El Inseminador

Era un 13 de julio lo que parecía un día cualquiera , sin más
aliciente que saber que me quedaba un día menos para quedarme de vacaciones en
agosto. Eran las ocho y media de la mañana cuando salí de casa rumbo a la
oficina, prometía ser un día muy caluroso. Perdon por no haberme presentado: Me
llamo Alberto, tengo 34 años y estoy soltero, no porque no haya tenido
oportunidades sino más bien porque considero que no estoy hecho para vivir en
pareja. He tenido dos relaciónes que me han terminado agobiando más que dando
satisfaciones , asi que he decidido vivir la vida con amigos sin atarme a nada
ni a nadie, me gusta vivir en soledad. Fisicamente os diré que mido 1,85 y en el
gimnasio he conseguido un cuerpo atletico del cual me siento orgulloso. Soy
moreno de piel y con pelo bastante negro. No creais que soy muy amante de la
noche aunque no voy a negar que los sabados me gusta tomarme unas copitas con
los amiguetes, pero prefiero madrugar los días que tengo libre y largarme al
campo a escalar, hacer puenting, rafting o todo aquello que me haga liberarme de
mi adrenalina semanal.


Bueno, como os iba diciendo, aquel 13 de julio estaba
trabajando en la oficina como otro día normal cuando a las doce más o menos se
acerco a mí Ivan.


- Alberto, ¿ porque no te vienes esta noche a cenar con Laura
y conmigo?, tu que eres un aventurero nos gustaría proponerte una cosita.


- ¿El que?


- Vienes a cenar y hablamos.


- Ok . ¿ A que hora estoy en tu casa?


- A partir de las 8 , cuando quieras.


Iban es un compañero de trabajo , con el que mejor me llevo,
la verdad es un tio cojonudo en el que se puede confiar. La verdad es que le
estoy muy agradecido, porque fue el quien me consiguío mi puesto de trabajo .
Tiene 30 años, es bajito y delgado, con las gafas y traje es la típica
fotografía del oficinista trabajador esta casado con Laura , una chica de 27
años , bajita, más bien delgada con unos pechos en su justa medida y unas
piernas que aunque no son muy largas cuando lleva minifalda son capaces de
desviar mi atención. Lo mejor es su cara, una cara angelical, ojos azules
intensos pelo negro con melena por debajo de los hombros y una piel siempre
tersa y suave. Yo siempre le digo :" Laura como una belleza como tú puede andar
con un tipo como este ( refiriendome a su marído Ivan) " y ella siempre sonrie
enseñando unos dientes blancos y perfectamente colocados.Es bastante timida ,
asi que , no me gusta hacerle demasiadas bromas. Con Ivan me llevo muy bien pero
el hecho de que esté casado y que no le gusten los deportes de riesgo hace que
pocas veces estemos juntos.


Esa noche llegé a su casa, Ivan estaba con un mandil,
terminando de hacer la cena. Laura me saludo con dos besos y noté en su cara
excesiva timidez. Cenamos ,(por cierto , Ivan cocina maravillosamente bien),
luego destapamos el champan que habia llevado yo como colaboración a la cena y
por fín hablo Ivan:


- Bueno, llego el momento de decirte lo que te quería contar.


- Soy todo oidos-. respondí.


- Quiero lo que te voy a decir no salga nunca jamas de aqui,
aceptes o no aceptes si no me lo prometes no voy a continuar.


- Joder Ivan , ni que no me conocieras. Lo prometo.


- Vale y tambien quiero que aceptes o no aceptes lo que te
voy a decir , no afecte en absoluto en nuestra relación ni de compañeros ni de
amigos. ¿ Seras capaz?


- Si no me pegas una paliza y me dejas medio muerto , lo
prometo.


- Alberto, no estoy bromeando.


- Prometido de verdad. Ni saldra de mis labios , ni va a
afectar en nada, pero sueltalo ya que me estoy poniendo nervioso.


Laura estaba completamente muda, sonrojada e incapaz de
mirarme a los ojos. Aquella actitud me preocupaba y me empezaba a asustar.


- Bueno, pues.... como ya sabes llevamos 5 años casados, y no
tenemos hijos , hemos consultado médicos, realizado pruebas y al final se llegó
a la conclusión que mi semen no vale, todos mis espermatozoides estan muertos,
asi que , solo hay una solución y es inseminar a Laura con el semen de un
donante. Lo hemos pensado mucho y es una idea que no nos gusta en absoluto, que
alguien desconocido nos preste un espermatozoide,asi que hemos pensado que
tu.... nos podías hacer ese favor


Se hizo un pequeño silencio y luego continuó:


- Nadie lo sabria nunca, el hijo sería mío y no saldría de la
boca de ninguno de los tres.


- Vale ¿ Como lo haríamos?


Se sorprendieron de que contestara con tanta prontitud.


- ¿ Estarías dispuesto?


- Si, con la promesa de que nadie se enterara, si.


- Vale, pero pide lo que quieras, dinero, lo que necesites,
queremos pagartelo de alguna manera.


- Ivan, tu y yo somos amigos, los amigos no se pagan los
favores.


- Ya pero este es uno un poco especial. Bueno, habíamos
pensado que tu podrías entrar en una habitación... depositarías el semen en un
tarrito esterelizado y luego yo con una jeringa y una pequeña manguera lo
introduciría dentro de Laura.


Me quede pensando por un momento y luego se me ocurrio:


- Vamos a ver, yo estoy dispuesto a donar mi semen, y tu me
has dicho que pida lo que quiera, pues yo si tengo que donar mi semen quiero
hacerlo yo directamente...


Se miraron los dos.


- ¿ Estas diciendo que quieres acostarte con Laura?


- Estoy diciendo que la insemino yo, no estamos hablando de
sexo , estamos hablando de depositar mis celulas dentro de tu mujer. Tu me has
dicho que pida lo que quiera a cambio, pues eso es lo que quiero hacer. Ademas
de esta forma garantizamos de que nadie lo va a largar jamas.


Laura hizo un gesto con el hombro como asumiendo que tendría
que ser asi y no le quedara otra opción.


- Vale-. dijo Ivan-. esto no estaba en nuestros planes pero
acepto, no me queda otro remedio. Tendria que ser pasado mañana, es cuando Laura
debe de ovular.


- Trato hecho.


Pasaron dos dias y por la mañana Ivan me confirmó, que Laura
estaba ovulando , se habia hecho la prueba y lo confimaba asi que quedamos a las
ocho en su casa.


Abrió la puerta Ivan , se veia bastante nervioso.


- Hola Alberto, pasa.


- ¿Que tal?


- Bien, bueno, no se , esto es muy raro, no lo termino de
asimilar pero con tal de ver a Laura feliz y cumplido su deseo de la maternidad
pasare por donde tenga que pasar-. dijo con una voz de resignación .


- Ivan, confia en mí.


- Confio Alberto, de verdad. Laura esta en el dormitorio
preparandose, cuando quieras puedes pasar.


- Tu ¿ no entras?


- No, Alberto, no creo que lo pueda aguantar.


Abrí la puerta de la habitación y Laura estaba de pie
colocando algunas prendas en un cajon, tenía puesto un camisón que dejaba
trasparentar su desnudez. Laura me miro con ojos llorosos y me susurro un
saludo.


- ¿ Como ... lo hacemos?


Aquella pregunta me puso a cien.


- Me tendre que quitar la ropa.


Mientras me desnudaba, ella permanecía de pie , frotandose
las manos y los brazos con nerviosismo.


- Como tu quieras Laura.


- No se, tu diras, estoy muy nerviosa, temo que me va a
doler.


Me quite mis canzoncillos y aparecio mi pene, del que por
cierto no me puedo quejar, tiene unos veinte centimetros pero el glande es mucho
más ancho que el tronco de un color rojo , parece que va a reventar. Laura lo
miro con cara de sorpresa saliendo de sus labios una palabra:


- Vaya.


Le mire y le pregunte el porque de ese "vaya". Me dijo que
nunca habia estado con otro hombre que no fuera su marido y que era más pequeña
que la que yo le enseñaba, y que mi glande le daba hasta miedo al verlo tan
ancho..


- ¿ Vamos?


- Vale.


Se quito el camison, y ante mis ojos apareció una preciosa
mujer con los pechos redondos, no demasiado grandes, con unos pezones rosados en
contraste con la blanca piel, en el pubis apenas tenía pelos, permitiendo ver la
hendidura del placer. Solo pensar que aquella carne se abriría para que yo la
penetrara hacía que mi pene pareciera reventar. Luego se hecho en la cama de
forma muy lenta hasta llegar a estar totalmente acostada perdiendo la mirada en
el techo. Me acerque hasta el borde de la cama y abrio sus piernas , ante mi
tenía unos labios pequeños , rosados, coronados por un clitoris que se negaba a
aparecer. La mire durante un minuto, luego me coloque entre sus piernas, puse el
glande en sus labios y empece a avanzar. Sin dejar de mirar a la lampara , ella
se puso a quejar, decía que le hacía daño y no pude continuar.


Intente penetrarla varias veces pero no había manera, estaba
tan tensa , tar rigida que era imposible avanzar. Tenía los ojos llenos de
lagrimas. Entonces le pregunte si me dejaba hacerlo a mi manera. Ella me dijo
que si. Puse mi cara entre sus piernas, que ella hizo ademan de cerrar, le toque
la tripa para calmarla y se relajo. Comence a saborear con mi lengua los labios
resecos, luego su clitoris y con mucho cuidado introduje mi lengua dentro de
ella, alli estaba el sabor inconfundible que tiene una mujer, notaba el nectar
que comenzaba lentamente a aparecer. Su respiración era cada vez más agitada y
se empezaba a mover. Metí un dedo en su interior, mientras mi lengua recorria su
rosado clitoris , se retorcía de placer, se dejaba llevar por los sentidos, tuve
la sensación de que estaba preparada y que debía de aprovechar que aquel agujero
estaba lleno de jugos que no paraban de manar.


Me volví a poner entre sus piernas apuntando mi glande hacia
su interior, aprete sentamente y el glande la atraveso. Solto un leve gemido ,
ahora era de placer. Se llevo la mano a la boca y se mordío el dedo para evitar
emitir el más leve sonido. Seguí atravesando aquel tunel hasta que enterre todo
mi falo dentro de aquella preciosidad. Me moví poco a poco , llenandola de
placer, mi glande reventaba, sentía las paredes estrechas rozar todo mi ser. Me
agarro los brazos , sintiendo mis musculos en tensión, gimiendo levemente con
cada envestida. De repente una convulsión recorrio el cuerpo de Laura, era un
orgasmo, tuvo que apretar fuerte los labios para no gritar. Quedó relajada
mientras yo seguia y se puso a llorar. No podía seguir bombeando mi pene
mientras veia caer las lagrimas.


Le pregunte que le pasaba. Me dijo que hacía como cuatro años
que no conseguia correrse y que aquello habia sido el mayor placer que había
sentido en toda su vida. Que no se lo podía creer. Me salí de ella, la cogí por
la cintura y le dí la vuelta, se puso a cuatro patas, agacho su cabeza contra la
almohada y dejo abierto aquellos labios lubricados . Acerque mi pene , apunte a
su agujero y se la clave. Gimio de manera que creí que su marído nos habia
escuchado. Le agarre por los gluteos y empece a moverme , mis huevos deban
contra su clitoris, aumente el ritmo y de pronto me paré, descargue dentro de
ella toda mi leche y ella la notó porque volvio a retorcerse de placer.


Ahora tiene una niña preciosa que todos dicen se parece a su
marido. Ni que decir tiene que alguna que otra vez hemos vuelto a acostarnos
esta vez sin el permiso de Ivan. Perdona.

2 comentarios - El Inseminador