Un ganador. Capítulo 2

Un ganador. Capítulo 2

Esta es la historia de Emanuel, un ganador de 24 años que tiene anécdotas muy interesante para contar, llenas de chicas y amigas y por supuesto con muchas historias sexuales. Esta historia es ficción, sin embargo eso no quiere decir que se basa en algunos hechos reales…



Capítulo 2: Mi cumpleaños 18 (La casa del cielo)
   Mi segunda vez no se hizo esperar, pero no fue como yo creía. A pesar de que Camila me seguía hablando y de que seguíamos manteniendo una relación excelente, no se daba una situación para volver a estar. Hubo otras fiestas en lo de Lean, pero no lograba convencerla de que fuéramos a la pieza. Llegué a pensar de que la había pasado mal, pero cuando le pregunté, me dijo que le había encantado, que ya se iba a dar una segunda vez. Solo tenía que esperar.
   Lean y Cristian, que habían notado como me acercaba cada vez más a Camila, me preguntaron si había algo entre nosotros dos, pero yo lo desmentía. No sé por qué, pero no quería que se enteraran por el momento. Creía que si les contaba, se iba a enterar todo el mundo y así Cami me iba a mandar a la mierda. El único que sabía era Facu.
   - Te vi como te ibas con Cami de la mano el otro día.- Me dijo el Martes después de la fiesta a la salida de la escuela.- ¿Qué onda?
   Así que le conté que habíamos estado. Después de algunos chistes y algunos comentarios de felicitaciones, aceptó no contarle a los chicos por más que insistía en que tenía que decirles. Nicolás, podría decirse que era mi enemigo de la secundaria porque siempre le tuvo ganas a Camila y después a Marisol, sabía que algo había pasado. Notaba como me iba acercando a ella, como le hablaba siempre y como nos mirábamos cada vez que hablábamos. Pero por el momento todo quedó ahí.

   Noviembre arrancó y con el, los exámenes de fin de año llegaron, pero sobre todo llegó mi cumpleaños. El 29 de Noviembre, la fecha más importante del año para mí, caía domingo ese día, lo que significaba que el sábado había que festejar. Pero por más que intenté organizar algo con los chicos de la secundaria, hubo un grupo que me ganó de mano.
   - Olvidate. El sábado comemos en casa un asado y después salimos de joda con los chicos. Como todos los cumpleaños.- Me dijo Javier.
   Javi era uno de los chicos del club. Desde hacía unos años habíamos armado un grupo de futbol bastante copado entre varios pibes del club. Javier era el capitán y tenía todo para serlo. Además de ser un pibe fachero, musculoso, con levante, tenía un carisma muy grande. Con 21 años trabajaba en la barra de un boliche, iba al club todos los días y siempre andaba con dos o tres minas a la vez. La plata, lo ayudaba mucho. Era el eslabón principal del equipo. Pablo y Damián eran sus dos mejores amigos, con 20 y 18 años respectivamente. Dami, además, era con el que mejor me llevaba yo. Tomás, Lucas, Franco e Ignacio conformaban el resto del grupo. Los demás, fueron variando a lo largo de todo el año, por cuestiones de estudio o de trabajo.
   Y era casi como una tradición reunirse para los cumpleaños en la casa de Javi, comer un asado, salir a bailar y terminar en “La casa del cielo”. Si, un putero, bulo, casa de trolas, como quieran llamarlo. Todo empezó cuando el padre de Javier lo llevó para su cumpleaños de 18 y ahí él decidió que todos sus amigos debían pasar por la misma suerte. ¿Y quién se iba a negar? Así que uno por uno, los chicos fueron cumpliendo 18 y fueron a debutar a “La casa del cielo”, y así cada vez que cumplían años. Las únicas excepciones se habían dado cuando alguno de los chicos estaba de novio.
   - Si vos estás jodiendo, está bien.- Decía Javier siempre.- Pero cuando estás de novio hay que ser fiel.
   Ese comentario siempre estaba seguido de algunas risas de los otros, ya que todos sabíamos que Javier le había metido los cuernos a su ex unas mil veces.
   Así que el sábado 28, después de una tarde de calor en el club, un partido de futbol con los chicos y un rato mirando a las chicas de hockey, nos fuimos a bañar y después a la casa de Javi para el tradicional asado de cumpleaños. A las 12 los chicos empezaron a cantarme el feliz cumpleaños y después de brindar me dediqué a leer los mensajes que me habían llegado al cel. “Feliz cumple hermano” me mandó Juanpi. “Feliz cumpleaños Ema. Te mando un abrazo” escribió Lean. Y así hasta el mensaje de Cami “Feliz cumple. Sabes que te quiero mucho y que sos muy importante para mí. No veo la hora de que volvamos a estar solos como la otra noche para que pueda darte tu regalo”. Y eso me calentó un poco. Pero esa noche no iba a ser ella la del regalo.

   Salimos a bailar y los pibes se encargaron de que yo no pase desapercibido. A cada chica que pasaba por al lado de la ronda donde estábamos le decían que era mi cumpleaños y la obligaban a saludarme. Algunas ponían cara de odio y se iban, otras simplemente un beso en el cachete y un “Feliz cumple” seco. Pero algunas se animaron a más. Una rubia muy linda me dio un beso en la boca, pero cuando intenté hablarle salió de la ronda y se fue corriendo. Otra aparte del beso se me quedó hablando hasta que sus amigas la vinieron a rescatar. Y así hasta las 5 de la mañana que nos empezaron a echar.
   - Bueno. ¿Vamos?- Les preguntó Javier a los demás una vez que estábamos todos afuera al lado de los autos.
   Los chicos le respondieron con gritos y aplausos. Era obvio que hablaban de ir a “La casa del cielo” y yo no estaba en contra para nada. Pero los nervios de coger con una puta profesional no se me iban. Nos subimos a los autos y empezamos a andar. El viaje se hizo bastante largo a pesar de que los pibes pusieron música y cantaron todo el trayecto. Cuando llegamos, era una puerta vieja que conducía a un pasillo que daba a una casa casi al centro de la manzana.
   - ¡Javier!- Lo saludó una mujer de unos 40 años vestida con un short muy apretado y una remera casi transparente que hacía que se le vean las inmensas gomas operadas.- Tanto tiempo. ¿Hay cumpleañero hoy?- Le preguntó al ver que entrábamos todos.
   - Sí.- Le respondió Javier saludándola.- Él.- Añadió señalándome a mí.
   - Ah pero que lindo que es.- Le dijo la mujer mirándome.- ¿Cómo andás bebé?- Me saludó dándome un beso.- Yo soy Mabi y mis chicas son las mejores.- Añadió mirando al resto que asistieron con gritos y aplausos.- ¡Shhh! Cállense que hay gente que quiere intimidad.- Añadió mirando al resto.
   - Bueno Mabi.- Le dijo Javi acomodando al resto de los chicos en las sillas.- ¿Y las chicas?
   - Te tengo una mala noticia.- Le dijo ella yéndose hacia una puerta trasera.- No está Rubí.- Pude notar que era la favorita de varios al ver la cara de desilusión de ellos.- Pero está Afrodita y Lorelei. Y tengo una nueva pero no te la recomiendo para un regalo de feliz cumpleaños.
   - No te hagas problema Mabi.- Le dijo Javi riéndose.- Mm traele a Lore que seguro lo va a tratar bien.
   - Dale.- Le dijo ella con una sonrisa.- La llamo. Pasá por la habitación 3 nene.- Añadió mirándome a mi.
   Me paré y con algunso apalusos de los chicos empecé a caminar por el pasillo hasta la habitación 3. Cuando pasé por la 1 escuché como una mina gritaba loca de placer y al caminar al lado de la 2 vi que estaba entre abierta y pude ver a un tipo de unos 30 años cogiendo con una morocha infernal. Llegué a la 3 y pasé. Era una habitación toda celeste con una cama grande en el medio y dos luces tenues también celestes. Al lado de la cama había una mesa con una caramelera llena de forros y al otro lado una armario abierto donde se veían algunos trajes bastante hot, unas esposas, un látigo y algunos consoladores. No me dio tiempo a revisar mucho más cuando se abrió la puerta y entró una rubia divina. Alta como yo, con unas piernas tremendas, con un vestidito bien transparente y un corpiño y una tanguita celeste, pelo lacio brillante y largo hasta la mitad de la espalda y unos ojos que combinaban con el color de la habitación. Tenía unas tetas preciosas y un culo espectacular. Me sonrió después de un “Hola” casi sensual.
   - Así que es tu cumpleaños.- Me dijo caminando hacia el placard y cerrando la puerta.- ¡Feliz cumple! Agregó tirándose en la cama y acariciando el lugar que había quedado al lado de ella en señal de que me acostara ahí.- Vení. No tengas miedo.- Agregó sonriendo otra vez.
   Yo fui caminando lento y me acosté al lado de Lorelei. Ella me empezó a acariciar el pecho arriba de la camisa y con una sola mano me fue desatando los botones. Siguió así hasta que tuve el pecho totalmente descubierto y después se fue acercando para besármelo. De manera muy sensual me fue rosando todo el cuerpo con los labios hasta llegar a la cintura. Ahí cambió rotundamente de actitud. De manera casi violenta me agarró el pantalón, me lo bajó de un saque junto con el bóxer y mi pija saltó al lado de su cara de lo dura que la tenía. La agarró con una mano y me miró a los ojos.
   - Como regalito de cumpleaños te la voy a chupar sin forro bebé.- Me dijo y después se la metió de lleno en la boca.
   Era una sensación increíble. Lorelei era una experta mamando. La chupó un buen rato pasándole la lengua por cada centímetro, dándole besos a la punta y dedicándole un buen rato a los huevos. La escupía, la agarraba con las dos manos, me pajeaba, no podía creer lo bien que esa mujer la chupaba. Sentía que podía llegar a acabar en cualquier momento, pero trataba de hacer fuerza para no llenarle la cara de leche.
   Después de una buenísima mamada que para mí fue eterna, se paró y fue a buscar un forro a la mesa. Aproveché para sacarme la ropa tirándola al piso y ella se sacó el vestido quedándose con el corpiño y la tanga. El detalle, era que el corpiño tenía dos agujeros por los que se veían los pezones y la tanga se abría en dos a la altura de la concha, por lo que después de ponerme el forro de manera muy sensual y con las dos manos, se paró encima de mí y fue bajando hasta que tuvo mi verga bien dura adentro suyo.
   Su primera reacción fue de sorpresa. Como dije antes, era un pendejo de 18 años, pero tenía una verga bien gorda y de 20 centímetros, por lo que sentirla, la iba a sentir igual. Así empezó a cabalgar como loca sobe mi pija. Traté de sacarle el corpiño para manosearle las gomas, pero ella me dijo que no, así que lo único que pude hacer fue tocarle las tetas un rato. Ella había puesto sus manos en mi pecho y haciendo presión me iba cogiendo bien rápido. Sentía como mi verga baila adentro suyo, mientras ella mi miraba de manera sensual.
   Cuando pasó un rato me dijo si quería que se ponga en cuatro a lo que yo le dije que sí sin dudarlo. Se acomodó contra el borde de la cama, y cuando tuve su culo en primer plano se la metí. Enseguida sentía como la leche se juntaba en la punta de mi cabeza. No aguanté ni unos segundos que empecé a acabar una enorme cantidad de leche que terminó en el forro.
   - Muy bien nene.- Me dijo Mabi cuando salí de la pieza. Lorelei había salido unos minutos antes que yo.- ¿La pasaste bien? ¡Obvio que la pasaste bien!- Agregó antes de pudiera contestarle.- Bueno, cuando quieras podés volver.
   E iba a hacerlo. Lo que ella y nadie más sabían, era que Loereli me había dicho que le había encantado mi verga y que la próxima vez quería que le acabe en las tetas. E iba a hacerlo.


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3 comentarios - Un ganador. Capítulo 2

Rammstein_95-11 +1
Me gusta el formato de la historia. Bastante original.
HistoriasDe
Gracias! La idea es ir contando distintas historias a lo largo del tiempo. Espero te gusten
mimilau +1
Muy bien relatado, no pude dejar de imaginar cada palabra... Así me gusta...

Gracias por compartir!

Besos

Mimilau