Un ganador. Capítulo 42

Un ganador. Capítulo 42

Esta es la historia de Emanuel, un ganador de 24 años que tiene anécdotas muy interesantes para contar, llenas de chicas y amigas y por supuesto con muchas historias sexuales. Esta historia es ficción, sin embargo eso no quiere decir que no se basa en algunos hechos reales…

Capítulo 42: ¡Feliz año nuevo!
   - ¡Feliz año nuevo!- Me dijo Tatiana al oído apoyando su cuerpo contra el mío.
   Se acomodó un poco el vestido y salió del baño dejándome totalmente caliente, con la pija bien dura y los huevos cargados de leche. No podía quedarme así, tenía terminar lo que había empezado, tenía que descargar. Tenía que cogérmela ya…

   Desde hacía un mes que mis viejos se venían preguntando que iban a hacer para año nuevo. Mis tíos se iban a la costa y se llevaban a mis abuelos y por el otro lado de la familia pasaba lo mismo, por lo que éramos los únicos que nos quedábamos en Rosario. Al principio se barajó la posibilidad de pasarlo los tres solos en casa, algo bien familiar e íntimos, pero cuando los Fernandez se enteraron de esto enseguida nos invitaron a pasarlo en su casa. Por lo que el 31 a las 9 de la noche estábamos en el auto yendo para zona sur a pasar año nuevo.
   Llegamos y enseguida mi cabeza empezó a carburar. Después de saludar a los padre y a Gastón su hermanito, llegó el turno de saludar a Tatiana, que me dejó perplejo con lo bonita que estaba ese día. Tenía puesto unos zapatos sencillos que la hacían un poco más alta y un vestidito blanco bien simple que le llegaba hasta arriba de las rodillas y abría mucho la imaginación. Pero tenía algo especial, como si brillara más de la cuenta. Estaba linda. Bonita.
   Nos sentamos en la punta de la mesa, junto con sus primos más chicos y su hermano y fuimos pasando la noche, hablando un montón y riéndonos de anécdotas de cuando éramos más chicos. Me recordó mucho a la Navidad que habíamos pasado hacia unos años y no pude evitar preguntarme si iba a terminar igual que aquella vez, en un bañito, con el calor que nos agobiaba, pero la calentura le ganó de mano.

   Recibimos el 2015 con besos y abrazos, y brindando por un año mejor, lo mismo de siempre. Pero la cosa se puso interesante cuando las amigas de Tati empezaron a llegar para hacer una buena previa para ir a una fiesta que tenían. Eran 4 chicas, una más linda que la otra, todas bien flaquitas, altas, con lindo culo, unas con tetas bien grandes, y todas tenían escases de ropa. Pero yo seguía hipnotizado con Tatiana. Cada vez que la miraba ella me sonreía, provocando una sonrisa en mi.
   - ¿Vos que haces?- Me preguntó ella cerca de las 2 de la mañana cuando estaban preparando para irse.
   - No tengo nada armado.- Le dije.
   - ¿Querés venir con nosotras?- Me preguntó.- Es cerca de tu casa, de última si te aburrís te vas jaja.
   Hablé con mis viejos que se habían ido con el auto de mi mamá, agarré el otro auto y le dije a las chicas que las llevaba. Tatiana se subió adelante y sus amigas atrás y fuimos a la fiesta mientras la música sonaba bien fuerte y las chicas cantaban como locas. No podía parar de reírme. Miré fijo a Tati unos segundos y ella me devolvió la mirada y apoyó su mano sobre la mía que estaba sobre la palanca de cambio. Le sonreí.

   La fiesta era en una casa enorme, con un patio más grande todavía. Los padres, y toda la familia del dueño de casa estaban en el living comedor, mientras que la juventud había pasado al patio de atrás. Había gente de todos los entornos. Vi algunos ex compañeros de primaria, a una chica con la que estuvo saliendo un tiempo Leandro y me crucé a Ramiro, mi primo. Cada uno tenía su bebida, su heladerita con hielo, sus rondita armada y todos bailaban al ritmo de la música que salía de dos parlantes enormes que había en el fondo del patio.
   No tardó en ponerse caliente la noche. Unos chicos, bastante alcoholizados se pusieron a transar en frente de todos de una manera bastante provocativa y todos los que estaban alrededor no paraban de gritarle cosas. Se terminaron yendo de manos por lo que una amiga de la chica fue a calmar las cosas, pero ellos no querían terminar ahí, así que él la agarró de la mano y desaparecieron de la fiesta.
   - ¿Me acompañás al baño?- Me preguntó Tatiana al ver que sus amigas se habían copado con la canción y nosotros dos quedamos solos.
   Entramos a la casa y había que hacer una fila interesante para ir al baño, por lo que nos pusimos a charlar y hablar un buen rato. Me preguntó sobre mi vida amorosa y no sé porque entré a contarle que las cosas con Eliana no iban bien, que ella estaba muy alejada de mi y que yo estaba pensando en dejarla. En el momento me salió, pero a ella pareció gustarle esa mentira que le estaba contando, así que seguí con mi historia. Al cabo de una media hora en la que no paraba de llegar gente, una de las abuelas del dueño de casa viene y nos dice a nosotros que arriba había otro baño por si queríamos ir. Nos miramos fijo y agarrados de la mano empezamos a subir la escalera.
   Apenas entramos ella me empujó contra la pared y me comió la boca de un beso. La tomé de la cintura y le devolví el beso con ganas. “Ay Ema” suspiró cuando bajé la boca y empecé a besarle el cuello. “Hace mucho que no estábamos juntos” agregó. Nos seguimos besando y enseguida las manos se fueron de lugar. Le apreté bien fuerte el culito y despacito comencé a levantarle el vestido hasta llegar a tocarle la piel. Ella siguió besándome y comenzó a acariciarme el cuerpo. Primero el pecho, los brazos, la panza y por último las piernas. Bien suave se fue agachando lo más pegada a mi cuerpo posible y cuando se arrodilló quedó en frente de mi pantalón.
   Me desabrochó el cierre y me bajó el pantalón hasta los tobillos. Pasó su lengua por mis piernas y después por encima del bóxer. Me fue besando la pija bien suave. Intenté bajarme el bóxer, pero ella me corrió las manos, así que la dejé tomar las riendas del asunto. Al cabo de unos segundos, lo bajó ella, pero con los dientes. Me agarró la verga con la mano y empezó a pajearme despacito, mientras me miraba con una sonrisa. Se la metió en la boca y la fue chupando bien suave. Movía su cabeza hacia adelante y hacia atrás, haciendo que mi pija entrara y saliera casi por completo de su boca. Me miraba fijo a los ojos, esa mirada que te vuelve loco.
   Sonó su celular desde adentro de la cartera, pero ella lo dejó sonar y no lo atendió. Siguió chupándola, cada vez más rápido, con más ganas. Volvió a sonar, me puso nervioso el ringtone que tenía. “Atendé” le dije corriéndome un poco. Ella abrió la cartera sacó el cel y empezó a hablar.
   - ¿Qué pasa?- Preguntó. Se escuchaba la voz de su amiga gritándole desde el otro lado. “¿Dónde estás?” le preguntó.- Estoy adentro de la casa con Ema. ¿Qué pasa?- Le volvió a preguntar. Su amiga habló por un tiempo y después ella le contestó:- Dale, ahí vamos.- Cortó.- Se agarraron a piñas en el patio y están echando a todos a la mierda. Así que nos tenemos que ir.- Me dijo algo enojada.
   - No te preocupes.- Le dije agarrándola y dándole un beso.- Ahora repartimos a tus amigas en sus casas y después seguimos lo nuestro.- Ella sonrió.
   - ¡Feliz año nuevo!- Me dijo Tatiana al oído apoyando su cuerpo contra el mío.
   Se acomodó un poco el vestido y salió del baño dejándome totalmente caliente, con la pija bien dura y los huevos cargados de leche. No podía quedarme así, tenía terminar lo que había empezado, tenía que descargar.

   Subimos al auto y llevamos a sus amigas a otra fiesta que había no muy lejos de ahí. Cuando le preguntaron que hacía ella, les dijo que se iba a dormir, pero ninguna le creyó. Seguimos manejando y me preguntó a dónde íbamos. “A la casa de un amigo. Es de pueblo y me dio la llave para que le cuide la casa mientras él está pasando la fiesta con su familia.”. Llegamos al edificio y nos bajamos. En el ascensor ya volvimos a calentarnos. Tenía que cogérmela ya…
   Cuando entramos al departamento fuimos directo a la pieza. Ella me acostó sobre la cama y me dio unos besos pero enseguida bajó por mi cuerpo hasta llegar a mi pantalón. “¿A dónde estábamos?” me preguntó mientras me iba sacando la ropa. Yo la miré y volví a sonreírle. Enseguida empezó a chupármela de nuevo. ¡Qué bien que lo hacía! Lo hacía bien rápido, con una paja de por medio, pasándole los labios de arriba hacia abajo.
   Pero la calentura que teníamos fue más fuerte y sin darme tiempo a reaccionar, se sacó la bombacha y la tiró al piso para sentarse encima de mí. Empezó a cabalgar con el vestido puesto, levantado hasta la cintura. La tomé de las manos y entrecruzamos los dedos y comenzó a mover la cintura bien rápido. Mi pija bailaba adentro de ella que se movía como loca gozando y gimiendo. Tiró la cabeza hacia atrás y se empezó a mover hacia adelante bien rápido. Me cabalgaba como loca.
   La tomé del culo y la levanté un poco y terminé acostándola a ella en la cama y yo encima suyo. Tomé las riendas del asunto envolviéndola con mis brazos comencé a moverme bien rápido. Mi cintura iba hacia adelante y hacia atrás y mi verga entraba y salía con fuerza. Tatian tenía los ojos cerrados y la boca abierta. Gemía con cada movimiento que daba. Fue bajando sus manos por mi cuerpo y las apoyó sobre mi cola. Le pasé la lengua por el cuello y ella emitió un suspiro de satisfacción pura que me volvió loco.
   Me la seguí cogiendo, cada vez más rápido, cada vez más fuerte. Teníamos una calentura increíble los dos y se notaba en la violencia. Ella me arañó el brazo de lo fuerte que yo le estaba dando. Mi mente no estaba ahí. Puse una de mis manos sobre su teta y se me resbaló hasta el cuello y lo apreté con fuerza. Tatiana no paraba de gemir y sus uñas se clavaron en mi espalda. Yo me movía cada vez más rápido. Un grito inmenso de placer llenó el ambiente y ella acabó.
   Yo acabé enseguida, sin tiempo a correrme, le llené la conchita de semen. Acto seguido me desparramé sobre su cuerpo y ella me besó con ganas. Después me abrazó y me pidió disculpas por lo de las uñas. “No hay problema” le dije. Nos levantamos y mientras ella se limpiaba en el baño yo trataba de sacar la mancha de semen de la sábana, pero no pude, así que la metí en el lavarropas.
   - Tu amigo te va a matar si sabe que cogiste en su cama.- Me dijo ella riéndose.
   “Mi novia me va a matar” pensé yo. Lo que yo no sabía es que en ese momento ella estaba cogiendo con Tomás, su amigo de la secundaria, en una fiesta de año nuevo. Lo que ella no sabía es que acababa de cogerme a Tatiana en su casa.


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