Mariela, de la agencia.

Volvemos a la carga con el relato de Mariela.
Luego de la compra del auto, seguimos viéndonos un tiempo.
Quiero aclarar que un amigo de aquí, me felicitó por el LOMAZO de esta mujer…
Aquí quizás los desmotive un poco a algunos y reciba el apoyo de otros.
Mariela no tiene un lomo de modelo, y en realidad, yo no busco eso.
Mariela tiene el cuerpo de una MUJER, una mujer de verdad, sin operaciones y con años, como los que estamos transitando esta edad.
Debo reconocer otra virtud mas de esta mujer.
Tiene las cosas MUY claras, ya que no hace planteos raros ni fuera de lugar.
Yo se que ella es docente y que trabaja y ella sabe de mi estado.
Volviendo al relato, y como ella estaba de vacaciones, le aclaré que la hora del almuerzo es el único momento en que nos podíamos cruzar.
Como se volvió un poquito adicta, y eso me gustaba, me dijo que para no perder tiempo ni plata, ella me pasaba a buscar a la vuelta de la agencia e íbamos a su casa.
Mari vive en una casa, con un parque muy bien decorado. Un portón eléctrico y nada llamativa.
Desde el primer día me pidió que cuando estemos por entrar, me agache para que los vecinos no la vieran y así lo hice.
Tuvimos varios encuentros en su casa y la última vez me dijo que cuando empezaban las clases, o mejor dicho, los exámenes de marzo (que son a mitad de febrero) esto tenía que cortarse.
Me pareció un acuerdo justo, ya que los dos habíamos pasado un buen tiempo juntos. A mi ella me gusta por ser mujer de verdad y ella dice que le gusta estar conmigo porque le enseñé cosas que jamás pensó que haría.
Volvamos al relato, al llegar a la casa, me muestra las instalaciones y me lleva para el dormitorio.
Me dijo que iba al baño y yo me quedé observando el interior del cuarto, que sin decir nada, tenía una decoración normal, una cama matrimonial, las persianas casi cerradas y el aire prendido.
Cuando Mariela vuelve del baño, lo hizo con una túnica tipo japonesa, con un color rojo y negro muy interesante…
Abrí los ojos y murmuré un GUAU…
Y fue allí donde Mariela se fue abriendo lo que tenía y estaba totalmente en bolas, con el detalle que se había depilado toda…!
Al ver eso, mis ojitos empezaron a brillar y ya sabrán que tengo una debilidad muy grande por una conchita recién depilada…
La tomé de la cintura, la acerqué a mi y empecé a besarla de una manera muy dulce…
Me gustó por que había tomado una posición pasiva y me dejó hacer a mi gusto.
La recorrí toda con la lengua, jugué en su cuello, en su oreja, en sus pechos…
Le fui sacando la túnica y quedó en pelotas delante de mí.
Tenía las mejillas coloradas y la respiración agitada.
Ahí le pregunté que le pasaba y me dijo “Quiero que me chupes toda…” “Mas que el otro día…”
La recosté en la cama, levanté sus piernas, con un clásico patitas al hombro y empecé a disfrutar de esa COSITA HERMOSA, con piel de bebé…
Al empezar a recorrer toda su conchita, me doy cuenta que Mariela arqueaba cada vez más el cuerpo como queriendo que mi lengua llegara más atrás…
Al percibir eso, le levanté las piernas bien hacia arriba y le pasé la lengua por la cola.
Mariela gimió un SSSSSEEEEEEEEEEEE….! Medio ronco y con sus manos me agarró de la cabeza.
No hizo falta hablar.
La di vuelta, la puse en cuatro y empecé a besar, acariciar, lamer, salivar y todo lo que se les ocurra que un hombre puede hacer con su lengua en la cola de una mujer…
En un momento, Mariela estaba con la cola en pompa y se movía como una anguila.
Le pregunté si realmente le gustaba lo que le estaba haciendo y me contestó “Me encanta, pero me moría de vergüenza decirte que el otro día me hiciste sentir cosas que jamás había sentido cuando me tocaste la cola… No Pares por favor…!
Empecé a llenarle de saliva la cola.
Luego, seguí intentando introducir mi lengua en esa cola que empezaba solita a abrirse…
En ese momento, cuando la lengua entraba y salía de a poquitos de esa cola, con las dos manos le separé los cachetes de la cola y la penetré con la lengua hasta donde pude…
Mariela gemía y se movía sin parar y hacía fuerza con su cola contra mi cara.
En un momento, viendo que la cola estaba intacta, pero un poquito abierta, en tono de broma le dije “Bombón, aflojemos un poco porque si seguís con esta actitud, no voy a querer parar…
Mari, se puso en 4, se acomodó el pelo y girando la cabeza me dijo: “Mirá… Estoy re caliente y si no me lastimás, hoy te pido que me hagas todo lo que puedas” “Me da vergüenza decirte que me vuelve loca que me chupes el culo y que siento como se está abriendo solo…” “No pares…”
Le dí una escupida a esa cola y Mariela clavó la cabeza en el colchón y me gritó “Sos un hijo de puta” “Como me calentás” y solita se agarró los cachetes de la cola…
Al ver eso, me salivé el dedo índice de mi mano derecha y empecé a jugarle en círculos a esa cola que cada vez estaba más abierta.
En un momento, empecé a hacer presión con el dedo y de manera increíble, esa cola se lo comió todo en una cuestión de 5 minutos de estar jugando.
Como estaba bien lubricado con mi saliva, entró todo hasta el final y en ese momento, Mariela, que había empezado a transpirar se apoyó en sus codos y me gritó “Me encantaaaaa…..” “Que bien se siente eso…” y me preguntó: “Me estás cogiendo por la cola…?”
Grande fue su desilusión cuando le dije “No, bebé…” “Solo fue un dedito…” “Te gusta…?”
Me apretó el dedo con la cola, clavó la frente en el colchón y me dijo “Lubricame bien la cola con lo que quieras, y despacito, intentá metérmela…”
Entenderán, mis queridos compinches de PORINGA, que ante semejante pedido, la cabeza de cualquier hombre explota en mil pedazos…
Le pregunté si tenía alguna crema cerca y me dijo “Si, en la mesa de luz, pero apurate, no quiero enfriarme porque no quiero que me veas la cara…”
Salté de atrás de Mariela con destino a la mesa de luz, emulsión que tenía, la miró, mi confirmó con la cabeza y la besé…
Yo estaba al lado de Mariela, la que al recibir el beso, me montó y fue un deleite sentir como mi poronga, que para ese entonces era una piedra, entraba en esa conchita tan cerradita y que hasta ese momento, no la había tocado…
Me apoyó las dos manos en el pecho y se la clavó hasta el fondo.
Abrió los ojos y me dijo… “Te animás a seguir con lo que estábamos….?” “Tengo la cola que me hace pucherito…”
La di vuelta, sin hablar, le puse en 4, sus rodillas al borde del somier, me dediqué a todos los detalles para que nada salga mal y volví a comerme ese cola virgen.
Mariela, gemía como loca y me decía “SEEEEEEEEE” “Seguí…” “Hijo de puta….”
En un momento, luego de chuparlo todo, le mandé otra vez el dedo hasta el fondo. Entró como por un tobogán y Mari volvió a gruñir un “Seeeee….”
Eso me dio mas coraje y ya le jugaba con un dedo y luego con dos.
En un momento, cuando le entraron los dos, hizo un gesto como de dolor. Como me di cuenta, me quedé quieto y me dijo “No pares ahora, por nada del mundo…” Y Empujó la cola hacia atrás, hasta que los dos dedos desaparecieron en su cola…
Agarré la emulsión y le regué toda la cola. Me lubriqué toda lo poronga para que no haya punto de frote y le dije… “Querés probar?” Sin contestarme, empezó a mover su cola con mis dos dedos adentro de la misma manera que cuando estamos cogiendo, por ende, entendí el SI ROTUNDO.
Al estar toda lubricada, le saqué los dedos muy despacio.
La cola le había quedado un poquitín abierta.
Le apoyé la punta de la pija en la puerta de la cola y empecé a hacer un poco de presión.
Mariela, al darse cuenta, hizo fuerza en sentido contrario y en un segundo, la cebeza entró de una.
Mari, pegó un respingo y un gritito de dolor.
Le dije… “Quedate quieta y déjame a mi” “De bruta te mandaste la cabeza de un toque…” “Dejá que la cola se acostumbre”.
Como todo estaba tan lubricado, dejé pasar unos momentos y empecé a hacer presión despacito.
Mariela, desde el otro lado, ya relajada, volvió a hacer fuerza contraria y de a poco, entró toda.
Cuando terminó de entrar, pegó un gruñido hermoso que me hizo temblar….
En ese momento, giró la cabeza y me dice “Siento tus bolas contra mi concha…” “Me estás haciendo el culo, hijo de mil putas…!” “Me encanta….” “Que hago ahora…?”
Debo reconocer que me calentó mucho que me insulte. Fu ahí que le dije “Ahora Mari, no vas a hacer nada que no quieras, pero no voy a parar hasta llenarte la cola de leche…” “Hoy te vas a quedar con toda mi lechita adentro y vas a ver que se siente…”
Mientras le acariciaba la espalda, empecé con el movimiento del mete – saca pero muy lento.
Jamás se la saqué por miedo a que le costara entrar de nuevo…
En un momento, el movimiento era mutuo. Estábamos los dos enloquecidos.
Mariela gritaba “POR FAVOR” “Esto está buenísmo” “Quiero más”… “Dame bomba….”
Mi cabeza estaba por explotar, así que me agarré de sus caderas, subí mis piernas al colchón y desde arriba, empezamos un movimiento enloquecido los dos…
Mariela en un momento, se queda quieta, me presiona la poronga con la cola, me asusté y me quedé quieto…
Le pregunté si estaba bien y de un grito me dijo “Seguí, hijo de puta” “Voy a acabarrrrr….”
Volví como loco a darle con todo y en un momento siento como un chorro de sifón y Mariela cae a la cama.
Se le salió de la cola, y como yo estaba tan caliente, volví a puertearla cuando Mari me dice, “Pará, me duele ahora”
Le puse más emulsión y le dije “Amor, hoy tengo que acabarte adentro…”
Pensé que se iba a enojar, pero se abrió los cachetes otra vez y me dijo “Me volviste tu puta…”
“Rompeme, papi…” y luego de apoyarle la punta, por la lubricación, entró toda y volví a embestirla.
Mariela, empezó a levantar la cola, y tomé eso como un signo de aceptación.
Me volvió loco y le dí tanto hasta que acabé a los gritos…
Mari, me dice “Siento la leche adentro… que sensación mágica…” “Damela toda…”Acabé todo lo que tenía adentro de esa colita. Me quedé quieto y se salió.
Me recosté al lado de ella y me dio un beso en la boca.
La abracé y le dije “Gracias…” Ella, me tomó la cara, me devolvió el beso y me dijo “Gracias a vos, por ser tan suave… por ser el primero… por darme el gusto…” “El otro día me morí de vergüenza pero te iba a pedir que no pares…” “Hoy me animé…” “Me encantó…” “Me dolió solo un poquito” “Creo que voy a querer más…”
La miré asombrado y le dije “AHORA…?” Se rió y me dijo “NI EN PEDO…” “Me va a costar sentarme hoy, pero de esta tarde, no me la olvido más…”
Me dijo, “Andá a bañarte, tenés que volver a trabajar”. “Si no te vas, hoy, te secuestro…”
Le hice caso, cuando salí del baño, me esperaba con un vaso de gaseosa y me dijo.
“Te quiero, me encantás…” “Cogeme así, siempre, hasta que esto dure y se acabe…”
Charlamos dos minutos y le dije que me iba. Me pidió que tenga cuidado con los vecinos.
Luego, nos matamos a mensajes de whatsapp.
Debo reconocer que soy un agradecido a las mujeres…
Y eso del cuerpo, no es tan importante.
Espero sus comentarios.

15 comentarios - Mariela, de la agencia.

JuanManuelBravo
me encanto el relato, sacale fotos a mariela para nosotros es lo unico q le falta de condimento al relato te felicito y si la queres enfiestar conta conmigo jajaja
raulos2
Tremendo el relato che
ldrja
Impecable, me hice adicto a tus relatos...
Groxtox
De 1ra.. Muy buenos tus relatos! Matarían unas fotos para complementar
ferchus2008
me gusto como le hiciste la cola lo voy a provar con mi mujer ya q nunca se la hice te felicito
gaturro009
un fenomeno,..excelente relato
vergacorti
Excelente relato. Te cuento que me sentí muy representado loco, a las minas hay que cuidarlas y hacerlas gozar. Saludos y puntos
m4riano_22
Excelente esas son las mejores mujeres
gust7387
La verdad que muy buena relato como siempre. Gracias por compartir