Todo se lo debo a mi vieja.

Todo empezó una tarde de verano. Yo estaba con la computadora en mi pieza. Como era un día soleado, acerque una silla al lado de la ventana y me senté, puse la computadora en mis piernas y apoyé los pies en la cama. En síntesis me puse algo cómodo.

Empece a hacer un trabajo para la escuela cuando escucho el sonido de la puerta de atrás de la casa de mi vecina. Al mirar, veo que mi vecina va caminando hacia la reposera. Tenia una flor de pileta y un patio bastante grande y yo desde mi pieza lo podía ver. Cuando veo que se sienta, se saca la remera y se acuesta. Tenía puesto una bikini de color rosa, con un short negro y anteojos. Se puso a tomar sol. Tengo que decir que era una vecina muy linda, con un buen físico, rubia, de unos 35 años y en ese momento hacía poco que había quedo soltera. Yo más de una vez, cuando la veía en la vereda, le tenía ganas y no ganas de barrerle la vereda. ¿No se si me entienden? Estaba muy buena.

Volviendo a ese día, yo me quede fijo mirándola por varios minutos hasta que mi mamá me llamó desde abajo (vivíamos en una casa de doble piso). Yo le contesté muy rápido para volver a mirar a mi vecina que ya me estaba calentando un poco. Cuando volví a mirarla, estaba acostada boca abajo pero sin el short. Ese momento en que vi su hermosa y delicada cola quedé hipnotizado. Quedé parado como un bobo. Me la imaginé varias veces pero nunca tan perfecta, tan redonda. Me acerque un poco más hacia la ventana para poder verla mejor y justo mi mamá me llamó otra vez pidiéndome que valla a comprar algo. Yo, inconcientemente, embobado por lo que estaba viendo, le contesté o mejor dicho le grité mirando hacia la ventana, es decir, hacia afuera. Obviamente mi vecina escuchó lo que dije y miró hacia mi ventana. Yo no sabía donde meterme. Lo primero que hice fue salir de ahí y bajar. Tenía un cagaso bastante grande de que viniera la vecina y preguntara si la estaba espiando. Por suerte no vino y eso me tranquilizó.

Al pasar los días, yo cada vez que salía me fijaba si estaba mi vecina afuera para no verla y me dijiera algo. A la semana y media, suena el timbre de mi casa. Atiende mi mamá. Yo en ese momento me estaba bañando. Era la vecina. Cuando mi vieja me dijo, "era la vecina" yo me quede helado con los ojos abiertos. Mi mamá me dijo que necesitaba a alguien para bajar unas cajas que tenía arriba de un ropero y le pregunto si conocía a alguien. Mi vieja no tuvo mejor idea que me iba a mandar a mí. Yo la quise matar a mi vieja. No me quedo otra que ir. Me imagine todas las situaciones posibles de lo que podía pasar. Ya me la venía venir. No iba a terminar bien.

Al otro día fui. Eran las 6 de la tarde más o menos. El trayecto de la puerta de mi casa hasta la de mi vecina fue muy estresante. Cuando toque timbre, rogué que no estuviera. Pasaron 3 o 4 minutos y no abría nadie la puerta. A mí se me estaba haciendo una sonrisa en la cara hasta que escucho que dicen: ¡Ya voy! En ese momento maldecí a mi vieja en todos los idiomas. Me recibió de la mejor manera, yo tenía miedo de que me diga algo pero no. Muy simpática y hermosa como siempre. Fuimos derecho a la pieza donde estabas las cajas. Era una pieza extra digamos porque estaba todo desordenado. Me subí a una silla para poder agarrar bien las cajas y que no se me caigan mientras ella me miraba. Estaban bastante pesadas, ese fue el motivo que ella me dijo de porqué no podía bajarlas. Necesitaba a alguien con fuerza, como vos, me dijo. Yo me reí. No se si me estaba cargando o me tiró una indirecta. Terminé de bajarle todas las cajas y me fui hasta la puerta de entrada ya que ella estaba allí. Le pregunté si necesitaba algo más y me dijo: No,gracias. ¿Vos necesitas algo? Yo la miré extrañado por la preguntaba y le dije que no. Ah bueno, porque el otro día si necesitabas algo ¿No?, me respondió con cara de seria y mirándome a los ojos. Yo me puse de todos colores y no sabía que responder y que hacer. Me quedé callado mirando hacia el suelo. Espero que no lo hagas más porque sino voy hablar con tu mamá y no te va a gustar, me dijo. Bueno, lo prometo y gracias, le respondí. Pero como castigo vas tener que venir a ayudarme con algunas cosas como viniste hoy sin ninguna excusa ¿Entendiste?. Sisi, entendí y me fui derechito para mi casa. Me quería morir. Igual, pensadolo bien la saque bastante barata.

Al sábado siguiente me tocó ir. Me recibió nuevamente muy simpática. Entré y me dijo que tenía que juntarle unos escombros que estaban en el patio y sacarlos a la calle. En vez de estar con mis amigos en alguna pileta disfrutando tenía que pagar el castigo. Mientras yo entraba y salía por el garaje con la carretilla, ella se puso bronceador y se puso a tomar sol. Esta vez con una bikini blanca. Solamente la miré 2 veces porque no quería cometer el mismo error. Estaba muy hermosa y muy sexy también. Cuando el calor empezó a bajar, yo hice el último viaje. Nunca había trabajado tanto. Dejé la carretilla en un galpón y me acerque a ella que seguía tomando sol. Ya terminé. ¿Me puedo ir?
¿Ya terminaste? Qué rápido y que obediente. Me gusta que los chicos de ahora sean cumplidores. ¿No queres tomar algo fresco? Dejame que te dé algo porque sino tu mamá va a decir que no te doy nada.
Entramos y fuimos hasta la cocina. Mis ojos se perdieron en esa maravilla de cola que tenía. Pero solo por pocos segundos, lamentablemente. Me dio jugo para tomar. Mientras disfrutaba del jugo ella me miraba con una sonrisa.
Tengo otros trabajos para vos. ¿Mañana podes?
¿Mañana?
Si, mañana o queres que le diga a tu mamá.
Nono, mañana si puedo
Bueno, mejor así. Pero vení una hora antes que hoy porque sino no vas a terminar
Yo la miré con ganas de mandarla a la mierda pero me contuve.

Al otro día fui. Con más ganas de seguir durmiendo o haciendo otra cosa más interesante. Toque timbre y desde adentro me dijo que entrara que estaba abierto. Entré lo más lento posible, sin ganas de saber nada con los trabajos que tenía que hacer. Llegué hasta la cocina y estaba agachada mostrando toda la cola con una calza negra que le marcaba todo. Ahí me desperté y me calenté. Ella se dio vuelta y me dijo ¿Cómo estas? con una remera blanca escotada. Estaba para que la cojan ya mismo. Estaba vestida como una perra. Y mis ganas de cogérmela aumentaron.
Me pidió que con el barre fondo sacara todas las hojas de la pileta mientras ella barría la vereda del patio. Un ojo en la pileta y otro en ella. En un momento ella deja de barrer y me dice:
¿Qué calor hace no?
Si, bastante.
Y ella se hace un nudo en la cintura de la remera. Cada vez más se ponía más perra y yo estaba bastante caliente. Siguió barriendo pero no por mucho ya que fue hasta dentro para tomar agua. Yo la veía por una ventanita. Volvió al patio pero se sacó la calza y también la remera. Por supuesto tenía puesto una bikini. Caminó hasta la pileta acomodándose la bikini y se metió. Sumergió todo su divino y hermoso cuerpo. Cuando salió me dijo:
¿No te querés meter? Total ya sacaste casi todas las hojas
¿Y pero los otros trabajos?
¿Cuáles otros?
Los que me dijiste ayer. Por eso vine un hora antes
Ah no, era lo de las hojas. Nada más.
Yo la mire con cara de " para esto vine". La quería ahogar.
Dale, metete me dijo.
Con el calor que hacía y el solo hecho de pensar que iba a estar con semejante mujer dentro de una pileta, fueron motivos suficientes para que me metiera. Me saque la remera y las zapatillas y al agua. Estaba ideal el agua. Me despertó aún más. Al verla a ella, con el pelo mojado y sus tetas que eran vistosas, me hacía recordar todo las cosas que me imaginaba con ella. Ella se me acercó y me sacó una hoja que había quedado en mi cabeza. Ambos nos miramos a los ojos y sentimos que algo iba a pasar entre nosotros.
¿Cuando me vas a decir que estabas haciendo el otro día?
Yo volví a mirar hacia abajo y le dije la verdad.
¿Y porque no me lo dijiste de entrada?
Y porque no sabía que ibas a hacer.
Me lo hubieras dicho y no te hacia trabajar. Por no decir la verdad, tuviste que pagar un castigo.
Bueno, no sabía. Pensé que se lo ibas a decir a mi vieja.
No, no soy así. Ya sos grande y creo que entre nosotros lo podemos solucionar. No necesitamos a tu mamá. Como ahora, ¿no? Estamos los dos solos, en la pileta, con calor o ¿queres que venga tu mamá a buscarte?
Nono, no quiero que venga.
Ah bueno, mejor porque tengo ganas de hacer algo con vos ya que me confesaste lo del otro día. Espero que te guste.
Se me acerca y me empieza a besa muy lentamente. Yo me quede inmóvil. Ella era la que besaba. Me agarro de mi cintura y me hizo caminar hacia atrás hasta la escalera y me sentó en los escalones de arriba. Se me subió arriba mió y me siguió besando. Podes besarme, no muerdo me dijo con voz sexy. Y empece a besarla también y a tocar su cuerpo con mis manos. Sus manos estaban en mi cuello. Los rayos de sol nos pegaron bastante por lo que fuimos a la cocina. Antes de llegar, ella me sacó el short y ella misma se desprendió la parte de arriba de la bikini. Eran dos globos hermosos. No sabía que hacer. Si mirarlos, tocarlos, chuparlos o todo junto. Ella era la que mandaba. Yo sentía que jugaba de visitante. Los besos fueron más rápidos y fogosos. Estábamos muy calientes. Sus pezones estaban muy duros al igual que mi pija. Y ella lo noto ya que me lo agarró con sus dos manos mientras me miraba a los ojos. Luego se agachó y empezó a chuparlo. Tuve que apoyar mis manos en la mesada de la cocina porque sino me caía. Tenía mucha fuerza con sus manos y principalmente con su boca. Debo admitir que tenía mucha experiencia chupando porque fue uno de los mejores sexos orales que recibí hasta ahora. Mucho no vi como me la chupaba porque yo miraba hacia arriba disfrutando del placer que me daba. Antes de que acabara se levantó y se sacó la parte de abajo de la bikini y se subió arriba de la mesada y me dijo:
Tu turno, pendejo.
Yo como un sirviente, empece a chupársela. Nunca me la voy a olvidar. Para mí era hermosa, como todo su cuerpo. Sus gritos no tardaron en llegar y yo me excité más de lo que estaba. Mi lengua iba y venía. De derecha a izquierda. De arriba hacia abajo. Lo disfruté tanto como ella hasta que acabó. Su último gemido fue de una relajación que hacia rato no tenía. Se bajó de la mesada y me dijo:
¿Todavía te queres ir?
No, le dije, ¿Tengo que hacer algún otro trabajo?
Si, seguirme.
Y fuimos hasta su pieza. De un cajón sacó un preservativo y se acostó en la cama. Yo fui directo arriba de ella. Me puse el preservativo con una velocidad que hasta hoy no se como hice. Su concha ya tenía bastante uso, a pesar de que estaba soltera, así que la primera penetración fue de una y sin problema. Ella gimió pero fue un gemido incitador para que yo se la meta otra vez y más fuerte. Y así fue. Fue algo hermoso pero a la vez muy placentero. No podía creer que me estaba cogiendo a terrible mujer y lo más lindo fue que era mi vecina que al principio no quería. Tengo que decir que cuando me la cogí le dí por placer y también por bronca por haberme hecho trabajar. Y ella lo disfrutó que la cogí así. Ambos la pasamos bárbaro. Lo disfrutamos mucho.

Ya en la puerta y después de haber vivido todo esto, nuestra relación no fue la misma.

3 comentarios - Todo se lo debo a mi vieja.

marido_cornudo +1
Que lindo relato che te digo que se me re paro