Anecdotario - Janet

Hola, sinceramente hace tiempo que queria postear, pero como la prosa no es lo mio, he dedicado estos ultimos años a mirar, leer y tratar de comentar.
Lo sé, mal lo mio... Pero escribir es un arte y como tal hay que aprenderlo...
Pero bueno, me he puesto a pensar que a mi edad uno tiene tantas anecdotas, que seria bueno compartir algunas si es que las letras me lo permiten.
Aclaro que no van a estar ordenadas cronologicamente, y su continuidad en el tiempo (vamos, que si voy a seguir escribiendo), dependera de si a uds les gusta lo que tengo para contar.

Voy a comenzar diciendo que soy un adicto al sexo. Sí, no puedo vivir sin sexo. Pero mal.
Y no me importa si es mujer, hombre, ambos, juguete sexual o fruta. Tengo que dar y recibir.
Si no tengo sexo, una buena paja no alcanza. Tiene que ser una paja "con accesorios". Que por suerte hay sexshops ahora, porque antes, los juguetes los "fabricaba".
Y asi me ha llevado la vida, buscando siempre un lugar donde enterrar el boniato al precio que sea, incluyendo entregar mi cola si es necesario (y a veces aunque no sea necesario).
Seamos realistas, el sexo es lo que mueve al mundo. El dinero? Nah. El dinero es el vehiculo. El fin no es el poder. El poder es el medio.
El sexo es el destino.
Basta de chacharas y a los yuyos...

En una de mis epocas malas de la vida, tuve que vivir en una pension... Casa de inquilinato, alojamiento, hospedaje, you name it.
Mi habitacion era de las mas amplias y caras, ya que tenia un buen ingreso pero en esa epoca no podia arrendar mi propio apartamento y lo desquitaba tratando de tener algun lujete por donde podia.
Un dia, una nueva inquilina aparecio en la pension... Alta, cerca de 1.85 te dire, porque para mirarla a los ojos tenia que mirar hacia arriba, morocha, pechos normales para esa altura, 19 años...
A los efectos de esta historia, voy a decir que se llamaba Janet. Por su historia, venia del campo a la ciudad a tratar de labrarse un futuro y en el campo habia dejado a un hijito de 4 años al cuidado de sus padres.
Ni que decir, que apenas la vi empece a pensar en como entrarle.
Esa pension tenia baños compartidos y cada uno de ellos tenia una pequeña ventana/banderola que daba a un pozo de aire.
Ese pozo de aire daba a la azotea. Cada vez que veia que se iba a bañar, sobre todo en verano, me escapaba a la azotea con la excusa de colgar ropa lavada o recoger ropa seca para ir y ver si podia espiarla por la ventana.
Y podía.
Y me tocaba.
Y descubri que necesitaba su cuerpo.
Esos pechos.
Esa vulva...totalmente depilada.
Busque ganarme su confianza. Charlé con ella en cada oportunidad que se me cruzó.
Y fue receptiva...
En mi habitacion tenia una tele bastante grande y con cable, por lo que en una oportunidad mencione que me iba a ir a acostar temprano porque daban una pelicula que queria ver. Ella comenzo a comentar que le habian dicho que era una linda pelicula, que los actores, que bla bla bla... Senti que me estaba dando pie a que la invitara y asi lo hice.
Al principio comenzamos a ver la pelicula. Hasta que en un momento, los protagonistas se estaba haciendo un masaje.
Y me dijo que ella sabia dar masajes. La mire y le dije "Que estas esperando para demostrarlo?"
Mientras seguiamos mirando, ella me hacia unos masajes no super, pero lindos. Mi libido estaba a full.
Despues de un rato, le indique que si queria, yo tambien podia mostrarle que sabia hacer masajes.
Acepto. Gol.
Hasta ahora, nadie que haya recibido mis masajes se ha resistido a lo que viene despues.
Empece a masajear su espalda comenzando por arriba, luego la cintura. Me mantenia por encima de la ropa.
Cuando llegue a la media espalda, a proposito le hice sentir que me molestaban los breteles del sosten. Sin preguntarle, tan solo con un "Permiso", se los desprendi a traves de la ropa. Dio un pequeño respinguito, como reaccionando que la puerta de escape se habia cerrado detras de ella.
En ese momento supo que su suerte estaba hechada.
Mis masajes en su espalda fueron cada vez mas convirtiendose en una caricia, la cual lentamente comenzaba a perder los limites de su espalda y se iba transformando en un masaje de cuerpo entero. Suavemente, mis manos entraron en contacto con su piel bajo la ropa.
En un momento en que entrecerro sus ojos, fue cuando mis manos tomaron sus pechos desde atras. Turgentes, firmes, suaves.
Su cabeza se fue hacia atras, hacia mi hombro.
Ya era mía.
Converti las caricias en un abrazo. El abrazo le quito la blusa. El abrazo se convirtio en un beso.
El beso en una caricia con mis labios que recorrieron la superficie expuesta de su piel. Me entretuve en sus pezones, sintiendo como se ponian tensos para poder ser comidos adecuadamente.
Cuando llegue al short de jean, me entretuve rodeando su ombligo con mis labios... mientras mis manos se hacian cargo de desprenderlo...
Con ambas manos acaricie hacia arriba todo el costado de su cuerpo... Cuando baje ambas manos haciendo el camino inverso, se llevaron el short consigo hasta la altura de las rodillas.
De inmediato, senti el aroma de su sexo invadiendo mi mente. Cuando comence a descender hacia ese tibio sitio del deseo, me tomo la cabeza para detenerme, como preguntando qué iba a hacer.
Con una caricia en sus manos, me solte y segui mi camino.
Despues lo supe. Nadie jamas habia comido de su fuente.
Y lo disfruto. Lo supe por sus jadeos, sus gemidos, sus manos empujandome hacia ella, sus temblores.
Cuando ya casi no podia respirar, en un hilito de voz me dijo:
"Te quiero adentro."
Y yo nunca supe decir que no a eso.
Su vagina tibia y humeda me esperaba ansiosa.
Reconozco que me costo no irme enseguida.
Tuve que moverme muy lentamente para poder disfrutar cada segundo de su calor sin entregarme a la danza de las cien mil hormigas.
Una vez conseguido el ritmo, el vaivén comenzo su ritmo mientras comia su cuello, sus orejas, sus labios.
El calor inundaba nuestros cuerpos, nuestra traspiracion lubricaba el contacto de nuestos torsos..
Cuando comenzo a temblar nuevamente, cuando comence a sentir los espasmos de su vagina alrededor de mi miembro, mi cuerpo dejo de responder a mis comandos y explotó.
Ella abrazandome fuerte me sujetó.
"No te muevas... quedate asi..." me dijo de manera tierna y suave...
Y luego agregó...

"ES QUE ME ARDE!"