Los Primos...

Aproximadamente un año después de casarme, la familia de mi mujer nos invitó a pasar las fiestas de fin de año al campo, cerca de Talca, el hermano de mi suegro tenía una hacienda bastante grande, con muchos árboles frutales, bosques, viñas, y en general mucho espacio verde, caballos y ganado.

Como buenos citadinos mi mujer y yo, no estábamos acostumbrados a muchas de las costumbres del campo, pero sus primos se demoraron muy poco en incorporarnos a sus paseos y actividades.

La fiesta de fin de año reunió a casi toda la familia de mi señora, estaban todos sus primas y primos, mis cuñados, cuñadas y sus respectivas parejas, niños corriendo por todos lados, bueno así son las familias… bueno casi todas.

Los primos de mi mujer a pesar que eran hombres acostumbrados al campo, también trabajan en minería en el norte de Chile, jóvenes de 30 años bien fornidos, buenos para el vino, los asados, correr en moto, en caballos y padres prolíficos, casi todos ya tenían al menos dos niños.

Con mucho agrado me incorporaron a sus actividades diarias, y me fueron contando de su trabajo y de la gracia del campo, que entre ellas me llevaron a la bodega del diablo, así le decían a la bodega donde su padre guardaba el vino que cada año se producía para consumo de la familia.

Luego de una mañana probando variados mostos y sin comer, el vino hizo el efecto natural y antes de almuerzo con los primos ya éramos como hermanos, muchos abrazos y muestras de cariño.

Alzamos las copas innumerables veces, por mi matrimonio, por mi mujer, que la cuidara, que si me veían metiéndome con otra mujer me darían una zurra de aquejas, en fin unos primos como todos… bueno casi todos.

A eso de las tres de la tarde llego mi mujer y cuñadas a buscarme para ir almorzar a casa de otra tía cerca de Linares (100 km de allí), al verme que con dificultad hablaba y que no me podía mantenerme en pie, me llevaron a la casona para que descansáramos la curadera. Nos dejaron allí, prácticamente solos en la casona.

No supe cómo me quedé dormido, ni cuantas horas dormí, sólo me desperté cuando ya era de noche. La casona estaba a oscuras, no había señales de la familia, aún muy mareado me dirigí al patio a buscar a los primos, no había señales de ellos y pensé que aún estarían en la bodega del diablo, y caminando despacio logré llegar.

Al llegar a la bodega había luz tenue, no se escuchaban boses, solo risas y algo parecido a gemidos, así que me asome con mucho cuidado y allí estaban los dos primos y mi cuñado, me quede impresionado de lo que vi. Los tres estaban casi desnudos, delgados y lampiños, botella de vino en una mano y en la otra su polla erecta, brillaban con la poca luz que había. Se me aceleró el corazón a mil, pensé que aún estaba soñando con viejos sueños húmedos de juventud.

A mi cuñado lo llamaban el Negro, estaba arrodillado ante los dos primos, tenía un culo redondo como de una mujer y un pene muy pequeño, les lamía la cabeza de la polla a cada uno, unos minutos cada uno, esa imagen me generó un cosquilleo en el estómago, había visto videos, fotos pero sentir los gemidos, el olor a polla extrañamente me excitaron, tuve una erección instantánea.

Los primos tomaban la cabeza del Negro y cada vez que le chupaba la polla con violencia le tomaban la cabeza le introducían la polla hasta el fondo, generando arcadas que apenas dejaban respiran al pobre. Eso me calentó aún más, fue inevitable sacar la mía y empezar una suave paja, el olor y los gemidos, aunque suaves del Negro, me excitaban muchísimo.

Luego de unos minutos, los primos tomaron al Negro y lo pusieron boca abajo sobre unas sillas de montar alineadas en unos cabestrillos, con el culo expuesto se dedicaron a lamerlo, le introducían la lengua y los dedos, el Negro se retorcía de dolor, mejor dicho de placer, ambos primos lamieron y prepararon ese culo para el sacrificio. Uno de ellos que llamaremos el Flaco, el de la polla más delgada y muy larga, obligo al Negro a mamársela y dejarla muy mojada, se dirigió al ojete al culo de nuevo, apuntando primero y empujando suavemente después, al sentirla el Negro emitió un gemido ahogado por tener la polla del otro primo en su boca.

Esto pareció calentar aún más al Flaco que lo tomó de ambas caderas y empujo con violencia, insertando la polla de un golpe hasta el fondo, el Negro gimió y pataleo tratando de sacarse al polla del culo pero ambos primos lo afirmaron y siguieron embistiendo con aun más fuerza, la violencia de los embates me hicieron poner mi polla como hierro y los quejidos del Negro me tenían muy excitado, tanto que ya me pajeaba con ambas manos casi sin esconderme de ellos.

El Flaco lo penetraba con fuerza, y no soltaba las caderas del Negro, ambos transpiraban como bestias, su rostro rojo lleno de sudor no ocultaban el placer que sentían de poder encular al Negro que tenía un trasero muy parecido a una mujer.

Mi polla ya no resistía tanta excitación. El orgasmo llegó, mudo y violento, entre ambos primos contenían al Negro y casi en el aire el Flaco lleno su culo de esperma y gemidos, permanecieron unidos unos momentos y al sacar la polla de ese culo, que se veía apetitoso, ya a esa altura yo también quería disfrutarlo, salían los fluidos entre esperma y sangre a borbotones.

Lejos de terminar el otro primo que le decían el Crespo, con una polla muy gruesa y corta en comparación al Flaco intentó ocupar su lugar, apunto la polla al chorreante culo y de un empujón metió la mitad, el Negro gimió y pataleo una vez más, pero ya a esa altura no había más fuerzas, después de un tercer intento el Crespo metió su polla hasta el fondo, y con la misma violencia anterior se dedicó a romper y meter la polla una y otra vez, la sacaba completa y la volvía a meter hasta el fondo, el sonido que emitía ese culo me llenaba los oídos y el olor a semen y sudor me tenían cada vez más excitado, hasta que finalmente tuve una eyaculación como nunca había tenido.

Mientras me recuperaba el Crespo termino su tarea, acabo en la cola del Negro con un gemido animal, gutural, igual de violento que el Flaco… se recuperaron de a poco, el Negro no podía ponerse de pie, y los primos lo abrazaron y besaron, consolándolo y pidiéndole perdón, ambos lo besaban y los acariciaban, se agacharon y le dieron una mamada al diminuto pene del Negro, en unos minutos el Negro también eyaculó en la boca de los primos, besos y abrazos de nuevo, se vistieron de apoco, tomando vino en la misma botella y felicitándose por lo buen hombrecito que era el Negro.

No podía creer lo que había visto, pero más aún no podía creer que me había excitado como nunca, mi mejor paja, mi más larga eyaculación y algo desconocido, no sabía que ver a tres hombres me podía calentar tanto, más aún si eran Los Primos, finalmente Mis Primos….

3 comentarios - Los Primos...

KaluraCD
Los Primos...


Muy buena historia !!!

Gracias por compartir 👍
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los mios.
fl22lf
tremendo relato como me calento
luju78
por dios q lindo relato. me la pusiste re dura.