Siete por siete (69): Nuestras vacaciones (1era parte)




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Compendio I


¡Hola a todo mundo! 😃
Imagino que nos han extrañado, ¿No?
El domingo, cuando mi marido me avisó que saldríamos a veranear, pensé que iríamos cerca. A Uluru, Melbourne o alguna otra ciudad, en la camioneta.
“¡No, Marisol! ¡Vamos a volar en avión!” me dijo.
😮
Yo quedé cuac.
Pensé que era una broma, porque nunca imaginé que volaríamos con las pequeñas.
Yo quiero a mis chiquititas, pero cuando salimos, tenemos que llevar biberones, pañales, muda de ropa, juguetes, el coche…
Tantas cosas, por lo que volar lo veía tan difícil.
Pero él hace las cosas tan simples.<3<3
“¡Corazón, lleva ropa para 3 días! Pero para las pequeñas, carga lo más que puedas…”
Fue uno de esos momentos inolvidables.<3<3
Ya saben. Yo amo a mi marido y no hay cosa que él me pida que yo no esté dispuesta a hacer.
Pero cuando dijo eso, tuve tantas dudas. Porque ¿Dónde íbamos a volar, si nosotros llevábamos tan poca ropa?
Y es ahí donde me pega sus miradas… 🙂
<3<3<3
Él no es un Brad Pitt o un George Clooney. Pero tiene una mirada especial, que a mí me derrite.
Cuando lo miras a los ojos, lo ves tan seguro y confiado, que podría decirme cualquier cosa, por increíble que fuera y yo le creería.
¡Me siento tan tranquila en esos momentos, que no le puedo cuestionar!
Y entonces, llevamos 2 bolsos de mano. Pequeñitos.
No me dijo a dónde íbamos hasta que llegamos al terminal, el martes por la mañana.
¡Íbamos a Tokio! 😮 😮
Entonces, yo estallé en lágrimas y armé un enorme escándalo. XD
Le dije que por qué había gastado tanto dinero, que yo no lo necesitaba, que lo tenía a él y era tan feliz.
Y él, con la misma tranquilidad de siempre, me dijo.
“¡No lo hago solamente por ti! Yo voy a Japón porque quiero probar un okonomiyaki…”
Y ahí me calmé, porque él es así.
Como él dijo la otra vez, nosotros vinimos a vivir a Australia porque “quería conocer una piedra enorme”.
No me sorprendía tanto que viajásemos a Japón porque quería comer algo.
Incluso, yo le creo cuando dice que se enamoró de mí, porque nos gusta el mismo libro.<3<3
Pero me preocupaba el viaje. Nosotros no gastamos mucho y tratamos de ahorrar lo más que podemos.
No es que mi marido gane poco.
Él dice que “lo importante es la función” y yo le entiendo muy bien, porque cuando era niña, no necesitaba cosas caras para ser feliz y el dinero lo ahorramos para más adelante.
Para comprarnos una casa grande, la educación de nuestros hijos (yo quiero tener muchos más :P) y cosas así.
😛
¡Siento por distraerme!
Pero sólo diré que sabía que Japón es caro, pero él me dijo que íbamos por 4 días y que estaba usando dinero de la cuenta para el auto que quiere comprarme.
😮
¡No me pregunten qué cara habré puesto al saber que me iban a regalar un auto!
Y nos fuimos cada uno con una pequeña en brazos, en asientos de primera clase.
La azafata fue muy gentil al atendernos, ya que no muchos pasajeros viajan con niños tan pequeños y trató de atendernos lo mejor que pudo, para que no incomodásemos a los demás.
Pero nuestras niñitas son hermosas señoritas. Se comportaron muy bien y estaban contentas con que papi y mami las tuvieran en brazos tanto rato.
El vuelo tardó 9 horas, pero yo no entendía el asunto del equipaje de las pequeñas y cuando llegamos, me lo explicó.
“Para nosotros, conseguir ropa es más fácil. Pero para moverlas a ellas y cuidarlas bien, es mejor que andemos con todo.”
Creo que nunca me sentí más orgullosa de estar casada con mi marido, porque le encontré tanta razón.
Para ellos, es invierno (me sorprende que el mundo sea tan grande :O) y cuando salimos de la terminal, tuvimos que abrigar a los retoños y nosotros tuvimos algo de frio, porque ya era de noche. Tomamos un taxi y fuimos al hotel.
Pensé que me daría “Jet-lag”, como cuando llegamos a Adelaide, pero como siempre, él lo sabía todo.
“En viajes de norte-sur, no te afecta demasiado, porque te quedas en la misma zona horaria.”
¡Lo siento de nuevo! 😃
¡Es que me cuesta resumir!
Y llegamos a un hotel. Era de 4 estrellas, en Yamato, de la prefectura Kanagawa y nuevamente, me enojé porque gastábamos tanto.
Yo quería ir una de esas posadas, como las que leo en mis mangas, con ambiente familiar y todo eso. Pero él dijo que como era nuestra primera vez en Japón, quería orientarse bien primero, tener internet para el celular y que como estábamos con las pequeñas, que ellas también se sintieran a gusto.
Son cosas que le escuchó y me roba suspiros. A él no se le pasa nada.<3<3
La recepcionista era muy bonita. Delgadita, con una mirada gentil y respetuosa y hablaba muy bien el inglés también.
Le fue difícil pronunciar el nombre de mi marido (Lo pueden leer en el nombre de usuario, pero él sigue prefiriendo llamarse Marco, jejeje), por lo que le trató por su apellido. Le dio vergüenza y la encontré muy tierna.
Para ellos, el nombre de pila es algo de mucho respeto y solamente las personas de confianza lo mencionan. Y el nombre de pila de mi marido es difícil de decir para ellos, por lo que pensó que se ofendería.
Pero él se enoja casi nunca y mucho menos por algo así.
Nos dimos una ducha. Lavó a la más pequeñita (todavía me sorprende que siendo tan chiquita, se ponga tan mañosa si se siente sucia), les di pecho y como estaban muy cansaditas, las dejamos durmiendo en el coche.
Aunque me incomoda dejar a las pequeñas solas, él me pidió que le acompañara a la recepción. Me dijo que seríamos breves y que después, nos acostaríamos y podría “agradecerle porque me trajo”.
<3<3<3
¡No me canso de dormir con mi esposo!
Y entendí por qué quería que le acompañara. Nuevamente, hablamos con la recepcionista (que se llama Mizuki :)) y le pidió un mapa de la ciudad, consultó donde podríamos conseguir ropa y le preguntó si conocía un lugar donde vendan okonomiyaki.
Es una fritura tipo panqueque, que viene con carne de pollo, res, verduras. El problema era que estábamos en un hotel 4 estrellas y preguntarle eso a la recepcionista era como preguntarle si conocía el negocio más cercano que vende churros en la calle. 😛
Se puso nerviosa de nuevo, mencionando que el hotel contaba con un bufe gratuito para sus clientes, bastante amplio y con comida de todas partes del mundo.
Pero mi marido fue insistente y había viajado medio mundo para probar esa comida. Yo me uní a él y le pregunté si conocía un buen lugar para comer ramen.
Confundida y sin poder saber si esos turistas estaban bromeando o locos, le explique en japonés que somos otakus, que hemos leído muchos mangas y que queríamos probar esas cosas.
Más calmada y al vernos (especialmente a mi marido :D) que parecíamos personas sinceras, nos dio referencias en el mapa del hotel para llegar a un local de esos.
Por la noche, estábamos cansados, pero nunca tanto para que “no lo recompensara”.
Pero lo hicimos una vez. 😞
“¡No me malentiendas, amor! ¡Es para que mañana podamos salir temprano!”
Accedí, solamente porque dormimos de cucharita.
Por la mañana, lo desperté de la manera que lo he malcriado.
Me encanta despertarlo de esa manera. 🙂
Soy muy silenciosa y me meto debajo de las sabanas. Le muevo suavemente el pantalón del pijama, descubriéndola.
Tiene un olorcito fortachón, pero agradable. Le descubro el cuerito bien despacio y beso suavemente la puntita.
Le doy un par de lamidas, como si fuera un helado y la meto lentamente, disfrutando el sabor.
Está tibiecita y tiene un sabor extraño. Saladito, pero encantador.
La boca se me hace agua por probarla y empiezo a chupar el juguito. Cuando me la meto, chupo, pero cuando la saco, la lamo.
Y es que tiene que dármelo. Sabe muy rico. 😕
Él empieza a suspirar, que siempre es bueno y sus piernas se doblan como locas, para no darme mi desayuno.
Pero yo ya subo y bajo, subo y bajo, como si fuera un pájaro carpintero.
Y entonces, me lo da todo y yo la meto a la punta de mi garganta, para tragarlo. No dejo escapar ninguna gotita y se la dejo limpia y reluciente.
Entonces, lo beso y le doy los buenos días. Él me sonríe satisfecho y me gusta saber que soy la primera persona que ve esa sonrisa y que yo lo hice feliz.
En la recepción, un chico más “delicado” (el turno de Mizuki-chan era de noche) nos informó que el taxi nos estaba esperando.
“¡Bien, amor! ¡Ahora dependo de ti!” dijo, luego de guardar el coche en el portamaletas.
Y fuimos a un centro comercial, donde compramos ropa.
Pero tal como dijo, él dependió de mí.
Algunos vendedores sabían hablar inglés, pero él quería verme hablando en nipón…
Y tuvimos unos problemas, porque es una cultura algo machista. 😕
Entonces, le hablaban en japonés a él (porque se ve alto, serio y más maduro, comparado conmigo T.T), le respondía yo y no me prestaban atención, hasta que le decía a mi marido que repitiera lo que decía yo.
¡Y recién entonces, me escuchaban! 😞
Pero no fue tan malo. Fuimos a la torre Tokio, a un templo shinto (donde rezamos a nuestro Dios por buena fortuna), vimos nuestra suerte para este año (A él le salió “Amor”, mientras que a mí me salió “Buena salud”), me compró una yukata hermosa, color rosado y con espigas de trigo negra.
¡Y me llevó a la Toudai! 😮
Yo quedé impresionada. Nos dimos el tiempo en la tarde para caminar por fuera de los edificios y yo flotaba en una nube. <3<3
Tratamos de buscar el edificio que aparece en el manga y el anime, pero no pudimos encontrarlo.
😞
Sin embargo, igual me tomó una foto, como si intentara agarrarla con una mano y después, nos tomamos una “Selfie”, con las pequeñas en el coche.
Cuando volvimos al hotel, nuevamente estaba Mizuki-chan otra vez, que se alegró al vernos.
Le pregunté si podría acompañarnos un día a comer, porque era otra cosa compartir con un japonés de verdad.
Se puso nerviosa, porque la recepción tiene cámara y nos estaban grabando. Pero dijo que lo intentaría.
Por la noche, les di pecho a las pequeñas, pero con o sin cansancio, lo quería a él.
A él no le gusta que lo monte (porque le preocupa que me canse :)). Prefiere él colocarse encima mío (que no es malo), pero yo disfruto de cabalgarlo.
Me gusta porque me ve los pechos subir y bajar. Aparte que yo me lo entierro cómo y por donde quiero.
Y está esa sensación quemante en la cadera, cuando veo estrellitas… 😛
Y después, le hice un paizuri.<3<3
¡Se portó tan bien y me cumplió mi sueño de conocer la Toudai, que tenía que hacerlo!
La metí entre mis pechos (que no estaban tan bronceados como ahora :D) y me puse a estrujarlo. Entonces, la soltaba un poquito y le daba unas chupaditas.
Pero al final, me entusiasmé tanto que seguí chupando y chupando, hasta que botó todo y me lo tragué enterito. Y después nos pusimos a dormir.
¡Mañana continuo! ¡Besos!


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4 comentarios - Siete por siete (69): Nuestras vacaciones (1era parte)

dorasanchez52090
gracias
espero la segunda, y tal ves tercera, parte
metalchono
¡Hay segunda y hay tercera!... y a lo mejor, sale una cuarta. 😆
pepeluchelopez
Que gran gusto saber que estan bien, por supuesto se les extrañaba, es admirable que viajen al pais de donde nacieron los mangas y anime y sobre todo hablar el idioma. Un gran abrazo a ambos, los detalles cuando escribes estan bien!
metalchono
Gracias... pero esos fueron 4 días y nos perdimos 2 semanas... ☺️ ¡Que bueno que te sientas mejor! ¡Animo y sigue adelante!
nico161272
me causa gracia que la la palabra otaku tiene otro significado en el idioma guarani, en el guarani la letra c se usa solo acompañada de la h, por ejemplo che, que significa yo, o choguy que es azul, por lo que el resto de las palabras que suena la c, se usa la k, y la palabra taku significa caliente, por lo que si decimos en guarani taku es caliente, y o taku hina seria esta calentoneando, ya saben a que me refiero, no? ja ja
metalchono
¡Cada día se aprende algo nuevo! 😆