Un ganador. Capítulo 40

Un ganador. Capítulo 40

Esta es la historia de Emanuel, un ganador de 24 años que tiene anécdotas muy interesantes para contar, llenas de chicas y amigas y por supuesto con muchas historias sexuales. Esta historia es ficción, sin embargo eso no quiere decir que no se basa en algunos hechos reales…

Capítulo 40: Mi cumpleaños 23 (De vuelta a la primera vez)
   El mes de octubre siguió avanzando hasta que se terminó y llegó Noviembre, el mes de mi cumpleaños. Durante esas semanas la cosa se mantuvo bastante estable. Mi relación con Eliana avanzaba como siempre a pesar de que yo sabía que ella me había engañado con un amigo de su pueblo, Tomás. “El viernes 31 me voy a casa y vuelvo el martes 4.” Me contó Eli la última semana del mes. Cuando se fue al baño aproveché para tomar su celular y comprobar que le había mandado un mensaje a él para avisarle lo mismo. “El viernes estoy por ahí, cuando nos vemos?” le preguntaba ella. “Esa misma noche. Tengo unas ganas de cogerte toda” le respondía el pelotudo. Pero yo no me iba a quedar ahí como si nada.
   - ¿Este finde querés que hagamos algo a la noche?- Le pregunté a Cintia ese mismo viernes en la oficina.- Puedo ir hoy a tu casa, aprovechar que está feo el día y alegrártelo un poquito.- Agregé haciendo referencia al clima.
   Ella aceptó y esa misma noche estábamos los dos desnudos en su cama reviviendo viejas noches de placer. Un pete, lengua por las tetas, pajas, dedos curiosos, ella arriba, yo por atrás, de todo. El primer polvo fue cargado como a nosotros nos gustaba. El segundo fue en la ducha, rememorando viejas épocas. El tercero lo hicimos antes de dormir y sin pedirle autorización se la metí por la cola, haciendo que ella gimiera y gritara como nunca antes lo había hecho. Si Eliana iba a ser pirata, yo también.

   - ¿Qué vas a hacer para tu cumple?- Me preguntó Flavia cuando nos juntamos a comer con los chicos de la secundaria.- No falta nada.
   - No tengo nada planeado.- Le respondí medio cortante.- Es que ando laburando mucho y aparte no sé qué hacer, ni dónde hacerlo.
   - ¿Querés que hagamos algo tranqui acá en casa?- Me preguntó Leandro.- Podemos juntarnos todos lo de la secundaria y hacer un asado y chupar algo tranqui.
   Así que después de tirar algunas ideas algo alocadas acordamos que el sábado 29 de Noviembre nos íbamos a reunir ahí para festejar mi cumple. La conversación se fue desviando cuando Juampi dijo que podíamos hacer una orgía algo alocada. Al principio todos empezaron con la joda y siguieron con los comentarios graciosos, hasta que Victoria, la novia de Lean, preguntó quien había hecho un trío o una orgía y ahí nos miramos entre todos.
   Las confesiones no tardaron en llegar. El primero que confesó fue Cristian, aprovechando que Clara y él ya no estaban más juntos y que ella ese día no estaba, contó que en varias ocasiones se habían acostado con otras parejas, que habían hecho noches swinger y también nos contó que habían sumado amigas de ella y amigos de él para hacer tríos alocados.
   - No puedo creer que te cogiste a la rubiecita que va con Clara al profesorado.- Le dijo Facundo.- ¡Que buena que está esa petiza!- Agregó mientras se reía.
   - Alguien de acá también participó una vez.- Comentó Cristian y enseguida me miraron todos a mi.
   Les terminé contando de que una noche Tatiana y yo nos habíamos acostado con ellos dos, cosa que generó una serie de preguntas muy específicas a las cuales no respondí ninguna. Pero la cosa no quedó ahí y empezaron a saltar varios trapitos al sol. Camila y Celeste confesaron que una vez estuvieron juntas con un amigo de ellas, Juampi y Giselle nos contaron que en una ocasión se acostaron con una amiga de ellas, Leandro les terminó contando de la noche en la que él y yo nos cogimos a Natalia, mi ex novia y Facundo reveló la anécdota que todos suponían la noche que yo cumplí 21 años en la cual los dos nos fuimos con Gabriela y Leticia. Marisol resultó ser la única que no había participado de ningún trío u orgía. “Y nunca lo haría” recalcó después de que intentamos convencerla.
   - ¡Ah pará!- Gritó Camila para hacerse notar entre medio de todas las risas.- También está la noche que vos y yo estuvimos con Ingrid.- Agregó señalándome a mi con el dedo.
   Todos me miraron fijo y no me quedó otra que confesar. Ese verano en el que ella y Marisol se peleaban para ver quién era la que se acostaba conmigo estuvo repleto de sexo. Sin embargo la mejor anécdota fue la que puso fin a “La competencia” (apodo que le pusieron los chicos), fue la noche que estuve con Camila e Ingrid, una amiga suya. Obviamente fue una sorpresa para todos, en especial para Marisol que a pesar del hecho se lo tomó en broma y en forma de chiste. A pesar de eso, parecía que el tema no quería quedar ahí y los chicos querían lujo de detalles, cosa que preferimos no darles.

   La semana siguió y la sexualidad estuvo presente en todo momento. Eli se había empeñado en darme una alegría por día y todas las noches me mandaba una foto de ella, cada vez más sensual. El lunes una tranquila, completamente vestida pero con un jean muy apretado y una remera bien escotada. El martes una foto ya con un shortcito que me volvía loco y un top hermoso. El miércoles se puso un culote precioso y un corpiño que pedía por favor que se lo sacaran. El jueves fue de espalda, enseñando el divino culo que tenía con una tanga roja y nada arriba. El viernes fue bien hot, acostada desnuda en la cama, con el cuerpo mojado, una mano sobre sus tetas y la otra colándole dos deditos en la concha. Pero Eliana no fue la única que se empeño en calentarme esos días. Cintia se encargó de ponerme al palo todas las tardes en la oficina, vistiéndose muy hot y prometiéndome un regalo que llegó el viernes a las 7, con un stripteasse rápido pero muy sensual al que le siguió un pete divino y una acaba en la boca.
   - Se que tu cumple es mañana, pero quería darte un regalito.- Me dijo mientras yo me terminaba de cambiar y ella se limpiaba.

   El sábado abrí los ojos y me llevé una sorpresa. Estaba en mi pieza, acostado en la cama, con el bóxer que suelo usar para dormir. La puerta estaba cerrada. Pero no estaba solo. Parpadeo dos veces para comprobar que lo que acababa deber era verdad y definitivamente ella estaba ahí. Eliana estaba parada con la espalda apoyada sobre la puerta y estaba vestida de manera muy sensual. Tenía puesta la tanga roja que me había enviado en la foto y un corpiño del mismo color muy sexy. Vino caminando despacio hasta la cama y se subió gateando hasta ponerse entre mis piernas. “Feliz cumple mi amor” me dijo pasando sus manos sobre mis piernas. Mi verga ya estaba al palo, como todas las mañanas, lo cual fue una facilidad para ella.
   Me bajó el bóxer hasta sacármelo y se dedicó a chupármela. Empezó haciéndolo despacio, de manera muy sensual, se metía la verga en la boca despacito, pasándole la lengua por cada centímetro y chupándola bien suave. Sus manos recorrían todo mi cuerpo hasta donde llegaban, desde las piernas hatsa el pecho, pasando por los muslos y obviamente los huevos. Me la mamaba de manera muy sensual. Me calentó en cuestión de segundos y no podía creer lo bien que la estaba pasando. ¡Esa es forma de arrancar una mañana!
   Eli siguió chupándomela y de a poquito iba aumentando. Se apoyó sobre sus rodillas y levantó la colita haciendo que se viera por detrás de su cabeza. Me calentó mucho ver esa cola. Sus manos ya se habían posicionado, una sobre mi verga y la otra encima de mis huevos, que los acariciaba con ganas. Su cabeza se movía cada vez más rápido, hacia arriba y hacia abajo. Que placer me daba ese pete matutino. Estaba completamente excitado, no daba más. El placer que me provocaban esos labios era inmenso. Terminé acabando una gran cantidad de leche que fue a parar primero sobre su boca y después sobre su cara. Eliana me miró contenta volvió a desearme un feliz cumpleaños y después de que se limpiara se acostó al lado mío y empezamos a besarnos hasta que me volví a poner totalmente duro.

   El medio día llegó con un asado en familia y a la tarde pasaron algunos parientes a saludar. Cerca de las 7 de la tarde me tomé un taxi y me fui a lo de Leandro, en donde él, Facu, Cris y Juampi me estaban esperando. Fuimos al super a comprar las cosas para hacer unas pizzas y llenamos el auto con una gran cantidad de cervezas y otras bebidas alcohólicas. Las chicas llegaron a las 9 y nos dedicamos a comer y a tomar. A eso de las 12 de la noche ya estábamos bastante borrachos.
   La noche se fue dando con juegos para tomar, música bien alto y una barra improvisada con tragos de todos los colores. A pesar de que no éramos tantos, el alcohol que habíamos comprado parecía irse rapidísimo por lo que tuvimos que improvisar algunas bebidas inventadas. A las dos de la mañana Juan Pablo y Giselle fueron los primeros en irse y a ellos se sumaron Marisol y Clara. Flavia y Juan Ignacio fueron los siguientes en irse y por último Cristian que nos dio un indicio de que se iba para verse con una minita. En la casa nos quedamos Leandro, Facundo, Camila, Celeste y Josefina, una amiga de Cami que había ido con la promesa de después salir a bailar y se había quedado porque estaba fascinada con la joda que habíamos armado.
   Todo empezó cuando Facundo, para nada inocente empujó a Josefina al agua. Jose era una mina no muy linda de cara, pero con un cuerpo divino. Alta, flaquita, unas tetas chiquitas pero divinas y un culo manzanita esplendido. Obviamente a Facundo le encantaba y tenía muchas ganas de movérsela. Ella salió bastante enojada de la pileta, alegando que no tenía ropa y que hacia frío como para que estuviera mojada y Lean le fue a buscar algo para que se pusiera. Le trajo un short deportivo y una remera vieja de él. El show fue para todos, cuando Josefina se empezó a desvestir en frente de todos revelando un corpiño blanco una hermosa bombachita celeste.
   - ¿Tan trola vas a ser? Andá a cambiarte adentro.- Le gritó Camila completamente tentada por nuestras imágenes.
   - ¡Ay chicas ya se! Regalemole a Ema un bailecito erótico ¿quieren?- Preguntó Celeste a las otras dos.
   Ellas se miraron y empezaron a reírse. Josefina estaba a medio vestir, con la remera puesta pero con la bombacha celeste por debajo, Cami tenía un short negro y una remera blanca bien suelta y la autora de la idea estaba con una remera común y una calza negra que le marcaba la cola. Siguieron riéndose pero por esas casualidades de la vida la música nos dio una mano y empezó a sonar “El rock del gato” de los Ratones Paranoicos y después de unas carcajadas más fue Camila la que le dio pie al baile.
   Corriendo algunas sillas, empezó a bailar al borde de la pileta, de manera bien sensual, moviendo la cintura y levantando los brazos. Josefina se sumó enseguida, parándose por detrás de ella y acompañándola en cada paso que daba. Celeste las miraba. Camila terminó dándose vuelta y quedando frente a frente con su amiga, con la cual entrelazaron los brazos y empezaron a tocarse. Lean, Facu y yo nos pusimos bien cómodos sobre nuestros asientos. Cele entró en acción casi al final de la canción, poniéndose por detrás de Josefina con una botella de vodka en la mano y dándole de tomar a las otras dos en la boca. La suerte seguía de nuestro lado ya que después de ese tema empezó “Me gustas mucho” de viejas locas y las tres gritaron de la emoción y siguieron bailando y tomando. Celeste jugaba con la botella, poniéndola cada vez más lejos de la boca de las chicas y haciendo que estas se empaparan por completo. Las cinturas siguieron bailando y menando cada vez más. Los 3 estábamos al palo.
   - Che, ¿no era para Ema el baile?- Les preguntó Facu riéndose.
   Pero las chicas le hicieron caso y caminaron hasta donde estaba yo y me rodearon para seguir bailando, Cami a un costado, Cele al otro y Josefina bien en frente mío. Facu y Lean se mataban de la risa mientras miraban el espectáculo. Me estaban poniendo al palo entre las tres y no ayudó que las manos se le fueran yendo de lugar. Jose empezó a tocarme las piernas, a la altura de los muslos, pero enseguida se fueron yendo de lugar y cuando llegaron a la entrepierna las cosas no podían terminar bien.
   Me incliné hacia adelante y le comí la boca de un beso. Los chicos gritaron, pero no me importó y yo seguí besándola. Ella se sentó encima mío y poniendo sus manos en mi nuca me devolvió el beso. La abracé fuerte por la espalda y despacito fui bajando mis manos hasta su cola y se la apreté bien fuerte. Ella separó su boca de la mía y me miró con una sonrisa. Miré alrededor y comprobé que Camila le estaba bailando a facundo y Cele y Lean estaban a los besos como nosotros. Volví a besarla. Le saqué la remera manchada en vodka y la revoleé por el jardín. Josefina enseguida se volvió una loca, apretando su cuerpo contra el mío y moviendo su cintura hacia adelante y hacia atrás. Jose se paró, se dio media vuelta y se agachó hasta tocar el piso con las manos, dejando su hermoso culo a plena vista. No pude resistir un buen chirlo. Después de eso, volvió a darse vuelta y se arrodilló en frente mío. Me bajó el pantalón y el bóxer a la vez y enseguida empezó a chupar.
   Alrededor nuestro estaban Camila que se había sacado toda la ropa en un baile muy sensual a Facundo y ahora lo acariciaba desde atrás mientras él le comía la boca y al otro lado Celeste que ya había empezado a mamársela a Leandro. Josefina me hacía un pete a mí. La chupaba muy bien, moviendo su cabeza hacia arriba y había abajo, mientras sus manos acariciaban mi cuerpo. La lengua aparecía poco y nada. Lean parecía ser el que más disfrutaba de su mamada. Cami decidió evitar la mamada y le había sacado toda la ropa a Facu y se había sentado encima de él. Puse mis manos sobre la nuca de Jose y acompañé cada uno de sus movimientos.
   Leandro le dijo a Celeste que se parara, la agarró de la mano y se la llevó adentro de la casa de la cual no salieron hasta una hora más tarde. Camila se había sentado de frente a Facundo, con una pierna en cada lado y habían empezado a coger bien fuerte, Facu poniendo sus manos en la cola de ella y Cami sujetándose de los hombros de él. Josefina seguía chupándomela a mi, parecía que la volvía loca mamar una buena pija. Pero yo tenía ganas de más. Le dije que se parara y se sentara, pero a diferencia de su amiga, ella lo hizo de espalda, sacando su colita y haciendo que mi verga entrara derecho en su conchita. Emitió un gemido de placer apenas lo hizo. Yo la envolví con mis brazos y la tiré hacia atrás. Ella empezó a moverse bien rápido en forma de círculos, haciendo que mi pija girara alrededor de ella.
   - ¡Ay qué lindo!- Gritó después de un rato provocando la risa de su amiga.
   Los otros dos ahora cogían de parado. Ella tenía una pierna apoyada encima de la silla y él le daba desde atrás con sus manos sobre la cintura. Josefina seguía motivada en esa pose. Había puesto sus manos sobre mi nuca y mientras me revolvía el pelo yo le apretaba bien fuerte las gomas. Despacito fui bajando una de mis manos y la metí entre sus piernas y comencé a tocarle el clítoris. No pudo contener gritos y gemidos de placer a medida que mis deditos se movían.
   Después de un rato se puso en cuatro en el piso y yo me coloqué atrás de ella para seguir cogiéndomela bien fuerte. Facu y Cami ahora cogían en el piso, él acostado encima de ella que tenía las piernas totalmente abiertas. Ahora ambas gemían de placer. Sus cabezas quedaron a poca distancia y mientras recibían pijazos fuerte de parte de nosotros dos se miraban con cara de putas satisfechas.
   Camila fue la primera en acabar. Llegó a un orgasmo poderoso con un grito de placer único, justo cuando Facundo parecía más motivado y se la cogía bien fuerte y rápido. La miré con cara de placer y ella me devolvió la mirada de satisfacción mordiéndose los labios. Él que todavía tenía ganas de más se paró y se acostó en frente de Jose para que ella le chupara la pija. Cami se quedó acostada en el piso y mientras miraba de costado, se acariciaba todo el cuerpo.
   Ahora era el turno de hacer acabar a Josefina y no fue difícil. Yo le fui cogiendo bien fuerte la conchita mientras Facu le daba placer por la boca. Él puso sus manos sobre la nuca de ella para que no dejara de chupársela en ningún momento y cuando llegué a lo más rápido que podía, sentimos que acaba con un grito ahogado por la verga que tenía en la boca.
   Por último era nuestro turno. Jose se acostó boca arriba y yo desde la derecha y Facundo desde la izquierda nos empezamos a pajear frente a sus tetas. Ella esperó con ansias la lechita hasta que llegó. Primero yo, dándole una buena cantidad por todo el pecho y después Facu, acabándole más sobre el cuello y la cara.
   Después de eso, los dos nos fuimos a sentar sobre las sillas y mientras tomábamos un fernet, miramos como Camila y Josefina seguían disfrutando de sus orgasmos las dos tiradas en el piso, completamente satisfechas.


ANTERIOR

SIGUIENTE

1 comentario - Un ganador. Capítulo 40