Mi tía Lili (7ma. y última parte)

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Para los que no han visto toda la serie, acá están las 6 partes anteriores

http://www.poringa.net/posts/relatos/2492603/Mi-tia-Lili-1ra-parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2494669/Mi-tia-Lili-2da-parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2497538/Mi-tia-Lili-3ra-parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2500342/Mi-tia-Lili-4ta-parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2503502/Mi-tia-Lili-5ta-parte.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/2507750/Mi-tia-Lili-6ta-parte.html

Acá va:

Nos volvimos a dormir, nos despertamos como a las 11 de la noche, yo me podía comer un búfalo a la cacerola, así que Lili se volvió a poner el delantal y se puso a cocinar mientras yo la miraba de atrás toda desnuda, solo con el cordón del delantal atado en la cintura y ese culito maravilloso que hacía un par de horas había perforado.
Comimos tranquilos, nos miramos una peli y nos fuimos a la cama nuevamente, otra vez empezaron los mimos, y muy lentamente fui bajando por su cuerpo y me dediqué a darle placer con mi lengua, me encantaba como se arqueaba en la cama de placer, como se mojaba y como empujaba mi cabeza contra ella. Descubrí que le gustaban mucho los lengüetazos bien largos y lentos, desde poquito arriba de su culo hasta por arriba del clítoris, muy lentos, haciéndola desear, y de vez en cuando meterle la lengua todo lo dentro que podía, seguí alternando “procedimientos” hasta que se fue en un largo e intenso orgasmo. Yo haciendo la del cocodrilo veía sus mejillas coloradas, sus pezones endurecidos y notaba su respiración agitada, era un poema como acababa esa mujer.
Despacito fui subiendo por su estómago besándola y rozándola con mi lengua, hasta llegar a su boca y comérsela haciéndole sentir el sabor de su concha, mientras ella me rodeaba con sus brazos y con un pie me rozaba el culo, luego de un rato de comernos las bocas, con un movimiento me dejó abajo en la cama, me la chupó un largo rato hasta que la puso en condiciones (bah, más o menos, lo estaban sometiendo a un test de resistencia), me dio la espalda y me montó.
Y empezó la cabalgata, me chupé bien el dedo mayor y se lo metí en el culito mientras ella subía y bajaba, notaba como se deslizaba alrededor de mi pija por el delgado espesor de los musculo entre el culo y la concha.
Este era el cuadro, Lili arriba mío, yo con un dedo en su culo, y la mano izquierda amasando furiosamente su pecho, y ella tocándose con una mano y con la otra acariciándome los huevos
Ufffffffffff, que placer.
Luego de un rato me vine con lo poco que me quedaba, y ella salió de mí y nos dormimos casi inmediatamente.
Cuando nos despertamos, nos echamos otro más, así nomás como estábamos, lagañosos, con un aliento no muy delicado y algo pegoteados de la noche anterior.
Nos bañamos, desayunamos, y volvimos a tomar sol los dos desnudos. Yo me dormí boca abajo y me desperté con el dulce recorrido de la lengua de Lili por mi espalda, con el roce de sus pezones, podía morirme en ese momento, no me importaba nada.
Cuando pasó la línea de la cintura, me preocupé un poquito (en aquella época muchos creíamos que si te gustaba que te toquen el culo eras puto), y Lili me lo besaba y lo mordisqueaba.
Salí medio bruscamente de ahí y le dije: Eh, pará, que querés inventar? Y ella se empezó a reír, ja, es capaz que no te gusta, obviamente le dije que no, que yo era bien machito, Y ella no podía parar de reírse. A ver como te explico, me dijo, vos sabés que yo soy una mujer, no? Que boluda, y terrible pedazo de hembra sos. Entonces lo que te haga no te hace homosexual, porque lo hacés con una mujer, o vos te crees que podés gozar sólo por la pija?
Pero no me podía convencer, y nos estábamos enojando los dos. Mirá, me dijo, dejate hacer un poquito, si no te gusta yo paro, y sabés que esto queda entre nosotros, nadie más interesada que yo en que esto no se sepa.
Bueno, pero si te digo pará, parás, sino me voy al carajo, está?
Dale nene, relájate.
No era muy fácil relajarme, pero ella siguió con sus besos en los cachetes, los mordisquitos, y luego de un rato muy suavemente me separó las nalgas y empezó con lamiditas suaves y después me pegó una terrible chupada de ojete
Y la verdad? No quería reconocerlo, pero estaba buenísimo, esa sí que era una experiencia salvaje.
Después de un rato se corrió para que me pudiera dar vuelta, se arrodilló en frente mío y me preguntó: Y? que te pareció? Pero no me mientas eh… Medio colorado, y sin saber todavía si iba a salir a la calle con un cartel de trolo en la frente, le dije que sí, que me había gustado
Liliana se puso entre mis piernas y empezó a chuparme la pija, su mano derecha acariciaba mis huevos, y su dedo mayor empezó a acariciarme entre los huevos y el culo. Esa sensación era espectacular.
Y cuando empezó a rondar por mi agujerito, me entregué… se llevó un dedo a la boca y sin dejar de tragarse toda mi pija, despacito y con mucho cuidado, lo metió en mi culo.
No se cuanto tiempo estuvo, pero cuando acabé fue con grito, una especie de rugido, no estaba convencido de que eso estuviera bien, pero que lindo se sentía.
Ese fue mi primer fin de semana con Lili, realmente me hizo hacer un curso acelerado.
Esto siguió así casi dos años, dos fines de semana por mes, mis primitos se iban a casa de sus abuelos, uno cuando estaba mi tío, en el que yo me volvía loco de celos y uno en el que me tocaba a mí, donde dábamos rienda suelta a lo que se nos ocurría. En el medio las tocadas de culo a la pasada, o las apoyadas, o la cajeteada en el medio de una reunión familiar, que a la siguiente eran respondida con una terrible masajeada de pija debajo de la mesa.
Después yo me puse de novio, y nos empezamos a alejar, porque tenía que coincidir que un fin de semana de esos mi novia no estuviera, la relación entre ella y Lili era muy tensa, y un día estalló la bomba, Liliana agarró los nenes y se fue de la casa, y se fue bastante lejos, cansada de mi tío
Siempre sentí culpa, porque pensé que si yo le hubiera seguido prestando atención ella no se hubiera ido, por otro lado también me decía que tal vez, el hecho que nos alejáramos le había servido para empezar una nueva vida.
La volví a ver un par de veces más, con unos cuantos años de separación entre una y otra vez, ella había rehecho su vida, tenía pareja, y el trato fue bastante distante, sin embargo en cada despedida, había un beso tierno y una caricia y los ojos brillosos de los dos
Este es el final de la historia con mi Tía Liliana