Inicio de una nueva Amante cachonda

Hola, soy un chavo de 26 años, de estatura media, pecho y brazos fuertes, ya que juego Football Americano, como buen mexicano, Moreno, de ojos color miel, sonrisa de latino, y les cuento mi experiencia con la que ahora es mi amante principal, obvio tengo novia y la amamos muchiiisimo y disfruto tener sexo con ella, pero a esta vieja no me pude negar, ahí les va.

Todo comenzó cuando me llamaron por una propuesta de trabajo, asimismo me exigieron ser titulado para ocupar el puesto; en ese momento apenas había cursado mi examen de titulación. Por lo tanto, acudí a la universidad con el propósito de obtener la documentación necesaria para poder presentarme a la entrevista laboral correspondiente.

En las oficinas de la universidad hay tres secretarias que se encargan de los trámites necesarios para el tramite que necesitaba en ese momento; desde que fui estudiante, cada vez que iba a los pagos de mensualidad, dos de ellas me miraban con cierto tinte de lujuria, pero siempre pensé que me equivocaba, una de ellas se llama Rebeca (Rebe) una mujer casada, joven, con pelo rizado, tes blanca, pelo negro, unos ojos cafés, tan grandes como platos, un par de pestañas que insistan a verla fijamente a los ojos, no olvidando ese cuellito mediano que recorre desde su barbilla, hasta dibujar unas hermosas tetas, redonditas, que casi siempre se asoman en un rico escote discreto pero ardiente, dando pie a una cintura, o más bien, cinturita que deja ver unas caderas anchas y muy bien dibujadas en un hermoso vestido rojo pasión, y, por último y no menos importante, unas redondas, paradas, duras y perfectas nalgas, en las que se pinta una linda tanguita marcada a travez de ese vestidito corto, sin dejar a la imaginación, unas largas y bronceadas piernas, simplemente, un forro de vieja.

Cuando llegué a la oficina, lo primero que hizo ella, fue saludarme con mucho júbilo.

-Paquito!!! Cómo has estado? Me tienes muy abandonada, hace mucho que no te dejas ver-

Dialogo acompañado de un rico besito en la mejilla, y por supuesto de un rico apretón, en el que sus tetas se rasparon en mi pecho y aproveché para pasear mi mano derecha por su cintura muy cerca de sus nalguitas, apretaditas y paraditas. En ese momento sentía como fluía la sangre hacia mi verga, que comenzaba a levantarse y a ponerse gorda de lujuria y deseo, pero, me contuve y logré controlar esa sensación de cogermela ahí mismo.

Para no hacer el cuento largo, le comenté el motivo de mi visita, a lo que ella respondió que todavía no era tiempo para entregarme lo solicitado. Para ese entonces, el demás personal de la universidad, se había retirado a el tiempo para comer, por lo que nos quedamos solitos. Yo no dejaba de ver esas lindas tetas, paraditas, asomándome cada vez que ella veía el monitor de la computadora, esperando ver más de esas tetas que causaban en mi, deseo de tocarlas, acariciarlas besarlas chuparle ese pezón que se marcaba en su vestidito tan sexy.

Después de tanto suplicarle que me diera el documento, y después de negarse varias veces, dijo: -Si te urge mucho, qué estás dispuesto a hacer para obtenerlo?- expresándose con un guiño picaron hacia mi verga.

A lo que conteste -Estoy dispuesto a hacer lo que sea, mientras sea divertido, jeje!!!- dije con una sonrisa de don juan, movido por el deseo que tenía por cogerme a tan impresionarte mujer.

Así mismo, comenzaron los jueguitos de tocarle la mano, de acercarme más a sus labios carnosos, rojos y jugosos como manzana, que aunque estuvieran envenenados, me encantaría poder meter mi verga y venirme a chorros dentro de ellos. De repente, ella me abordó diciéndome que si me podía hacer una pregunta indiscreta, a lo que contesté que sí, que me preguntara lo que quisiera si es que eso ayudaba a...

Ella preguntó ¿Te gusta verme las tetas de reojo?

Pensé en contestarle lo mucho que me encantan sus tetas, pero, respire y con mucha naturalidad conteste -cómo??? A qué te refieres? Yo no te estoy viendo nada- ella con una sonrisa y desprendiendo los lentes que la hacen ver super sexy, me dijo -No te hagas, te estoy viendo como me vez las tetas, como si quisieras meterme la mano y amasarmelas calentándomelas y excitando mis pezoncitos. Yo volteo a ambos lados y le confieso que efectivamente esos eran mis deseos. Así que ella acercándose a mis labios y con voz susurrante me dice - siempre me has encantado Paquito, desde que te conozco en varias ocaciones, cogiendo con mi esposo, pienso que la verga que tengo dentro es la tuya y me vengo a chorros, que escurren en mis muslos dedicados a ti. Para ese entonces yo ya tenía mi verga al full, levantando mi pantalón de mezclilla como una lona de bautizo.

Entonces, ella se para de su silla de oficina y me dice - Vámonos de aquí, que quiero que me cogas y me hagas venirme como me lo he imaginado desde que te conozco- Yo como buen hombre respetuoso y caballeroso, le conteste con una invitación a un hotelito que se encuentra a la vuelta de la esquina, ella accedió, y dijo que teníamos dos horas para divertirnos.

Salimos de ahí como dos extraños que no se conocían, pero que iban a coger durante dos horas. Por eso de no levantar sospechas de nadie, yo llegue al hotel antes y pedí una habitación sencilla, pasaron unos cinco minutos y llamaron de la recepción que una dama venia a visitarme, en unos momentos estaba llamando a la puerta la secretaria con las tetas mas hermosas de la universidad y pronto iba a verlas al natural.

La habitación estaba fría y solitaria, ella entró y se veía riquiiiisima, al caminar hacia mi, le bailaban las tetas, era el mejor baile que había visto, eso dejo ver que no traía sonsten, lo cual me prendió de manera extraordinaria, nos besamos con una lujuria, y empezaron los jueguitos previos, que la verdad, nunca había disfrutado tanto.

Comencé por acariciarle esas ricas nalgas, levantándole el vestido para bajarle la tanguita y cogermela de una vez, pero ella lo impidió y me explicó que a ella le gusta prenderse más; a lo que yo le dije -Ahh sí? Pues ya veraz de que manera te prendo, vas a suplicarme que te hunda mi verga hasta el fondo-

Así que, comencé a besarle el cuellito con delicadeza, mientras le acariciaba las tetas a través del escote tan rico, que en un momento se sentían sus pezones paraditos, ella me acariciaba la espalda, mientras que le metía la mano en la panochita y pude sentir unos labios calientitos y mojados, busque su clitoris y lo tenía duro como los botones de un control remoto, se lo acaricié de tal forma que su respiración comenzó a ser más pronunciada, así pude notar que estaba como agua para chocolate. Entonces empezó a acariciarme la verga por encima de mi pantalón, de una manera tan rica y con una experiencia única, sentía que me venia y que iba a mojar el pantalón, así que me controlé y la llevé a la cama.

Ahí la senté y comenzó a desabrocharme el pantalón, me lo bajo de un solo movimiento con todo y bóxers, así que mi verga dura parada y venosa quedo al aire libre, al ver mi verga así, ella dijo

La verga de mi esposo nunca esta así de dura, brillosa y apuntando al cielo, siempre es flácida como querer meter un bombón en una alcancia, jajaja- riendo de manera burlona refiriéndose al pobre de su esposo, que yo estaba venadeando.

Entonces, ella tomó mi verga con la mano derecha para comenzar a mastrurbarme de una manera deliciosa, como si supiera exactamente la verlo ciudad que me gustaba, comenzó despacio y cada vez aumentó la velocidad, hasta que de pronto, la tomó con las dos manos y se la puso en esos labios carnocitos, calientes y mojados, yo jadeando y con la baba casi callendose, se la metí hasta la garganta, se sentía como la panochita de una chavita de 18 años, apretadita, caliente y húmeda, además de que con sus manos jugaba con mis huevos y su lengua recorría el cuello de mi verga que estaba como brazo de albañil a medio día. Sentí el tan deseado calambre que recorre desde la cabeza hasta la verga y descargue cuatro chisquetazos que ella se tragó y succionó, saboreando mi leche caliente, al tragársela recuperó el aliento y me dijo

-Ay Paquito que rica lechita, salada y abundante-
Entonces, la levanté y le saque el vestido por arriba, cuando el vestido salió, saltaron dos tetas riquiiiisimaas, blanquitas, con pezones paraditos y aureolas rosaditas, y unas caderas dignas de una mujer sexy y sabrosa se veía espectacular, con las tetas de fuera y una linda tanguita que ni mandada a hacer, le quedaba perfecta, de color negra con encaje y un poco de pedrería en las caderas, que realizaban sus caderas pronunciadas que me volvían loco.

Le baje la tanguita y la tunbé de nuevo en la cama, empecé a besarle los muslos y a recorrer con mi lengua hasta llegar a su panochita rasurada, mojada, caliente y lista para ser chupada con todo, y eso hice, empece a chuparle las comisuras de los labios y ella me tomaba de la cabeza fuertemente, introduciendo mi dedo angular en su agujero que se sentía como una esponja caliente llena de fluidos vaginales. Pronto sin preámbulo se vino en mi boca, dejando salir un chorro de fluidos corporales que sabían como el mas delicioso néctar.

Para eso, mi verga estaba otra vez durísima, así que le dije que no traía condón, y ella me dijo

-Metemala así, quiero sentirte dentro de mi sin nada que se interponga, dámela todaaaaa, damelaaaaa!!!

Así que después de percinarme (jajaja) y en Nombre sea de Dios va para adentro, se la puse en la entrada y sentía ese riquísimo calor de mujer que me recorría todo el cuerpo en sensaciones únicas, se la metía de a poquito y a pedacitos, entonces ella suplicó

-Ya Metemala toda, andaaaa, quiero que llegues hasta el fondo mi amor-

Se la dejé ir con todo pero centímetro a centímetro, ella se retorcía como ostión con limón, me jalaba con las piernas para que empezara a bombear, acto seguido, le bombeaba aumentando de manera gradual la intensidad, ella jadeaba, me besuqueaba y apretaba con sus manos en mi espalda (me dejó marcas en la espalda, y mi novia me la hizo de pedo jajaja) después de un rato me dijo al oído

-cógeme de perrito, quiero que me des en cuatro, mi amor, quiero que me embistas como una animal en primavera-

Le di la vuelta y se la clavé sin piedad, como matador en la plaza de toros, ella pegó un grito de placer y empecé a sentir sus jugos lubricando mi verga, después de varias bombeadas, su panocha empezó a masajearme la verga y sentí como desde mis huevos venia un chorro como nunca había tenido, parecía volcán en erupción, ella tuvo un orgasmo tremendo que me agradeció, y gracias a ese palo tan rico que tuvimos ese día, ahora tengo una amante ardiente y dispuesta a todo en cualquier momento que se me antoje.

Terminamos tumbados en la cama desnudos todos sudados y jadeando por ese tan placentera cogida que habíamos tenido.

Salimos del hotel en mi coche y la lleve a su casa, llegando ahí su esposo iba llegando con una bolsa de supermercado, ella se sorprendió y me presento con él como su nuevo jefe y ahí la deje contemplando esas hermosas nalgas que me había comido hace un momento, entonces me dijo

-Ah Licenciado, aquí están los papeles y oficios que me pidió en la mañana- sacando de su bolsa los documentos que necesitaba para el trabajo.

Hasta le fecha seguimos cogiendo de vez en cuando, hemos cumplido fantasías, pero eso será para otro relato. Espero las haya gustado y no olviden comentar.

Gracias por leer mi deliciosa experiencia!!!!

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