La sirvienta, la hija y el padre!

Hola Poringueros!
Antes de empezar les digo que este relato no es de mi autoria y el que quiera saber de donde es pidanmelo por MP y lo paso!
Si ya esta posteado, pasenme el link y si es igual a este lo borro!
Gracias desde ya!



Todo ocurrió hace solo una semana, Marcela de 18 años, morenita de 1:60 de estatura y cuerpo redondeado por su adolescencia tardía, tenia meses que se había hecho muy amiga de Fabiana la sirvienta de la casa, una chica de 18, como su edad, muy blanca de piel, contrario a la piel morena de Marcela, pero de cuerpo muy delgado y bien formado que la hacían parecer mayor y mas madura.
Faby tenia un cuartito en la azotea de la casa a donde por las noches iba Marcela a hablar con ella “cosas de mujeres”. Pero una noche Faby se rió de Marcela cuando ésta le conto el “excitante” beso que le había dado su novio. Faby se burló de ella, le dijo que ya no era una niña para andar con esas cosas todavía, que ya era mujer. Marcela en vez de enojarse quedó intrigada, fue entonces cuando Faby le comenzó a hablar de su agitada vida sexual, Marcela quedó espantada y maravillada a la vez de saber que una chica de su edad era tan liberada y experimentada cuando en su casa ella era solo una niña. A partir de entonces Marcela solo iba a la azotea a escuchar las historias y consejos de su amiga Faby, sin darse cuenta Marcela se excitaba al escuchar los pasajes mas candentes de la vida sexual de la chica y al volver a su habitación y recostarse en su cama se imaginaba protagonista de tales historias.
Una noche que no podía dormir, a Marcela se le hizo fácil, a pesar de la hora, ir a despertar a Faby para que le contara más historias calientes por lo que se dirigió a la azotea con mucho cuidado de no tropezarse en la oscuridad de la noche sin luna. Al acercarse a la ventana la chica vio luz y se acercó a tocar el vidrio pero se quedó estupefacta al ver a través del mismo. Un hombre de anchas espaldas estaba entre las piernas abiertas de Faby, moviéndose con fiereza y penetrándola como un animal. Hasta donde se encontraba Marcela llegaban los gemidos de la joven sirvienta, eran fuertes y acompasados y era obvio que estaba disfrutando mucho la cogida. Marcela se comenzó a calentar, se fijaba en cada detalle de la fuerte espalda del hombre, en sus nalgas que se movían con fuerza al penetrar a la chica, en sus fuertes brazos, su grueso cuello. Era obvio que era un hombre mucho mayor que Faby, con mucha experiencia y esto calentó mas la febril mente adolescente de Marcela.
Ella estaba hipnotizada viendo como las nalgas del hombre se movían con fuerza metiendo y sacando es verga seguramente gruesa de la conchita de Faby. Marcela se recargó contra una mesa de planchar que estaba cerca de la ventana y comenzó a frotar su pubis contra el borde de la misma.
En su mente comenzó a fantasear que era la chica que tenia entre las piernas a ese macho experimentado tan potente. Moviendo sus caderas empujaba su pubis contra la mesa y se imaginaba siendo penetrada con fuerza. Casi había olvidado donde estaba cuando el hombre se separó de la jovencita sirvienta. Marcela se sobresaltó y se quedó congelada deseando no ser descubierta y esperando a ver que hacia esa pareja tan desigual, ese hombre tan fornido al que Marcela alcanzaba a verle algunas canas en las sienes y Fabiana una chica de 18 años, de cuerpo pequeño y delgado.
El hombre tomó a la joven sirvienta por las caderas y con suma facilidad la levantó y acomodó en posición de perrito, su cabeza apuntando hacia la ventana donde Marcela se encontraba. Aunque estaba muy oscuro afuera para ser vista, Marcela se hizo hacia una orilla de la ventana pero sin dejar de ver. La jovencita se calentaba enormemente con las imágenes que tenia frente a sus ojos, tenia una mano entre las piernas y se frotaba viendo la facilidad con la que el tipo manejaba el cuerpo de su amiga Faby, el contraste de su cuerpo pequeño con el cuerpazo enorme del tipo y Marcela comenzó a respirar por la boca cuando el tipo se comenzó a acomodar tras Faby para penetrarla en esa posición.
Marcela estaba excitadísima, creía que iba a alcanzar un orgasmo en ese momento, el tipo estaba agachado acomodando su verga en la conchita de la jovencita sirvienta y Marcela comenzó a frotarse con mas fuerza casi alcanzando el orgasmo. y cuando este llegó y explotó en su cabeza, el tipo por fin levantó el rostro y comenzó a bombear su verga en el cuerpo de Faby. Entre las oleadas del orgasmo, entre el placer y la sorpresa, Marcela vio el rostro de su padre. El hombre fornido y maduro, el tipo potente y brutal con el que Marcela se había excitado tanto era su propio padre.
Entre tropezones en la oscuridad y su conchita escurriéndole entre las piernas Marcela, toda confundida, se dirigió a su recamara. Muchas cosas se iban acomodando en su cabeza, el hecho de que era evidente que su padre se cogía la sirvienta desde hacia tiempo y que Faby lo disfrutaba enormemente. No era raro que su padre necesitara un desahogo pues Brenda su esposa, y madre de Marcela, se había pasado los últimos meses yendo y viniendo varios días a la semana a una población vecina donde vivía su madre para cuidarla pues estaba sola, y como decía que sus dos hijos ya eran grandecitos para cuidarse solos pues se iba, pero ahora notaba Marcela que sus padres estaban algo distanciados si no, no se explicaba eso.
El cerebro de Marcela comenzó a bullir de ideas, tratando de alejarse de la imagen de lo que había visto se imaginó a su pobre padre solo en su recamara y si la calentura era hereditaria entonces estaría tan necesitado como ella y deseando sexo todas las noches, con razón terminó seduciendo a Faby. Y así Marcela sin darse cuenta comenzó a imaginarse de nuevo a su padre en el cuarto de la azotea cogiéndose como un animal a la jovencita sirvienta, su amiga y confidente. y se comenzó a masturbar descuidadamente de nuevo imaginándose la escena y ésta comenzó a volverse su fantasía favorita.
En los días siguiente fantaseaba que a espaldas de su padre dejaba la escuela y se buscaba un trabajo de sirvienta en una casa lujosa, se excitaba imaginándose toda clase de maltratos pues siendo de clase acomodada no sabia lo que era eso y ser tratada como una cualquiera, una sirvienta, se imaginaba siendo observada con lujuria por los hijos de la casa, ella con ropa sexy y uniforme cortísimo, pero se excitaba mas al imaginarse al supuesto patrón de la casa, se lo imaginaba maduro y fuerte y terminaba fantaseando que ese hombre de sus sueños se la cogía en la cocina, el patio, la sala y la recamara de los patrones. Aun en la escuela mojaba las pantaletas al fantasear.
Días después volvió en la noche a buscar a su amiga Faby, y aunque lo deseaba no esperaba pero al acercarse ala puerta escuchó los gemidos de la adolescente sirvienta y el ruido de la cama con el movimiento y forcejeo sexual. Marcela se recargó contra la puerta y comenzó a masturbarse escuchando los ruidos del sexo, los pujidos y gemidos de Faby, y comenzó a escuchar los pujidos y murmullos del tipo que se la cogía y que llamaba puta a la chica que penetraba. Marcela se alentó aun mas con esto, metía sus deditos lo mas que podía en su virgen vagina e imaginándose que era ella a la que llamaban puta y penetraban con fiereza.
Luego el tipo, por el ruido, pareció que aumentó la intensidad de sus embestidas y comenzó a levantar la voz poco a poco “Así putita, así puta!!” le decía, Marcela ya demasiado excitada para razonar reconoció que era la voz de su padre. “Mueve el culo perrita” le decía a Faby su amiga, y Marcela enloquecía de excitación, era algo que no podía controlar, su cuerpo tomaba el mando. De alguna manera, a través de la puerta, se sentía parte de la acción, adentro sobre la cama estaban disfrutando del sexo desesperado, febril y salvaje su mejor amiga y su padre. Sentía que ambos le pertenecían, por amistad y parentesco y ahora que sabia lo que llevaba adentro su padre lo veía de una manera distinta. En el frenesí Marce se masturbaba fuertemente y se tropezó hacia enfrente volteando una cubeta metálica que hizo mucho ruido. como pudo se escondió y al rato salió su padre por la puerta alarmado pero para sorpresa de Marce, aun desnudo. Marce sonrojada lo observaba desde su oscuro escondite. respiraba por la boca excitada por el susto y la adrenalina. No pudo evitar recorrer el cuerpo desnudo de su padre con la vista, su cuerpo de hombre maduro, sus músculos suaves pero definidos, su rostro decidido, y sobre todo su vista se quedó clavada en su verga aun erecta, tan gruesa, tan llena de venas, algo que nunca antes había visto, a Marce le pareció algo hermoso, como si su padre la blandiera como una espada, orgullosa y dura, a Marce por ser de su padre, le pareció mas hermosa aun y se sintió orgullosa de ser hija de un hombre tan varonil. Cuando el volvió a entrar en el cuartito Marce se apuró a bajar a la cocina y temblando se sirvió un vaso de agua para calmar los nervios, pero saltó del susto y casi deja caer el vaso cuando a su espalda oyó la voz de su padre autoritaria preguntándole que hacia levantada a esas horas. Marce se dio la vuelta sonrojada, con la mirada hacia el suelo y le contestó que le dio sed y que ahora volvía a la cama. Su padre al verla como apenada y creyéndola adormilada se acercó a besarle la frente; pero al hacerlo como Marce tenia la mirada hacia abajo pudo notar la erección que adivinaba en el pijama de su padre y al abrazarla para besarla esa erección tocó el vientre de Marce que se estremeció como nunca en su vida. La verga de un verdadero hombre, una erección estupenda la había tocado por primera vez en su vida aunque fuera a través de la tela. Marce después que su padre se retirara prácticamente corrió a su recamara a seguir masturbándose imaginándose a la sirvientita, su amiga Faby y todo lo que ella disfrutaba a su padre.
Prácticamente estuvo en vela toda la noche fantaseando en lo que hacían Faby y su padre en ese cuartito hasta que agotada se quedó dormida casi al amanecer con su mano entre las piernas.
A las diez de la mañana, aunque era sábado, su padre se preocupó porque aun no se levantaba y la fue a buscar, sin tocar entró y la vio en ese estado, enrojeció y se cohibió “hija levantate ya es tarde” le dijo y se fue a su propia recamara de donde no salió hasta la hora de comer.
Al sentarse a comer su padre seguía cohibido pero Marce solo se fijaba en la gran sonrisa de Faby y que brillante se le notaba, seguro por todo lo que disfrutaba por las noches. Marce la admiraba mas que antes y cuando Faby le servía el plato al jefe de la casa no pudo evitar imaginarse, en esa cercanía, los besos y caricias prohibidas que se daban en las noches solos en aquel cuartito, Marce sintió como se humedecía en cuestión de segundos, y deseó para ella tanto placer que su padre y su amiga y sirvienta compartían.
Esa noche sus fantasías fueron mas intensas, se imaginaba como sirvienta en una casa pudiente, su fantasía favorita, pero esta vez en su fantasía, mas que insinuaciones y miradas todo era plenamente sexual. Marce se masturbaba furiosamente al imaginarse sirvienta y esclava, como los miembros de la casa donde trabajaba la tomaban a placer de todas las formas imaginables y luego la ofrecían a las visitas, todos hombres, que la usaban y disfrutaban como a una verdadera hembra. Marce sentía que explotaría de deseo esa noche si pronto no tenia alivio.
El domingo era el día libre de Fabiana pero como no tenia nada que hacer en su casa se quedó en su cuartito, y como el lunes era día feriado y no se trabajaba el padre de Marce salió por la noche con sus amigos, su hermano mayor se acostó temprano y en cuanto Marce estuvo segura que se había dormido subió al cuarto de Faby para cuestionarla sobre su vida sexual sin preguntarle nombres, se moría de la curiosidad de saber que sentía su amiga, casi de la misma edad, al ser cogida por un hombre como su padre. Al llegar Marce encontró la puerta abierta y entró, sobre el pequeño tocador había una nota, “Señor Oscar, de ultima hora decidí si irme a casa, vuelvo el martes”.
Marce se rió para si misma, “La muy puta todavía le dice señor muy respetuosamente al hombre que es su amante y la posee cuando quiere” pensó.
Riendo se dejó caer sobre la cama, ahí se sintió sensual y se restregó en las sabanas pensando en las muchas horas que esa pareja había pasado ahí disfrutando de los prohibidos placeres de la carne.
Marce se excitaba solo de imaginarse los gemidos de Faby y los pujidos y bufidos de su padre. Sumamente caliente Marce se puso de pie y empezó a hurgar en los cajones de Faby, los registró todos, y encontró lo que quería, la mas caliente lencería de la putita de su amiga y algo que no esperaba encontrar, un pequeño vibrador rosado a baterías.
Marce se desnudó y se probó los distintos juegos de lencería, se veía en el espejo divertida y de vez en cuando ponía su mano entre las piernas y acariciaba sus senos.
Después de muchos minutos de hacer esto Marce se decidió por un ajuar que consistía en un bra azul rey de encaje, muy pequeñito, medias negras, liguero que hacia juego con el bra, zapatillas negras de tacón alto y nada de bragas. se sentía tan puta como su amiga la sirvienta.
Apagó la luz, se acostó en la cama y luego de averiguar como encender el vibrador comenzó a pasárselo entre las piernas, el solo sonido del zumbido eléctrico del aparatito era suficiente para excitarla, pero la vibración que masajeaba su vulva le llenaba la cabeza de ideas y sensaciones, comenzó a soñar de nuevo con su fantasía favorita, solo que ahora en el escenario ideal, estaba en el cuartito de la sirvienta, con su ropa, en su cama y con su vibrador entre las piernas.
Pronto se estaba imaginando que el cuartito estaba en una casa que no era la suya, y que escuchaba pasos acercarse a la puerta, la puerta se abría y en pijama entraba un hombre maduro, el patrón, en su calentura y casi sin darse cuenta le puso el rostro del papá de una de sus amigas, el señor Esquerra, un hombre fornido y con sienes canosas que a Marce siempre le había parecido muy guapo. El señor de la casa le sonreiría y sin mas preámbulo se abalanzaría sobre ella para besarla de pies a cabeza, dulcemente y sin dejar lugar sin cubrir por sus labios. Imaginándose esto Marce estuvo a punto de perder su virginidad con el vibrador, pues en su frenesí masturbatorio casi se lo mete imaginándose que era la verga del papá de su amiga. Al darse cuenta de su casi error siguió frotando el vibrador pero solo por encima de su vulva tratando de concentrarse en sus sensaciones sin perder de vista su conchita. Pero pronto su imaginación se apoderó de ella y de nuevo estaba imaginándose el cuerpo desnudo del señor Esquerra, su verga probablemente gruesa y algo corta que se metería en su caliente y apretada conchita. La calentura en su cabeza aumentaba a cada segundo y por fin decidió febrilmente que si un vibrador le quitara la virginidad seria algo sin importancia que después de todo facilitaría y le haría disfrutar mas su primera relación con una verga de verdad.
Tratando de humedecer completamente el aparatito con sus jugos lo frotó y frotó sobre su vulva hasta sentir que lo había logrado. Luego maniobrándolo lo apuntó hacia su entrada vaginal para empujarlo lenta pero fuertemente, esperando no sentir dolor. Pero la puerta se abrió de golpe, de la sorpresa la chica dejó caer el vibrador sobre la cama y luego éste rodó hasta el suelo. Despatarrada sobre la cama, con cara de estupefacción Marce en la oscuridad solo pudo distinguir dos figuras masculinas paradas en la entrada del cuartito.
-”Te dije que aquí iba a estar todavía la putita!!”- dijo la voz ronca de uno de ellos evidentemente alcoholizado. Marce se dio cuenta que la luz que entraba por la puerta iluminaba la parte inferior de su cuerpo y sobre todo sus piernas abiertas y su vulva húmeda y enrojecida, asustada se encogió hasta llegar a la cabecera de la cama donde no llegaba la luz.
-”Vas a ver que putita tan rica”- dijo la misma voz que Marce pareció reconocer-”Vamos, soy hombre de palabra, perdí la apuesta y ahora te cedo por esta noche el pedazo de conchita que me he venido comiendo”- le decía al otro animándolo a acercarse a la cama -”Anda Argento no seas pelotudo”- le dijo casi en un gruñido.
-”Esta bien loco, no va a ser la primera vez que me coja a una putita de esa edad”- contestó el otro riendo. Argento, su tío Argento, pensó Marce. El tío Argento era un amigo de la infancia de su papá y al que por la costumbre y la familiaridad llamaban Tío Argento aunque realmente no fuera su pariente. Pero Marce lo adoraba, desde niña siempre la alentó y le daba los mejores regalos.
Ahora ese hombre que era un ejemplo para la chica se agachaba sobre la cama y tomaba fuertemente a Marce por uno de sus delicados tobillos para arrastrarla hasta el centro de la cama. Con la otra mano, en cuanto pudo, manoseó torpemente la vulvita de la chica y luego se llevó los dedos a la nariz.
-”Está bien mojadita, se nota que esta bien caliente esperando verga la putita”- le dijo al otro.
-”Dale che y no la hagas esperar, vas a ver que apretada y rica está”-
Marce, horrorizada, reconoció por fin la voz del otro como la de su padre, enronquecida por el alcohol y el deseo. Su propio padre alentando a su tío Argento a tomarla y poseerla como le plazca, a su propia hija!!!.
Su tío Argento, estaba convertido en un animal, con sus fuertes manazas la había tomado por la cintura hasta acomodarse encima de ella y luego la tomó por sus delicadas muñecas, separando sus brazos a los lados para luego, con su caliente aliento y lengua y barbilla rasposa por la barba crecida le empezó a lamer la cara y el pecho por encima del bra, luego lamió su cuello y subió a su oreja donde lamiendo y mordiendo comenzó a murmurarle lo que le iba a hacer sin dejar de intercalar entre frases la palabra puta -”Te voy a travesar con mi verga nenita puta”- le decía jadeando -”te voy a meter la verga en esa conchita tuya hasta que chilles y goces como la putita que eres!!!”- Marce nunca se hubiera imaginado a su querido tío hablando así, pero su pesado cuerpo apresando el de ella, su boca ardiente recorriendo su cuerpo y sobre todo esas palabras y esa forma tan brutal de llamarla puta la estaban calentando otra vez, pero esta vez con mas fuerza, haciéndola temblar verdaderamente de excitación, obligándola a abrir mas las piernas sin el consentimiento de su mente pero la total anuencia de su excitado cuerpo.
El tío Argento se dio cuenta de esto y mas excitado comenzó a frotar su erección a través de la tela de su pantalón contra la expuesta vulvita húmeda de la chica. Marce estaba recibiendo lo que había fantaseado tanto tiempo, un hombre maduro, fornido y tosco estaba frotando su erección contra su parte mas íntima, sus fuertes y ásperas manos la sujetaban y acariciaban torpemente y aun sin saber quien era ella, la estaba tratando como la puta adolescente que tanto soñaba ser y en lo que por fin se estaba convirtiendo ante la complacencia de su padre.
Su tío Argento amasaba y mordisqueaba sus pechitos paraditos y sus pezones tan duros sin dejar de restregar su cuerpo contra el de ella. Luego levantándose un poco se abrió la bragueta y se bajó el pantalón un poco mas abajo de las nalgas. Marce entró en pánico, manoteó a su tío tratando de empujarlo por las caderas y alejarlo de si, pero en el intento manoteó también la verga, delgada, larga y dura y se quedó impávida, de esa forma tan torpe y sin querer había por fin tocado la primera verga de hombre que se le ofrecía, Marce trató de encontrarla de nuevo con sus manos para palparla y saciar su curiosidad, pero antes de que pudiera hacerlo su tío Argento la tomó de las muñecas y alzó sus brazos por sobre su cabeza, luego sin dejar de sujetarla se agachó de nuevo sobre su pecho para morderle y lamerle los duros pezones erectos. -”No por favor no me metas eso”- gemía Marce retorciendo su cuerpo y tratando evitar lo inevitable.
-”Que es una verga mas de las tantas que ya has tenido, gatita puta?”- le dijo su tío Argento y Marce se estremeció sintiéndose verdaderamente una puta, como si de verdad ella fuera Faby y hubiera disfrutado con todos esos hombres de los que ella le habló. En su mente Marce era esa puta y le excitaba pensar que se merecía el tratamiento que le estaba dando su tío.
Sin mucho preámbulo el tío Argento tomó su verga con la mano que le quedaba libre y la dirigió a la entrada vaginal en la conchita completamente virgen de la chica, donde ni siquiera sus dedos se habían atrevido a penetrar. Marce sintió por primera vez el contacto de carne con carne, la sensación del glande de su tío tocando sus labios vaginales la hacia estremecer de anticipación. La chica trataba de concentrarse en todas estas nuevas sensaciones, tratando de grabarlas en su mente cuando de pronto sintió el primer golpe de verga que chocó contra una pequeña barrera de carne. Marce se mordió los labios y apretó los ojos tratando de no emitir ningún quejido.
-”Esta puta está mas apretada de lo que dijiste che!!”- le dijo sorprendido el tío Argento al padre de Marce, alcoholizado, torpe y brusco, no se daba cuenta que el incólume himen de la chica lo separaba aún de la gloria. Por lo que levantando las nalgas se separó un poco de la chica para que esta vez, de un golpe mas fuerte, su verga entrara en la conchita virgen de la chica. El himen se rompió y Marce gritó como desesperada, el dolor tan íntimo la hizo ver todo rojo aun en la oscuridad. Mientras su tío se quedaba quieto manteniendo su verga dentro de ella para que la vulva de la chica se adaptara a su tamaño, Marce sintió como un pequeño chorrillo de sangre corría entre sus piernas.
-”Ves putita estas caliente”- le dijo su padre creyendo que se dirigía a Faby -”Nunca has gritado así para mi”- La chica sentía su conchita palpitar de dolor y aun así las palabras de su padre retumbaban en su cabeza como potentes mazazos. Pronto su tío Argento la sintió respirar mas acompasadamente y comenzó a bombear con fuerza su verga dentro de la vagina nueva sin usar y apretada de Marce. La adolescente primeriza comenzó a gemir en medio del dolor, el miedo y el placer de lo prohibido, mas que las sensaciones lo que la estaba excitando era el saberse usada y tratada brutalmente por machos de los que normalmente esperaría el trato de una princesita para ella. Pero en medio de la oscuridad y sumidos en el alcohol y el deseo sin tapujos Marce veía que cualquier mujer, incluso ella, era una puta en la que cualquier hombre buscaba satisfacerse, sin importar edad ni parentesco.
El tío Argento le metía la verga, arremetida tras arremetida, sin tacto ni compasión, y Marce sentía su vaginita primera vez abierta estirándose hasta el límite. El morbo mas que nada, la estaban haciendo llegar a una altura insospechada para ella, el placer se estaba acumulando como líquido entre sus piernas cuando sintió la verga de su tío detenerse, palpitar y luego sintió algo muy caliente y líquido derramarse en lo profundo de su intimidad. Marce sabia lo que era eso pues Faby se lo hacia explicado, por lo que al tiempo que sentía el semen de su tío derramarse dentro de su cuerpo un orgasmo estalló entre sus piernas, invadiendo su vientre, sus brazos, sus piernas, su pecho y tomando por asalto su cabeza. Marce se agitaba de pies a cabeza, casi saltando sobre la cama por lo violento del orgasmo. Al volver la cabeza, con la vista casi cegada de placer, pudo Marce ver a contraluz la figura fornida de su padre sujetando una botella de tequila en una mano mientras que con la otra se masturbaba observando la escena. Marce se estremeció ante la idea, su padre se excitaba y masturbaba al ver como su hija perdía su virginidad, la chica en ese momento se sentía maravillosamente puta!!
-”La llenaste de leche Argento?”- dijo el padre de Marce y su tío respondió con una sonrisa, magreando a la chica para luego levantarse y quitarle la botella de tequila a su amigo.
-”Me dejaron bien caliente por lo que ahora me toca a mi”- aun en la lasitud del postcoito Marce se espantó por lo que llegaba en oleadas a su mente, su padre se disponía a montarla y poseerla, creyendo que era Faby y no su hija.
Pero el cuerpo de Marce no respondía. Estaba tan sumida en sus sensaciones físicas, el maravilloso despertar sexual que su tío le había dado, que su mente estaba prácticamente nublada de deseo y cuando su propio padre se acomodó sobre ella su instinto de hembra la traicionó abriendo sus piernas y dando un mejor acceso a su vulva al nuevo amante que se aprestaba a enseñarle para que le servía el ser hembra y tener una conchita entre las piernas.
Las manos rudas y gruesas de su padre quemaban la piel de los muslos de Marce, pero cuando sintió la cabeza de su verga, cuando su glande se posó sobre su vulva sintió que el miembro de su padre era de fuego, nunca en su vida había sentido nada igual, y esta terrible y deliciosa sensación la hacia olvidar todo y sentir solo su cuerpo y el del hombre que se aprestaba a poseerla.
Su gordo glande, ancho como un hongo se empujó un poco hacia adentro estirando su abertura vaginal hasta lo que Marce creyó era su capacidad.
-”Mmm, será que estoy muy caliente o muy borracho, pero esta noche te siento muy rica putita”- le dijo a Marce su padre sin saber siquiera a quien se dirigía, en su estado alcoholizado bien podría haber estado en un burdel barato estrenando una puta novata.
Marce se estremeció con sus palabras burdas y sexuales, groseramente eróticas y sin miramientos. Le encantaba ese tratamiento, era algo tan nuevo y le llegaba tan profundamente de su cuerpo las sensaciones que esto le provocaba, que aun sin estar muy consiente sabia que estaba enviciada a ello de por vida.
De un golpe, sin aviso ni compasión, como si solo su placer importara Jorge arremetió contra la apretada vaginita de su hija. En un solo impulso se la había metido, gruesa y todo, hasta la mitad. Marce contenía el llanto y al mismo tiempo trataba de gemir, gritar y respirar por la boca. Todas las sensaciones que emanaban de su vagina, provocadas por esa gruesa verga ardiente y prohibida estaban aniquilando su yo consiente, el ser de 18 años con una vida normal y decente, todo eso felizmente en su mente estaba muriendo para convertirse en una putita, la putita de su padre.
-”Ayy, Papii!!!”- gritó Marce ante las arremetidas salvajes del alcoholizado hombre, con dolor y mucho placer mal contenido, olvidándose de todo que no fuera su cuerpo y la maravillosa verga de Jorge.
-”Así, así Faby, ya sabes como me gusta que me llames”- le decía el hombre sin dejar de meterle la verga con fuerza. -”Comportate, como mi putita rica, como te enseñé. Dime lo que quiero oír”-
Marce sentía una necesidad imperiosa e incontrolable de complacerlo y al mismo tiempo sabia que al hacerlo se sentiría deliciosamente mas puta.
-”Si, papi!!! metemela duro, mas fuerte, soy tu puta!!! soy tu hembrita!!!”- La chica no dejaba de gemir y retorcer su cuerpo, tratando de calmar el ardor de su vulva y al mismo tiempo renovar y multiplicar las gozosas sensaciones de la violación que le estaban practicando. -”Papi, que bien me coges!!! no dejes de metérmela!!!”-
Jorge comenzó a bufar como un toro reforzando el ímpetu de sus arremetidas, metiendo cada vez más profundamente su verga al ir venciendo la resistencia de la virgen vaginita de su hija.
Pronto, debido al alcohol y lo apretado de la conchita de la chica, el padre de Marce se vino en su interior. Marce se estremeció, su cuerpo ya reconocía esa sensación caliente en su vientre, pero su subconsciente reconocía también que era su propio padre quien la trataba como puta y la llenaba de su leche prohibida, lo que la hacia estremecerse aun mas de placer.
Jorge siguió moviendo su ya menguante verga mientras Marce movía las caderas tratando de instintivamente exprimirle hasta la última gota de semen.
-”Así mi putita, como lo haría mi Marce, mi nenita apretadita!!”- dijo Jorge casi entre dientes creyendo dirigirse a Faby, pero las palabras que llegaron apenas a oídos de Marce la hicieron estremecerse peor de lo que lo había hecho durante toda esa sesión, su orgasmo nació, creció y se reprodujo en segundos en todo su cuerpo explotando con tal fuerza que no podía controlar el temblor que le ocasionó por varios segundos interminables. Marce se daba cuenta de lo que aquellas palabras significaban, que su padre la encontraba atractiva, que su padre la deseaba y hasta fantaseaba con poseerla. El orgullo de hembra no solo hinchó el pecho de la chica, sino también sus sensaciones las cuales multiplicó y así sin mas, sin preparación y sin saber aun lo que era sintió su primer orgasmo encadenado, su primer orgasmo múltiple y se sintió una mujer plena.

14 comentarios - La sirvienta, la hija y el padre!

angieyruben
Muy pero muy caliente el relato con mucho morbo de un "incesto" no consentido !

Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!

La sirvienta, la hija y el padre!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
juan73m
😬 😬 😬 😬
swan28
Muy buen relato!!! 🙎‍♂️
El_Pretoriano
Gracias! Subí otro relato si queres pasarte! 😉
KaluraCD

Excelente historia, magistralmente relatada, me encantó y me puso en órbita.
Gracias por compartir, recomiendo y dejo lo puntos que me quedan.

Sirvienta
Mishiand69
hermoso relato, me terminé tocando, besos
DK293
Muy buen relato espero sigas la historia te doy mis 3 ptos 🙂
isisp1
Me puso la pija como palo