Pornodromo (Sexo textual)

Lo que voy a contar ha pasado hace una hora. Él creía que al llegar a su casa comenzaría a olvidar la última escena de cuando la dejó en un hotel, la vio recostada en la orilla de la cama justo cuando asomaba su vista antes de cerrar la puerta sin despedirse.
Todo comenzó un miércoles 15 de marzo, cuando recibió una llamada, la voz era familiar pero no recordaba quien era, sabía que un día marcaría de nuevo pero no imaginó que hoy sería la llamada y mucho menos estando en Tuxtla que no fue la ciudad donde se conocieron.

Sonó su celular con un fragmento de Get Lucky de Daft Punk.

–Bueno –Dijo casi al instante de contestar.
–Hola, hoy quiero verte. –Dijo ella nerviosa.
–Disculpa, no sé quién eres, no tengo tu número.
–Ya son casi dos años, nos conocimos en San Cristóbal en Pura Vida.
–Creo recordarte, ¿Por qué ahora?
–Arturo, recuerda lo que hablamos aquel día.

Un mar de ideas llegaron a su mente, nada parecía ser real, ¿quién recordaría una conversación de hace tanto?

–Recuerdo que sentí haberte conocido toda la vida.
–Sabía que también lo habías sentido. Lo dudaba, por eso tardé tanto.
–Vamos a comer y hablamos.
–Parece que ya lo has planeado todo.
–Te veo en la marisquería Marvin de la 6a Oriente al medio día.

Colegiala

Al bajar de la moto vio que ella descendía de un taxi, iba vestida con una falda azul corta a cuadros, mallas negras, zapatillas, una blusa que dejaba ver la forma de sus pechos y pudo ver su bien formado trasero cuando ella se dio vuelta para pagar. Él se quitó el casco para que lo reconociera, se acercó y le dijo:

– Laura, te ves muy bien, muy guapa, me agrada verte.
– Sabía que te iba a gustar.
– Entremos.
– Arturo sé que no deseas entrar, no hablas mucho en lugares públicos.
– ¿Subirás vestida así a la moto?
– ¿Pretendes que camine?

Ella había demostrado algo, no pensaba darle el control de la situación, Laura quería llevarlo a su terreno, tenerlo en su trinchera para poder controlar desde ahí el curso de la guerra que deseaba desatar entre los dos. Y funcionó, ahora él se encontraba un poco distraído, tratando de ajustar las variables del nuevo escenario al que había sido orillado.
Durante el camino, él pudo sentir el cuerpo tibio de ella en su espalda y justo antes de llegar al hotel, ella acercó su boca al oído de él solo para hacerle notar su respiración. El cuerpo de Arturo reaccionó al instante, el hormigueo bajó de su cuello hasta uno de sus glúteos e intentó fingir que no se sentía afectado, hacía mucho tiempo que nadie le hacía sentir eso.

Hotel

Él abrió la puerta, pretendió ocultar su mirada lasciva usando la mirada periférica. Realmente la deseaba, entre espejos, cortinas y un televisor, deseaba besar sus labios rojos, quería meterse entre sus pensamientos y debajo delas sabanas escribirle sobre la piel un millón de veces su nombre con la lengua.
Ella entró con calma, pretendía alargar ese primer momento en el que podía coquetear frente a él sin que nadie los viera. Se detuvo frente a la cama y soltó uno de los botones de su blusa, giró la cabeza y uso su primer arma contra él. Sonrió como tantas veces ya lo había hecho, pero con la sangre hirviendo, esperaba que él viera primero la piel que ahora dejaba ver su blusa.
Arturo destapó una cerveza, en el primer trago casi agotó más de la mitad sin abrir lo ojos, en verdad hacía calor, era un calor que venía no solo del ambiente, venia de muy adentro y aumentaba cada vez que él miraba los labios de Laura. Al abrir los ojos y justo cuando dejó sobre la mesa de la habitación el envase, dirigió su mirada a los labios y mejillas de Laura que en ese momento accionaba el interruptor del clima. De alguna manera no podía resistir verla y no podía evitar querer besar su rostro.
Realmente no se conocían, la primera vez que hablaron el tiempo fue fugaz y apenas se contaron un par de historias para intentar conocerse. Ese día él se encontraba fuera de un bar fumando un cigarro cuando ella salió con una de sus amigas, al verla, Arturo pensó "me parece in alcanzable".
Ella caminó hasta donde estaba él y viéndolo fijamente tomó la cerveza que quedaba sobre la mesa y la terminó de un solo trago. No había duda, Arturo ya solo controlaba su cuerpo, al menos eso creía hasta ese momento. Laura acercó una de sus mejillas a la boca de él sin tocarlo, por un segundo el tiempo se detuvo, nada avanzaba.
"Quiero un cigarro" dijo ella y se apartó de él quien le contestó "no puedes vivir sin comer, pero si puedes hacerlo sin un cigarro". La actitud de ella cambió, él retaba a cada momento sus deseos, como si se <<resistiera al arresto>>.

Primer asalto

–Está bien en ese caso no me hagas esperar.
–Primero deseo hacer una pausa en tus labios.
–No tardes... –Y fue interrumpida con un beso de él.

Arturo pronto comenzó a acariciar el cabello de ella. Ambos cerraron los ojos al mismo tiempo, ahora se encontraban mirándose con las manos, con cada uno de sus dedos y brazos, poco a poco comenzaron usar todo el cuerpo pasa sentirse sin haberse quitado una sola prenda de ropa, se iban reconociendo y recordando lo que sintieron la primera vez que se cruzaron en la vida.
Él se detuvo un instante, se apartó un poco porque quería ver sus labios de cerca, poco a poco comenzó a besar sus mejillas, lentamente y con su lengua tocaba la superficie de su piel y sorbiendo por momentos cada beso que le daba, iba despacio mientras con sus demás sentidos trataban de adaptarse a lo que el cuerpo de ella pedía, quería hacerla sentir más.
Ella por su parte ya comenzaba a respirar agitada, metió una de sus manos debajo de la camisa que él traía y por primera vez sintió su piel, sintió el aroma que había olido el día que lo conoció y que tanto le gustaba. Acercó su boca al oído izquierdo de él y comenzó a morderlo poco a poco, dejó de sentir los besos en su cara y dejó salir un sonido sordo en el momento en el que él entro en el territorio de su cuello.

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Ambos deseaban unir sus cuerpos.


Deseo

Usó su mano izquierda para quitarle el bra negro que ella llevaba, sintió como eso le causó un ligero estremecimiento y no paró hasta que ella y él estuvieron desnudos. Ella se acercó a sus labios y poco a poco comenzó a mordérselos, sentía como sus dientes llegaban al punto de no querer detenerse y le excitaba esa sensación.
El único lugar que había para esconderse era debajo de una sabana, ella la usó como trinchera, quería recobrar el control de la situación, fue entonces que él utilizó el momento a su favor y levantó lo suficiente las sabanas para entrar debajo metiendo la cabeza primero, poco era lo que podía ver pero se guiaba besando las piernas de ella e iba subiendo poco a poco, pronto llegó al borde de su <<venus>>, no intentó aterrizar ni un solo beso en su sexo. A la altura del ombligo de ella soltó un beso <<frío>> que supo la haría estremecer.
Para ella, cuando parecía que las cosas no podían cambiar, él, con gracia utilizó su lengua para recorrer desde abajo y hasta el pezón el seno de ella, la primera vez fue lento y cada vez que lo repetía cambiaba el ángulo de su lengua para darle a ella una nueva sensación.
Al tiempo, ella puso sus manos sobre el cabello de él, iba masajeando poco a poco el cuero cabelludo de él, quería tomarlo de los cabellos y comenzar de una vez lo que llevaban rato postergando, ella quería demostrarse que gozaba del control de la situación.

Sexo oral

Lo apartó un poco y él giró para quedar recostado junto a ella. En la luz que quedaba, él pudo ver cuando le comenzó a besar el pecho y creyó haber imaginado la sonrisa que ella tenía cuando bajaba lentamente respirando, casi oliendo su piel hasta su entrepierna y besar su miembro sin llegar a chuparlo.
Llevaban muchos minutos así, ya se encontraba completamente mojada, él se dio cuenta cuando ella le besó una ingle y acercó su vagina a una de las piernas de él, comenzó a moverse, se sentía húmeda y caliente y quería que él lo supiera, deseaba que lo supiera pronto.
Ella levantó la vista y pudo ver los ojos lascivos de él, supo que se iba transformando en quien realmente había imaginado que era, fue en ese momento que metió el pene de él dentro de su boca y pudo sentir el líquido seminal saliendo gota a gota dentro, comenzó a gustarle el sabor que tenía en la boca, la lengua la usaba para <<comer>> la cabeza del glande y recorrer poco a poco el borde.
Cuando se apartó supo que él buscaría hacerle lo mismo, y sabía que se sentiría decepcionada si no le hacía sexo oral. Ella se acomodó boca arriba insinuándole sus deseos, mostrando el camino a <<venus>>.
Deseaba <<comerle>> su sexo, aunque no intuía ya si debía dirigirse rápidamente, así que cerró los ojos y poco a poco comenzó a besarle el vientre mientras se acercaba a la entrepierna. Cuando estuvo ya ahí, comenzó con su lengua ligeramente a jugar con su ingle, le abrazó las piernas que le quedaban a la altura de la cara y tocó de abajo hacia arriba con su lengua los labios carnosos de su vagina.
Poco a poco sintió como su boca se le iba llenando con su sabor. Abrió los labios de ella con la lengua y buscó el clítoris con cuidado, lo puso en la punta de su lengua y comenzó a rodear la piel poco a poco, después de un momento sintió que se iba poniendo duro y fue entonces que cambió el movimiento para hacerlo de abajo hacia arriba. Se detuvo y bajó hasta la entrada de los labios menores, con ritmo fue introduciendo su lengua dentro de ella. Él ya estaba completamente excitado.

Gemidos

Supieron en ese momento que ya no querían controlarse, no debían, ya no ocultaban los gemidos que hace unos momentos intentaban evitar, y que ya no sabían de qué boca provenían, deseaban ambos hacerse sentir aún cada vez más.
Se incorporaron, por instinto se besaron, sin pudor, sin tabú. Ahora los dos deseaban lo mismo, comenzar una guerra sin cuartel. Ninguno de los dos recordó en ese momento a su propio amor, al amor de su vida, porque tenían algo en común, su corazón pertenece a alguien más que nunca estará con ellos.
Pudieron ser uno solo por un momento, porque cuando besa la locura cualquier interpretación es buena y se estaban interpretando el uno al otro.

Penetración

Se unieron haciendo el <<amor>>, él pudo sentir el momento en el que entró y la humedad de ella lo fue inundando, mientras sintió el inmenso calor interno. Ella supo cuando él entró y el latir de su pene dentro la excitaba aún más, lo abrigó con las paredes de su vagina mientras estas se iban abriendo a su paso. Comenzó a moverse en la posición de misionero, buscaba los labios de ella, buscaba morderla y ella a él, pronto fue subiendo el tono de los gemidos que se fusionaban.
A ratos él estaba arriba, a ratos ella. Pronto él buscó estar detrás para sentir los glúteos de ella y verlos al mismo tiempo, y vertiginosamente le vino la imagen de ella con la falda corta con la que la había visto llegar, y la imaginó sobre la moto, imaginó como se pudo haber visto y eso le bastó para excitarse aún más.
Sin cambiar el ritmo, las embestidas se volvieron aún más fuertes, ella comenzó a sentir como en cada embate el glande la tocaba en el fondo justo en un punto que le gustó, algo que la provocaba más y más al grado de gemir con fuerza que provocó aún más placer en ambos.
Pasó algún tiempo, no sabría decir cuánto pero parecía que toda la vida habían practicado para <<coger>> aquel día, aquella tarde en la que ambos habían sentido uno de sus mayores orgasmos. Él comenzó a besarle la espalda cuando hubieron terminado y subió poco a poco a la nuca de ella para darle varios besos y abrazarla por la espalda.
Supo cuando ella se quedó dormida, la dejó recostada y junto a ella una nota con la dirección de este blog.

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