Victoria

En mi barrio habia una señora que se llamaba Victoria. Quizás esta no sea la mejor "primer" linea para un relato erótico o sensual. Pero que mas da, asi es como comenzó esto. Ella era una señora de aproximandamente 50 años pero muy bien cuidada. Era delgada con unas piernas largas y torneadas con unos muslos bien tonificados, unos pechos pequeños y un pelo que le caia hasta la cintura. La señora no era de la alta sociedad, aunque tampoco era pobre de hecho yo diria que tenia más solvencia económica de la que muchos tendremos en este jodido pais... pero dejemos la economia social y vayamos a lo sensual.

Desde hacia un tiepo que yo me encontraba a la señora Victoria por el barrio; en la panaderia -si, de donde salió el relato pesón y pan- en la tienda, a veces en la plaza. Es decir para mi la señora no era ajena ni extraña. Ya nos conociamos un poco. Ella tenía una tiendita por allí de no sé que cosas pero en el cartel pone Merceria VIcky.

Yo que no discrimino -como ya habrán leido en el relato de una escapada al placer- sé reconocer la belleza femenina en sus diversas formas. A mi Victoria me parecia una señora sensual, bonita y atractiva. Imaginó que en su juventud debio de ser una de las mujeres más hermosas del pueblo. Era educada y de buenas familias.

Cierto día me la encontré en la tienda de la esquina, la abarroteria. Ella estaba pagando unas cosas y yo entré y saludé con el típico: -buenas noches. Me respondieron tanto la dependienta como la señora Victoria... ese día si no mal recuerdo, Victoria traia puesta una falda blanca con motivos floreados que le cubria hasta la una cuarta arriba de la rodilla, entallada y le marcaba bien la silueta. Vamos, hasta se le marcaba la linea de las bragas. Yo admiraba como caia su larga cabellera hasta la cintura casi le rosaba las nalgas, mientras la marca de la braga me invitaba a no despegar la mirada de ese precioso encuadre. Miraba y disimulaba la mirada volteando hacia un lado, hacia arriba o hacia donde fuera: para volverla a poner precisamente alli. Y esque era irresistible, estuve asi ¿que serán dos minutos? pero lo que más me atraia era que además de la linea de la braga parecia alcanzar a distinguir parte de la textura del encaje de la braga, esas diminutas figuritas bordadas que ya saben; se me antojan al tacto.

Ella volteó.

Me miró.

Yo seguí mirando ese encuadre erótico.

Y cuando me sentí descubierto no pude evitar ruborizarme. Habrá otros que son muy machos y sexosos, y bien por ellos. Pero yo me ruboricé sin más. Sentí el calor subiéndo hasta mis mejillas y un poco a las orejas, seguro estaban cobrando un color rosáceo delator de mis travesuras.

Para mi sorpresa la señora Victoria sólo sonrio. Agarro sus bolsas le dijo a la dependienta -buenas noches. Y al pasar junto mío me dijo: adiós -mientras me miraba a los ojos. Y yo no sé porque pero en ese preciso momento sentí una opresión en el pecho senti también como si se detuviera mi corazón y no pudiera respirar y justo después mi corazón latió más rápido y fuerte.

Esa noche me masturbé pensando en la señora Vicky recordando su trasero y la marca de las bragas sobre la tela de la falda, me aventuré más allá e imaginé como la desnudaba: eyaculé.

Después de poco más de una semana me la encontré por las calles de una plaza -no fue casualidad el pueblo es pequeño- iba con una bolsa de cuero al hombro, unos huaraches de tacón, cosa que la hacia lucir más alta y con las piernas más estilizadas, una falda negra entubada también -tipo banquera- una blusa de botones amarilla y debajo un brassiere oscuro que se alcanzaba a traslucir un poco. Ella me miró y me saludó. Yo atónito la saludé.

Esa noche me volvía a masturbar pensando en ella. Lo sé, lo sé parece poca cosa como para ameritar una masturbadita de esas; pero para mí fue suficiente. Asi soy yo: me conformo con poco.

El caso es que después de varios encuentros así, la volví a ver en la tienda del barrio. Estaba igual, de espaldas yo llegué y la ví en esta ocasión la falda era azul pastel, la blusa roja y de igual forma se le marcaba la braga. En la canilla derecha traia una venda. Como tenia el pelo recogido pude ver que además se le marcaba el brassiere atado en la espalda. Mi imaginación voló. Sentí recorrer con mis manos esas texturas y mi pene comenzó a ser consciente de ello.

Ella pagó y al parecer era un garrafón de agua y una bolsa.

Le dijo la dependienta: pero ¿quieres que te lleve el garrafón a tu casa ahorita?

-Si, ya que te desocupes esque yo no puedo traigo lástimada la canilla.

-Ok- dijo la dependienta.

Se volteó y me miró a mí alli, y dijo: o si no aqui el joven me ayuda ¿si me haces el favor?

-Eh... eh... si claro. Y salí de mi ensoñación erótica, aunqe tardé un poquito en reaccionar. Fue casi como si hubiera tenido que vestirme y vestirla a ella antes de entender que estaba en un ensueño y salir a la realidad.

Ella me dijo que era cercas sólo hasta su carro.

Abrió la cajuela y la traia llena de cosas de manera desordenada -no hay mujer que no traiga asi la cajuela del coche- entonces me dijo que lo pusiera dentro adelante. Yo abrí la puerta del copiloto, lo puse en el piso del coche y ella se iba sentando al volante. Me miró y me dijo: Gracias.

-De nada.

Nos miramos un breve instante. Ella sonrío.

Entonces pasó su mano inocentemente por su pierna hasta agarrar la palanca de velocidades. Luego la puso sobre su rodilla y comenzó a levantarse la falda un poco con un suave movimiento. En ese instante me percaté de que llevaba medias, cosa que no vi en la tienda: bueno algún detalle se me iba a pasar ¿no?.

Levanto la falda hasta dejarme ver el resorte con las mencionadas figuras atractivas al tacto. Luego ví que traia una liga de esas que sujetan la media desde la braga. Ella se inclinó hacia mí y me mostró su escote, desabotonó dos puntos la blusa y ví su sosten. Luego no supe a bien como, pero abrió las piernas y ví sus bragas pulcramente blancas.

Sentía un calor impresionante. Y la tenía durisima.

-Gracias joven...

Se reincorporó y encendió el carro. Mientras se mordia el labio inferior y me guiño un ojo.

Creo que de sobra saben que esa noche; también me masturbé pensando en la señora Victoria.

J.R. 2016

1 comentario - Victoria

cmvson +1
buen relato, tus relatos son geniales saludos
jonhnynude
Gracias por pasar leer y comentar. Que bueno que te haya gustado. Saludos