Seis por ocho (106): Nuestros nuevos vecinos




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Compendio I


Originalmente, iba a postearlo como el antepenúltimo relato todo lo ocurrido con nuestros nuevos vecinos. Incluso, lo había ya ensayado en el titulo y calzaba, pero la narración se ha alargado tanto, que he decidido dividirla.
Me cuesta redactarlo, principalmente porque en estos momentos, estoy dejando de ser un cornudo. No niego que me duele, pero creo que es algo que me merezco y aunque Marisol me dice que ya no quiere hacerlo más, pues confieso que igual sigo teniendo miedo.
Es una situación extraña, no lo niego, que fue evolucionando desde el momento que nos mudamos a Adelaide. Lo mejor será empezar por el principio…
Luego de nuestra corta e inusual luna de miel, nos sorprendimos al conocer la casa que la compañía nos había entregado. Ni la casa de Verónica ni la casita de Sergio en el norte se comparaban con esta casa…
Es enorme. Tenemos cochera, con portón automático para 2 vehículos; un enorme living; una cocina gigantesca y completamente equipada, un baño en cada piso y tenemos 5 dormitorios: el matrimonial y los otros, con camas particulares. Incluso el patio y el jardín son tan amplios que podemos poner una piscina o imitar a nuestro vecino e instalar una cancha de basquetbol.
“I’m sorry. Can I help you?” Nos dijo Kevin, cuando nos vio contemplando nuestro nuevo hogar, con la boca abierta.
“Yeah!... I´m not sure if I got the right address… but… is this my Company house?” le pregunté, todavía dudando.
(Si… no estoy seguro si tengo la dirección correcta… pero… ¿Es esta la casa que me dio la compañía?)
“Let me check that, mate!” me dijo, contemplando levemente a Marisol, con su claro acento australiano, revisando mi papel. “Yup! You must be the “dirt monkey” that was supposed to get here next month!”
(¡Déjame ver eso, compañero!... ¡Sípi! ¡Tú debes ser el “mono de tierra” que se suponía que debía llegar el próximo mes!)
Me sentí ofendido por el comentario despectivo, pero a medida de que he ido conociendo a Kevin, me he dado cuenta que su personalidad es así.
Lo supe al sentir el suspiro de Marisol. Kevin cumple las 3 B que le gustan a Marisol: British, Burly y Bright eyed (Britanico o ingles; musculoso y de ojos claros).
Ella puede decirme que no, que me equivoco, pero cuando tienes 2 años de relación con tu esposa y la conoces tan bien, reconoces que se le para la respiración cuando en las noticias muestran los partidos del Manchester United y ella se queda paralizada, viendo a los jugadores.
Incluso ahora, aunque seguimos el desarrollo de nuestra selección por la televisión, los únicos partidos que ella si veía completos eran los de la selección inglesa.
Kevin mide 1.90m, tiene ojos celestes y una cara pequeña y dura. No sé si son mis celos hablando, pero encuentro que su cara es como la de una rana toro, o sea, con una papada bien prominente. Pero el hecho está en que es un mastodonte musculoso y aunque no es ingles, es un australiano de Melbourne y bien orgulloso de serlo.
Lamentablemente para mi, Kevin cumple con las cuatro C que detesto de los hombres: Canchero (es decir, coqueto con todas las chicas), Cachetón (no de sus mejillas, sino que le gusta mostrarse superior al resto), calentón (eso es auto-explicativo) y casado.
Aunque a Marisol le gusto de buenas a primera, no fue reciproco, ya que al ver su barriga de embarazada, prácticamente la ignoró.
Sin embargo, no le quita lo hospitalario.
“But come on in, Mate! Let´s open up some bottles and celebrate that we’re your new neighbors! Fiona, we got some guests coming!” Gritó hacía su casa.
(¡Pero entra, compañero! ¡Abramos unas botellas y celebremos que nosotros somos sus nuevos vecinos! ¡Fiona, tenemos visitas!)
Fiona es oriunda de Adelaide. Tiene 24 años y es una muchacha bien mona. Mide 1.68m, aproximadamente, un par de dedos más pequeña que mi ruiseñor; cabello negro, largo y liso, hasta la cintura; Ojos negros y achinados, que le dan un aire exótico y seductor, como si fuera cazadora; nariz pequeña y respingada y unos labios finos.
Sus pechos son enormes, midiendo cerca de 103 o 104cm, llegando a competir con los de Amelia; una cintura de avispa y un trasero muy generoso.
Sin embargo, cuando la conocimos, era una ama de casa normal, vistiendo una blusa larga y pantalones. Pero aun recuerdo que mi primera impresión era que veía una modelo de lencería…
“Oh! So you must be the new guys moving next door! Hi! My name is Fiona! Nice to meet you!” nos saludó, con una cordialidad genuina.
(¡Así que ustedes deben ser los nuevos vecinos que se mudan al lado! ¡Hola! ¡Mi nombre es Fiona! ¡Gusto en conocerlos!)
“So where do you guys come from? I remember I read it on the briefing they sent me, but it was such a bitchy place that I forgot…” Nos preguntó Kevin, con su encanto natural.
(¿Así que de donde vienen ustedes? Recuerdo que lo leí en el informativo que me enviaron, pero era un lugar de tanta mierda, que me olvidé…)
“Come on, Kev! Be nice! They seem like they have traveled a lot!” le reprendió su esposa.
(¡Vamos, Kev! ¡Pórtate bien! ¡Parece que han viajado un montón!)
“Sorry, sweet cheeks! ...But I didn’t mean it. I’m not saying that this runt is a piece of shit. I do remember that he pulled some big-wig feat over there.” Se disculpó, sin dejar de ser ofensivo.
(¡Lo siento, Nalgas dulces!... pero no fue mi intención. No estoy diciendo que este enano sea un pedazo de mierda. Me acuerdo que él hizo un truco impresionante por allá.)
No sé si Fiona estaba más avergonzada por el apodo que él le había dado o por el hecho que no había parado de decirme mierda todo el rato.
“Forgive him! ...He’s really sweet when he’s alone… but with strangers… he gets very territorial…” se disculpó nuevamente su esposa.
(¡Discúlpenlo!... él es muy dulce cuando está solo… pero con desconocidos… se pone territorial)
Por un momento, me puse a pensar si Kevin sería capaz de orinarme en la cabeza, solo para establecer su punto como macho alfa…
“That´s the way of life, love! You can’t let them put their feet all over you…” le respondió.
(¡Asi es la vida, amor! ¡No puedes dejar que pongan el pie encima!)
“But Kev, he has hardly said anything!” le remarcó Fiona, bien aproblemada por su pareja.
(Pero Kev, ¡Apenas ha hablado!)
“He has to know! These darn foreigners can’t come in here, waltzing their way around, thinking they own the world!…” expresó Kevin, finalmente el motivo de su disgusto.
(¡Él tiene que saberlo! Estos malditos extranjeros no pueden venir por aquí, bailándose el camino entero, creyendo que el mundo es suyo…)
“Oh, Kev!” dijo Fiona, completamente decepcionada.
“It´s all right!” Le respondí, tratando de tranquilizarla. “He is entitled to his opinion and it’s not the first time I see someone behaving this way about foreigners. Even in my country, some people think that way… but you’re right. It’s not my place to be. My job should obviously be filled by an Australian or even a British, for that matter, but the problem is that there aren’t many guys in this field to handle it and since I did a good job the last time, they asked me to try here, as well…”
(¡Está bien!... Él tiene derecho a su opinión y no es la primera vez que veo a alguien comportarse así con los extranjeros. De hecho, en mi país hay personas que piensan de esa manera… pero tiene razón. Este lugar no me corresponde. Mi trabajo debería obviamente ser cubierto por un australiano o incluso un británico, pero el problema es que no hay muchas personas en este campo para enfrentarlo y como hice un buen trabajo la última vez, me pidieron que lo intentara aquí, también…)
Mis palabras le causaron efecto y bajó un poco la guardia.
“Sorry, mate. I guess it was my beer´s buzz talking. You’re right! Maybe, you even didn’t want to come in the first place…” me dijo, mucho más arrepentido.
(¡Lo siento, compañero! Creo que fue la espuma de mi cerveza hablando. ¡Tienes razón! Quizás, ni siquiera querías venir para acá, en primer lugar…)
“Well, as a matter of fact, I did. I just never had the chance… that’s all!” les confesé, haciendo que se rieran.
(Bueno, de hecho, si quería venir. Sólo que nunca tuve la oportunidad… ¡Eso fue todo!)
“So, I see your wife is pregnant, but she´s very quiet…” me dijo Fiona, cambiando el tema.
(Veo que tu esposa está embarazada, pero está muy callada…)
Marisol apenas hablaba. En parte, porque estábamos hablando por encima de su nivel. Por otro lado, por Kevin…
“Well, yeah! She doesn´t mean it, anyway… she hasn´t learned English yet…” le expliqué.
(¡Pues sí! No es su intención, de cualquier manera… es sólo que no ha aprendido ingles bien todavía.)
“Oh, I see! ...but she does speak some, right?” preguntó interesada Fiona.
(¡Ah, ya veo!... ¿Pero habla un poco, no?)
“Yes, she does. I think she’s a bit shocked, after all. We never expected our house would be that big…” le respondí.
(Si, si habla. Pienso que está un poco impactada, después de todo. Nunca esperamos que nuestra casa fuera tan grande…)
“Oh, yeah!” dijo Kev. “It´s just because of that stupid breeding program. They think that if we have bigger houses, we will fill it with kids, that´s all!”
(¡Ah, sí! Es solo por ese estúpido programa de crianza… Piensan que si tenemos casas más grandes, las llenaremos con niños. ¡Eso es todo!)
El comentario parecío entristecer a Fiona y no se miraron. Kev me invitó al patio, mientras que Fiona charlaba con Marisol.
“So you work in the mine, too?” le pregunté.
(¿Así que tú trabajas en la mina, también?)
“Nah! I’m just a white collar programmer…” me explicó. “All of these houses are for the company workers, anyway...”
(¡No! Sólo soy un programador de camisa blanca. Todas estas casas son para los trabajadores de la compañía, de cualquier manera…)
Empezó a encender la asadera y tiró unos pedazos de carne. Abrió el cooler y me ofreció una lata de cerveza.
“Sorry! I don´t drink!” le respondí.
“ Geez! You really make it hard for me to be nice!” exclamó, abriendola él, en mi lugar.
(¡Cielos! Realmente lo haces difícil para mí ser simpático)
“So… how long have you been married?” le pregunté.
(Así que… ¿Cuánto tiempo tienes de casado?)
“About 4 freaking years… you?”
(Alrededor de 4 años miserables… ¿Y tú?)
“About a week…” le respondí.
(Alrededor de una semana…)
Él se atoró con la cerveza y desparramó un poco.
“Geez!... Good luck with that…” me dijo, en un tono despectivo.
(¡Cielos!... ¡Buena suerte con eso!)
“Why?” pregunté.
Él trató de acomodarse, mirándome con algo de lastima.
“Well… I guess you guys don’t have our little problem. You built them right before getting married…” me dijo, aunque no le entendí bien.
(Bueno… creo que ustedes no tienen nuestro problemita. Los hiciste justo antes de casarte…)
“What are you talking about?” le pregunté.
(¿De qué hablas?)
“Babies.” Dijo él. “Fiona has baby fever…”
(Bebes. Fiona tiene fiebre de bebes…)
“But why don’t you have one? Do you have problems?” le pregunté, bien intrigado.
(Pero ¿Por qué no tienen uno? ¿Tienen algún problema?
Él se ofendió un poco.
“No, we don´t have a problem! She got checked and I also got checked and there isn´t anything wrong with us!”
(¡No, no tenemos un problema! Ella se revisó, yo me revisé y no hay nada malo con nosotros…)
“Well, maybe this is the problem…” le dije, tomando la cerveza.
(Bueno, quizás este sea el problema…)
“What? You´re also a freking kind of expert now?” me preguntó, bien enojado.
(¿Qué? ¿Acaso eres un jodido experto también?)
“No, but my brother used to have a drinking problem. He is a computer engineer and lived filled with stress and smoking cigarettes. Anyway, the doctor recommended that if they were going to try, he should cleanse his body and relax. Long story short, he gave me one nephew…” le expliqué.
(No, pero mi hermano tenía un problema con la bebida. Es un ingeniero en computación y vivía estresado y fumando cigarrillos. De cualquier manera, el doctor le recomendó que si iban a intentarlo, debía limpiar su cuerpo y relajarse. Cuento corto, me dio un sobrino…)
El comentario hizo que Kevin lo pensara un poco.
“Well… it´s not just that. Fiona keeps nagging me about making a baby, making a baby and she is making me sick…” me pidió que me acercara un poco. “She doesn’t know, but I have a “twinkie” in the city…”
(Bueno, no es solo eso. Fiona me vive regañando sobre hacer un bebe, hacer un bebe y me está enfermando… ella no sabe, pero tengo una novia en la ciudad…)
Yo me sorprendí. Una esposa así… y ¿Él teniendo una amante?
“Why?” le pregunté.
“I knew a guy like you wouldn´t understand it.” Me dijo, abriendo otra lata. “It’s just there are some things you want to do with more than one girl…”
(Sabía que un tipo como tú no me entendería. Es sólo que hay cosas que quieres hacer con más de una mujer…)
Yo le sonreí con sarcasmo…
“Like what? Titty fucked? Anal? Blowjob? Threesome?” le pregunté.
(¿Cómo qué? ¿Paizuri? ¿Anal? ¿Mamada? Trío?)
Él se sorprendió y botó algo de cerveza de nuevo.
“Someone watches lots of porn…” me dijo, limpiandose las manchas.
(Alguien ve demasiada pornografía…)
Me sentí orgulloso… aunque a la vez, estaba entregando las llaves del reino…
“I learned them with my wife…” le respondí.
(Las aprendí con mi esposa…)
“Your wife?” me preguntó con los ojos bien abiertos.
“Well, yeah. I wanted to try them… so I asked her nicely… we experimented a bit and then we tried them…” le respondí, inflado en ego.
(Pues, si. Quería probarlas… así que le pregunté educadamente… experimentamos un poco y después las probamos.)
“You’re bugging me!” me dijo, con incredulidad.
(¡Me estás jodiendo!)
“No, I’m not. Every morning, she wakes up and gives me a blowjob, we take a shower together, I do her ass… and you know the rest.” Le respondí, sintiéndome excelente.
(No, no lo estoy. Cada mañana, ella se despierta y me da una mamada, nos duchamos juntos, le doy en el trasero… y tú sabes el resto.)
“With her? With that pregnant chick?” me preguntaba, aun sin poder creerme y no me daba cuenta que me estaba hundiendo de a poco.
(¿Con ella? ¿Con la chica embarazada?)
“Yes, with her. I love her and since we can´t make love as much as we wanted because of the babies, we had to try some other things too…” Le respondí, aclarándoselo definitivamente.
(Si, con ella. La amo y como no podemos hacer el amor tanto como quisiéramos por los bebes, hemos tenido que intentar otras cosas también)
Él estaba impresionado…
“That is mind boggling! I never expected pregnant chicks would be such big sluts…” me dijo, bien confundido.
(¡Eso es alucinante! Jamás pensé que las embarazadas fueran tremendas putas…)
Me molesté, porque a pesar de todo, Marisol no es una puta.
“Well, not much of a slut… but yeah! They are resourceful…” le respondí.
(Bueno, nunca tanto como una puta… ¡Pero si!... Son muy hábiles…)
El resto de la tarde la pasamos normal. La carne demoró mucho y queríamos ver nuestra nueva casa, por lo que nos despedimos temprano. Fiona nos pasó la llave de nuestro nuevo hogar…


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