Nuestra Boda

La mirada de una bella joven de pelo castaño, tez blanca, ojos cafe claro, perfectamente maquillada, peinada y vestida de blanco exceptuando una cintilla roja que ciñe su cintura me devolvía la mirada desde el otro lado de el espejo.
Aún no podía creer que me gustara lo que veía, todos habían hecho un trabajo
estupendo. El largo vestido blanco me quedaba como cualquier chica podría desearlo.

Me había encantado el vestido desde la primera vez que lo vi, la falda tenía una
cantidad de velos que lo hacían parecer el de una ballerina de ballet y lo mejor
sería que no tendría que usar esa espantosa armazón o la horrible crinolina para poderle dar volumen al vestido. Solté una risita al recordar el empeño que había puesto en no usar una armazón y mucho menos la crinolina y en todos los dolores de cabeza que le di a mi madre por culpa del vestido.

Me seguí observando en el espejo mientras pasaba mis manos por la línea del
corset me gustaba la forma en que levantaba mis pechos haciéndolos ver un poco sugerentes, la cinta roja hacia que mi cintura se viera delicada, me levante un poco la falda para ver mis zapatos, esos tacones hacían que me viera un poco
más alta. Subí un poco más el vestido para poder contemplar como las finas medias blancas se pegaban a mi piel y con las yemas de los dedos subí por mis piernas acariciando lentamente hasta la línea de encaje a mitad de mi muslo.
Empezaba a sentir como la sangre subía a mi cara mientras observaba lo bien
que me habían dejado, la depilación, las exfoliaciones y demás tratamientos de
belleza habían hecho que mi piel se sintiera tan suave como la de un bebe...
Estaba perdida en mis pensamientos cuando escuche como llamaban a la puerta.

—Kali?, estas aquí?— me llene de alegría al reconocer la voz que llamaba. Y me
apresure a abrir la puerta.
—Bruno!! – chille con emoción mientras me lanzaba en sus brazos —me alegra tanto que hayas llegado.
—Oh Kali, te ves radiante – me decía mientras me hacia girar y me llenaba de
besos en la cara.
—jijiji, me alegro de que lo pienses porque la verdad es que yo me siento muy nerviosa.
— y por que habrías de estar nerviosa?. Si se te ve muy bien y no solo se te ve también se te siente— lo decía mientras deslizaba su mano desde mi nuca hasta
mi hombro y bajando por mi brazo derecho. — mmm, me encanta el color que
toman tus mejillas cuando te sonrojas y esos dientes mordiendo tus labios...
—Oh, no deberías decir eso.
—Y por que no habría de hacerlo si esta será seguramente la última oportunidad que tenga de disfrutarte.
—mmm deberías olvidar esos pensamientos eres un niño muy malo, lo sabes?
— lo decía en un tono juguetón pero a la vez nervioso.
Que el supiera que yo lo deseaba me hacia sentir un poco incómoda pero también le quería mucho como un amigo, como un confidente.
—Muy muy malo.
Estaba apunto de contestar cuando sentí como sus labios rozaban los míos, intente dar un paso atrás pero una mano sostenía mi nuca mientras que la otra me atraía hacia el por la cintura impidiendo que me zafara. Su lengua se estaba
abriendo paso y yo le dejaba hacer, me chupeteaba el labio inferior y después l
o mordía suavemente mientras lo atraía hacia el. Su lengua en mi boca se sentía tan cálida, tan dulce, tan suave, tan juguetona, tan bien que no había forma
de rechazar su beso.
Me estaba dejando llevar por el placer cuando repentinamente abandonó mi boca para bajar por mi cuello con delicadas mordidas y besitos.
—mmmm que bien hueles, Kali, te deseo! — y tras estas palabras sentí como mi cuerpo me traicionaba y mandaba pequeñas descargas eléctricas a mi entrepierna.
—Oh, la verdad es que yo también te deseo, aquí y ahora!— lo decía mientras lo acercaba a mi y le plantaba un beso. Un beso descontrolado y apasionado, uno que me hacia sentir pequeñas y dulces contracciones debajo de mi vientre.

Sin dejar de probar sus labios le quite el saco y lo tire en una silla cercana y seguí desabrochando los botones de su camisa lentamente, mientras con mis labios besaba la parte descubierta de su cuello, al fin termine de sacar su camisa y pase lentamente mis manos por todo su torso, clavando ligeramente mis uñas.
—nena, vas un poco rápido y yo también quiero saborearte— con sus manos acariciaba mi cuello y la parte descubierta de mis pechos.
—mmmm, pues si quieres saborearme tendrás que darte un poco de prisa que
este vestido tiene mucho botones y tenemos tan solo un poco más de una hora.

Al parecer era lo que estaba esperando escuchar porque inmediatamente me desabotono el vestido y lo dejo caer a mis pies, me tendió una mano para ayudarme a salir del vestido.
—Kali, te ves muy bien con el vestido pero me gustas más así. — debajo del vestido usaba el clásico conjunto de novia que consiste en corset, tanga, liguero, medias y liga blanca. El cual me daba un aspecto de chica mala pero a la vez de inocencia.
—me ayudas con los lazos?.— le pregunte mientras me gira y le señalaba los lazos de el corset.
—No, quiero que te quedes tal cual estas. – hizo una pausa mientras halaba mi
pequeña tanguita, —bueno esta si quiero que te la quites muy lentamente.
Yo en un impulso de obediencia di un par de pasos para alejarme de el, pase mis pulgares por mis caderas y tome los costados de la tanga para poder bajarla,
contoneaba mis caderas al ritmo de la música que sonaba en mi cabeza, la bajaba un poco del lado derecho y luego volvía a subir, repetí este movimiento en
varias ocasiones mientras el me observaba muy fijamente, cuando al fin termine de quitarla me acerque a el.
Poniendo mis manos sobre su pecho le besaba el cuello, el pecho y la espalda.
Dibuje con mis uñas la forma de sus omoplatos y con mi lengua Seguí la línea
de su espina hasta que su pantalón me impidió seguir, seguí pasando mi lengua siguiendo la línea de su cinturón para quedar frente a el, bese su camino y su huesito de la felicidad, me encantaba este hombre. Aparte de lo mucho que me agradaba, había un destello animal en el, que hacia que mi carne se erizara con una simple mirada.

En su entrepierna se empezaba a formar un delicioso bulto que yo moría de ganas de probar. Lo acaricie sobre el pantalón y parecía tener vida propia.
—Quieres ver como me pones?— me decía mientras me ayudaba a quitarle el pantalón.
—Puedo probar?.
—claro nena, hoy es todo para ti, puedes comer todo lo que quieras y las veces
que quieras.
—mmmm, entonces voy aprovechar para llenarme de ti.— le decía mientras bajaba su slip. — Wow, se ve muy bien.— me quede quieta por la impresión.
—Si te gusta como se ve, deberías de probarlo.— con su mano derecha tomo mi nuca y me atrajo hacia el.
Saque un poco mi lengua y la pase lentamente por la cabecita.
Y el gimió..
Y con mi lengua gire al rededor de ella, sintiendo su sabor inundando mi paladar, mientras el me observaba fijamente.
Puse mi mano derecha en sus testículos y les daba un suave masaje que intercalaba por el suave roce de mis uñas.
Y seguía pasando mi lengua al rededor, de arriba a abajo para dejarlo todo humedecido.
Pase una vez más mi lengua al rededor de su cabecita y al terminar lo introduje suavemente en mi boca, seguía moviendo mi lengua dentro de mi boca para que el sintiera el movimiento. Lo saque un poco y volví a introducirlo en mi boca esta vez llevándole hasta el fondo de mi garganta.

El gimió muy fuerte, cerro los ojos y con sus manos me empujo otro poco.
Cuando lo tenía en el fondo de mi boca comencé a hacer presión con mi garganta, hasta que sentí que el aire me faltaba y tuve que sacarlo rápidamente.
Lleve mi boca a sus testículos y los metí en mi boca mientras jugueteaba con mi lengua en ellos.
Regrese a su polla y con mi boca tome un ritmo constante mientras con mi mano me ayudaba para hacer presión. Alternaba el ritmo constante entre la presión, la succión e incluso unas suaves mordidas.
—Kali, yo también quiero comerte. — me lo decía mientras me ayudaba a levantarme y me llevaba a un amplio sillón.
Me senté y el se puso sobre mi.
Comenzó besándome, bajo por mi cuello, por la línea de mis hombros. Mientras con sus dedos acariciaba mis pechos. Abandono uno pero solo momentáneamente y para poder pasar su lengua por mi pezón.
—aaaah, que rico— gemí cuando sus dientes tocaron mi pezón. Repitió el proceso con mi otro pecho y yo volví a gemir.
Sentía como mis pechos estaban conectados con mi entrepierna y como dulces
descargas recorrían mi cuerpo.
Su mano derecha bajo acariciando mi vientre, hasta llegar a mi nalga y la apretó con firmeza, la deslizo por mi muslo y volvió a subir por el para acercarse a mi vagina.

—Ooh linda estas empapada. — lo dijo mientras acariciaba mi vagina. —te voy
a comer la concha hasta que te corras.
Y tras decirlo su boca recorrió mi vientre con pequeñas mordidas hasta llegar a mi vagina.
Sentí como su lengua acariciaba cada rincón de mi parte íntima, como jugueteaba con mi botón de la felicidad, sus dientes aprisionando mis labios y como un dedo entraba y salía de mi. A la vez que un dedo hacia presión en mi punto G.

Y yo me retorcía de placer, mi cuerpo vibraba bajo su boca y sentía como a cada momento me acercaba al precipicio del placer.
—aaaah, tienes aaaah que detenerte aaaah o harás que aaaah termine.— lo decía entre gemidos y temblores de mi cuerpo.
—Kali, quiero que termines! Quiero verte!!— lo dijo mientras aumentaba la velocidad de su ataque.
—aaaah mmmm aaaah que rico, Bruno, yo, aaaah— termine en un sonoro conjunto de gritos y gemidos que salían desde mi garganta.
—lo se nena pero, ahora sabrás lo que es estar llena de mi.—
Antes de que pudiera reaccionar a sus palabras. Sentí como me penetraba con su miembro.
—auhh— grite mientras me hecha a un poco para atrás y el me beso para silenciar mis gritos.
—aaaah, nena tu concha esta muy inflamada y se siente muy apretada y caliente y además estas tan mojada.— me penetraba muy lentamente pero sin detenerse para que pudiera acostumbrarme a su polla.
Cuando me acostumbre un poco comencé a moverme.
Y el me empezó a penetrar con un dulce ritmo lento pero constante.
Me moví para cambiar de posición y con mi mano le hice señas para que se sentará.
Me senté sobre el a horcajadas, tome su polla con mi mano y frote mi clítoris contra ella.
—mmmm, que rico es frotarme contra ti.
—me encanta que lo hagas.

Me detuve para poder introducir ese pedazo de carne en mi cuerpo.
Baje lentamente para sentir poco a poco como me perforaba. Moví mis caderas de un lado a otro, haciendo círculos, subiendo y bajando, disfrutando de esa
polla dentro de mi cuerpo.
El puso sus manos en mis nalgas y me ayudaba a subir y bajar con mayor velocidad mientras con su boca daba pequeños mordiscos a mis pechos. Después de un rato en esa posición. Me decidí a quitarme para clavar mis rodillas en el sillón y apoyar mi cara en el respaldo, Levante mi culo.
Y el se acerco para volver a penetrarme.
Me la clavo de una y hasta el fondo. Y yo sentí como una descarga atravesaba todo mi cuerpo saliendo de mi vagina y extendiéndose por mis piernas, brazos,
vientre, pechos y dedos.
Tomo un ritmo un poco salvaje, y me daba un par de nalgadas. Mientras yo levantaba mis caderas y las empujaba contra el, cada vez que sus testículos me golpeaban mi clítoris sentía como me acercaba a un nuevo orgasmo.
—te voy a llenar la concha de leche, Kali!!.
—siii, quiero sentirte terminar dentro de mi.— lo dije mientras sentía como su
miembro se ensanchaba dentro de mi.
Acelero el ritmo y no pude soportar ni un segundo más, mi vagina apretó su miembro con espasmos en serie. Y yo sentía como mis músculos se contraían y se tensaban debajo de su cuerpo.
Los dos terminamos con muchos gemidos.
Me deje caer en el sillón y el me siguió.
Descasamos unos minutos tendidos en el sillón.
Cuando iba a limpiarme me pidió que no lo hiciera, así que me vestí y mientras el abotonaba el vestido yo retocaba mi maquillaje.
—te ves muy bien, tus mejillas estas sonrosadas con un tono muy natural— me
decía mientras me daba un pequeño beso.
—gracias, tu también te ves muy bien.
Seguimos platicando unos momentos cuando llamaron a la puerta.
—Kali, ya es hora— decía una voz femenina.
Bruno se despidió para ir a tomar su lugar.
La marcha comenzó a sonar y yo empece a caminar por el largo pasillo mientras sentía como el semen de Bruno bajaba por mis muslos...
Término la misa y al salir todos se acercaban para felicitar a la nueva pareja.
Bruno me abrazo y me susurro al oido.
—Te acabas de casar, bien follada y con la concha escurriendo de leche de tu nuevo marido
...
Sólo sonreí y lo bese en las mejillas....

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