Mi vecinita

Todo ocurrió por azar. Soy un hombre de 31 años, felizmente de novio. Mi mujer es una mujer preciosa, inteligente, cariñosa, profesional, y sí, por qué no decirlo, también morbosa y muy ardiente en la cama. Digo esto para que nadie piense que lo que pasó con mi vecina fue algo buscado, provocado, o necesitado. De hecho, en los 8 años que llevo viviendo en este edificio he visto crecer a mi vecinita (que ahora tiene 23 años), y la he visto convertirse en la zorra que actualmente es. Lo que pasa es que hay momentos en que los hombres pensamos con la pija…

Por la ventana que hay frente a la mía, llevo varios años observando (sin buscarlo) cómo la hija de mis vecinos se cambia de ropa porque no tiene muchos reparos en cerrarla o bajar la persiana. También llevo varios años escuchando cómo, cuando sus padres no están en casa, se sube a su novio de turno (ha tenido unos cuantos) y se lo garcha salvajemente sin importarle el ruido o los gritos que suele pegar. En definitiva, una pequeña zorrita, hija única y malcriada.

Por lo demás, nunca había tenido ningún conflicto con ella (se llama Evangelina), y mucho menos con sus padres, con los que tengo una normal y cordial relación de vecinos, hasta el punto de a petición suya guardo un juego de llaves de su casa por si algún día es necesario y ellos no están presentes. Ellos rondan los 60 años y, recientemente jubilados, dedican mucho tiempo a viajar. Tuvieron a Eva ya mayores y han depositado en ella todo su cariño y mimo. Yo siempre he pensado que la niña es adoptada porque no tiene absolutamente nada de la corrección de ellos, y físicamente tampoco se parece excesivamente. Alguna vez lo había comentado con mi novia. Yo, por mi parte, también soy una persona seria y correcta en el vecindario. De hecho, los últimos años estoy repitiendo como presidente de la comunidad de vecinos.

Hacía aproximadamente 2 meses que Eva había aprobado su carnet de conducir y sus padres, siempre atentos a dar caprichos a su niña, le habían comprado un pequeño auto de lujo (un mini) y habían alquilado un garaje. Casualmente era la plaza contigua a la mía, y ese fue el desencadenante de todo. Desde el principio, por no molestarse en las maniobras, la vecinita malcriada aparca su coche invadiendo la raya que separa nuestras plazas dificultando notablemente el acceso a mi plaza.

Aquel viernes yo llegaba muy tarde de un viaje de trabajo de 3 días. El avión había venido con mucho retraso y yo estaba cansado y bastante enojado por el resultado de mi viaje. Me había traído un taxi, pero como iba cargado con una valija, para no subir las escaleras del portal entré al edificio por el garaje. Entonces vi como la zorrita de mi vecina acababa de dejar el coche algo metido en mi plaza, y se dirigía a la puerta que conduce a los ascensores. Por su caminar parecía algo afectada por la bebida. Llevaba un vestido suelto de lino color garbanzo y sandalias. Me apresuré para alcanzarla justo cuando el ascensor llegaba y sí, iba enfadado y quizá no fui muy cortés:

- Oye vecina, o estacionas bien, o cualquier día “sin querer” voy a rozar tu bonito auto.

- Se dice hola ¿no?… vaya noche, encima este imbécil amenazándome

La niñata no sólo se atrevió a llamarme imbécil, sino que corrigió mi conducta como si yo fuera uno de los críos maleducados con los que habitualmente sale. Eso me enojo notablemente. No sé lo que pasó por mi mente pero reaccioné violentamente tomándo con mi mano un puñado grande de su cabello a la altura de su nuca y poniéndo su cara contra el espejo del ascensor dije:

- A mí las zorritas como tú no me dicen cómo comportarme ¿entiendes?

- Sueltame… -como sospechaba iba un poco borracha-

- Es que quiero que te veas bien en el espejo… ¿ves? una putita borracha y caprichosa que no es quien para dar lecciones de vecindad –le dije mientras mantenía su cara contra el espejo-

- Pues anda que tú, que eres un zarpado… ¿qué te crees que no me doy cuenta de que me espías por la ventana? Si hasta ahora mismo me estás mirando las tetas…

Encima la zorra era contestona. Con voz amenazante y susurrando en su oído dije:

- Ah, por eso se te han puesto así los pezones, porque eres una puta –lo cierto es a pesar de su sujetador sus pezones se marcaban la tela del vestido, como si la situación te tenerla así en el ascensor la estuviera excitando-

- Suéltame, o llamo a la policía

- Tú no vas a llamar a nadie, zorra, sólo vas a decirme que serás una niña buena y a partir de ahora estacionaras bien.

Yo seguía sujetando su melena haciéndola mirarse al espejo y ella, irónicamente puso voz de niña y dijo “Voy a estacionar bien…” y dejando pasar unos segundos dijo “para que mi vecino el baboso no me roce con el coche como ahora me roza con su poronga”.

No se arredraba. Fue un golpe bajo. Prometo que ni me había dado cuenta de que estába tan cerca detrás de ella sujetándola, pero no podía permitir que me hablase así: “Lo único baboso que hay en este ascensor es tu coño, zorra” dije mientras con un gesto aún más atrevido metí mi mano derecha bajo su vestido (con la izquierda seguía sujetándola del pelo). Para mi sorpresa, no llevaba bragas y su sexo estaba completamente depilado y suave como el culito de un bebé. Como esperaba, muy húmedo y caliente. Ella no pudo reprimir un gemido al sentir mi mano “uuujjmm” dijo.

Eso me excitó sobremanera y, mientras de mi boca salían palabras sucias acerca de lo puta que era por ir sin bragas, mi mano masajeaba su sexo con habilidad. No quiero presumir, pero siempre he tenido destreza en hacerlo. En un tiempo record empecé a sentirla jadear y gemir, por no hablar de que la humedad que salía de su coñito estaba empapando mi mano… la saqué y se la puse en delante de la nariz para que “probase cómo huele una zorra viciosa”. Ella con su boca y su lengua se lanzó a mi mano y chupaba mis dedos con un ansia inesperada para mí… la situación se había desbordado de forma completamente inesperada ¡y aún no habíamos pulsado el botón del ascensor para subir a nuestro piso!

“Así me gusta, cerda… ya sabía yo como eres, pero no te preocupes que voy a darte lo que llevas años pidiendo” Mis palabras la calentaban como quien echa gasolina al fuego. Sin comerlo ni beberlo, tenía a esta putita sometida a mi merced y yo, que sólo había experimentado el sentimiento de dominación en algunos juegos sexuales con mi mujer, tenía la pijaa punto de estallar bajo el pantalón, se me había parado hacia arriba y se me salia la cabeza sobre la cintura. Contra la pared, Evangelina sólo gemia. Al parecer, su chico del momento la había dejado un poco insatisfecha esa noche.

Pulsé el botón del último piso, el décimo, y el arranque del ascensor pareció sacarla de su letargo:

- ¿adónde vamos?

- Eso no te importa zorra, abre bien las piernas –susurré amenazador en su oido-

Mi vecinita las abrió obedientemente y puse mi mano entera casi plana sobre la irregular superficie de su entrepierna. Estaba húmeda y caliente. Extremadamente suave como si la estuviese aplicando crema. Metí dos dedos en la profundidad de su concha y dije “las niñas buenas no llevan su conchita totalmente depilado, sólo las guarras q lo muestran por ahí.”. Me daba cuenta de que tenía muchas ganas a esta zorrita. Sólo por vivir al lado y la cantidad de veces que la he visto cambiarse sin cuidado ninguno, exhibiéndose con pequeños bikinis en la piscina, o escuchándola follar cuando sus padres no están en casa.

Llegamos al último piso del edificio, y tomándola de la parte superior de su brazo la arrastré escaleras arriba hasta el último descansillo donde está la puerta de la azotea y el cuarto del ascensor “vamos zorra, no quiero quejas”. Una vez allí me saqué la pija que ya me dolía de estar metida aun en los pantalones. Empujándola hacia abajo, la arrodillé ante mí poronga que casi miraba al cielo. Ella medio se resistía, medio me miraba con lascivia. Sabía exactamente lo que tenía que hacer. Parecía que quería lucirse pasando la lengua por la punta y recorriendome el tronco hasta los huevos, pero yo ya estaba desatado en mi papel de amo dominante. Una vez más, tomándola del pelo, la obligué a metérsela en la boca hasta el fondo.

Casi se atraganta y noté como se le saltaban las lágrimas. No cedí, era edificante ver como hacía verdaderos esfuerzos para tragar el máximo posible. Ni cuando me da por someter a mi mujer en nuestros juegos me había puesto tan tiránico. Allí tenía a una chica de 23 años, 8 menos que yo, totalmente sometida a mis deseos más obscenos. Solté su pelo y dejé de obligarla. Automáticamente giró su mirada hacia mí, sacó la pija de su boca el instante justo para sonreírme, y volvío a meterla en el calor de sus labios moviendo su cabeza adelante y atrás con fruición. Una idea me vino a la mente y saqué mi teléfono celular del bolsillo y me puse a grabar el espectáculo. Quien sabe si alguna vez en mi vida me vería en otra situación igual… además, me interesaba dejar pruebas fehacientes de que todo lo que hacía era por su propia voluntad. No me fiaba de ella, aunque en eso momento me la chupaba con una ansiedad enorme… ufff qué cerda.

En un momento dado volvió a dirigir la mirada a mí y, al verme grabar, abrió los ojos como platos y se separó un poco de mi pija “no grabes…. borra eso!!!”. La metí la polla en la boca de nuevo: “aquí digo yo lo q hay q hacer ¿tienes alguna queja?”. Moviendo levemente la cabeza me decía “no”. Y a juzgar por la manera en que hacía su trabajo no debía tener ninguna queja.

- Para un poco, guarra, que me voy a acabar y aún no sé lo que voy a hacerte

Con la poca sangre que aún había en mi cerebro, pues casi toda estaba en mi poronga a punto de reventar, aún podía pensar un poco. Decidí no cojerla ahí Ella, me leyó el pensamiento sin más y, viéndome dudar, dijo:

- Por favor, vamos a mi casa que no hay nadie y me cojes bien en la cama de mis padres –me encantaba su tono, casi me suplicaba-

- Yo soy el que digo lo que se hace aquí, y no te has ganado el derecho a tener mi pija gorda en tu sucia rajita…

- Por favor –suplicaba-

- Además, necesitas comer que estás un poco fla–dije mientras le metía la pija de nuevo en la boca-

- GGGFFFFFFF –sólo pudo contestar ella-

Ella volvio a su actividad con ánimos renovados y yo gozaba viendo. Era preciosa. Con el pelo descolocado y una visión privilegiada de sus tetas desde arriba no podía creerme mi suerte. Ella debió pensar que se iba a quedar sin su orgasmo por segunda vez en la noche y disimuladamente llevó una de sus manos entre sus piernas, comenzando a frotarse su concha con cierta intensidad. Antes de detenerla, grabé otros segundos de vídeo con el celu.

- ¿Quién te ha dado permiso para tocarte? Guarra

- Por favor –acertó a decir en una décima de segundo antes de que volviera a meter bruscamente mi pija en su boca provocándola una arcada-

- Hoy no, Eva. No te has portado bien. Te he tenido que obligar a pesar de que estabas caliente como una perra en celo. Aún así vas a saborear el semen de tu dueño.

Para ese momento, me había metido completamente en mi papel “teatral” de amo de mi vecinita. Me estaba materialmente follando su boca. Ella, sometida y obediente, mantenía el tipo esperando que yo terminase dentro de su boca. Seguía agarrandola del pelo, como si la hiciese una cola.

- Ahora quiero que no se pierda ni una gota. Este líquido es precioso para ti ¿entendido?

- Mmmmmmm –aceptó con la cabeza-

En la primera llené toda su boca y tuvo que ayudarse con el dedo para recoger lo que se caía por su barbilla. Al verlo, yo mismo saqué la polla y la restregue por su cara de puta asegurándome de que quedaran salpicaduras en su pelo cara y vestido.

La hice una última foto así, guardé mi pija en el pantalón y me volví al ascensor dejándola arrodillada y abandonada. La forma de mirarme, una mezcla de odio, admiración y deseo me dio una sensación de triunfo.

Al llegar al ascensor ya me había arrepentido de lo que había hecho. Para empezar había tenido suerte de que a esas horas de la madrugada no hubiera llegado ningún vecino porque allí, en el ascensor, estaba mi valija abandonada. Pulsé el número 6 y, colocándome un poco la ropa ante el espejo, llegué a mi casa tratando de hacer el menor ruido posible. Por supuesto, no dije nada a mi novia de lo ocurrido. Ellos estaban dormidos. Me di una ducha rápida y me acosté.

Los siguientes días aún tenía un cierto remordimiento de conciencia y trataba de evitar cruzarme con mi vecinita. Ella, al contrario, se exhibía aún más en su ventana pero yo había decidido no hacerle ningún caso y dejar que el tema se diluyera. Hasta mi novia dijo un día que eso de la chica de enfrente no era normal y que no sabía como decírselo a su madre. “No te metas en eso que seguro que les sienta mal” dije yo haciéndome el distraido.

El tiempo fue pasando y la situación se fue normalizando. Con todo, no podía quitarme a mi vecinita de la cabeza. Más aún cuando el verano comenzó y abrieron la pileta. La chica estaba impresionantemente buena, y notaba que tenía una mirada divertida e irónica hacia mí. Disfrutaba provocándome y alguna vez, mientras yo estaba el agua, notaba una mano o un roce sobre mi trasero de alguien que nadaba a mi lado. En cuanto miraba me daba cuenta de que era ella. También notaba que, en cuanto yo dirigía la mirada a su grupito, se colocaba el bikini dejándome ver el contraste entre su piel bronceada y su piel blanquita sin broncear. Eso me ponía a mil. Menuda trola.

Una noche que había quedado con amigos para ver fútbol dejando a mi mujer, salía del garaje en el auto y al doblar la esquina de la primera calle, allí iba ella con un vestidito, tacones, y el bolso en una mano. En medio segundo tomé la decisión de devolverle alguna de sus provocaciones. Me detuve a su lado.

- Sube al auto–dije agresivo-

- Ah bueno, mi vecino favorito –dijo divertida mientras subía al borita mostrando sus piernas-

No la contesté.

- ¿Me extrañabas?

Dijo provocadora. Pero yo seguí sin contestar y poniendo expresión grave. Era mi papel a representar. Maneje hacia un pequeño bosque cercano sin intercambiar palabras, hasta que espeté:

- abre las piernas… ¿llevas bragas hoy? zorra

Obedeció mirándome divertida. Como diciendo “compruébalo tú mismo”.

- súbete la falda

Lo hacía un poco nerviosa. Por mi mirada sabía que algo iba mal

- llevas bragas

- lo siento –dijo siguiendo su papel, e hizo ademán de quitárselas pero yo la paré bruscamente casi asustándola-

- las zorras como tú deberían ir sin bragas… como el otro día… por si alguien se las quiere cojer duramente. Vamos, a hacer lo que sabes, chúpamela.

- Pero me tienes q hacer tuya … -me ponía condiciones, pero yo no podía admitirlo-

- ¡Calladita! … “hacer tuya” ¿ese es el lenguaje que usas ahora? Qué educada… con lo puta q vas a ser…

Toda mi representación consistía en el uso de expresiones con humillación. Ella tambíen se prestaba a ello. Era nuestro juego y su actitud sumisa también era una actuación. Se ponía muy caliente con ella. Cuanto más duro mi lenguaje, más notaba yo su excitación. La mandé soltarse el corpiño. Quería disfrutar de sus tetitas. Obedeció al instante. Estaba orgullosa de sus tetas y se notaba.

- Tú a hacer tu trabajo… estás empapada zorra –dije mientras manoseaba su coño sobre las bragas-

- Méteme los dedos –dijo con un deje de súplica-

- No puedo… tu tanguita no me deja.

- Por favor! Por favor, por favor, por favor…

- Empezá a chuparla, perra, que me estás haciendo enojar… dije mientras la empujaba la cabeza con mi mano izquierda y le daba algunas palmadas en su culo con la derecha.

Me encantaba ver cómo se ponía con este tratamiento. Sus pezones estaban duros como piedras. Se salían solos por la parte superior del suelto corpiño push up. Había salido súper sexy, y ahora ya estaba desarreglada y excitada.

La dejé hacer a ella que la chupaba como una auténtica profesional. Se notaba que disfrutaba haciéndolo. Yo estaba en el cielo. El sueño de todo hombre de treinta años: que la hija de 23 de los vecinos, fervorosamente, te chupe la pija de arriba abajo en el asiento de mi auto. Eva seguía. Pasaba su lengua por todo el tronco, para detenerse en la punta y el frenillo y volver a recorrer todo el mastil hacia abajo. Cuando estaba a punto de correrme la tomaba del pelo y la dirigía sus labios a mis huevos. Mi novia nunca me lo hace así, pero tenía en mi poder a una experta.

Su imagen era preciosa. Su mini subida por la cintura. Sus tetas saliendo por el escote. Una mancha de humedad en la parte central de sus tanguita negra que veía desde mi posición… brutal. No quise aguantar el momento y, la siguiente vez que estuve a punto de acabar, únicamente sujeté su cabeza contra mi pija porque deseaba hacerlo al calor de su boca y con la suavidad de su saliva. Se lo tragó todo. A continuación, ella sola sin decir yo nada, pasó su lengua suavemente por toda mi masculinidad para que todo quedase bien limpio. De rodillas sobre el asiento del acompañante, con las tetas colgando desde mi perspectiva, ella me miraba orgullosa y divertida.

- Lo hiciste muy bien, Evita.

- Gracias, jajaja. En esto sacaría excelente.

- Jajaja se correría la voz y tendrías que chupársela a todos los profesores.

- ¿Quién te dijo que no lo he hice? Jajajajaja… Es broma pero a alguno no me importaría.

- Eres una putita! Eva… tus padres pensando que tienen a una princesita en casa y lo que tiene es una puta que le chupa la pija al vecino.

- Grrrr qué hijo de puta. No sé porque me pones tan caliente…

- Porque te mando cosas?? porque trato como a una puta??

- Será eso –dijo mientras se llevaba impúdicamente la mano a su entrepierna para comprobar cómo iba-

Eso me dio una idea. Me estaba poniendo caliente otra vez, pero no quería cojerla.

- Eva

- ¿Qué?

- No te voy a cojer estás castigada por salir con ropa interior.

- Joooo no sabía que ibas a secuestrarme jaja

- Pero estás siendo muy buena y quiero que te hagas una paja para mí…

- Ummmmmm…. –hizo como que pensaba con una sonrisa diabólica- ¡Dale.. una sola!

- ¡Con la tanga puesta!

La tumbé boca arriba con la cabeza apoyada en mi muslo, las piernas abiertas y encendí la luz interior del auto para verla bien. Estábamos en un lugar apartado junto a una arboleda. Ella empezó a ronronear como una gatita, llevándose ambas manos a su sexo y metiendolas por los laterales de su tanguita. Yo me puse a acariciar la piel de su abdomen. Suave suave… notaba como temblaba, como respiraba… Tan pronto la hablaba suavemente, como la decía que era una zorrita viciosa en manos de su macho alfa.

A decir verdad, era esa segunda actitud violenta la que la ponía más caliente. Sus gemidos eran inequívocos. Así que saqué todo mi arsenal de insultos y fantasías guarras acerca de lo que la iba a hacer cuando consiguiese que se portase como mi putita particular.

Mis dedos recorrian su boca, por dentro y fuera, la base de sus orejas o tiraban de su pelo haciéndola mantener la cabeza un poco ladeada como si estuviera sometida. Con todo, lo que más puta la ponía era mi “trabajo” sobre sus pezones. Tan pronto acariciaba suavemente sus areolas o recorria sus tetas con mi mano abierta, como tiraba de los pezones, duros como piedras, o los aplastaba y retorcía. Cuando sus continuos gemidos se transformaban en quejas aflojaba la presión de mis dedos, e incrementaba la presión verbal:

- ¿te duele? Putita

- ummmmm

- pues te jodes… eso te pasa por ponerte en manos de un vecino caliente

- ummmmmmm –mis dedos en su boca no la dejaban contestar-

- Y no he terminado contigo, me da igual que tengas novio, pero que sepas que eres mi puta y te voy a usar cuando me de la gana.

- Síiii Por favooooor –susurraba gimiendo-

- Ahora quiero que te acabes toda como la zorrita viciosa que eres…

- Síiii… segui tocándome las tetas

- Pídelo por favor

- Por favor –puso voz de niña ahí-

Estaba completamente entregada y había sacado a un verdadero tirano de mí. Evidentemente era un juego, pero yo mismo estaba sorprendido de mi conducta. Presionaba con dureza sus erectos pezones, para liberar un poco la presión y retorcerlos. Entonces aplicaba su propia saliva y los acariciaba dejándolos resbalar entre mis dedos.

- Acabo toda, hijo de pu!!!

- Vamos puta…

- Aaahhhhhhh… ….. aaaaahhhhhhhhh hijo de pu!…. Ummmmmmmmmmm…. Síiiiiiii… síiiiiiiiiiiiiiiiiii ….

El espectáculo era precioso. Yo estaba completamente excitado de nuevo. Eva había cerrado completamente las piernas sobre sus manos y su cuerpo se contraía en espasmos. Apretaba los dientes y luego abría la boca como buscando oxígeno. El auto estaba completamente empañado. El aroma a sexo lo impreganaga todo. Yo ya no la tiraba del pelo, sólo la acariciaba dulcemente la frente. Lo cierto es que en ese momento tan íntimo la había tomado cariño.

Cuando terminó se quedó recuperándose en posición fetal. La indiqué que se volviese hacia mí y la tomé en mis brazos. Ahora sólo me salía abrazarla dulcemente. Pensaba que en el fondo soy un blando, que ahora estaba preocupado por todo lo ocurrido. Eva retomó su actitud divertida. Las mujeres son mucho más abiertas para todo. Me dijo que había sido el mejor orgasmo de su vida “y sin cojer”. Y, dándome un cariños beso en la mejilla, todo “gracias al vecinito”.

Unos minutos después la dejé en el pub donde había quedado con su novio. Antes de bajar la dije:

- La proxima vez si quieres algo conmigo espero que vayas sin bragas

- Jaja hombre malo!!, me estás pervirtiendo

- Y con tacos

- Tacos llevo hoy

- Por eso te has llevado tu dosis jaja

- ¡Qué sexy eres vecino! jajaja

Bajando completamente las ventanas del bprito , di un rodeo para ventilar el auto antes de ir con mis amigos. El partido de fútbol estaba terminando. Me tuve que inventar una excusa rara.

Con Eva no han acabado las cosas. Ella está deceosa en que me la coja y por mi mente vuelan mil ideas al respecto. Espero que pronto lo pueda contar. En el próximo capítulo.

Espero que les haya gustado. Espero votos y comentarios.

Dejo fotos de Evangelina

Mi vecinita

puta

15 comentarios - Mi vecinita

exiliado39 +1
si te cojiste eso te chupo la pijajajaaja mb relato
Lu17a5 +1
Excelente !! Quiero mas fotos Evaa!
oli_wp +1
muy buenooooo, excelente post 😉
arerbacsa +1
excelente relato, muy buena dominación de la perrita, ahora a convertirla en esclava

+5
Elmacho25x9cm +1
Excelente Relato la verdad mil felicitaciones segui asi van puntitos
SuperEdge88 +1
Que tremendo relato viejo, tremenda putita la pendeja, con razón aún teniendo novia caiste, gracias por compartir y a esperar la continuación!
semental_salta +1
Hola amigo wuaaa 🤤 !!!! EXCELENTE tù relato esta parte me encanto....

´´Con la poca sangre que aún había en mi cerebro, pues casi toda estaba en mi poronga a punto de reventar, aún podía pensar un poco. Decidí no cojerla ahí Ella, me leyó el pensamiento sin más´´

mas tarde pasos por los puntos...

Cuando quieras pasa por mi post tambièn son relatos.
dani_th41 +1
Alta historia viejo! 😛
exiliado39 +1
bue mi promesa no la cumplo ja me gustan las mujeres espero el relato y mas fotos a si queres invita deci donde y ahí estare abrazo
exiliado39 +1
quiero mas relato y mas foto
Tanito34
@exiliado39 pasa por mis otros relatos..

http://www.poringa.net/posts/relatos/2544538/Joa-y-su-hermosa-sorpresa.html
AgustinaXXX +1
muy bueno!
Tanito34 +1
@AgustinaXXX exitante y muy real..
gracias
vIoLaToR_696969
Que buen relato, excelente, divertido, excitante, entretenido, no me debute hasta terminar de leerlo! Veo que pusiste que es 100% real! Ojala y si
ale_bsso
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gustavito1986
excelente relato capo... y que putita tenes jaja
Dannyz800
Muy bueno y tremendo pero donde esta la segunda parte y la foto
smithdm
master esta mortal elrelato pero no puedo ver las fotos las cargas de nuevoo me haces el favor de pasarmela por mp