Hermana Marina Parte 1

Puede que para muchos, la historia sea lenta o softcore pero entrega a entrega se va a ir descifrando esta historia basada en una anécdota.


LA HERMANA MARINA


PARTE 1


Me encontraba en la escuela católica a la que habían decidido mandarme a pesar de no tener fe ni creer en nada. En ella tenía siempre problemas y me la pasaba en la oficina de la dirección siendo reprimido por docentes, directivos y "monjas".

Por lo general, mis reprimendas se basaban en tonteras: aviones de papel en clase, algún dibujo desubicado en el pizarrón, y, por supuesto, reiterados cigarrillos en el baño.
La cosa es que siempre terminaba en la maldita piesita de dos por dos siendo sermoneado por todas las autoridades del Colegio. A veces hasta parecía personal.

De todos los que hacían de mi vida un suplicio la peor era la Hermana Marina. Ella no era la Hermana Superiora ni la directora, era simplemente una de las monjas de la congregación que dedicaba su vida a la educación de la catequesis, historia (de vez en vez) y algunos quehaceres domésticos en el convento junto al colegio. Si uno trepaba el tapial del patio podía verla barrer las hojas del patio del claustro con una expresión que justificaba por completo su amargada forma de ser con los jóvenes "problemáticos".
Era rígida, fría y recta. No toleraba las faltas de respeto por mínimas que fueran y siempre daba consejos basados en los pasajes de la Biblia en la apertura del día de clases, luego de la formación y el canto del Himno Nacional.
Todos los motivos que existen para despreciar a alguien se reunían en la Hermana Marina, dejando a flote solo un inconveniente para odiarla con todas las fuerzas... era hermosa.
Daba gusto que te reprendiera mirándote a los ojos, o actuar como si el sermón te hubiera servido y agradecerle con un beso y un abrazo para sentir su pecho contra el propio.

En la clase de catequesis, dictada por ella, siempre se incentivaba a los alumnos a llevar mate, criollitos, torta o lo que fuera (aparte de pasajes que a uno le gustaran, bla bla bla). Un día, para esta clase, mis amigos y yo metimos en un termo una cerveza helada, así bebimos y nos reímos de la imprudencia a lo largo de toda la clase mientras Sor Marina nos retaba y nos preguntaba en tono cada vez más amenazador de qué nos reíamos.
Hacia el final de la clase, el dueño del termo (adivinen quien) lo fué a lavar. Estando a punto de enjuagar el termo en uno de los bebederos del patio, una de mis compañeras de clases vió y entendió la travesura por lo que fué de inmediato a acusarme con la Profesora.

La hermana Marina se me acercó al patio (desolado pues estaban ya todos en la clase que seguía:

-¿Qué hace, jóven?
-Enjuago y enfrío el termo, por si se me abre y mojo con agua caliente a algun amigo (dije ensayadamente.
-Me dijeron, y no voy a dar nombres, que...
-Lucía! (exclamé)
-No imporrta quién, lo que importa es que...
-Lucía, fué Lucía, ¿cómo que no importa? (volví a interrumpir)
-BASTA!... me dijeron que estabas tomando alcohol en mi clase.
-Eso es todo mentira (dije mientras me apresuraba a enjuagar el termo)
-Mire jóven, tiene que ordenar su vida, no puede meterse siempre en problemas...
-Tiene razón hermana (dije) pero le juro que no tenía alcohol.

Ella se acercó y empezó a frotarme la espalda, en la zona lumbar, como confortándome mientras seguía su sermón inaguantable.

-Las tentaciones no son pecado, el pecado es caer en ellas (dijo mientras seguía frotando mi espalda)

En medio de este acto de "soy buena gente, te voy a guiar hacia una espiritualidad mayor", yo comenzaba a excitarme y me sentía cada vez mas duro. Mi problema aumentó cuando uno de sus jóvenes y firmes pechos me rozó el hombro. Ella lo notó y se avergonzó de inmediato, se apartó y con risa nerviosa me dijo:

-Bueno, jeje, vuelva a clases muchacho.

Yo, "agradecido", decidí demostrarle mi reflexión. Me acerqué a ella y tras agradecerle y decirle que me esforzaria en ser mejor alumno, me acerqué, le bese despacio la mejilla, sensual pero disimuladamente, la abracé, poniéndole las manos en la espalda (una, lo mas cerca de la cola que podía) y apoyé mi erección lo mas cerca de su entrepierna que pude. Lo hice todo a la perfección, no se notó mi intención libidinosa pero estoy seguro de que ella sintió, probablemente por primera vez una pija dura cerca de ella.

Impactada, aturdida, desconcertada, avergonzada y probablemente excitada me dijo que se alegraba de que entendiera y que creía que yo no era mal chico (chico... tenía 18 años por haber repetido cuarto y quinto año).

Se alejó sonrojada.

Ahí se pueso en marcha una idea. Iba a corroper a la Hermana Marina.

2 comentarios - Hermana Marina Parte 1

gerchu0
Bien bien... espero como sige todo con la hermanita....
WaltWhite
Ya saliò una nueva entrega!

http://www.poringa.net/posts/relatos/2693242/Hermana-Marina-Parte-5.html
ThemasterLool
Espero mas
WaltWhite
Ya saliò una nueva entrega!

http://www.poringa.net/posts/relatos/2693242/Hermana-Marina-Parte-5.html