bailábamos en ronda. Yo las miraba mientras conversaban, Mariana parecía prestar mucha atención a lo que le decía su amiga, y de vez en cuando levantaban las miradas y se fijaban en mí. No sé cuánto tiempo estuvieron hablando, pero después de un largo rato volvieron a la ronda y Noe me levantó un pulgar y eso solo podía significar una cosa. Mariana estaba de acuerdo.
No esperé más de 3 canciones para saludar a los chicos y decirles que me iba. Noe y Mari haciéndose las boludas empezaron a saludar a la gente y enseguida estábamos en la puerta del bar tomándonos un taxi. Pensé que la situación iba a ser algo vergonzosa al principio, pero no, me senté en el medio de las dos y Mariana enseguida me empezó a acariciar la pierna. La noche pintaba bien.
Llegamos a casa y las dos de la mano fueron a la pieza. Yo tardé un rato en entrar, pero cuando lo hice me sorprendí al verlas tiradas en la cama besando y tocándose. Ambas estaban tiradas de costado apoyadas sobre sus codos y con una mano sobre el cuerpo de la otra. Noelia le acariciaba las tetas a Mariana, mientras ella la sostenía de la nuca para que no se alejara de su boca. Parecía que iban a hacerlo sin mí, pero al verme entrar me llamaron para que me acueste entre ellas.
Me tiré en la cama boca arriba entre medio de las dos y enseguida se vinieron encima de mí. Le tiré la boca a Mariana que era la experiencia nueva. Ella Era muy pasional a la hora de los besos, mano en la nuca y mucha lengua. Mientras tanto Noelia me iba desabrochando la camisa y me acariciaba el pecho. Después giré y la besé a ella y ahí fue la rubia la que se puso a jugar con mi cuerpo. Mariana me besaba el pecho, me acariciaba las tetillas, me lamía la panza, era muy calentona y le gustaba jugar rápido y fuerte.
Una vez que mi camisa voló por los aires de a poquito las fui desvistiendo a ellas. Cuando les saqué las remeras sus tetas quedaron casi al descubierto, y cuando le saqué los corpiños no sabía cual chupar primero. Tenía cuatro gomas excelentes sobre mis pectorales y despacito las fui lamiendo. Primero las dos de Noe y después de las dos de Mari. Mientras me divertía con una la otra me acariciaba el pecho, la panza e incluso más abajo. Cuando cambiaba de tetas, la otra chica tomaba el lugar de su amiga y se dedicaba a jugar con mi cuerpo.
Despacito las dos juntas se miraron y fueron bajando por mi cuerpo. Me chuparon un ratito los pezones y el pecho y después las abdominales. Cuando llegaron a la bermuda, Noelia me la desabrochó y Mariana me la fue sacando. El bulto era tan grande que solo pudieron besarlo unos segundos antes de que yo mismo me sacara el bóxer para que empezaran a jugar con mi pija. Si Noelia era buena chupándola, Mariana era mejor. Me agarró la verga con una mano y se la metió en la boca, mientras su amiga me besaba las piernas. Mari usaba mucho la lengua y los labios, recorría el tronco de arriba para abajo y mientras tanto me pajeaba con la mano. Después se la dio a Noe como si fuese una posta y ella empezó a chupármela.
Siguieron jugando con mi pija un buen rato. Mientras una de las dos la chupaba, la otra me acariciaba todo el cuerpo y me besaba los muslos o las abdominales. Eran excelente juntas. Se tocaban entre ellas, se acariciaban, y compartían mi cuerpo como buenas amigas que eran. Era seguro que esa noche iba a ser mucho mejor que el trío con Cecilia y Martina.
Mariana se paró y me preguntó donde tenía forros. Cuando le dije que los guardaba en el primer cajón del escritorio ella se puso a buscarlos, pero Noelia tenía otros planes por el momento. Se mojó la concha con la mano y se acomodó encima mío mientras su amiga seguía parada, me agarró la verga con la mano y se sentó encima, entrando de una sin problemas. Pegó un gritó de satisfacción cuando lo hizo que hizo que su amiga se diera vuelta y mirara. Cuando se terminó de acomodar empezó a cabalgar.
Como lo hacía Ceci puso las manos sobre mi pecho y se dedicó a moverse hacia delante y hacia atrás. Marian dejó el forro en la mesita de luz y se paró al lado de Noe y le empezó a acariciar el pecho, yo estiré mi mano y le empecé a tocar la conchita. Ella subió una de sus piernas a la cama para darme más espacio, y mientras Noelia se volvía loca con mi verga yo le colaba los dedos a Mariana. Ella era bastante ruidosa y expresiva. Mientras le apretaba bien fuerte las gomas a su compañera, gemía, tiraba la cabeza hacia atrás y se revolvía de placer. Cada vez que mis dedos entraban a fondo pegaba un suspiro bien fuerte y un gemido a pocos centímetros de la oreja de Noe.
Después de un rato, Mariana le pidió a Noelia que le diera lugar para cabalgar ella. Me puso el forro y se sentó de la misma forma que lo había hecho su amiga, apoyó las manos sobre mi pecho y se empezó a mover. Noelia se acostó al lado mío y se dedicó a besarme y a tocarme el pecho. Mariana que estaba muy excitada le agarró una mano y se la puso en su teta, así se empezaron a tocar entre ellas. Yo que estaba completamente cebado le dije a Noelia que se sentara en mi cara, así mientras le chupaba la concha se tocaba con Mariana. Ella lo hizo.
Se acomodó bien cerca de mi cara y yo la agarré de la cintura y le empecé a chupar el culo. Ella tiró su cuerpo hacia delante y pude ver como Mariana le agarraba la nuca lo que indicaba que las dos se estaban besando. De a poquito fui bajando a su cola y le fui metiendo lengua. De vez en cuando le pegaba un chirlo y cuando lo hacia ella suspiraba fuerte. De fondo se escuchaba a Mari que gemía cada vez más fuerte y con eso aumentaban sus movimientos, que ya no eran solo de alenté hacia atrás, sino de arriba abajo, en círculos y para los costados.
Les pedí a las dos que se pusieran en 4 contra el borde de la cama. Ellas se levantaron encima mío y se acomodaron como se los había pedido. Estábamos completamente excitados y la transpiración recorría nuestro cuerpo. Las caras de ambas denotaban placer y calentura, no podían parar de tocarse, ya sea solas o entre ellas. Me paré atrás de Mariana y le metí la verga en la concha sin previo aviso. Ella pegó un grito orgásmico que le causó una sonrisa a Noelia en la cara.
Puse una mano en su cintura y me fui moviendo de adelante hacia atrás, sacándole la pija casi en su totalidad y volviéndosela a meter bien a fondo. Mariana ya no gemía, eran gritos de satisfacción. La otra mano la apoyé en el culo de Noe que de a poquito fui acariciando y tocando. Le pegaba chirlos, lo apretaba y así fui bajando mis dedos hasta tocarle la conchita y meterle 2 bien a fondo. Así me las empecé a coger a ambas. A Mari con la pija y a Noe con la mano. Las dos se agacharon y apoyaron su cabeza en el colchón. Mariana tuvo que morder las sábanas para dejar de gritar tanto, Noelia que solía se calladita no podía contener un suspiro acelerado y fuerte cada vez que mis dedos se metían en su totalidad adentro de su cuerpo. Las tenía a las dos a mi voluntad.
Después cambié de lugar, me dediqué a cogerme a Noelia mientras tocaba a Mariana, pero a ella no le gustaba mucho que la domine. Después de tocarle la conchita un rato se paró al lado mío y me empezó a tocar mientras me besaba todo el cuello. Agarré a Noe de la cintura con las dos manos y me dediqué a cogerle bien fuerte mientras ella se tapaba la boca para no gritar. La muy perra de su amiga, aprovechaba para meterle algún que otro chirlo en la cola. Noelia se daba vuelta y la miraba con cara de puta satisfecha cuando lo hacía.
- Tocame.- Le decía con vos entrecortada a medida que me la cogía.
Mariana le dio el placer. Se subió a la cama y se arrodilló delante de ella y le empezó a tocar la espalda y la cola. Noe levantó la cabeza y se encontró con que tenía la concha de su amiga a centímetros de su cara y no se le ocurrió mejor cosa que hacer que chupársela.
No les puedo cuantificar lo mucho que me excitaba esa imagen. Mariana se acostó boca arriba y Noelia metió su cara entre sus piernas para empezar a chupársela. Mariana puso una de sus manos en la nuca de su amiga y la otra en sus tetas que apretó con fuerza. La calentura que me dio ver la cara de placer de Mari mientras Noe se la chupaba no tiene explicación.
Mariana volvió a los suspiros y los gemidos a medida que Noelia se la chupaba y fueron cada vez en aumento. A medida que el volumen de su vos crecía yo me cebaba más y me cogía más fuerte a Noe. Acabó. Entre gritos y retorcidas de placer Mariana acabó y se quedó tendida en la cama completamente satisfecha. Noelia empezó a besarle los muslos y a acariciarle la panza mientras la otra solo estaba ahí tirada, con las dos manos sobre sus tetas.
Le saqué la verga a Noelia, tiré el forro al piso y me empecé a pajear. Noelia enseguida se arrodilló adelante mío, pero Mariana se quedó en la cama, se acomodó contra el respaldo y mientras se seguía manoseando vio como le llenaba la cara de leche a su amiga. El semen fue directo a su boca y a su pera y a medida que lo escupía le iba cayendo por el cuello hasta las gomas. Se lo fue esparciendo por todo el pecho y cuando ya no quedaba más adentro mío me la fue chupando hasta que dejó de estar dura.
Noe se fue a bañar y yo me acosté con Mariana en la cama y a medida que hablábamos de lo bueno que estuvo ella me dio un beso muy fogoso, un beso que podría haber generado una segunda vuelta.
- ¿Te quedaste con ganas?- Le pregunto riéndome.
- No.- Me dijo ella con una sonrisa.- La pasé muy bien. De hecho creo que deberíamos repetirlo.
- Cuando quieran.- Le digo encantado.
- Pero la próxima vez vos y yo solitos.- Me dice ella segundos antes de que Noelia entrara en la habitación.


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