Un viernes cualquiera... y mi taxista - Relato CD(fotos)

Un viernes cualquiera, uno de esos días donde el trabajo es cansado y estresante, donde la frustración de ser un tipo oficinista acaba con la líbido, es hoy.

Un viernes entre-quincena, donde no hay dinero para ir y ligar alguna chica de esas que te pone de buenas, donde la economía de verdad aprieta el cinturón.

Llevo dos semanas comiendo poco, a raya, consecuentemente bajando de peso. He tratado de hacer ejercicio para no perder la forma, pero es difícil seguir una rutina extenuante con este ritmo.

Ustedes lo saben, tengo un gusto secreto por transformarme en la intimidad, y hoy un viernes cualquiera, es ideal para romper con todo y olvidar mis frustraciones.

Checo la hora, 7:30pm, la cartera, lo justo para el hotel y un desayuno mañana. No se como le haré y echo mano de la tarjeta de crédito para visitar suburbia.

Compro un bra negro que me hace falta, y una tanga que me queda hermosa. A juego. Poco a poco, eligiendo voy recuperando el rubor en la cara, que caracteriza a esta traviesa niña.

Al llegar a caja, es evidente la risa de quien me cobra, pero me importa poco. Desliza la tarjeta, contrayendo una deuda más. Pero es lo que menos importa. Hoy solo quiero olvidarlo todo y pasar un rato rico.

Malditos metiches, al menos me tiraran la onda, o una insinuación, pero lo que hacen solo es burlarse de una. Siguiente parada: un 7-eleven. Esta noche es de ponerme y olvidarlo todo. En casa no me espera nadie. El ticket dice un six de Indio de 450ml.

Así, paso a la guarida de esa maleta color café, que contiene el espíritu mas femenino de mi alma. Así, cargada de tripié, laptop, un six y una maleta con candado, abordo por eso de las 10 un trolebús que me lleva al sur de la ciudad. Busco el bien salavdor Hotel Montreal y llego caminando sin problemas.

Ustedes saben, que le soy fiel a mi ama, y si deseo hacer algo, debo hacerlo sola. Por eso llego sola, y espero que el super potro del amor me ayude a cometer mi delito.

La sorpresa. No hay habitaciones. Y no es tan sorprendente. El encargado solo asigna habitaciones de maximo 6 horas, y al verme sólo y con pinta de turista, me niega el servicio. Si supiera que tal vez sea la más hot de todo su hotel, e incluso si supiera que le dedicara, si me lo pidiera, un acto en la cam, tal vez me dejaría pasar. Pero obvio, no puede enterarse en este momento de mi feminidad.

Triste, sin opción de irme a casa ya, me siento en el parabus, y veo como van y vienen putas y travestis de la avenida de tlapan. Una chica incluso me ofrece un servicio, y mas que contratarla, pienso en que si tuviera el dinero, contrataria a una trans para que me enseñe a transformarme como ella. Y después que me haga lo que le venga en gana.

Pero no hay dinero. Me bebo una lata... me bebo dos. En lo que decido que hacer.

Veo la cartera. Y por fin me subo a un taxi. Lo inesperado. El tipo bromea diciendo si no va a a subir ningun de las chicas. Jajaja. Reimos. Le indico que avance y de vuelta para ir hacia el norte. El hotel mas barato que encuentre. Aunque sin internet, y no podre transmitir como quería.

Le cuento la desventura de no encontrar cuarto, y tal cual experimentado hombre, se ríe de mi.
-Amigo, obviamente no vas a encontrar cuarto en esta avenida. Dime la verdad, ¿vienes solo?
-Si, bro, no hay lana para putas

Y reimos. Le pregunte sobre su rutina de la noche y él se sincera en que no quiere llegar a su casa, y que igual que yo, frustrado sobre lo sexual.

Tal vez fueron las dos chelas que ya me había bebido, pero me animé a preguntarle su nombre.

Raul, taxista de vocación, sabedor de historias y experiencias dignas para un libro de anécdotas.

-¿Y tu a que te dedicas? Me preguntó.
-Soy instalador de redes. Vivo por el norte de la ciudad.
-¿En serio? Y porque te quedaría en un hotel en esta zona de la ciudad

Creo que ya no estaba coordinando bien mis respuestas con la fantasiosa aventura en taxqueña. Comido poco y bebido casi una caguama. Cansada y frustrada. En un arranque decidí que no tenía sentido ocultarle algo así a un hombre como él.

En ese momento, creo guarde un silencio, y como si hubiera intuido algo, en un semáforo, voletó a verme. Mi miembro estaba erecto, y el suyo, en esos jeans vaqueros, era notorio.

-No, en realidad venía al hotel por trabajo. Pero mi cliente no acudió.

No hubo sorpresa, invitandome a seguir mi empleo de ficción.

-Atiendo a señores maduros.

Una voz notoriamente temblorosa y el rubor en mi cara, y mi miembro a punto de salirse del boxer

-Me visto de mujer. Y les gusto.

😳
Esa cara puso. Y el verde se pusó. El del semáforo.

-Y lo que traigo en esta maleta es mi ropa y mis accesorios. Estoy segura de que alguna vez has oido algo así. Pareces un hombre muy experimentado. Y por demás, eres muy amable. Si te molesta algo, no tengo problema en dejar de hablarlo.

-No no, para nada...

Pero el nerviosisimo se hizo evidente. Estaba excitadísima por confesarle mi perversión.

-Pero te equivocas, en todos estos años, he visto putas, chicas que no tienen para pagarme un taxi, gays ebrios que se me declaran, pero nadie como tu.
-Jajajaja
-Pero cuéntame, si no me cuentas, no seré tan experimentado como dices...

Y reí como si eso fuera un halago

-No puedo imaginarte de chica. Ciertamente, pues eres delgada (y ambos ya hablábamos de mi en femenino) y te has de ver bien.

-Dime la verdad, Raul, ¿tienes prisa? Si te agrada compartir, te puedo contar un poco más.

Y ahi me vendí. El cambió el rumbo, apagó su taximetro y me llevo a un bar

-No me has dicho tu nombre, y no quiero que me lo digas, pero se ve que has tenido un día difícil. Y yo también. Que te parece si te invito una chela y me cuentas tu trabajo, se oye interesante. A mi también me servirá para relajarme. ¡Como cuates!

Accedí, naturalmente.

-Solo dos condiciones. Una, guarda tu maleta en la cajuela, ahí estará mas segura. Y dos. no me digas como te llamas.

-Claro que si, Rul

Y reimos.

En cuestión de 15 minutos, me invente mi trabajo anhelado, atender a hombres maduros y recibir una paga por algo que disfruto. Maduros porque ellos tambien quieren limpieza y seguridad. Y además, imagino que su experiencia le da un sabor extra.

Ya que no he estado con ninguno, no podía darle detalles de como actuaba, pero un poco de presunción no quedaba nada mal.

- ¿Quieres ver fotos?
- ¿Tienes?
- Siempre tengo que tener como venderme, ¿no?

Jajaja.

Le mostré las siguientes:

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Como si no lo creyera, me veía a la cara y al teléfono repetidamente.

-Te ves hermosa

Ruborizada de verdad. Y ya mas mareada por el alcohol

-Gracias. ¿Te gusta?

-Si, si me gustas

En ese momento, creo perdí toda dignidad, y decidí apostar un poco más

¿Quieres ver mejores fotos?

-Claro, nena!

Y le pase las siguientes

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crossdress
poringuera tv
Y su miembro se sentía explotar

Un viernes cualquiera... y mi taxista - Relato CD(fotos)

Para este punto, era interesante ver, cual de los dos estabamos más prendidos. Pero sé que yo llevaba ventaja por saber que tenía mejores fotos... y más borracha de lo que mi dignidad podía dominar.

Y ahí, mas de cerquita, le dije

-Tengo mejores fotos, pero no te las quiero enseñar aquí.

Pidió la cuenta y nos fuimos a su taxi.
Muy caballerosamente y nervioso, me abrió y cerro la puerta, y mientras daba la vuelta, preparé la artillería.

-Se vé que te gustan las chicas así.

Y no obtuve respuesta.

Empecé a acariciar su durisima polla, sobre sus jeans, y su calentura era evidente

-Tengo muchas ganas de besarte, pero no estoy lo suficientemente hermosa como para gustarte. Llevame a un lado y te lo recompenso.

En menos de 5 minutos, yo acariciandole ese miembro ya estabamos en un motel de la zona.

-Necesito tiempo para ponerme hermosa

-Tomate el tiempo que quieras, linda.

-Gracias amor. Pero no puedo dejarte así. Mira y disfruta.

Y al momento que le entregué el telefono, me abalancé sobre su pubis, haciendome su sumiso (aun).

Esta soy yo:

fotos

Y viendome ahi, inclinada en la pantalla del celular, debió haber oido el bajar su zipper y sentir mi boca sobre aquella enorme paja.

Ciertamente debí de haber tenido miedo, pero la calentura no me dejaba pensar en nada mas que en tener por primera vez un trozo real, en vez de un consolador.

-Eres una puta desgraciada

-Lo sé

-Eres tan putita que mira como me la mamas

Y ya no pude hablar. Solo sentir ese calor y ese hedor a sexo, invadiendo mi garganta, como practiqué tanto ante la camara, no tenia comparación. Sus mano derecha sobre mi cabeza, y la izquierda avanzando ala siguiente foto

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Mamar no imagine que fuera tan excitante.

Sentirme sumisa. Su puta de verdad.

Lamer riquisimo ese glande

Empecé a subir y bajar, invadir y liberar.

Me senti esclava de mis arcadas, oyendo sus jadeos y sus insultos.

-Perrisima, mira nada mas como me la pelas

Y creo que no aguantó mucho cuando vió mi fantasía mayor.

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-Argg!!! Puta, eres tan puta tan güila, Deberias ser prostituta profesional, Tendrias tu delicioso culo tan acostumbrado a pijas como la mía.

-Yo solo quiero la tuya, papi.

Y era verdad, ya no tenía razón ni destino, solo quería ser suya.

-Agrgrgggar

Chorros de leche caliente sentí en mi lengua y mi garganta. Sabía tan delicioso. Tan caliente, amarga y dulce, viscosa.

-Ummmmmm!!!!

Y le limpié la pija super rico.

-Eres una experta, amor.

-Raul, amor, eres el primer hombre a la que se la chupo, debo confesarlo

-Pues eres experta, nena. Mira como me dejaste, en mi taxi, me mamaste y estoy aun gozando tus lamidas.

-Amor, no puedo dejar esto así, quiero ser tuya. Pero no así. Ya sabes como quiero serlo.

Perfectamente entendido. Los amigos volvimos a ser, bajamos y me abrió la cajuela. Saqué mi mochila y mi maleta y subí.

En media hora estaba lista.

Le hablé desde arriba y subió.

Y Raúl se encontró con una tele reproduciendo porno, tres latas vacías de cerveza (y una para él) y esta imágen:

crossdress

Continuará....

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