De personal trainer a padre (parte 2)

Hola a todos nuevamente. Hoy vuelvo para contarles la continuación de cómo cambió mi relación con la familia de Eduardo, un amigo de la escuela.

Como comenté en el relato anterior me volví el entrenador personal de Francisco y María Elena (el padre y la madrastra de mi amigo), luego de esas pequeñas vacaciones en la costa comenzamos a planificar cómo hacer para que ambos pudieran tener su sesión de ejercicios. Así que acordamos que a la mañana, mientras María Elena estaba trabajando y los niños dormían Francisco y yo íbamos a hacer ejercicios y, por la tarde, mientras Francisco trabajaba y los niños estaban en la escuela María Elena y yo tendríamos nuestras sesiones jeje.

En poco tiempo de entrenamiento tanto Francisco como María Elena ganaron un mejor estado físico, ambos se sentían más vigorosos y con mayor energía. Claro que como ambos entrenamientos eran diferentes las condiciones físicas de cada uno también lo eran. A la mañana a la casa de Eduardo (quien trabajaba todo el día) y hacía la rutina con Francisco, salíamos a correr, íbamos al gym y, de vez en cuando, íbamos a la piscina. Sólo lo hacíamos una hora o dos por día, luego, nos duchábamos (cada uno por su lado, nos turnábamos) y yo me ponía a estudiar para la universidad hasta que llegara la hora y volviera a la casa María Elena y Francisco llevara a los chicos a su escuela, así luego, él se iría a su empleo. Y con maru la rutina de ejercicio cambiaba a trote, un poco de gimnasio (la mayor cantidad de aeróbico posible ya que no quería hacer peso) y natación la hacíamos de vez en cuando. La rutina la cambiábamos al final por una ducha juntos o alguna sesión de masajes energizantes.

Al principio con María Elena no hacíamos mucho en tono íntimo (más que besos o algunas caricias), ya que teníamos que calcular bien los horarios para los chicos y por si venía Eduardo o Francisco. Pero siempre, nos mandábamos mensajes y ella me mandaba alguna que otra foto por correo (cosa que me encantaba ver en casa). Al cabo de una semana, ya cómodos con a los horarios pudimos empezar a estar más tranquilos.

Hasta aquí solo conté a grandes rasgos la rutina diaria que se vivía en la casa de mi amigo.

Era un día como otro, a eso de las 9 de la mañana fui a buscar a Francisco para comenzar la rutina diaria, la cual pasó sin mayor novedad, hasta la llegada de María Elena fue un día plenamente rutinario. Francisco se fue a llevar a los chicos a la escuela y de ahí el se dirigiría al trabajo, por más que no era época de vacaciones Eduardo se hizo una escapada por una semana a Uruguay para ver a unos amigos suyos que habían abierto un local allí; así que no tendríamos que preocuparnos para hacer rápido la rutina.

María Elena fue a cambiarse, yo me quedé en el living tomando mate y mirando la tv, al cabo de unos minutos María salió con su ropa de ejercicio (remera blanca suelta, calzas negras bien apretadas que hacían que se le marcara todo su culo y la raja de la concha, y unas zapatillas rosas).

- Wow, no sé qué te pusiste de raro hoy, estás muy linda, más sexy de lo normal.
- Jajaja, no seas tonto, no me puse nada raro, esta calza es vieja, pero no me entraba, gracias a vos ahora si me entra ¿Te gusta cómo me queda?
- Si si, me encanta. Pero además de eso, se te siente diferente, más sensual, ¿algún perfume nuevo?
- No, nada, todo igual… ¿¿¿No será que sos medio animalito no???
- Puede ser… ¿Por qué?
- Porque en estos momentos estoy ovulando, dicen que las feromonas se sienten en el aire, por lo menos los machos lo hacen jajaja.
- Tal vez sea eso… Bueno, vamos.

Emprendimos la rutina básica diaria, salimos a dar unas vueltas a una plaza que queda a 5 cuadras, no es necesario que comente que estuve al palo todo ese tiempo, trataba de olerla, de estar bien cerca, a veces me retrasaba para mirarle el culo y otras me adelantaba para verle las tetas rebotar). Pero, en el momento en que terminamos la primer vuelta, sin aviso ni premonición comenzó una gran tormenta y tuvimos que volver. Como era esperado llegamos todos empapados, en ese momento María se me acerca y me dice “¿Y si para ahorrar tiempo, agua y que ninguno de los dos tome frío nos bañamos juntos?”. Esa pregunta vino seguida de un beso con lengua… Ahí mismo empecé a desvestirme mientras ella salió del baño.

Al cabo de unos instantes María Elena vuelve envuelta en un toallón, entra al baño me sonríe y hace unos movimientos sexys (moviendo la cintura de un lado al otro) mientras se saca el toallón, dejándose ver desnuda en su plenitud. En ese momento solo me faltaba sacarme el bóxer, en el cual se me generó una carpa muy pronunciada. María me mira y mientras se arrodilla y entre sonrisas dice “Uh, que paquetito… ¿tiene un regalo para mi?” y me baja el calzón dejando mi miembro completamente erecto, cuando me bajó el calzón mi miembro estuvo a punto de pegarle en la cara, pero pudo esquivarlo; me miró, se rió, abrió la boca y ahí mismo introdujo mi pene en su boca y comenzó a mamarme la verga con mucha pasión.

Fue una chupada maravillosa, no pude aguantar mucho, me corrí todo en su boca, María tragó sin dejar escapar una sola gota de su boca, pero me dijo “espero que eso no haya sido todo lo que tenés, porque aun quiero más”. A lo cual le dije que no, que me viera la pija, que no se me había bajado ni un centímetro, todo para seguir con ella por toda la tarde. En eso me la agarra con una mano mientras se levantaba y me tiro de la pija para entrar a la ducha, a lo cual no me resistí.

Una vez los dos dentro de la bañadera (que tiene ducha) comenzamos a abrazarnos y besarnos por todo el cuerpo. Nuestras manos pasaron por todas partes de ambos cuerpos, mientras la besaba y le acariciaba una teta con una mano y con la otra me hacía una paja, ella con una mano me agarraba el culo y con la otra se tocaba la otra teta o se masturbaba el clítoris; después íbamos cambiando de lugares las manos y los besos, en un momento ella levanto la pierna para apoyarla en el borde de la bañera y yo me agache para darle una chupada de concha con muchas ganas, mientras con una mano le tocaba una teta y con la otra las nalgas y hasta, a veces, le metía algún dedo en ese maravilloso ano; ella, mientras gemía y se tocaba o me acariciaba la cabeza, seguí así hasta que acabó en mi boca y yo bebí todos sus exquisitos jugos. Luego de eso me levanto, la beso, sigo acariciándola y ella se voltea apoyando todo su culo en mi miembro; la beso por el cuello y con mis manos la abrazo, paso mis manos por sus pechos, su vientre y su monte de venus, la masturbo y María se estremecía de placer. En eso comienza a inclinarse hacia adelante y encorva su espalda, dejando la entrada de su vulva justo para la cabeza de mi glande.

Sin pensarlo 2 veces la penetré y ahí empezó el juego del mete-saca, el bombeo. Maru comenzó a gritar, le agarraban como choques de electricidad, tenía espasmos y me pedia más y más. Yo la tomaba de la cintura y cadera para penetrarla más profundo, ella gemia de placer y al acercarse al orgasmo María Elena comenzó a aferrarse a mis muñecas con sus manos…

- María, voy a acabar, no aguanto mucho más…
- Dale Till, no te aguantes, acabame adentro, quiero recibir a todos tus chicos dentro mío, quiero que desplieguen una gran fiesta dentro mío.

Y ahí mismo eyaculé todo mi semen dentro de la madrastra de mi amigo, la había agarrado con tanta fuerza que dejé mis dedos marcados en su cintura.

“Ah! Sí, eso es lo que quería, siento a todos los chicos jugando en mi interior” Me dijo mientras se incorporaba. Se arrodillo y me limpio la verga con su boca, cuando se levantó dijo “Una jaboneada y vamos ya a mi cama, antes que llegue Francisco y los nenes”. En ese momento le decía que si a cualquier cosa que me propusiera, estaba en las nubes yo. Ella se baño y salió a buscar rápido una toalla y así, de paso, me daba un minuto para bañarme bien yo.

Al volver envuelta en la toalla me mira con una sonrisa de felicidad muy grande y me dice:
- Me acaba de llamar Francisco, va a salir un poco más tarde del trabajo por el temporal, y así hacer un poco de tiempo para que baje el nivel del agua ya que se inundó la zona donde vive la madre. Y si no baja el agua no puede ir a buscar a los chicos. Me dijo que no me asuste si llegaba alrededor de las 20 o 21 hs, pero que la calle es un caos, yo le dije que no hay problema, de paso extendemos con vos un poco la sesión de ejercicios acá en casa, que me estabas convenciendo de hacer bicicleta fija… yo creo que se lo creyó jejeje.
- Sos muy buena actriz, de ahora en más voy a tener que dudar de todo lo que me digas…
- No, vos nunca, a lo sumo puedo retrasarte alguna noticia, pero jamás mentirte, sos mi hombre, en este tiempo me enamoré de vos, me cuidas, me mirás, y mimás como nadie jamás lo hizo.
- Bueno, no es tanto, vos a mí también me encantas, tu cuerpo, tu cara, boca, esas tetas y ese culo tan fantástico. Tu cariño y tus atenciones hicieron que no quisiera separarme.

En eso salgo de la bañera, ella abre la toalla que la envolvía y hace que entre en esa toalla y nos envuelve en la misma (debo decir que la toalla era muy grande y era incómodo, pero bueno… hay veces que uno tiene que estar incómodo con tal de estar con quien uno quiere) ahí nos besamos y de a poco vamos yendo a la cama, nos tendemos en la misma y comenzamos a besarnos y tocarnos.

Me pongo encima ella y comienzo a besarla, le doy besos con lengua, el cual ella me correspondía aferrando mi nuca con sus manos así no me separaría de ella. María comenzó a abrirse de piernas dejándome lugar para volver a penetrarla, pero en vez de eso decidí “jugar” y rozar con mi glande todo su monte de Venus, su clítoris, y lo que más me gustaba, amagar a que se la ponía pero apenas rozaba la entrada de su vagina con mi pene. En un arranque de locura, María Elena envuelve mi cintura con sus piernas y tira hacia ella haciendo que la penetre hasta el fondo…

- Uh, maru, estás bien mojada ya, adentro seguís bien empapada.
- No solo estoy mojada de lo caliente que me pones, aun tengo a tus espermas dentro, te dije que quería una fiesta dentro mio.
- Bueno, si seguimos así, van a llegar más invitados…
- Que vengan todos los que quieran, serán bien recibidos, hay espacio para todos en mi interior… Eso sí, solo uno se llevará el gran premio.
- ¿De qué estás hablando?- Le pregunté mientras dejé de bombear, pero seguía dentro de ella.
- Solo uno de tus chicos podrá llegar a mi óvulo, solo uno me fecundará.
- Eso sería muy bueno, pero, vos tomás pastillas. ¿O me equivoco?
- Dejé de hacerlo hace un mes, sé que debería haberte pedido tu opinión, pero creeme cuando te digo que estoy enamorada de vos y quiero que me hagas madre. Solo tengo relaciones con mi marido con preservativo para no tener dudas que sos vos el padre de mi siguiente hijo, perdón por no habértelo dicho antes, pero temía que me dijeras que no.
- Mi vida… jamás te diría que no, ¿¿¿segura querés quedar embarazada de mi???
- No lo dudaría ni un segundo, quiero que me llenes de tus pibes, a ver cuál es el afortunado.
- Ahora, me estás dando las ganas y las fuerzas para hacerlo más intensamente, hace tiempo que quiero embarazarte.

Y ahí mismo volvimos al trabajo del mete y saca, ella estaba tan emocionada de mi aceptación por embarazarla que empezó a ponerse eufórica, comenzó a gritar y a clavarme las uñas en la espalda (cosa que me excitó aun más) y rasguñarme, sus piernas estaban cada vez más y más aferradas a mi cadera y cintura que llegó un momento en el cual no podía moverme, pero no importó puesto que ya estaba a punto de volver a vaciarme en ella.

Sus gritos generaron en mi un estado de euforia tal que no había lugar por donde mis manos no pasaran y apretaran, me generó tal excitación que con mi boca empecé a besarla y a meterle la lengua para opacar sus gritos, estábamos eufóricos los dos, cuando con una mano le sujetaba una de sus maravillosas tetas ella tomo la otra y me dirigió la cara a ésta pidiéndome que la chupe “si, chúpame la teta, así, como si fueras mi niño, nuestro niño. Acostumbrá a mi pezón desde ahora nuevamente a la succión, estas tetas van a alimentar a nuestro hijo… Ah, sí, así… estoy por acabar, llename de tu leche mi amor, estoy lista para que me embaraces, mi ovulo espera” Esas cosas gritaba desaforadamente, y como me calentó.

A punto de explotar la agarré de la cara, hice que me mirara fijamente a los ojos mostrándole que estaba a punto de acabar, me devuelve la mirada, se le dan vuelta los ojos en señal de que se estaba corriendo y en el momento en el cual la envisto eyaculando en su interior ella deja salir el grito sexual más hermoso de todos…

Al cabo de unos momentos ella me mira y me besa “eso fue hermoso, no lo cambio por nada del mundo, TE AMO” aflojó sus piernas de mi zona pélvica y me abrazó fuertemente. Esa bestia sexual que hace instantes estaba gritando, clavando las uñas y demás ahora era una tierna y dulce dama. Correspondí su abrazo, la besé y acaricié. Así nos quedamos un rato, mirándonos, y ahí caímos en cuenta del horario eran las 21:30hs, habíamos estado haciendo el amor por horas, la lluvia no había parado y en eso María Elena recibe un mensaje del marido: “Hola amor, discúlpame, pero se nos va a complicar poder ir hoy, la casa de mi mamá está toda inundada, no podemos salir. Esta inundado a 3 cuadras a la redonda. Los nenes y yo vamos a quedarnos en lo de mamá, no quiero dejarte sola, pero realmente no se puede salir. Te amo.”. A lo cual ella le dijo que no había problema, es más era mejor así podía ordenar la casa y que la pasen bien.

Creo que no es necesario aclarar que no nos vestimos, al contrario, seguimos desnudos el uno frente al otro, limpiamos un poco la casa, si, pero también seguimos con las sesiones amorosas, cada vez que veía que un poco de semen se escurría de su vulva volvía a penetrarla y a eyacular en su interior… jeje

En un momento, María, me mira sonriendo y me dice “Ya está, felicidades amor, vamos a ser padres, uno de los chicos llegó a casa. Puedo sentirlo.” Mientras se tocaba la panza. En eso, la abrazo y la beso diciéndole “Felicidades para vos también”. Obviamente que para celebrarlo, hicimos el amor de manera calmada y amorosa, para que desde el principio, nuestro bebé sintiera nuestro amor.

Fueron cuestión de unos días para confirmar por laboratorio que ella estaba embarazada, para ese entonces ya había tenido relaciones sin protección con Francisco (ya sabía por medio de otro test que era positivo). Así que el plan dio resultado, su esposo se hizo cargo de la criatura, y nosotros seguimos amándonos, en secreto, claro. Mientras ella estaba embarazada, no se detuvo el entrenamiento, ya que hay rutinas para mujeres en la dulce espera (claro que muchas veces no hacíamos ese ejercicio solo jeje).

9 meses después conocí a la luz de mis ojos (claro que lo disimulo diciendo que es porque es mi ahijada), Florencia. La nena es muy apegada a mí, a sus 4 años me pidió ser su novio; la madre y yo nos miramos y reimos, claro que le dije en juego que si, que era mi ahijada y novia (no se imaginan los berrinches que hace si le dicen que no…).

Se preguntarán cómo seguimos con María Elena, ¿no? Bueno, eso se los vamos a contar en otro relato, ya que hoy en día la relación pasó a mayores, Florencia hoy tiene 7 añitos, así que pasaron algunas cosas desde ese momento a hoy. Algo habrán leído en el relato que escribió María Elena, pero no todo terminó ahí… si lo desean… esperen y podrán enterarse…

Bueno, aquí termina este relato que consta de 2 partes, perdón por lo extenso, pero saben que me gusta dar algunos detalles.
Espero que les haya gustado a pesar de todo, no se olviden de comentar y decir si les gustaría que cuente como siguen las cosas entre nosotros hoy en día…

Saludos a todos.

3 comentarios - De personal trainer a padre (parte 2)

pliskinmgz
cual es la continuacion de esta historia