Un ganador. Capítulo 14

Un ganador. Capítulo 14

Esta es la historia de Emanuel, un ganador de 24 años que tiene anécdotas muy interesante para contar, llenas de chicas y amigas y por supuesto con muchas historias sexuales. Esta historia es ficción, sin embargo eso no quiere decir que no se basa en algunos hechos reales…


Capítulo 14: Verdad o fondo
   - ¡Sí sí! ¡Dale cogeme! ¡Cogeme Ema! ¡Dale!- Me gritaba Marisol a los dos días.
   Después de un mensaje de “Estoy sola en casa. Venís?” que me mandó, no dudé en tomarme un colectivo e ir directo al grano apenas llegué. Después de unos besos y un poco de toqueteo, nos fuimos directo a la pieza para coger. El viernes a la tarde volvió a pasar lo mismo. El sábado a la noche, nos encontramos después de salir de fiesta y nos fuimos hasta un telo cerca de mi casa. La semana siguiente nos vimos casi todos los días: El lunes y el martes en su casa, el miércoles en la mía, el viernes a la noche otra vez en la suya y el sábado nuevamente en el telo. Marisol se estaba volviendo en mi amante del verano. Facundo pareció darse cuenta cuando vio que me subía al taxi en el que estaba ella cuando me pasó a buscar el otro sábado a la noche por la puerta del boliche. “Vi con quien te fuiste” me escribió por mensaje. Pero a pesar de que le respondí al día siguiente de que no le dijera a nadie, Leandro, Cristian y Juan Pablo ya se habían enterado.

   Con los chicos del club nos seguíamos viendo. Salimos un fin de semana después de comer en la casa de Javi como ya era costumbre, pero en vez de terminar en “La casa del cielo” como solían terminar mis noches, yo decidí irme con Sol a su casa para una buena noche de sexo.
   - ¿Qué vamos a hacer?- Le pregunté después de contarle que los chicos ya se habían enterado de lo nuestro.
   - Nada.- Me responde mientras se ponía la remera.- ¿Qué querés que hagamos? Ema, todo bien, pero Camila hace dos años que está de novia, si todavía le molesta que yo me acueste con vos es una pelotuda.

   Pero la cosa se complicó el miércoles a la tarde cuando nos enteramos que Camila se había peleado con Patricio. Nos contó que hacía un tiempo que venían mal y que se terminó enterando de que él se estaba cogiendo a una compañera del trabajo. Parecía destrozada cuando nos lo dijo, y a pesar de que Flavia y Celeste la consolaban, no paraba de llorar. Tampoco ayudó mucho el hecho de que Clara y Cristian volvieran a ponerse de novios a los dos días.
   - Estuvimos juntos en el cumple de Ema.- Nos contó Cris a todos ese viernes a la noche cuando nos juntamos a comer.- Pero no le dijimos a nadie porque la verdad no teníamos ganas. Desde entonces que nos estamos viendo, tratando de aclarar las cosas. Venimos bien, la verdad que la extrañaba un montón. Así que decidimos volver.- Concluyó la historia abrazándola.
   Esta noticia le cayó bastante mal a Camila, que todavía seguía algo dolida por cortar con su novio y no ayudó en nada cruzarlo al loco con una mina en el boliche cuando salimos a bailar. Cami se puso a llorar como una condenada y Flavia, Marisol y yo, que éramos los únicos que no nos habíamos separado del grupo, tuvimos que salir de boliche y acompañarla hasta la casa. Al final como Flavia era la que vivía más lejos, no pudimos irnos juntos con Sol ya que iba a ser muy obvio.

   A pesar de que Febrero avanzaba, el verano parecía no terminar y como Marisol no tenía compromiso alguno y yo había decidido tomarme light la facultad (algo que después iba a terminar cambiando) nos seguíamos viendo casi todos los días. En su casa, en la mía y los fines de semana terminábamos en un telo cerca de donde ella vivía. Pero el viernes 17 algo iba a cambiar.
   Nos juntamos en lo de Lean con el fin de comer algo y después salir, pero tuvimos poca convocatoria. Solo éramos Facundo, Camila, Celeste, el dueño de casa y yo. A pesar de eso decidimos juntarnos igual. En lo de Leandro empezamos a comer y a la hora de los tragos salió el clásico juego de verdad o fondo blanco (te hacen una pregunta y decidis si responder la verdad o tomarte un fondo blanco), lo cual es bastante capcioso, porque si te hacen una pregunta que es sí o no y vos tomás, es obvio que era la respuesta anterior.
   Celeste empezó preguntándole a Facundo si le había metido los cuernos a Soledad y él sin problema respondió que sí. Después de una vuelta me preguntó a mí si le había metido los cuernos a Natalia y le respondí que sí. Ante la mirada sorpresiva de Camila, ella me preguntó con quién y yo decidí hacerme un fondo blanco a responderle. El problema es que no podés hacer dos fondo blancos seguidas (tampoco se pueden repetir las preguntas), por lo que cuando Camila me preguntó a la vuelta siguiente si le había metido los cuernos con Marisol no me quedó otra que…
   - Sí.
   Las chicas me miraron sorprendidas y los chicos empezaron a cagarse de la risa. Había mantenido oculta esa noche durante un año y después de unos cuantos vasos de fernet salió a la luz por sí sola. A pesar de que mi intención era seguir jugando para esquivar el tema, las chicas solo querían preguntarme sobre eso. No les respondí mucho más de que fue una sola vez antes de que se vaya de viaje y evité el tema. Hasta que…
   - ¡Para!- Dijo Celeste cayado a todos.- ¡El día que ella vino vos te quedaste hasta el final! ¡Y el otro día los dos se fueron juntos re temprano! ¿Están saliendo?
   Mi cara debió ser tan evidente que a pesar de que dije gracias, los cuatro se dieron cuenta que algo pasaba. Nuevamente las miradas de sorpresa y las risas fueron lo principal de la noche. Pero a partir de ese momento comenzó la escena de celos de Cami, que muy disimuladamente me tiraba palazos para hacerme entender que no estaba del todo contenta.

   Salimos a bailar y de a poco se fue olvidando del tema. Facundo enseguida se encontró con una minita que se estaba comiendo en ese momento, Y cuando Leandro y Celeste se fueron a la barra a buscar algo fue cuando Camila me siguió preguntando por el tema. Yo evité varias respuestas, pero fue tan evidente que ella solo quería hablar de eso que le terminé preguntando si se ponía celosa.
   - La verdad que sí.- Me respondió con sinceridad.- Como que yo tuve la posibilidad de estar en algo con vos hace unos años y no lo hice por ella. ¿Y ahora ella hace esto? ¡No da!
   - Pero vos estabas de novia Cami…
   - No importa.- Me cortó enseguida.- Sabe que me voy a poner celosa. Vos y yo tenemos una historia re larga y no da. Ya fue…- Pero no quedó ahí, ya que al cabo de un rato agregó: Te confieso que estaba pensando en volver con vos, en decirte que nunca tendría que haberle hecho esa problema a Sol. Pero bueno, vos la elegiste a ella…
   No se porque lo hice, capaz que la posibilidad de volver a estar con Camila, o el hecho de que estaba bastante entregada en esa situación, pero la terminé besando. Empezamos a tranzar en el medio de la pista, sin que nos importara nada y sin darnos cuenta de que Lean y Cele habían vuelto y estaban bailando a metros de nosotros esperando que termináramos nuestro beso. Pero yo quería más.
   - Vámonos.- Le dije al oído con una caricia por su cara.
   Ella no pudo decirme que no y sin saludar a los chicos encaramos apra la puerta y nos subimos al taxi. Fuimos para un telo que yo había ido con Nati una vez que estaba cerca de mi casa y cuando lelgamos pedimos por una habitación. Entramos y empezamos la masacre.
   Al principio nos matamos a besos por toda la pieza. Ella me empujó contra un sillón que había y mientras nos íbamos sacando la ropa recorríamos toda la habitación. Al final me terminó tirando a la cama y mientras se subía gateando terminó sentada sobre mi panza. Ella solo tenía el culote puesto y yo el bóxer. Me agarró las manos y las estiró hacia los costados, dejándome casi inmóvil y empezó a mover su cuerpo hacia adelante y hacia atrás. Cada vez que su conchita se acercaba a mi boca yo estiraba la lengua y le mojaba cada vez más el culote negro que tenía puesto. No daba más, estaba totalmente húmeda.
   Logré soltarme las manos, la agarré de la cintura y la acosté boca arriba en la cama. Bajé por su cuerpo y le bajé el culote hasta sacárselo y metí mi cara entre sus piernas. Le chupé la conchita mientras con mi mano jugaba con su clítoris. Ella gemía de placer con cada movimiento que daba. Puso una mano en mi nuca y apretó bien fuerte, haciendo que mi cara se enterrara en su concha, que estaba completamente mojada. Mi lengua se movía para todos lados.
   Volví a liberarme y me arrodillé bien cerca de ella. Me saqué lo que me quedaba de ropa y sin dar vueltas le enterré la verga hasta el fondo. Ella pegó un grito de placer apenas lo hice. Le agarré las manos como ella había hecho antes y las lleve hasta arriba de su cabeza, ahora ella estaba dominada. Empecé a cogérmela despacio, sacando y metiéndole la pija bien suave y sensualmente. Movía mi cuerpo hacia atrás y hacia adelante, pero a su vez lo hacía en círculos. Ella me miraba fijo a los ojos, con la boca entre abierta largando suspiros de placer con cada movimiento que daba.
   - Haceme acabar.- Me dijo casi como suplicándome.
   Volví a arrodillarme y de un solo movimiento la di vuelta poniéndola en cuatro sobre el colchón. La tomé por la cintura y nuevamente se la metí a fondo, pero esta vez no fui despacio, ni con sensualidad, le cogí bien fuerte la conchita. Ella ya no gemía, gritaba de placer. Mi verga entraba y salía casi por completo de su concha, mientras mis manos en su cintura controlaban que ella no se pudiera mover. Camila gritaba como loca de la excitación. La calentura nos tenía al palo a los dos.
   Volví a arrodillarme y la di vuelta nuevamente. Levanté sus piernas hasta ponerlas en mis hombros y volví a cogérmela bien fuerte. Ella no paraba de gemir y de gritar. Tenía los ojos cerrados, la boca abierta y las manos estiradas agarrando bien fuerte las sábanas. Podía sentir como el semen avanzaba por mi verga deseoso de salir.
   Se la saqué justo a tiempo para llenarle la concha, la cola y las piernas de leche. Una cantidad impresionante salí de mi pija en varios chorros hasta su cuerpo. Ella respiraba aceleradamente, la calentura era más que nosotros. Iba a haber tiempo para una segunda vuelta en la ducha.
Salimos del telo y ella me dio un beso bien fogoso. Le pregunté si quería que volviéramos a entrar para terminar de sacarnos las ganas por completo con un tercer polvo, pero ella me dijo que no.
   - Ahora cuando estés caliente, quiero que me llames a mí.- Me dijo antes de subirse al taxi.- No a la putita esa de Sol.
   Esa noche empezaba la competencia.


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