Elogio de la puñeta

Decía el viejo Antonio, entre un polvo y una paja ni dudarlo, pero entre dos pajas y un polvo las dos pajas. Amparado en una de las cuadrifarmacos de los Hedonistas el emulo de Epicuro sale a flote con la defensa de la paja como duración del placer.
Por lo tanto veremos aquí la reivindicación de la puñeta como parte básica de la constitución masculina (porque no también femenina). Pero en el caso puntual hablamos específicamente de paja.
Las clasificaciones de las pajas es como la teoría de conjuntos son innumerables, pero básicamente hay dos:
1) Las hechas por uno mismo
2) Las hechas por otro/a
Es evidente que en uno también existen varias clasificaciones, y según las capacidades personales podríamos decir que infinitas.
a) Según el modo
1) Esta la paragüitas
2) La de puño
3) La culera
Etc.
b) Según el fin
1) Facial
2) Bucal
3) En la nalga
4) En los pechos
5) En el pelo
6) En la espalda
7) En los pies
😎 En las manos
9) Etc.
Como vieron podemos seguir todo el día viendo las variantes. Ya que podemos sumarles:
1) paja mixta
2) paja grupal
3) etc.
Cada uno de estas clasificaciones nos lleva a todas las experiencias vividas a lo largo de una vida sexual.
Para llegar a esa última fase de la paja y a la que el viejo Antonio pedía que conservaran sus últimos 14 espermatozoides evitando hablar de temas picantes que lo obligaran a hacer una paja, ya con sus 75 años
La paja por necesidad sea solo o en compañía. Y es cuando ya mantener la erección te cuesta, decía el viejo Antonio.
Luego de esto, no sé, comentaba con la mirada extraviada, algo sobrevendrá a todo este desconcierto.

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