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Estaba hecho, lo de Pablo había sido maravilloso, una muy buena elección de mi parte.
Cuando llegué al departamento me duché y me tiré desnuda en la cama. Pensando en él busqué el consolador en el placard y me hice una paja de aquellas. Me había faltado tiempo para disfrutarlo entero.
A la mañana me fui a trabajar, tenía que pasar por la oficina a retirar las dos botellas de vino.
Cuando llegué la secretaria me presentó a una nueva vendedora, Sofía. Una chica de mi edad algo gordita pero muy bonita y simpática, de pelo tirando a pelirrojo y ojos verdes. Llamaba la atención. Nos saludamos y el Jefe nos explicó que quería que durante unos días fueramos juntas así aprendía lo de las ventas.
Nos fuimos a tomar un café y además de explicarle cuál era la tarea, conversamos sobre nosotras. Me contó que también era casada con dos chiquitos y que vivía en Palermo.
Me acompañó a hacer una entrevista que no resultó productiva, pero si las conversaciones que tuvimos nosotras.
Parecía buena mina, tenía unos pechos majestuosos, grandes y parados, buen orto y lindas piernas. Le expliqué que tenía que hacer uso de esto para laburar. No se sorprendió para nada, se notaba que tenía calle la Sofi.


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A la noche volví a casa de mis padres y después de cenar me quedé un rato conversando con Roberto. Me dijo que tenía que viajar al interior por un par de días por su trabajo, yo me imaginé que Mercedes debía ser parte del trabajo pero no dije nada.
Al día siguiente pasé por el kiosco, Pablo me recibió con una sonrisa y un beso de mejilla, yo no quería armar bardo en el barrio asi que mantuvimos las distancias. Ese día los cigarrillos me salieron gratis.
Me iba para el centro y al cruzar una calle un tipo de un auto paró al lado mío y me preguntó no reacuerdo que calle buscaba. Era un auto nuevo importado esos de cuatro circulos. Unos 35 pirulos, rubio de ojos celestes y pelo lacio, muy pintón el tipo. Le dije donde quedaba la calle que buscaba y agradeciendo me dio su tarjeta, la guardé parecía tener plata y podía ser un futuro cliente de los vinos.
Terminó Febrero, no fue buen mes pero ya había pasado.
Las clases empezaban a mediados de Marzo por lo que los chicos seguían con los abuelos.


Una noche que estábamos en el departamento sonó el portero eléctrico, Roberto atendió y me dijo que era Juan. Me sorprendí que hubiera venido a casa, no sabía que quería. Roberto ya sabía quién era y me dijo que si quería lo hiciera pasar. Esto me sorprendió mas todavía. Le dije que subiera que estaba con Roberto, no sabía bien cuál iba a ser la reacción de los dos, pero ya estaba metida en el baile.
Hice pasar a Juan al living, se saludaron con Roberto como buenos amigos y yo respiré tranquila.
Servimos café y whisky, Juan solo tomaba jugo que le preparé. Conversamos un poco de todo amigablemente. En un momento Roberto se disculpó por que se iba a duchar. Nos quedamos con Juan sentados en el sillón del living y cuando escuchamos cerrarse la puerta del baño, los dos nos abrazamos y nos besamos



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Esto sí era distinto, tenerlos a los dos ahí tan cerca era todo un desafío para mí. Yo estaba con blusa, corpiño y pantalones por lo que Juan me acariciaba por encima de la ropa. Yo también le acaricié el bulto por encima del jean hasta que con un movimiento rápido lo sacó y me pidio que se lo chupara. No sabía que hacer y si tendría tiempo antes que Roberto terminara, tenía que pensar rápido.
Pero la tentación de la pija de Juan y el momento irreal que estaba viviendo fueron mas fuertes que el razonamiento.
Me agaché la agarré y me la metí en la boca. El se recostó en el respaldo y me agarró la cabeza para acariciarme el pelo.
Se la chupé con ganas y me la metí hasta la garganta para hacerle la paja con el paladar. Juan por lo bajo decía si, si, así, así y yo trataba de taparle la boca con una mano para que no se escuchara. Todo duró muy poco, sentí como la leche me llenaba la garganta y la boca. Me tragué todo y volví para chuparle los restos de semen de la pija. Juan la guardó, lo besé y muy modosita me puse de nuevo a conversar.



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En eso apareció Roberto que había terminado con el baño. Juan se despidió, agradeciendo el jugo, me dio un beso en la mejilla y se fue.
Nos quedamos con Roberto tomando el whisky servido. Entonces para mi sorpresa me dijo que él también quería una mamada. Había visto todo, yo no lo podía creer, el muy hijo de puta se había quedado afuera del baño para ver que hacíamos nosotros.
La situación era bastante irregular pero aparentemente se lo había tomado con mucha calma. Se acercó a mí, me besó y me preguntó si lo había disfrutado. Dije que sí y con gran soltura me dijo que le hubiera gustado participar a él también. En este punto pensé que ya nada me iba a sorprender, pero esto sí era una verdadera sorpresa.
Me dijo que no había aparecido por que no quería asustarnos, pero que seguramente tendríamos otra oportunidad.
Lo besé y me arrodillé para darle a él también una buena mamada. Hice lo mismo que con Juan y Roberto me ofreció también una buena ración de leche aunque con ese gusto tan particular que tenía.



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Cuando terminé de chuparla nos besamos y nos fuimos a la cama.
El se durmió enseguida, pero yo me quedé pensando como había cambiado mi vida sexual en tan poco tiempo, de una pendeja calladita a una máquina sexual.
Esto se ponía cada vez mas interesante.
Besos

3 comentarios - 16 de 17

AussieAG
Falta solo un episodio, peo son tan interesantes que desearia que continuaran.

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Jumatan
Habría que encontrar a la escritora...
angieyruben
La relación con su pareja es cada vez más perversa y sin dudas se ha convertido la querida protagonista en una auténtica máquina sexual, esperamos el desenlace !!!

Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!

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La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!